AsturScore: Lo mejor del 2021
Y de nuevo volvemos, otro año más, con Lo Mejor del 2021 en AsturScore, donde los miembros de la Asociación y la Web nos reunimos para decidir cuales han sido los trabajos más destacados del año.
Y en ésta ocasión, os traemos una novedad, hemos incluido la mejor banda sonora televisiva, ampliando de 3 a 5 los podios de los trabajos más representativos del 2021. ¿Qué conseguimos con eso? Dar más visibilidad a muchos trabajos que de otra forma creemos que podrían pasar desapercibidos y que merecen ser destacados como algunos de las composiciones más representativas del año.
Reflexión – Es Personal
Casi siempre somos los últimos en cerrar el chiringo de las votaciones de lo mejor del año, cierto, pero nos lo tomamos muy en serio, tanto que para votar tenemos como criterio ver aquello sobre lo que vamos a decidir, no solo escucharlo.
¿Por qué? Porque la música audiovisual ha sido compuesta con esa razón, con el fin de acompañar a las películas, las series o los documentales con la finalidad con la que el compositor y el director hayan decidido. Y nos lo tomamos muy en serio, es algo que creemos es un acto de respeto hacia todos los profesionales que se dejan la piel haciendo su trabajo. Es lo menos.
No da la vida para todo, más quisiéramos, y el decidir tan tarde lo mejor del año responde al fin de que todos nosotros podamos votar con más criterio y tiempo para poder ver todo aquello que sea posible. Por ello quiero, de forma sincera y agradecida, felicitar a todos mis compañeros de AsturScore que han colaborado tanto este año como en el resto de ediciones (y también a los que no han podido), felicitarles por estar ahí y dedicar una pequeña porción de su tiempo a elegir entre todos lo mejor del año. Y no es poca cosa.
Dicho esto a modo de reflexión, y antes de ponernos en materia de votación, veamos lo que nos ha dejado el año y luego pasemos a ver el ranking anual de lo mejor del año, que incluye títulos francamente interesantes y muy potentes.
Breve Repaso al 2021
Decir que ha sido el año de Dune sería decir poco; así lo han refrendado los grandes premios (Oscar, Globos de Oro, Bafta), situando a Hans Zimmer como ganador de su segundo Oscar con un trabajo brillante y ajustado a las imágenes, además de colaborar en el último título de la saga de Bond, No Time To Die (Sin Tiempo para Morir), un trabajo que deja muchas más sombras que luces (en mi opinión personal, es un trabajo flojo, muy flojo). Los contrastes.
Sn embargo, en ninguna quiniela de premios de prestigio internacional han aparecido dos de los grandes nombres del año, James Newton Howard y Harry Gregson-Williams. El primero ya nos tiene malacostumbrados, pero es que su Jungle Cruise y su Raya and the Last Dragon (Raya y el último Dragón) son dos obras brutales que demuestran el excelente estado de forma y madurez del compositor.
Y del segundo que vamos a decir… su The Last Duel (El Último Duelo) ha pasado de puntillas tristemente (una de las mejores películas del 2021, sino la mejor, y por ende su banda sonora). Además, debemos destacar su breve aunque interesante y efectiva partitura para House of Gucci (La Casa Gucci), ambas películas de un Ridley Scott en estado de forma. Más discreto fue su trabajo para Infinite.
Otro que no ha parado, literalmente, ha sido Marco Beltrami; su trilogía para Fear Street es de lo mejor compuesto para el terror en años (en especial la segunda parte). También ha brillado sobremanera en la secuela de Marvel Venom: Let There Be Carnage (Venom: Habrá Matanza), sumando un buen trabajo para la secuela de terror A Quiet Place Earth 2 (Un Lugar muy Tranquilo 2), la excelente partitura para la película danesa Skyggen i mit øje (Una Sombra en mi ojo), el thriller American Night o la curiosa serie Nine Perfect Strangers (Nueve Perfectos Extraños) de Amazon. Casi ná. Eso si, acreditando varios compositores que le han ayudado en tan ardua tarea en algunas de su composiciones (es lo menos, como debería ser).
Jonny Greenwood también ha tenido lo suyo, como estar en una de las películas del año, The Power of the Dog (El Poder del Perro), por la que estuvo. nuevamente nominado a varios premios (Oscar, Globo de Oro), pero también lo hemos podido disfrutar en títulos de alto nivel como la comedia romántica Licore Pizza del genial Paul Thomas Anderson o el drama autobiográfico Spencer. Otro que siempre nos regala los oídos es Daniel Hart, a quien hemos podido disfrutar en esa bella rara Avis llamada The Green Knight (El Caballero Verde) o el drama romántico The Last Letter from Your Lover (La última Carta de Amor).
Y aprovechando el tema medieval (The Last Duel y The Green Knight), conviene no olvidarse de la gran Anne Dudley, que con su brillante composición para Benedetta, la última y. maravillosa provocación de Paul Verhoeven, ha conseguido un lugar entre lo mejor del año, una partitura que balancea perfectamente el drama y la emotividad para esta sensual y polémica historia, cánticos religiosos incluidos.
Capítulos aparte merecen los buenos de Dario Marianelli con su navideña joya A Boy Called Christmas (El Niño que Salvó la Navidad), el genial Joseph Bishara con su carpenteriana Malignent (Maligno) o su tercera entrega para The Conjuring, a Steven Price y su genial trabajo para Last Night at Soho (Ultima noche en el Soho), el doblete de Pino Donaggio para dos trabajos europeos (Anemos y Una Sconosciuta, ambos editados por Quartet Records), la experimental y genial The Little Things (Pequeños Detalles) de Thomas Newman, el inspirado trabajo de Rob Simonsen para Ghostbusters: Afterlife (Cazafantasmas: Más Allá), la divertida partitura del siempre efectivo Alexandre Desplat para The French Dispatch (La Crónica Francesa), el artesano Frank Ilfman con GunPowder Milshake y Nightbooks (Cuentos al Caer la Noche), el genial Daniel Pemberton con su Being the Ricardos o dos excelentes partituras electrónicas para sendos documentales de Disney, el bonito y emotivo sonido de la americana a lo Ry Cooder de Mark Mancina para la fallida Cry Macho de Clint Eastwood, la excelente partitura de thriller de Philippe Rombi para Boîte noire (Caja Negra) muy rollo de los años 90 o a Lorne Balfe, quien entrega una partitura inspirada para el drama de humor negro Silent Night, e incluso con algunos momentos de gran intensidad en la película de Marvel Black Widow.
Y hablando de Marvel, el tema ha dado mucho de si, tanto en el cine, donde ha brillado sobremanera Michael Giacchino con su tercera entrega de Spiderman, o incluso Ramin Djawadi con su Eternals (mención de honor para Joel P. West y su Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings), como en televisión. Chris Beck (que bueno es) lo ha petado con WandaVision y Hawkeye, destacando la buena de Laura Karpman con su genial What If…?, y especialmente Natalie Holt con su experimental y atrevida partitura para Loki (incluso Henry Jackman ha estado bien con Falcon and the Winter Soldier, y con el drama Cherry).
Y utilizando los Oscar como excusa, bien vale mencionar al genial Nicholas Britell, un compositor que no para de crecer, y que además de verlo en Sucession lo hemos podido disfrutar en la macarrada de Don’t Look Up (No Mires Arriba), que le valió una merecida nominación al Oscar (genial ese aire jazz que tiene la partitura), en la deconstrucción de Disney de Cruella o la magnífica serie de The Underground Railroad (El Ferrocarril Subterráneo), una de las mejores series del 2021.
También en los Oscar nos hemos encontrado con una grata sorpresa, la excelente partitura compuesta por Germaine Franco para Encanto, colorida, divertida y llena de emoción, con un aroma a lo Powell. Y aprovechando el gran trabajo de Franco, tampoco nos deberíamos de olvidar de otros excelente trabajos del mundo de la animación, como Dan Rommer con su genial y fresca Luca (por cierto, gran trabajo para la serie Station Eleven), el siempre brillante Mark Mothersbougth para The Mitchell Vs the Machines (una magistral locura de película) o nuestro Manel Gil-Inglada, quien nos ha regalado una maravillosa obra sinfónica de aventuras para la película de animación D’artacan y los Tres Mosqueperros, una partitura a reivindicar.
¿Y que decir de Alberto Iglesias? Su colaboración con Pedro Almodóvar en Madres Paralelas optó al Globo de Oro y a los Oscar (es un trabajo brillante, como siempre) pero su música para Maixabel es digna de mención, contenida y emotiva, o esa curiosidad de partitura compuesta para el corto O Night Divine. Tampoco podemos olvidarnos de Roque Baños, que colaboró con Alejandro Amenabar en la serie de La Fortuna, la secuela Don´t Breathe 2 (No Respires 2) o el exitazo de taquilla nacional de ¡A Todo Tren!: Destino a Asturias.
En el ámbito nacional, este ha sido el año de Zeltia Montes con su divertida y bufonesca partitura para El Buen Patrón, galardonada con el Goya, pero ha habido otros compositores que han seguido alzando su voz, como el genial Pascal Gaigne, que sigue impartiendo clases maestras y magistrales de composición con su Todas la Lunas, una excelente y curiosa película a la que da vida el compositor con una partitura de tono oscuro que va iluminándose bestialmente conforme avanza la película, todo ello a través de las notas musicales que emanan del corazón de Pascal.
Arnau Bataller ha estado en uno de los grandes éxitos del cine español con la entretenida Way Down, pero ha sido su trabajo para Mediterráneo, nominado al Goya, el que realmente nos ha demostrado su buen hacer, dando colorido a la isla de Lesbos y al drama de los refugiados, donde también destaca la bella canción de la película, con excelentes arreglos de Paloma Peñarrubia (canción ganadora del Goya). Y ojito, pero mucho ojito, al pedazo de partitura que ha compuesto Fatima Al Qadiri para la previsible pero fascinante La Abuela (gran ejercicio de terror de Paco Plaza), una banda sonora nominada con justicia a los Goya.
Iván Palomares tampoco falta a la cuota de calidad anual y su trabajo para las series La Templanza (votada por los miembros de AsturScore como uno de los mejores trabajos de series del 2021) y La Cocinera de Castamar son excelente ejemplos de la gran calidad que atesora este compositor, y tampoco el dúo Manel Santiesteban e Ivan Martínez Lacámara, que además de firmar y expandir el universo musical de La Casa de Papel, nos han regalado una divertida, frenética y también emotiva música para esa macarrada divertida y frenética llamada Sky Rojo.
Enlazando con las series, ya que estamos en ello, ha sido un gran año para muchísimos compositores, empezando por el bueno de Bear McCReary, quien además de seguir dándolo todo en las series The Walking Dead (en su última temporada ya), la segunda temporada de See y especialmente en Outlander, ha estado en la serie del año, producida por Apple y basada en la novela de Isaac Asimov, la genial Foundation, donde el compositor regala una magnífica y maravillosa partitura, a complementar con la épica, la magia y las aventuras de la genial serie de animación Masters of the Universe.
Muchos compositores han hecho muy bien su trabajo aquí, y demás de los ya nombrados, tenemos al bueno de Kevin Kinner y su Star Wars: The Bad Batch (La Remesa Mala), al siempre aplicado Jeff Russo, con la cuarta temporada de Star Trek: Discovery o la genial paranoia de Brand New Cherry Flavour (Nuevo Sabor a cereza), a Carter Burwell con la segunda temporada de The Morning Show, la electrónica ochentera de Isabel Summers y Brian H. Kim para el thriller juvenil de Panic o la divertida mezcolanza musical de Jae-Il Jung para Squid Game (El Juego del Calamar), sin olvidarnos del tema central de The Book of Bobba Feth de Ludwig Goränsson.
En definitiva, tras este repaso con muchos nombres propios, os presentamos lo mejor del 2021 en las categorías de Mejor BSO Película, Mejor Tema del Año, Mejor BSO Serie y Mejor Compositor. Estas han sido NUESTRAS ELECCIONES. Esperemos os gusten.
MEJOR BSO PELICULA 2021
1- THE LAST DUEL (Harry Gregson-Williams) – Por Rubén Franco
Como todos los años, rara vez premios y calidad se suelen dar la mano. Me explico. Es anormal que una película de la calidad de The Last Duel, una de las mejores películas del año de lejos, de hecho una de las mejores películas en años, se vaya de puntillas en los premios. Todo está perfectamente engrasado, desde la maestría de Riddley Scott hasta el reparto, pasando por un guión inteligente, una construcción narrativa extraordinaria, un ambientación exquisita y, claro está, el brutal trabajo de Harry Gregson-Williams, que firma una partitura digna de estar al menos nominada a los Oscar.
Y lo hace con una máxima que parece haberse olvidado en el cine actual: menos es más, y vaya si es más. La película dura 152 minutos y solo cuenta con apenas 50 minutos de música, es decir, un tercio de la película no tiene música. Ni la necesita. ¿Por qué? Porque el compositor ha sabido elegir donde debe haber música y donde no ( o el director, o ambos, quien sabe).
Ello que provoca un efecto interesante y magistral en la historia, destacando aquellos momentos donde la música tiene una intencionalidad o algo que decir o subrayar (o acompañar), pero también evita la saturación del discurso musical, ese empapelamiento del que hablaba el bueno de Jerry Goldsmith en una entrevista que le hicieron cuando hablaba del exceso de música que tenía The Mummy (La Momia, 1999), en detrimento comparativo de joyas como Papillon (1973) o Patton (1970).
Y además, solo le hace falta UN TEMA, uno que lo utiliza con ribetes dramáticos, románticos, épicos o incluso diegéticos, con un cierra final a modo de coda y con la magistral voz de Grace Davidson que redondea una banda sonora que, con derecho propio, es la mejor del año 2021 en nuestra opinión.
2- RAYA AND THE LAST DRAGON (James Newton Howard) – Por Braulio Fernández
Uno de los mejores scores del año salió del frío invierno y de algunas de las peores fases de la pandemia, siendo uno de los primeros scores que tuvo que ser grabado con los músicos por separado y el compositor desde una webcam.
Se trata de Raya and the Last Dragon. Pero quién lo diría. Es todo emoción, con sus dos temas principales, que en uno de los mejores cortes del año, Return, aparecen juntos para cerrar una maravillosa partitura de aventuras: grandes temas, colores orquestales éxoticos, valiente trabajo con los sintetizadores, pero sobre todo, alma.
Los tiempos han cambiado, la música de cine también. Pero James Newton Howard no. Sigue haciendo buena parte de la mejor música de cine de Estados Unidos, y más aún, demuestra una vez más que en el género fantástico es posiblemente el mejor de la historia. Raya es al mismo tiempo dinámica, original, bella, colorista, ecléctica, pero sobre todo, contagiosa. Su tema para Raya se te pega como ya no se pegan los temas. Es atrevida y toma riesgos, nos referimos claro al uso de sintetizadores, que no dejará indiferente a nadie. Y al final, tiene alma. Sus momentos más brillantes tienen que ver con dos amigas, y dos enemigas, y con un padre y su hija. Y ahí es donde se nos gana.
3- DUNE (Hans Zimmer) – Por Daniel Fernández
Dune es una banda sonora que nos sumerge en el corazón de un planeta, en el de sus mitos y leyendas y las gentes que lo habitan. Es una música paralizada en el tiempo, que a habla a su vez de futuro y pasado, de viejas disputas enquistadas en el tiempo y asuntos por resolver. Sentimos lo inhóspito del lugar, lo agreste del clima, los granos de arena golpeando tu rostro. Todo resulta bello e hipnótico y a la vez extraño y distante, un sueño del que es imposible despertarse.
Es también una música agitada y violenta que se sumerge en el corazón de la batalla y que azota cada rincón de esa planeta… sufrimos cada golpe como si tambaleasen nuestra propia casa. Percibimos que ese lugar está ahí desde hace mucho, mucho tiempo atrás y que todo lo que hay allí es tan propio como ajeno. Es una música que nos envuelve en una espiral de futuro que se torna incierto y en el que su protagonista se convierte en portador involuntario de sus notas. Resulta tan tendenciosa en lo musical, fría, opresiva e irrespirable como el suelo que pisa el joven Paul Atreides.
Hans Zimmer crea un submundo a través de unas texturas agrestes y duras pero que resultan fundamentales para entender la naturaleza de aquel lugar y sumergirnos casi sin darnos cuenta en ese planeta llamado Arrakis. La experiencia final resulta tan áspera e incómoda como apasionante en su inmersión cinematográfica y tal vez por ello se ha erigido este año como la incuestionable ganadora del Oscar a mejor banda sonora.
Es imposible saborear con detalle esta magnífica música sin haber visto la película.
4- JUNGLE CRUISE (James Newton Howard) – A BOY CALLED CHRISTMAS (Dario Marianelli) – por Fernando Ayuso
En cuanto a Jungle Cruise, he de suponer que todo compositor que se precie se hipotecaría hasta las cejas con el propósito de comprar a James Newton Howard el secreto de su alquimia compositiva.
Que tras casi cuarenta años de carrera no muestre síntomas de cansancio, más bien todo lo contrario, y se desmarque con partituras como Raya and the Last Dragon, o la presente Jungle Cruise, lo convierten, como mínimo, en un digno caso de estudio.
La divertidísima historia en torno a un salvaje crucero por la jungla, repleto de géneros y subgéneros dispares y con numerosísimos homenajes al icónico arqueólogo de Spielberg y Lucas, cuenta con una partitura a la altura de sus altas dosis de aventura.
Howard nos regala una banda sonora de las de antes, pero también de las de ahora. El compositor se las ingenia para referenciar a clásicos (contemporáneos) como Williams sin perder en ningún caso su indiscutible sello personal.
Los temas centrales son inspiradísimos y la capacidad frenética de la acción te mete de lleno en el laberíntico recorrido por el que surcan los protagonistas; mientras, James Newton Howard nos pone complicada la tarea de quedarnos quietos en la butaca, ya que el son de una música tan divertida y energética es difícil de ignorar.
Y en cuanto a la segunda banda sonora empatada con Jungle Cruise en el cuarto puesto, una vez más, Dario Marianelli demuestra con cada textura y cada nota su amor por la música y por el cine.
En A Boy Called Christmas, la propuesta navideña del pasado año por parte de Netflix, el compositor crea una obra abundante en leitmotivs y matices orquestales de exquisita belleza y elegancia que terminan por erigir un arco dramático y narrativo en torno al imaginativo y emocional viaje del protagonista.
La partitura, concebida como la introducción a un universo a reexplorar y ampliar en posibles secuelas, nos sumerge en la propia concepción de las fiestas navideñas. El poder evocador de la música, así como el cuidado estético y el carácter conceptual aplicado a la sonoridad de cada instrumento, permiten que la partitura por sí misma se convierta en una herramienta de narración descriptiva que acaba por trascender el medio y adquirir vida propia.
Tras maravillosos ejemplos como Kubo and the Two Strings, Paddington 2 o Pinocchio, Marianelli demuestra que el cine familiar es un espacio en el que le gusta residir y deleitarse; y nosotros lo agradecemos.
5- BENEDETTA (Anne Dudley) – por Daniel Fernández
El cine de Paul Verhoeven siempre ha estado abierto a una gran ambigüedad moral. Historias que circundan en lo grotesco y bufonesco y el melodrama más severo e hiriente. Viendo sus películas uno no sabe si claudicar ante soberanas estupideces o aplaudir a un genio que esconde detrás de una inteligente y hábil puesta en escena la crítica más mordaz y canina hacia aquello que representan sus historias.
Personalmente soy de los que se ubican en esto último y Benedetta en un ejemplo más de que estamos ante un Verhoeven en estado puro. Y si existe un elemento que por contraste potencia la crueldad y dureza que hay implícita en esas historias y es la música. Músicas de rictus serio y severo, en la mayoría de las ocasiones, para hacer que esos dardos envenenados que el director lanza lleguen al fondo del corazón de aquello que ferozmente cuestiona.
Anne Dudley escribe esta banda sonora convencida tanto de la misión de la monja protagonista como de su supuesta espiritualidad y mezcla música sacra preexistente con la propia de modo que nunca llegamos a entender dónde empieza la farsante y acaba aquella persona elegida por Jesús para cumplir sus designios.
Es una música de gran exacerbo dramático, tanto en sus aspectos más oscuros y sombríos como en los más piadosos. Actúa en contraste a los actos más libertinos de los personajes y decisiones moralmente más dudosas según su credo. Los rincones de este convento se llenan así de luces y de sombras y lo tenebroso es aliado fiel de lo puro y casto. Parece que la música sólo acompaña y aporta un sentido fatalista a la historia gracias a su fantástico tema principal, pero lo que realmente está haciendo la compositora es ponerle la maliciosa rúbrica a la película.
Dudley llena de credibilidad las intenciones de la hermana Benedetta y se convierte en la gran aliada del director holandés a la hora de cuestionar las férreas convicciones que imperan en el estamento eclesiástico. Muestra cuán endeble puede ser la espiritualidad cuando los seres más corruptos pueden llegar a ser sus siervos más humildes y cómo éstos pueden claudicar ante algo tan natural como la atracción y la debilidad de la carne.
MEJOR TEMA 2021
1. RETURN from RAYA AND THE LAST DRAGON (by James Newton Howard) – Por Braulio Fernández
Uno de los mejores cortes del año ha sido el desenlace emocional de James Newton Howard para Raya and the Last Dragon en el corte Return. Esta pieza resulta ser una conclusión perfecta para una maravillosa banda sonora con la fusión de todos aquellos ingredientes que han ido cociéndose a lo largo del score: desde elementos melódicos, con sus dos temas principales, los de la unión y la inocencia, y elementos electrónicos más cercanos a ese estilo “new age” que Howard popularizó en scores como los dos de Blancanieves y la tetralogía de Los juegos del hambre.
Return lo tiene todo. Para empezar, ese sonido electrónico tan new age, voces exóticas y una de las trademarks de Howard, violines y coros. A partir del minuto dos Howard construye un crescendo emocional que desemboca en la rendición final del tema de la inocencia y la alegría, hacia el tercer minuto. Puede considerarse el climax final del score, puesto que el último corte, The New World es más un epílogo. Y por la forma de enlazar y resolver los dos principales bloques temáticos del score, desde Asturscore creemos que es una pieza musical digna de recordar y de alabar.
2. JUNGLE CRUISE SUITE from JUNGLE CRUISE (by James Newton Howard) – Por Braulio Fernández
En Jungle Cruise, grabada antes de la catástrofe sanitaria aunque estrenada después de Raya, James Newton Howard apostó por un enfoque más clásico: abundancia de leitmotiv, coros, frenéticas escenas de acción, su ya arquetípico toque fantástico y en esta ocasión, guitarra española y ecos del Nothing else matters de Metallica para imprimir un carácter genuino, moderno y agresivo a los conquistadores.
Un resumen de unos cuantos de sus grandes temas están en otro de los mejores cortes del año, Jungle Cruise Suite (no todos, su apertura y algunos de los momentos más románticos esperan fuera de ella), donde resulta difícil no brincar, agitar los brazos y silbar, especialmente con el rimbombante tema central y con el tema noble de Frank, el personaje interpretado por Dwayne Johnson.
La suite de ocho minutos que está entre lo mejor del año tiene de todo: aventura o acción, comedia, romance. Y para cada una de esas propuestas Howard tiene colores en su paleta.
Destaca especialmente la música asociada a la aventura y la comedia. Los principales motivos en torno a los que se desarrolla la suite son los asociados para cada uno de los protagonistas, Frank y Lily, así como el tema de los pétalos de luna, o tema mágico. Es decir, el tema donde cada vez que escuchamos o vemos un trabajo de Howard exclamamos y decimos: ohhhhh. No, ahora en serio, es cuando decimos: ¿Pero cómo es posible que haya hecho un millón de temas como este y nos siga pillando desprevenidos?
3. RIPPLES IN THE SAND from DUNE (by Hans Zimmer) – Por Daniel Fernández
Qué mejor tema para entender qué es Arrakis y el carácter con el que Hans Zimmer quiere envolver este planeta.
La música se adentra en las dunas del planeta mientras una nave intenta huir del inminente ataque de sus ancestrales moradores, los gusanos gigantes.
La música se funde espectacularmente con las imágenes con el uso de unos poderosos y estremecedores coros y el virulento uso de la guitarra eléctrica. Ambos elementos se fusionan magníficamente y nos muestran lo que realmente es una escena de sacrificio ante unos seres que son deidades, que se veneran y se temen y que son los verdaderos regentes del planeta.
El conjunto es una escena de inusitada fuerza y solemnidad que nos habla de lo sagrado de aquel lugar y como el violentarlo tienen sus consecuencias.
4. CELUI QUE JE DÉSIRE from THE LAST DUEL (by Harry Gregson-Williams)– Por Rubén Franco
El compositor estructura la partitura en base al tema central, diseminado en múltiples usos durante la película, pero es en el tramo final, tras la pelea final, donde Harry Gregson-Williams hila muy fino para cerrar la película magníficamente.
Es, primero, The Aftermath, el corte dramático que le pone aparentemente el broche final al violento y desagradable episodio de la pelea a muerte entre los protagonistas (ENORMES ambos), pero es el corte que cierra la película Celui Que Je Dèsire el que a modo de coda final cierra brillantemente la película.
La maravillosa y afrancesada voz de Grace Davidson emerge de forma suave pero enérgica con la melodía principal de fondo, acompañando y ganando en intensidad. Es entonces cuando la voz sube, se alza y casi a modo de grito expresa la rabia e indignación de la protagonista, una mujer que se ha sentido un objeto sin voz ni voto en un conflicto de hombres.
Son «casi» los End Credits de la película (casi), pero su sentido y su finalidad es darle una voz potente a la protagonista, y no solo a ella, sino a todas las mujeres que sufrieron la misma suerte que la de la protagonista. BRILLANTE.
5. CINDY AND ZIGGY from FEAR STREET 1978 (by Marco Beltrami & Brandon Roberts) & SCÉNE FINALE ET GÉNÉRIQUE DE FIN from BOîTE NOIRE (by Philippe Rombi) – Por Fernando Ayuso
Empatados ambos en el quinto puesto, para el tema de Cindy and Ziggy, Marco Beltrami y Brandon Roberts retratan musicalmente, y con gran sutileza, la relación entre dos hermanas enemistadas destinadas a reencontrarse. El compositor genera un fuerte contraste entre el tema de las hermanas, íntimo y delicado, y la acción y el terror que impregnan el resto de la partitura. A lo largo del metraje conoce diferentes variaciones, siendo las más significativas las interpretadas a piano, pretendiendo mostrar la fuerte unión fraternal y adoración recíproca entre las protagonistas y actuando como un imán que ejerce una poderosa fuerza de atracción para finalmente unirlas.
Con este tema nos encontramos ante un oasis musical en medio de un desierto de desolación y muerte. Un símil perfectamente aplicable a lo que supone la aparición de esta banda sonora dentro de lo que se hace actualmente en el cine de terror; y es que, para AsturScore, el trabajo de Beltrami y Roberts es sin lugar a dudas la mejor banda sonora del pasado año para el género.
Y en cuanto al segundo, nos encontramos con el thriller de los 90, que vuelve dos décadas más tarde de la mano del siempre exquisito Philippe Rombi. El compositor actualiza y expande su voz musical en esta banda sonora con pequeños ecos al Williams de Munich y que cuenta con uno de los temas más minimalistas de su ya extensa carrera. Scène finale et Générique de fin, el tema final de la película, ayuda a explicar y a enfatizar emocionalmente la resolución de la trama, suponiendo un colofón artístico realmente explosivo que eleva la escena y, por extensión, el conjunto total del filme.
El tema principal, un vínculo inquebrantable entre el protagonista y su mujer, a pesar de su separación, nace dentro de él como una fuerza que le empuja a hacer lo correcto y que finalmente se extiende hacia su esposa quien lo asume como propio, terminando por convertirse en un poderoso y emotivo homenaje. El tema se extiende en los créditos finales donde se resume la esencia de la partitura, con momentos intimistas y de tensión, y en los que un intenso poder dramático adquiere enorme fuerza. Nos encontramos ante una de las grandes escenas del año, donde música y película se abrazan estrechamente para crear un momento cinematográfico difícil de olvidar. Cuánto de menos echábamos a Rombi.
MEJOR BANDA SONORA SERIE TELEVISION 2021
01. THE UNDERGROUND RAILROAD (by Nicholas Britell) – Por Fernando Ayuso
Un año más, Nicholas Britell se asienta como una de las figuras de mayor relevancia internacional en el mundo de la música de cine, y ahora también de la televisión. Para The Underground Railroad (El Ferrocarril Subterráneo), la bellísima y dolorosa miniserie dirigida por Barry Jenkins, el compositor construye una obra heterogénea que enfatiza el arduo y complejo viaje de la protagonista, siempre sabiendo cuándo dejar espacio para el sonido y los silencios, tan importantes en la historia.
La música, por momentos hermosa y sublime y también oscura y experimental, se adhiere a las ansias de libertad de la protagonista, ayudando a florecer sus pensamientos y una sensación de melancolía y sufrimiento que invade su ser. Los temas de personaje trascienden su función y adquieren un significado más profundo, convirtiéndose en la esencia y los anhelos que cada personaje carga dentro de sí. Así pues, cuando en la protagonista nace el tema de Caesar, la melodía o su armonía no representa al personaje en sí, sino la esencia conceptual que éste simboliza desde la perspectiva de Cora; en este caso, la puerta hacia la libertad y las expectativas de un futuro mejor.
Nos encontramos ante un trabajo riguroso y valiente con momentos de gran belleza que nos deja esperando, y rogando, una nueva colaboración entre compositor y director.
02. LOKI (by Natalie Holt) – Por Daniel Fernández
La compositora Natalie Holt ha sorprendido a propios y extraños con una de las partituras más originales y resultonas de este año. Para esta serie de TV del conocido antihéroe de Marvel compone una elaborada partitura de exquisita ejecución en el que hace todo un hábil despliegue de recursos instrumentales y sonoros (sintetizador, guitarra eléctrica, coros, theremín) para representar de forma sorprendente algo tan intangible y etéreo como el tiempo y las ficticias líneas temporales que aparecen en el show.
Parece como si el tiempo tuviese su propia voz y consigue que nos sumerjamos en bucles y líneas de tiempo a las que, al menos un servidor, nunca hubiese imaginado ver concretadas en música. Destaca también el poderoso tema principal para su protagonista (o multi protagonista) del que hace excelente uso a través de una exposición no exenta de humor que hace que se potencie la complejidad de la propuesta y el contrapunto socarrón y cómico a la serie.
Narrativamente resulta imprevisible en el mejor de los sentidos pues el desorden temporal generado no deja de ser una baza clave en el argumento. Tal vez sea la propuesta de este año que mejor sabe explotar sus múltiples recursos y con ello conseguir un universo propio. Todo es tan hipnótico y envolvente que uno no puede sino quedarse fascinado ante esta deliciosa extravagancia y aplaudir uno de los trabajos con mayor personalidad de este año.
03. LA TEMPLANZA (Iván Palomares) – Por Fernando Ayuso
Si ha habido en 2021 una partitura rompedora y valiente en el género de época, sin duda esa ha sido la escrita por el siempre imprescindible Iván Palomares para La Templanza.
Articulada en torno a un sobresaliente tema principal del que saca máximo provecho, encontramos un trabajo singular y sugerente que hace un uso excelente de la música popular para la contextualización de los personajes y de la electrónica para la introspección de los mismos.
La serie, que cuenta con excelentes trabajos de diseño y dirección, tiene escenas de una elaboración y producción meticulosa donde la música tiene reservado un espacio dramático esencial, tanto para la historia como para sus personajes.
Iván Palomares no solo ayuda a avanzar la trama, sino que eleva dichas escenas más allá incluso de las propias pretensiones de la serie. Se nota, y mucho, que han dejado trabajar al compositor permitiéndole aportar ideas enormemente creativas, lo cual ha favorecido a que nos encontremos ante una de las mejores partituras del año en el mundo audiovisual.
04. MASTERS OF THE UNIVERSE (Bear McCreary) / STATION ELEVEN (Dan Romer) / WHAT IF…? (Laura Karpman) – Por Rubén Franco
Por donde empiezo… veamos. Ha sido un buen año para la música de cine televisiva, sin ningún género de dudas vamos. Y fruto de ello y de nuestros gustos más personales, y también lo más objetivos que sean posibles dentro de nuestro criterio subjetivo (Elegir lo que creemos es lo mejor en nuestra opinión), ha salido un ramillete de excelentes trabajos de series del 2021 para ser el primer año que hemos decidido abrir el melón de este inmenso mundo catódico.
Y como resultado tenemos tres bandas sonoras televisivas empatadas en el cuarto puesto. Nada más y nada menos que tres. Ahí es poco. Y la primera de ellas de un compositor al que la televisión de los últimos años le debe mucho (y nosotros a el), que ha construido el grueso de su carrera en el mundo de las series. Se trata de Bear McCreary y de su trabajo para las dos temporadas (o dos partes) que ha compuesto para la serie de animación de los Masters of the Universe de Netflix (con Kevin Smith como padrino), donde el gran Mark Hamill le pone la voz a Skeletor (clavao, vamos).
La parte1 es muy, pero que muy buena, y el tema central te vas haciendo con el, te va calando, y va encontrando su desarrollo en la serie (junto con otros temas secundarios). Pero lo de la parte 2… es otro nivel, es un escándalo de bueno. Épica y magia musical, esa que reinó tantos años en los años 80, con cortes que harán las delicias de los que crecimos y vivimos aquella época. Ha sido un excelente año para McCreary, como podremos observar un poquito más abajo. Y lo que nos queda… Salve McCreary.
Dan Romer es otro compositor que, año tras año, va confirmando y asentando su carrera en Hollywood, tanto en el cine (Disney lo fichó para Luca y el resultado ha sido una partitura sencilla pero llena de color y frescura, muy directa y bonita) como en la televisión.
A éste respecto, y aviso para navegantes, Romer se metió de lleno en una de las mejores series del 2021, la genial Station Eleven (Estación Once), de HBO Max, con Mackenzie Davis, Himesh Patel, Gael GarcíaBernal, Lori Petty y David Wilmott.
Esta serie pos-apocalíptica nos cuenta la historia de un grupo de supervivientes que, tras sufrir una devastadora pandemia (el COVID finalmente extermina a casi toda la humanidad), tratarán de reconstruir como puedan sus vidas, pero lo que queda no son más que miserias y ecos del pasado, y todo tipo de personas y personajes donde nada ni nadie es lo que parece, y donde mañana puede ser tu última día de existencia sobre la faz de la Tierra.
Esta serie dura, seca y contundente (podría haberse definido y rodado en los 70 sin ningún problema) se beneficia de muchísimas cosas, desde los actores hasta el guión, la historia y las localizaciones (maravillosas), pero también del buen hacer de Comer.
Su música es fascinante e intrigante, se cuela sutilmente por los fotograbas, te acompaña agarrándote de las tripas, a veces con una belleza musical cruel o engañosa, otras de forma contemplativa o reflexiva. Es parte del viaje y de la transformación/sufrimiento de los personajes.
En resumen, un trabajo del compositor que no deberías dejar escapar, y especialmente, una serie que no deberías dejar pasar de largo.
Y por último, y no menos importante…Laura Karpman. Los que amamos la ciencia ficción, especialmente la televisiva, sabemos de la carrera de esta excelente compositora (no es una recién llegada, lleva años trabajando, y a un gran nivel).
Para empezar, y solo para empezar, ha colaborado con Steven Spielberg en uno de los proyectos televisivos mas personales del director, la serie de ciencia ficción Taken (2002), diez capítulos con una dure duración de 90 minutos cada uno de ellos, lo que da tiempo de sobras para contarnos una historia multigeneracional sobre el mundo de la abducciones, y con una jovencita Dakota Fanning en el reparto. Y a Taken llegaba de otra gran serie de ciencia ficción, la genial Odyssey 5, con Peter Weller.
Este año, tras el aplauso de su composición en la serie de terror Lovecraft Country (Territorio Lovecraft, 2021) el año anterior, este año le tocó otro caramelito, uno que podía ser un problema para alguien que no fuera experto en la materia, la serie de animación de Marvel What IF…?
Añadiendo la dificultad de ser una serie muy heterogénea, por los capítulos de diferentes historias que trata (multiversos de todos los gustos y colores que se acabaran conectando en el tramo final), Karpman sale vencedora con una música inspirada, sólida y trabajada, llena de músculo y acción cuando es necesario, pero también de contención dramática y emotiva cuando debe serlo.
Pieza indispensable para entender el nuevo arco argumental de Marvel, Karpman demuestra que si la dan trabajos de este calibre (y mayores aún si cabe) vamos a disfrutar como enanos de la calidad y oficio de la compositora.
Su What IF…? es uno de los mejores trabajos competitivos de la televisión con derecho propio. Queda dicho.
05. FOUNDATION (Bear McCreary) – Por Carlos Mulas
Es “la Fundación” de Asimov una de esas obras inabarcables para el séptimo arte, una de esas historias imposibles de adaptar. Tras muchos años en cajones, pasando los derechos de un estudio a otro, cambiando proyectos cinematográficos a formato de televisión, una y otra vez durante décadas… finalmente llega a nosotros en el florecimiento de la era del streaming, cuando se ha convertido en habitual que los grandes éxitos de salas de cine serialicen sagas, y que la “nueva” televisión se base en adaptarlas como grandes eventos.
Se puede decir que Fundación es la saga literaria por excelencia, desde siempre, pero también en estos tiempos de explosión del consumo de narrativas fantásticas y de ciencia ficción. Por fin los grandes medios han tenido el valor de desempolvarla, los medios para hacerle justicia, y un público deseoso de tenerla en su pantalla. Este era el momento y éste debía ser el formato, dado que la Historia recorre ciclos (como nos dice la Psicohistoria) y el original se publicó por primera vez por capítulos, en revistas de la época.
La dificultad, crear un vínculo con el espectador en una obra que en general carece de personajes femeninos, relaciones, villanos, donde no hay ambigüedades morales aparentes, y que tiene su fuerza en la Historia de fondo… El acierto de Fundación (AppleTV+, 2021), es en mi opinión, que los creadores han sabido traer al público, a los hombres y mujeres del siglo XXI, una obra enriquecida pero fiel al espíritu del original, adaptada a los ojos y oídos y sensibilidades actuales, sin perder la esencia de Isaac Asimov.
Y el otro acierto ha sido Bear McCreary, un habitual del género y de la televisión. Debo decir que la primera vez me decepcioné un poco con el tema principal. Ya se sabe como son estos grandes estrenos de hoy, una introespectacular con un tema que te engancha desde el primer compás… Afortunadamente la música de McCreary solo toma el tema como punto de partida, es como el primer paso musical de un camino que se promete largo y difícil. Y no decepciona, capítulo a capítulo, personaje por personaje, todo va musicalmente evolucionando, avanzando hasta tomar un cuerpo sólido donde podemos tomar conciencia de la ya larga carrera y el talento de este compositor.
MEJOR COMPOSITOR 2021
01. JAMES NEWTON HOWARD – Por Braulio Fernández
El mejor compositor para los miembros de Asturscore el pasado 2021 fue, sin duda, James Newton Howard. Nadie más llevó dos trabajos hasta niveles tan altos de calidad, y probablemente tendríamos que echar la vista muy, muy atrás, para encontrar aquellos tiempos en los que los grandes, Goldsmith, Horner, Williams, en un mismo año te sacaban dos o tres maravillas.
Es verdad que si nos atenemos a las fechas de grabación de Raya y Jungle Cruise, no pudieron haber estado más separadas entre sí. La primera se grabó en el otoño más oscuro, el de 2020, mientras que Jungle Cruise nació antes de los dolores, en 2019. Cosas de las agendas de Hollywood.
En cualquier caso, si algo hay que celebrar es que este hombre, a sus 70 años, siga disfrutando del cine y haciendo disfrutar, y aunque es posible que cada vez queden menos scores de él, ya que como reconoció en una entrevista reciente, se ve reduciendo un poco su ritmo de trabajo, debería siendo hora de que se reconozca, porque quizá no se ha hecho suficiente, que James Newton Howard es uno de los grandes maestros de las últimas tres, casi cuatro décadas de música de cine.
02. HARRY GREGSON-WILLIAMS – Por Daniel Fernández
Parece mentira que alguien con el talento de Harry Gregson-Williams no tenga habitualmente proyectos de mayor y quede relegado su nombre a los compositores de segunda fila, cuando es un primera espada. Sus principales valedores (los hermanos Scott) han sido también sus principales verdugos a la hora de encararlo con el juicio popular y componer scores industriales de encargo que para nada mostraban el verdadero potencial del compositor… y cuando lo conseguía quedaban mutilados por decisiones caprichosas del director. Hablo en este último apunto por supuesto de Ridley Scott y su El reino de los cielos.
Precisamente ha sido el director americano el que le ha dado este año una nueva oportunidad para que Harry pudiese lucirse y demostrar lo que vale y, además, en dos películas importantes. Ambas tienen el denominador común de la huir de los fuegos de artificio y, sobre todo, de usar la música de una forma inteligente y perspicaz. El aporte del compositor enriquece la personalidad de ambas y demuestra que la música de cine, cuando está bien usada y respeta los silencios que muchas veces pide la película, puede ser un elemento más poderoso que la propia imagen.
DeThe Last Duel ya hemos hablado sobradamente y visto el acerado y certero dibujo que hace de las almas de sus tres protagonistas. En House of Gucci la labor es mucho más ardua si cabe, pues el compositor tiene que sobrevivir entre un conjunto de canciones extraordinariamente elegidas y encajar su composición entre los espacios que dejan éstas. Y esto lo hace Harry de una forma discreta pero certera y aportando algo sumamente importante para entender a los personajes, que es su peripatetismo. Su música no es un mero relleno, sino una forma de resaltar la frivolidad y la banalidad de todo ese universo que rodea a los Gucci y sus relaciones. Lo hace con una música que tiene un gustoso aire retro y aroma a tarantela italiana, en relación a la procedencia de la familia.
Con ambos trabajos Gregson-Williams nos recuerda que en este mundillo de la banda sonora menos es másy que la música siempre está al servicio del guion y no al servicio de ella misma. No debe ser una intrusa, sino un importante elemento de captación de aquello que la imagen no alcanza a contar o ese elemento que complementa aquello que estamos viendo.
03. ALBERTO IGLESIAS – Por Fernando Ayuso
El 2021 ha sido un año excepcional para Alberto Iglesias y especialmente para nosotros, los aficionados y amantes de su música.
Genio inigualable que levanta tantas pasiones a nivel internacional como críticas infundadas en base a criterios puramente estéticos en círculos de aficionados a la música de cine, Iglesias ha encontrado tres magníficos lienzos de características dispares donde exponer sus delicadas sensibilidades.
Además de una nominación al Oscar histórica y los consecuentes premios nacionales por su nueva colaboración con su inseparable Pedro Almodóvar, son especialmente notables sus aportaciones a Maixabel, la valiente película dirigida por Icíar Bollaín, y a O Night Divine, un mediometraje puramente navideño dirigido por Luca Guadagnino donde podemos deleitarnos con una nueva e inesperada faceta del compositor donostiarra, siempre sin perder la única e incomparable voz propia que en cada proyecto aporta a su música.
04. HANS ZIMMER – Por Rubén Franco
Solo Dune puede ser ya la justificación perfecta para alzarse como uno de los nombres a mejor compositor del año (eso y los premios críticos cosechados durante el 2022, incluyendo el Oscar). Y no es poca cosa para Hans Zimmer, alguien que desde crío era amante del libro de Fran Herbert y del fascinante que envuelve al universo de Arrakis, los fremen y la especia.
Pero la estela de su nombre, por si era poco, se ha expandido a la mítica saga de Bond, pasando a engrosar la lista de compositores que han trabajado poniendo música al mítico agente 007 con el cierre del ciclo de Daniel Craig en No Time to Die, que nos ha regalado algunos momentos musicales muy buenos, casi todos ellos a modo de homenaje del teutón a la odisea musical de títulos emblemáticos de la saga, como On Her Majesty’s Secret Service (Al Servicio Secreto de su Majestad, 1969) del gran John Barry. Fuera de ahí, ahondamos en terrenos conocidos y oscuros que no lucen tristemente, especialmente la acción. Una lástima.
Sin embargo, más interesantes han sido sus otras aportaciones; de la mano de David Fleming, con quien compuso a medias Hillbilly Elegy (Hillbilly, Una elegía rural, 2020), con excelentes resultados, han compuesto en ésta ocasión una partitura menos lucida y más áspera, mucho más ajustada, con poco sitio para la melodía, en Unforgivable (Imperdonable), una interesante película de Sandra Bullock. No obstante, la partitura trabaja perfectamente al nivel que se le exige, una demostración del buen oficio que han despachado ambos compositores.
Con Steve Mazzaro ha sacado su lado más macarra y divertido, empezando por Army of Thieves (Ejercito de Ladrones), una pelicula muy entretenida (surgida a raíz del éxito del Army of the Dead de Zack Snyder), también manida y típica hasta decir basta (BASTA), pero que proporciona dos horas olvidables aunque francamente divertidas, y donde ambos compositores han ofrecido un tema central rítmico y muy a la Zimmer. Con aromas europeos y tributos clásicos pasados por el filtro de la electrónica del alemán, Army of Thieves es un trabajo muy reivindicable, y sin ser nada del otro jueves.
Finalmente, por si fuera poco, y con Steve Mazzaro también, Zimmer vuelve a The Boss Baby 2: Family Business (Bebe Jefazo 2: Asuntos de Familia), donde los dos deciden, como en Army of Thieves, pasárselo bien, con una partitura rítmica, divertida y muy dinámica, que realmente suena muy fresca (en el primer tema, To Baby Corp, nos encontramos un ritmo de Bossa Nova que casi nos recuerda al mítico tema de Brazil, y al poco nos encontramos con una clara referencia al Cheek to Cheek de Fred Asteire).
Dune ha sido la joya de la corona, pero no ha sido este un año donde Zimmer se haya estado muy quieto, y donde quizás la comedia ha sido el género en contraposición a la seriedad de la película de Dennis Villeneuve que mejor rédito le ha dado, redondeando el 2021 como uno de los mejores años del compositor, al menos en cuanto a reconocimiento crítico.
05. NICHOLAS BRITELL – Por Fernando Ayuso
Una de las mejores series del año y probablemente de la década, The Underground Railroad, donde muestra su vertiente más artística y evocadora; su primera y exitosa incursión en el universo del ratón animado con Cruella, donde inventa un tema de aires barrocos y morriconianos que se te pega a la consciencia mezclado con sonidos y ambientes rockeros de décadas pasadas; la tercera temporada de la exitosa Succession, donde las nuevas y numerosas variaciones de su ya icónico y multipremiado tema principal muestran el virtuosismo, la elegancia y el buen hacer de Nicholas Britell.
Y por último, por si fuera poco, dos largometrajes de características opuestas, la película independiente Italian Studies, con la presencia de la estrella ascendente de Vanessa Kirby, y la superproducción satírica con trasfondo realista dirigida por Adam McKay, donde la música grita por unos protagonistas a los que les arrebatan la voz, y que ha terminado por facilitar la tercera nominación al Oscar a un compositor en estado de gracia.
¡Vaya año más espléndido el de Britell! El compositor americano es uno de los creadores más interesantes de la actualidad y con una proyección infinita hacia el futuro, y, por todo lo descrito, no podía quedarse sin un puesto en nuestro top del año.
ESPECIAL AGRADECIMIENTO A OSCAR SALAZAR, EDUARDO CON, BRAULIO FERNANDEZ, CARLOS MULAS, DANIEL FERNÁNDEZ, DANIEL MAVERICK Y FERNANDO AYUSO POR VOTAR Y COLABORAR EN LOS COMENTARIOS PARA DECIDIR LO MEJOR DEL 2021. HASTA EL AÑO QUE VIENE.