Asturscore: Lo Mejor del 2019
Intro
Este año, como ha dicho un buen amigo mío, ha sido un año más de grandes temas centrales (o grandes momentos) que de grandes bandas sonoras (que las ha habido), un año donde además nos hemos encontrado con la despedida de John Williams para el Universo de Star Wars (quien ha dejado la saga en todo lo alto musicalmente, no así la película, que en mi opinión ha sido un completo desastre).
Han habido nombres absolutamente imprescindibles en el 2019, quizás tres con luz propia; Bear McCreary, quien todo lo que ha hecho (TODO) ha rallado un nivel de excepcionalidad (todos sus trabajos han incluido momentos memorables), Thomas Newman, y no solo por la compañía de Sam Mendes (su música para Tolkien y The Highwaymen es maravillosa), y Alexandre Desplat, especialmente por sus aportaciones europeas (J’Accuse y Adults in the Room son dos partiturones, sin olvidarnos de la secuela de Mascotas y una música bonita y colorida para Little Women).
Un peldaño por detrás nos encontramos con nombres como el omnipresente Fernando Velázquez (su 70 Binladens es una joyita musical del cine negro tributo a los 70), el gran James Newton Howard (ha escrito uno de los mejores temas del 2019 con su A Hidden Life), el polivante Marco Beltrami (desde su poderosa partitura para Ford Vs. Ferrari hasta la sutileza del mal más sibilino en Extremely Wicked, Schoking Evil and Vile), un disciplinado Michael Giacchino (quien a su temazo de Misterio para la continuación de su Spiderman de Marvel añadió una de sus partituras más maduras, Jojo Rabbit), el veterano Carter Burwell (su Mr. Link de animación es maravilloso, o su aportación a la serie The Morning Show), el gran Randy Newman (con su regreso a Toy Story 4 y esa joya llamada Marriage Story), el bueno de Gabriel Yared con su Judy o el incombustible Mark Isham (su Togo es espectatular o la música de la serie Godfather of Harlem).
Otros nombres propios son los de la compositora Hildur Guonadóttir con su Oscar para Joker, una partitura que da vida a los fotogramas de la misma, el de nuestro compositor más internacional junto con Roque Baños, el mítico Alberto Iglesias, que volvió a ganar un Goya con Dolor y Gloria (su nueva colaboración con Pedro Almodóvar), el de Arturo Cardelús con esa brutalidad musical que es Buñuel en el Laberinto de las Tortugas, John Powell con la tercera entrega de Entrenar a un Dragón, el genial Nathan Johnson con su divertida Knives Out!, Pascal Gaigne con la genial La Trinchera Infinita, el oficio de Carlos M. Jara con Sordo (ojo al dato con esta pedazo de banda sonora) o Daniel Pemberton con ese clásico de cine negro musical llamado Motherless Brooklyn.
En definitiva, muchos nombres propios (y más que me dejo en el tintero), pero muchos de los cuales encontrarás en nuestras votaciones y recomendaciones para que puedas comparar o descubrir.
Y sin más dilaciones, te presentamos lo mejor del 2019 en las categorías de Mejor BSO, Mejor Tema del Año y Mejor Compositor.
MEJOR BSO 2019
1- BUÑUEL EN EL LABERINTO DE LAS TORTUGAS (Arturo Cardelús)
El trabajo de Arturo Cardelús para esta maravillosa película española de animación llamada Buñuel en el Laberinto de las Tortugas se lleva, con total justicia, el puesto numero 1 de nuestro lista siendo, ademas, una de las bandas sonoras más votadas entre nuestros miembros.
¿Por qué? Porque es una banda sonora perfecta, magistral, que conjunta su poderoso y maravilloso tema central con otro destinado a la amistad, y todas las variaciones musicales y desarrollos temáticos van de la mano de la evolución de lo que vemos narrado en pantalla, hasta tal punto que el clímax final constituye uno de los momentos más preciosos y emotivos del 2019, y si me apuran, en muchísimos años.
Arturo te toca la fibra y lo hace sin ser tramposo, sin tomar atajos, sin caer en lo fácil; permite que el discurso musical avance de la mano de lo visual para, finalmente, envolvernos de forma magistral en el tramo final, donde todo toma significado, donde nos encontramos con la verdadera trama de la película, y donde Arturo nos conmueve como solo lo saben hacer los grandes, con sinceridad, y con una aparente sencillez que en realidad es el resultado de un discurso musical bien tejido e hilvanado.
Nominado al Goya con justicia, y perdedor ante el eterno ganador, el gran Alberto Iglesias, solo se puede decir una cosa de Arturo; estamos ante un compositor espléndido con un gran futuro musical por delante (como ya lo atesoró también en el documental Altamira: El Origen del Arte). Hay mucho por andar, por supuesto, pero su Buñuel es ya un clásico moderno, un trabajo al que volver de peregrinaje cada año.
2- 1917 (Thomas Newman)
Ya The Highwaymen (Emboscada Final, 2019) y Tolkien nos devolvían a un Thomas Newman pletórico, inspirado y con muchísimas ganas de seguir demostrando lo gran compositor que es (a mi nunca se me ha olvidado), y 1917 se antojaba como la guinda del pastel, y así fue.
De no ser por la presencia de la nominación al Oscar de la partitura de Joker, este podría haber sido el año de Thomas Newman, pero da igual; premio arriba, premio abajo, la carrera de Thomas Newman es envidiable, y muy pocos compositores lograrán eso en su vida profesional (a excepción de compositores aconsagrados a su actual nivel, léase James Newton Howard o Alexandre Desplat, sin olvidarnos de los veteranos John Williams o Ennio Morricone).
1917 tiene una gran fuerza y potencia; sus cortes de acción son violentos y agresivos, mientras que la música de suspense te atenaza e inquieta, y donde la épica hace acto de presencia en uno de los mejores temas del año, ese maravilloso corte llamado The Night Window.
El remate final de la película, con ese Newman tan íntimo a la par que épico (a la altura de esos cierres tan maravillosos y melódicos como Road to Perdition o The Shawshank Redemption) es la constatación de que tenemos mucho Thomas Newman para rato.
3- MARRIAGE STORY (Randy Newman)
Este año ha quedado demostrado algo que a todos los que somos aficionados a la música de cine y, en especial, al peculiar y maravilloso estilo de Randy Newman, ya sabíamos de sobra: si le dejan brillar, y le dan material y libertad para ello, Randy es capaz de ofrecer lo mejor de sí mismo.
Sumando su vuelta a la cuarta entrega de Toy Story (cinematográficamente un peldaño por debajo de la trilogía anterior, musicalmente otra joyita), Marriage Story (Historias un Matrimonio, 2019) se alza, por méritos propios, no solo en una de las mejores películas del 2019, sino en una de las mejores bandas sonoras del pasado año, como lo demuestra su meritorio tercer puesto.
Ejecutada básicamente solo con el piano, las cuerdas y las vientos de madera, y con una cantidad de música que no excede de la media hora (la película dura 140 minutos), Randy demuestra aquello tan famoso de menos es más, sobre todo cuando se tienen las ideas tan claras como el acerca del discurso musical a desarrollar y máxime si se tiene la calidad y sensibilidad de Randy, que musicalmente vuelve a sus orígenes, años 80 a más señas.
Como muestra un botón…los diez primeros minutos de la película hablan por si solos, siendo uno de los mejores momentos del año pasado, donde Randy Newman ofrece dos cortes que aglomeran prácticamente todas las lineas melódicas de la película de una forma fresca y dinámica. Normal que hay estado nominado al Oscar a mejor banda sonora.
MEJOR TEMA 2019
Varios son lo que podrían alzarse con justicia como ganadores al mejor momento del año, y este, cortesía del compositor francés actual más internacional, se ha erigido como el mejor con justicia.
La construcción del corte, al igual que toda la película de Roman Polanski, es contundente y vigorosa, en un in crescendo épico y doloroso que arremete contra todos los estamentos franceses implicados en el vergonzoso caso del «supuesto traidor Dreyfuss», dejando muy mal parados a todos ellos (desde el estamento militar hasta los tribunales).
Desplat se erige en el brazo ejecutor de Polanski, arremetiendo y golpeando sin piedad y con extremada contundencia musical a todos (Yo Acuso), en una escena brutal y excelentemente filmada.
Hay muchísimos momentos dentro de esta película que son maravillosos musicalmente hablando (la escena del atentado, la escena inicial de la degradación militar de Dreyfuss, la escena del viaje a la Isla del Diablo…) pero es J’Accuse, con justicia, el que se lleva la palma.
Solo ha tenido un trabajo, que además ha llegado tardío, y juzgar la calidad musical de esta banda sonora sin haber visto la película sería un tremendo error… pero es que fuera de las imágenes es de esas partituras que tienen tanta fuerza y suenan tan bien que te imaginas que debe ser imposible que ESO quede mal en la película (y en efecto, el acierto es pleno en esa afirmación final).
Para componer un tema como éste, que musicalmente bien podría ser el mejor corte del año (le lastra, eso si, la pedantería y el ego de Terence Malick), hay que estar dotado de una sensibilidad que esta al alcance de muy pocos compositores, día que de unos elegidos, y James Newton Howard es uno de ellos (ese que te emociona con Wyatt Earp, The Lady in the Water, Unbreakable o Snow Falling on Cedars).
El tema es una delicatessen, exquisito a más no poder; cargado de un lirismo y una belleza musical arrebatadora, este se ha convertido con justicia en una de las mejores piezas compuestas para una película en los últimos diez años, e igual me quedo corto.
Pocas veces, con tan aparentemente poco y de una forma tan elegante (parece una pieza musical clásica de corte contemporáneo), se ha dado forma al amor de una forma tan bella y a la par dolorosa y melancólica. Un clásico instantáneo e imperecedero.
Sin lugar a duda, uno de los mejores momentos del 2019, para una de las películas más destacadas del pasado de año, cortesía de Sam Mendes, y de la mano de su inseparable compañero de fatigas, Thomas Newman.
Lo curioso, aquí, es el contraste musical y visual entre lo que realmente está pasando y como enfoca el compositor esta cena; el poblado francés está sumido en la devastación absoluta (ardiendo en llamas) además de infestado de alemanes armados como veremos después, y lo que debería ser un tema dramático o devastador es, en esencia, un tema que roza lo épico y grandioso. ¿Por qué?
Del más absoluto horror sobre la escena del poblado francés en llamas emerge una belleza dantesca, una música que realza la espectacular escena de pesadilla a la que asiste el protagonista, pero pronto la realidad vuelve peligrosamente (es una trampa, un ardid) y los alemanes aparecen de la nada en pos de nuestro protagonista.
La música emerge poco a poco de forma misteriosa, para alcanzar tonos falsamente épicos, pero que resaltan la potente imagen del campo visual del protagonista; pese a la pesadilla a la que estamos asistiendo, las imágenes rezuman cierta belleza.
Muchos más cortes de 1917 podrían ser merecedores de estar en éste top, y con razón, pero éste, por el contraste y por su potencia sonora emerge como uno de los temas más poderosos y espectaculares del año.
MEJOR COMPOSITOR 2019
01. BEAR McCREARY / THOMAS NEWMAN
Empatados en lo más alto de la cresta nos encontramos con dos compositores que han sido de lo mejor que ha dado el año 201; por un lado tenemos a Bear McCreary, y por el otro lado a Thomas Newman, que junto con Randy Newman (Familia al Poder) han tomado el podio de lo mejor del 2019 en AsturScore.
Pensar en 1917 es pensar en la obra más representativa del compositor del 2019, para que nos vamos a mentir, una de las películas del año, de la mano de su amigo Sam Mendes, drama bélico muy intenso de la primera guerra mundial que ha permitido lucir palmito musical al Maestro.
Ademas, con dos obras teóricamente menores redondea un año maravilloso (Tolkien y The Highwaymen), ambas tan distintas como complementarias, dos obras que exhalan todo el aroma del compositor (quizás más Tolkien, una obra más propia del compositor con una cortes finales son maravillosos).
Pese a no alzarse con un Oscar que muchos reclamaban con justicia para el (vendrán tiempos mejores) ha firmado un año espléndido, como ha sido también el caso de Bear McCreary.
Bear ya lleva años dando la nota, y dicho en el buen sentido, desde que saltó al cine. Ha ido creciendo y creciendo, sabiendo aprovechar sus ocasiones y haciéndose valer, especialmente desde que tuviera la fortuna de cruzarse con J.J.Abrams en 10 Cloverfield Lane (Calle Cloverfield 10, 2016).
Si, sus series ya hablaban de una carrera sólida cimentada en títulos como Battlestar: Galactica, Human Target, Caprica, Eureka, Outlander o DaVinci’s Demons, pero el cine era una asignatura pendiente, y el 2019 ha sido su consagración definitiva (aunque para mi gusto, ya ha ido consolidando su carrera de forma sólida y firme anteriormente).
Nos demostró que es un compositor válido para el cine más espectacular y fantástico de acción con la nueva entrega de Godzilla, no se limitó tirar de catálogo en la genial secuela Happy Day Death 2U (Feliz Día de tu Muerte 2) donde ofreció un clímax final apabullante, en su remake/reboot de Child’s Play (Muñeco Diabólico) ofreció uno de los mejores temas centrales del año, y finalmente demostró que no hay películas pequeñas como en Eli (el tramo final es de notaba), ni bodrios como Rim of the World (Campamento Alienígena) que no merezcan el esfuerzo de lograr que tu música ayude y trascienda (aquí en modo Jerry Goldsmith, con un tema central de antoloíagía).
Tuvo, además, la fortuna de poder alejarse del cine fantástico y terror (su género habitual) para acercarse a un drama de época basado en hechos reales como The Professor and the Madman (Entre la Razón y la Locura, 2019), donde compuso uno de sus mejores temas (una delicia).
Súmale la televisión, es decir, The Walking Dead y Outlander, y la nueva serie post-apocalíptica See (de la plataforma de Apple) y tienes un señor año de cantidad y calidad (y ojo, sin merma, lo cual es raro de narices, lo cual es de aplaudir).
Dos excelentes ganadores que merecen compartir podio con todo los honores.
02. RANDY NEWMAN
Ha firmado dos partirlas espléndidas, una de ellas magistral y nominada al Oscar, Marriage Story, donde volvió por sus fueros, esos que nos recuerdan al mejor Randy de los años 80.
Con su lado intimista, delicado y exquisito, ha sabido, sutilmente, tocarnos la fibra como nadie para hablarnos del fin de un matrimonio, del dolor y tengo ambidel amor que queda, y su música lo ha captado de una forma magistral, sincera y auténtica, sin ser una composición forzada; es todo natural, es todo real, emana del corazón, ese que muchos productores de Hollywood han querido de alguna manera matar al coartar la libertad de composición.
Que en tiempos de oscuridad no encontremos con una obra musical de esta envergadura, calidad y sensibilidad me hace creer que en Hollywood todavía están a tiempo de cambiar muchas cosas si se deja trabajar con libertad y sin corsé a los compositores.
Además, sería imposible olvidarnos de que uno de los compositores que más ha hecho por Pixar, Randy Newman, regresó con nota de sobresaliente a la mejor franquicia de películas de animación de la historia, Toy Story 4, con un trabajo que nos recuerda lo bueno que es este hombre, y lo mucho que se le echa de menos en el cine.
Te echamos de menos, Maestro.
03. ALEXANDRE DESPLAT
El francés es raro que no rinda a buen nivel, pero lo curioso es que suele rendir mucho mejor cuanto más alejado suele estar de Hollywood (lo que no quiere decir, para nada, que sus trabajos para el Mainstream no estén bien).
Mientras la secuela de Mascotas es una maravilla de partitura, su Little Women (Mujercitas, 2019), nominada al Oscar a mejor partitura, es una composición que alterna algunos momentos brillantes (la apertura, la escena de la playa y el clímax) con momentos musicales más rutinarios, de consumo (eso si, la partitura es una delicia en escucha aislada, aunque en la película lo dicho, a veces se diluye).
Sin embargo, cuando se acerca a Europa, este año con el binomio Gavras-Polanski, sus partituras son más inspiradas y arriesgadas, con libertad para experimentar y salirse del patrón, lo que nos trae generalmente al mejor Desplat, para que vamos a mentirnos.
Un año genial para Alexandre Desplat, que vuelve a demostrar porque es uno de los compositores más en forma de la industria del cine.
EDUARDO CON
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
---|---|---|
1. Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (Arturo Cardelús) | 1. Luis Buñuel from Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (by Arturo Cardelús) | 1. Randy Newman |
2. Marriage Story (Randy Newman) | 2. Call Me Joker from Joker (by Hildur Guonadóttir) | 2. Arturo Cardelús |
3. Joker (Hildur Guonadóttir) | 3. Anthem from Us (by Michael Abel) | 3. Bear McCreary |
4. Knives Out! (Nathan Johnson) | 4. Theme from Child’s Play (Feat.Mark Hamill) (by Bear McCreary) | 4. James Newton Howard |
5. Mientras Dure la Guerra (Alejandro Amenábar) | 5. Finale from Star Wars: The Rise of Skywalker (by John Williams) | 5. Alexandre Desplat |
CARLOS MULAS
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
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1. 1917 (Thomas Newman) | 1. The Night Window from 1917 (by Thomas Newman) | 1. Bear McCreary |
2. Godzilla: King of Monsters (Bear McCreary) | 2. Mothra’s Song from Godzilla: King of Monsters (by Bear McCreary) | 2. Thomas Newman |
3. Star Trek Discovery Season 2 (Jeff Russo) | 3. Good Omens Opening Title (by David Arnold) | 3. Randy Newman |
4. Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (Arturo Cardelús) | 4. The Rise of Skywalker from Star Wars: The Rise of Skywalker (by John Williams) | 4. Jeff Russo |
5. How to Train Your Dragon: The Hidden World (John Powell) | 5. Rim of the World from Rim of the World (by Bear McCreary) | 5. John Powell |
FERNANDO AYUSO
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
---|---|---|
1. Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (Arturo Cardelús) | 1. J’Accuse from J’Accuse (by Alexandre Desplat) | 1. Bear McCreary |
2. A Hidden Life (James Newton Howard) | 2. Por Ramón from Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (by Arturo Cardelús) | 2. Thomas Newman |
3. Marriage Story (Randy Newman) | 3. A Hidden Life from A Hidden Life (by James Newton Howard) | 3. Alexandre Desplat |
4. J’Accuse (Alexandre Desplat) | 4. The Professor and the Madman from The Professor and the Madman (by Bear McCreary) | 4. Michael Giacchino |
5. Dolor y Gloria (Alberto Iglesias) | 5. España from Mientras Dure la Guerra (by Alejandro Amenábar) | 5. Arturo Cardelús |
- MEJOR BANDA SONORA
Pocas son las ocasiones del año en las que te sientas ante una pantalla y la música te transporta, implica, conmueve, narra y explica (todo en una sola película). Esto me ocurrió el año pasado con la maravillosa Buñuel en el Laberinto de las Tortugas de Arturo Cardelús. Una simbiosis espectacular entre historia y música con una profundidad emocional desgarradora, concebida por y para una película tan humilde como valiente. Por todo ello no me cabe la más mínima duda de que es (para mí) la mejor banda sonora de 2019 a nivel internacional.
Mi top 5 lo completan músicas cinematográficas que me definen como aficionado tanto a la música como al cine: A Hidden Life, con el James Newton Howard más serio y maduro de los últimos años; Marriage Story del incomparable Randy Newman, sobre la cual podéis leer mi reseña; J’Accuse de Alexandre Desplat, la cual considero su mejor trabajo este año (muy por encima de su Mujercitas); y la magnífica Dolor y Gloria de Alberto Iglesias, sobre la cual también escribí en Asturscore.
Otras bandas sonoras reseñables y que quedaron injustamente fuera de mi top personal son las siguientes: Mientras Dure la Guerra, Masquerade Hotel, The Song of Names, The King, How to Train your Dragon: The Hidden World, The Professor and the Madman, 1917, Undone, Zwingli, Traumfabrik, Toy Story 4, Star Wars: The Rise of Skywalker, Judy, Godzilla: King of the Monsters, Rim of the World, Jojo Rabbit, Tolkien, Light of my Life, Motherless Brooklyn o Adults in the Room.
- MEJOR COMPOSITOR
Ni un solo segundo me permito dudar sobre este tema: Bear McCreary, con doce créditos entre largometrajes y series y con bandas sonoras tan magníficas como Godzilla: King of Monsters, The Professor and the Madman, Child’s Play o Rim of the World. Ha sido el compositor por excelencia, el encargado de devolvernos la melodía en todas sus formas y géneros, regalándonos músicas útiles, bellas, terroríficas y divertidas que atestiguan el estado de gracia por el que está pasando el compositor.
- MEJOR TEMA
El momento cinematográfico de 2019 y que más me ha impactado en una sala de cine ha sido el ideado por Alexandre Desplat y Roman Polanski. La película es un crescendo sutil y constante que camina hacia la poderosa escena que da título al tema, donde música, fotografía, edición y puesta en escena reman en una misma dirección. Una potente idea visual, sonora y narrativa que te golpea al mismo tiempo que a los antagonistas del filme. Se trata de una música que viene cocinándose a fuego lento para ofrecer aquí su versión más expansiva y determinante, ayudando a dar sentido a la propia película en su conjunto.
Ha sido un año de grandes temas centrales y secundarios, por lo que difícil ha sido la tarea de elegir cinco. Dependiendo del momento en que me pregunten mi lista puede variar radicalmente. Aparte de los seleccionados, debo recalcar de nuevo la versatilidad temática de Bear McCreary o la capacidad de Michael Giacchino para crear motivos retentivos que te acompañan durante semanas. También los temas de Thomas Newman para 1917 o Tolkien podrían haber ocupado los primeros puestos de mi lista.
RUBEN FRANCO
- Mejor BSO
A pesar de que llegó tardíamente a las pantallas, desde que se supo de este proyecto y que Thomas Newman sería el compositor asignado mis expectativas de ver la película se dispararon, y más sabiendo que prácticamente se había rodado en una falsa toma única.
Por primera vez, y en palabras del compositor, se encontró con un nuevo reto en su dilatada carrera; su música no podía ir por delante de las imágenes, todo estaba sucediendo de forma lineal, en presente continuo, sin flashbacks, sin recursos, solo presente, y la música va descubriendo lo mismo que nuestros protagonistas según avanza, todo un caudal de sensaciones que van desde el horror, la angustia, la desolación y la muerte hasta incluso la belleza (marca «Thomas Newman», con esas bellas y delicadas notas de piano o las cuerdas).
The Night Window es el momento del año en la partitura, pero hay muchos más (el bellísimo coda musical final, algunos cortes de acción, la carrera del soldado protagonista para evitar más muertes en el clímax final, el viaje de los soldados a bordo del camión militar recordando al amigo caído…) dentro de esta sólida y magnífica partitura que, para el que escribe es la mejor partitura del año, eso sí, de la mano de…
02- Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (Arturo Cardelús)
Mi compañero Fernando me había hablado no solo de la magnífica partitura de Arturo, sino de la grandísima película que era Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (ya el año pasado en Málaga pudimos oír una pieza en directo y fue una auténtica delicia).
Con dos temas principales maravillosos e inspirados, sumándole muchos recursos musicales y una calidad y madurez que llaman la atención de forma brutal, Arturo Cardelús ha compuesto una obra maestra con momentos que perdurarán en la memoria del aficionado, una película que habla de muchos temas (Buñuel, la España profunda y pobre, el cine,…) pero que se deja el mejor tema para el cuarto de hora final donde compositor y director ofrecen una película redonda cargada de emotividad, de la sincera, de la que emana del corazón cuando se habla de verdadera amistad.
03- J’Accuse (Alexandre Desplat)
Roman Polanski ha rodado la que podría ser su última obra maestra desde The Ghost Writer (El Escritor Fantasma, 2010); una película redonda, sin fisuras, cocida a fuego lento, preparada para convertir el discurso del «traidor» Richard Dreyfuss en todo un alegato político y social para remover conciencias no solo por aguas pasadas… sino por el climax actual de racismo y corrupción que se viva en Europa, y que narices, por todo el mundo.
Le acompaña Alexandre Desplat, quien siempre que se aleja del Mainstream o Hollywood suele brillar con más intensidad, como sucede aquí, donde su partitura es colosal; poca música pero bien elegida y utilizada en los momentos que debe, destacando esa brutalidad de corte llamado J’Accuse (Yo Acuso), donde Polanski centra la potencia de su discurso, y así lo entiende Desplat, ofreciendo uno de los mejores momentos del año 2019.
Muchos se quedarán con la pomposidad y belleza de Little Women (Mujercitas, 2019), pero servidor, y de lejos, se queda con J’Accuse y …
04- Adults in the Room (Alexandre Desplat)
…sí, Adults in the Room (Comportarse como adultos, 2019), otra brillante aportación del francés Alexandre Desplat al universo cinematográfico de Costa-Gavras, quien en esta ocasión, basándose en el libro autobiográfico del polémico ministro griego Yanis Varoufakis, construye una malévola crítica política contra todo, desde la burocracia de la UE hasta la hipocresía de los líderes políticos griegos (Tsipras).
Alexandre Desplat, francés pero con raíces griegas, compone una partitura llena de matices autóctonos del país donde suceden los acontecimientos, Grecia, con unma grave crisis financiera que asoló al estado en 2015 y que hoy día sigue más presente que nunca.
El francés, mostrando una inteligencia suma, ofrece una partitura llena de ritmo, casi a modo de ballets y waltzs, llena de ironías y sutiles variaciones que van con los que recovecos y vaivenes burocráticos, hasta tal punto que el clímax final, representado en el corte Europe (una de las escenas más brillantes e inteligentes del cine en los últimos 20 años), ofrece el remate final a toda la frase que se vivió en el 2015 con el «problema griego».
05- Togo (Mark Isham)
En mi manía por impedir que caigan en el olvido auténticas joyas musicales, se encuentra el partiturón que ha compuesto el magistral Mark Isham para Togo, película de Disney que se estrenó en diciembre del 2019 con William Dafoe y que desmitifica, y con razón, la realidad acerca de Balto como el perro artífice de la heroicidad de llevar medicinas para combatir una epidemia de difteria en Nome a lo largo de 700 millas y bajo unas condiciones mortales (congelación extrema, lagos de hielo derritiéndose, acantilados mortales…). Fue Togo, señoras y señores.
Lo de Mark Isham es de escándalo; melodías maravillosas (To Nome, primer corte, es toda una declaración de intenciones), cortes de acción y épicos vigorosos (desde el espléndido All Alaska Sweeptakes hasta los percusivos Crossing the Sound) sin olvidarnos de auténticas codas finales que encogen el corazón cuando ves las imágenes (como el corte Last Legs). ¿Que podíamos esperar de un hombre que nos emocionó con partituras como Eight Below, Racing Stripes, Never Cry Wolf o Fly Away Home?
Pocas veces se le reconoce el mérito que tiene este hombre (no seré yo el que venga aquí reivindicando el lugar que se merece este genio), pero es de justos decir que con Togo, Mark Isham nos ha hecho tocar el cielo, al menos a mi (eso si, suspenso para Disney por quitar de la película el bellísimo corte final de Isham y meter un tema de Max Ritcher, el mismo que se metió en Arrival… manda narices).
- Mejor Tema
Del mismo horror de la guerra, del propio infierno que se nos presenta ante nuestros ojos, ante la ventana de la noche, la belleza más mortal se nos puede presentar con tonos rojizos, una belleza efímera que vuelve a mostrarnos el mismo horror que reinaba antes de tan dantesco panorama, con el azote alemán en pos de nuestro protagonista.
Thomas Newman ha conseguido dos cosas llegado a este punto en la película: demostrar lo GRAN compositor que es (nada nuevo) y que aun le queda muchísima música espectacular por componer, y es que The Night Window es, sin ningún género de duda, no solo una de las mejores secuencias audiovisuales del 2019, sino una de las grandes secuencias de los timos años.
El dedo acusador de Polanski señala al ritmo de la demoledora y apabullante marcha musical compuesta por Alexandre Desplat para uno de los mejores momentos audiovisuales del 2019, el mismo dedo que hoy podría repetir operación para los tiempos que nos toca vivir.
Cuando Desplat quiere y le dejan, puede ser y es uno de los mejores compositores cinematográficos del año, y en escenas como esta lo demuestra.
Sino fuera por el constante empeño del director Terrence Malick de convertirse en absoluto protagonista de sus películas, para bien y para mal, estaríamos hablando de una de las mejores bandas sonoras del 2019 y de una nominación al Oscar a mejor banda sonora e incluso película (argumentalmente es muy potente lo que cuenta la película).
El problema es del de siempre; casi 3 horas de bellas imágenes, con algún que otro cabeceo, para una película hecha para gustar a Malick (el espectador se la trae al pairo), y que tristemente tiene un argumento y un mensaje tan contundente y maravilloso que da rabia que se disperse con los típicos males y excesos del director (una lástima).
Lo mejor, eso si, un James New Howard que compone uno de los temas más hermosos de los últimos 20 años diluido entre las tres horas de duración de la película y entre mucha música clásica diegética (al menos no le han pervertido musicalmente la partitura como a James Horner en The New World o amputado y mutilado como a Alexandre Desplat en The Tree of Life).
James nunca defrauda, y aunque la Academia o los grandes premios no hagan más que evitarle, los aficionados a la música de cine tenemos una cosa muy clara: el jamás falla.
Solo con Bear McCrear ya podríamos hacer un Top Ten de Temazos del 2019, tanto con sus participaciones en la televisión como en el cine (con hueco incluso para sus obras menores, como Eli, donde en el tramo final se erige protagonista absoluto de la función con su música, dándole ese toque de calidad que necesitaba la película, por otra parte una sorpresa agradable).
Y en una época de secuelas, precuelas, remakes, reboots y otras chicas del montón (cual película de Almodóvar), el remake/reboot de Child’s Play (Muñeco Diabólico, 2019) llegaba con escepticismo para mi, aunque si partía con dos ases en la manga; una, MARK HAMILL (hay que ver la película en versión original… lo que hace este hombre poniéndole la voz a Chucky es increíble), y dos, BEAR McCREARY.
Bear McCreary, desde que saltó al cine, no ha hecho más que crecer, y su leitmotiv principal para Child’s Play es toda una pasada, solo hay que ver en youtube la interpretación musical del tema central (toda la instrumentación peculiar, que incluye hasta el sonido de juguetes).
Añádele a Mark Hamill a modo de Jingle cantando aquello You’re my Best Friend y tienes, además, un clásico moderno del horror negro. Imprescindible.
Una excelente película, dirigida por Edward Norton (su segunda) y con un reparto increíble (William Dafoe, Alec Baldwin,…), muy bien ambientada (New York, años 50), una historia de cine negro con tramas de corrupción política y muchos más hilos que irán construyendo un todo argumental francamente bien rematado (no deja de ser una película sencilla pero realizada con mucho oficio y muy buen gusto, una pequeña joyita vamos).
Lo que está a otro nivel es la excelente partitura de Daniel Pemberton, valor también al alza, que fue nominado a los globos de oro por su partitura de corte noir, donde destaca, sobremanera, el tema que el compositor destina a la denominada habitualmente como femme fatal, y que se recoge en éste corte llamado Woman in Blue.
Para los que amamos este género musical (me vienen a la mente Chinatown o Farewell, my Lovely) es una pieza musical que devuelve brillo al cine con un compositor que ha sabido y sabe desmarcarse para seguir creciendo con cada asignación, diversificando estilo muy pisando firme con lo que hace.
- Mejor compositor
- Bear McCreary
Ha sido el año McCreary, y no solo por producción (ha sido de los compositores más prolíficos) sino por la variedad, y sobre todo, y por encima de todo, por la calidad. Tenemos de todo, pero que hasta Eli o Happy Death Day 2U estén francamente geniales (sus clímax musicales son brillantes), habla del gran año del compositor.
Y ojo con la película injustamente denostada, aunque irregular, llamada The Professor and the Madman (Entre la Razón y la Locura, 2019), porque contiene uno de los mejores temas en la carrera de McCreary, y una de las mejores partituras del año (lástima que la película no funcionase, era una banda sonora muy nominable a los Oscar).
¡ Bravo Bear! Añazo
- Alexandre Desplat
Desde que vi en el cine J’Accuse (El Oficial y el Espía, 2019) me quedé enamorado de su composición, y el segundo puesto, que era de Thomas Newman, lo consiguió con su Adults in the Room. Con dos trabajos así, y otros dos brillantes, especialmente The Life Secret of Pets 2 (Mascotas 2, 2019) no era raro (y eso que tengo predilección por Thomas Newman).
- Thomas Newman
Ves The Highwaymen, por cierto, película brillante, de las de antes, y piensas… que bueno es éste tío, como lo borda, especialmente por el tono folk de la música de acción, algo nuevo en su carrera por la forma en la que está tratado musicalmente.
Acto seguido ves Tolkien y sigues pensando que maravilla de película (y que pena de película, que estando bien se quedó en tierra de nadie). Un Thomas Newman melódico, mágico y experimental.
Y entonces llega Sam Mendes con 1917, pensando que a lo mejor es el año de Thomas Newman en los Oscar, y ya acabas de rematar la faena, con un partiturón de los suyos, en la linea de los grandes trabajos (medio peldaño por debajo, pero rozando el nivelazo).
Ha sido otro gran año, y ya van unos cuantos. Fan total del compositor desde que era un adolescente y me quedé prendado de sus The Linguini Incident y Josh and S.A.M., ya estoy pensando en que nos regalará el año que viene.
Soy muy MARCO BELTRAMI. Me declaro muy FAN, pero mucho, desde siempre, desde que entró en mi vida con The Watcher (Juego Asesino, 2000) y Mimic (1997). Es un tío que siempre me parece interesante, solo le falta acertar en la elección de proyectos porque calidad le sobra.
Para muestra un botón; Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile (Extremadamente Cruel, Malvado y Perverso, 2019), una película infravalorada que es una pequeña joya en mi opinión, y que contiene un excelente trabajo de Beltrami (junto con Dennis Smith) con un fabuloso tema final llamado The Truth, momento que sucede cuando lo que todos sabemos sobre Ted Bundy por fin sale a la luz. El corte es de una belleza y delicadeza desgarradora, fusionando una voz solista femenina con una base clásica y música electrónica. Una genialidad, en pocas palabras.
Súmale muchos trabajos, y buenos, tanto televisivos (como el reboot de The Twiligth Zone) como cinematográficos, donde destaca la adrenalina y el jazz de Ford Vs Ferrari (Le Mans 66, 2019) y tienes un año realmente bueno y maduro.
Lo dicho, solo le falta aceptar más con algunos proyectos y… Bingo!!!
- Randy Newman
Tiene Toy Story 4 que suma, por supuesto, pero solo con Marriage Story ya me hubiera tenido en el bolsillo. Una joya. Es un placer inmenso volver a disfrutar en estos tiempos que corren de un compositor de esta calidad y envergadura.
BERTO PENA
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
---|---|---|
1. 1917 (Thomas Newman) | 1. J’Accuse from J’Accuse (by Alexandre Desplat) | 1. Thomas Newman |
2. A Hidden Life (James Newton Howard) | 2. Jojo’s Theme from Jojo Rabbit (by Michael Giacchino) | 2. Randy Newman |
3. Jojo Rabbit (Michael Giacchino) | 3. Sixteen Hundred Men solo from 1917 (by Thomas Newman) | 3. Alexandre Desplat |
4. Little Women (Alexandre Desplat) | 4. Le Mans 66 from Ford Vs. Ferrari (by Marco Beltrami) | 4. James Newton Howard |
5. Marriage Story (Randy Newman) | 5. Call Me Joker from Joker (by Hildur Guonadóttir) | 5. Michael Giacchino |
DANIEL FERNANDEZ
- Mejor BSO
- Buñuel en el Laberinto de las Tortugas (Arturo Cardelús)
Las consideradas mejores partituras de la historia no son sólo aquellas que tenían una estupenda estructura narrativa o esa que vulgarmente decimos encajaban perfectamente con la película. Las partituras más recordadas tal vez sean aquellas que traspasaban la propia historia y que se instalaban en el inconsciente colectivo, sin pedir permiso. Yo llamo a eso magia. Es lo que pasa aquí.
Una férrea amistad que sobrevive el paso del tiempo, la miseria de una tierra dejada de la mano de Dios o la icónica personalidad de una personaje son captadas de una forma tan bella como auténtica. Ese díptico que son música e imágenes hablan el mismo el lenguaje y el paso de una acompaña a la otra para dar como resultado una obra con entidad propia y que fácilmente se instala en el alma y el corazón del que ha visto esta película.
- Marriage Story (Randy Newman)
Menos es más. Esta máxima que tan poco se contempla hoy en día en el mundo de la música de cine aquí se cumple milagrosamente y de una forma sumamente exquisita y sensible, no sólo en lo musical, también en lo cinematográfico. Randy Newman interviene únicamente en los momentos que tiene que intervenir y de forma muy sucinta acariciando a los personajes con mucha ternura y compasión.
Actúa de complemento perfecto a esa tesitura dramática y de fractura del amor que impera en la totalidad del film recordándonos que detrás del inevitable final del matrimonio hay algo tan puro y sincero como ese amor que una vez se procesaron dos personas que estuvieron entregados la una a la otra y se enamoraron. La música subraya el amor no sólo como algo que sigue presente sino que perdurará en el tiempo.
- The Professor and the Madman (Bear McCreary)
Me hubiese resultado muy fácil poner el tema principal de esta película en el primer puesto de lo mejor del año. Pero tras ver la película y escuchar la banda sonora de forma aislada te das cuenta de que este trabajo es más que ese extraordinario tema para expresar no sólo la devoción por el lenguaje escrito y hablado sino que a la vez conforma una poderosa y auténtica amistad entre dos hombres muy distintos. Ese tema es sólo una cura para que el personaje central se redima.
Para él hay otro tema, mucho más discreto pero que ejerce una gran influencia en la sombra pues lo que transmite es el óbice para que este trabajo alcance una gran trascendencia a nivel narrativo y se erija pues en su conjunto entre lo mejor del año. Aquello no es más que un profundo y conmovedor sentimiento de misericordia hacia un hombre desprovisto de conciencia y con el alma resquebrajada por mor de la guerra que hace que el espectador se sienta involucrado en su sino.
El conjunto resulta ser tremendamente sólido y coherente con la historia. Exuda pasión y verdad y, ante todo, muestras a un compositor en estado de gracia y continua inspiración. Lástima que la película no haya alcanzado mayor relevancia pues pese a sus apenas reseñables defectos de forma merece y mucho la pena.
- The Lighthouse (Mark Korven)
Pese a su aparente anarquía y arbitrariedad esta es una música calculada que sabe cuáles son sus objetivos y los logra superar con creces. El espectro de la película de Robert Eggers es completamente psicológico y la música nos ayuda a entenderlo. Esta es la música de los deseos reprimidos y de una psique enfurecida. Parece una música ambiental pero realmente nos está revelando aquello que subyace en la mente del protagonista en su forma más abyecta.
Consigue tal compenetración con la historia y sus propósitos que no cabe más que aplaudirla y se une al grupo de esas músicas de pesadilla que tanto nos apasionan a los amamos este género. Un nuevo logro para el director y compositor de la excelente y aplaudida The Witch.
- How to Train Your Dragon: The Hidden World (John Powell)
La trilogía toca a su fin con una banda sonora que recorre todos los temas antes expuesto añadiendo nuevos de una forma coherente, muy madura y transmitiendo todos aquellos valores que la saga ha querido mostrar. John Powell no se destaca esta vez tanto por los temas de acción como lo más líricos y sentimentales aportando un plus de emoción y sensibilidad a esta entrega que procura una conexión más directa con el espectador y mayor involucración en la resolución de los conflictos planteados. Este es el aspecto más destacado y por el que creo merece estar en lo más alto de la lista de este año. Esa dimensión épica para lo emocional constituye un colosal colofón para una trilogía que desde ya es referente no sólo en la música de animación, sino en la música de cine en general.
Mencionar los temas para las danzas y flirteos de los dragones que son absolutamente gozosos y llenos de gracia y el nuevo tema para el mundo oculto que es rotundamente inspirado y evocador. Hablamos tal vez del mejor compositor del cine en la actualidad.
OTRAS BANDAS SONORAS DESTACADAS: 1917, Togo, El silencio de la ciudad blanca, Parasite, Motherless Brooklyn.
- Mejor Tema
1. A Hidden Life from A Hidden Life (by James Newton Howard)
Conseguir hoy en día un tema que trascienda la propia película es algo harto complicado de ver. Pero si ese tema, además, se aplica a una película con las mismas ínfulas estamos hablando de un logro extraordinario que merece resaltarse por encima de cuales quiera otros. Eso es lo que consigue James Newton Howard: trascender la propia vida, el mismo razonamiento, la amenaza de la guerra y la separación, penetrar en el pulmón del amor y confabularse con la belleza de la naturaleza como metáfora de lo incorruptible y lo eterno.
Sintiendo más allá de lo terrenal y lo mismamente sentido y encontrando en ese halo, sólo y solamente ahí, la razón por la que poner un pie en el suelo cada vez que te levantes merece la pena.
2. Europe from Adults in the Room (by Alexandre Desplat)
Un tema principal con un malévolo y esperpéntico doble trasfondo. La película no deja de ser una sátira y así nos lo muestra Alexandre Desplat con su música. Por un lado nos encontramos música de carácter netamente heleno presentada en forma de graciosa y divertida danza con la que el compositor quiere demostrar esa lucha de poder entre Grecia y Europa para que la primera continúe (o no) en Europa después de las elecciones griegas. Por otro lado la misma situación de caos generada que Desplat y Costa-Gavras la derivan en todo un guiñol de situaciones absurdas que la música explota excelentemente.
Es como un baile en el que cada uno quiere llevar la voz cantante y nunca se ponen de acuerdo. La perseverancia y obstinación del ministro de finanzas griego trae en jaque continuamente a Europa y parece que tiene dominado al gran gigante. En la escena final es cuando se revierten completamente las tornas y este tema se compenetra con la escena de forma absolutamente brillante y genial para resumirnos en apenas cinco minutos lo que ha sido esta película: la historia de David contra Goliath con la salvedad de que la honda eran 27 hojas de papel mojado. La vida misma.
3. J´Accuse from J´accuse (by Alexandre Desplat)
Alexandre Desplat castiga con el silencio a todo el alto mando del ejército francés como prueba de la grave ofensa infringida al inocente Richard Dreyfuss. Sólo en un momento la música alza la voz (la del mismo Dreyfuss) de forma determinada y poderosa para señalar a los culpables de la mano de la afilada pluma de Emile Zola. Los ofensores van siendo saliendo a la luz pública mientras este poderosísimo tema los juzga sin ningún miramiento y da sentido a todo ese silencio musical que ha imperado en la película. Es la misma contundencia con la que el director Roman Polanski va señalando en la sombra a todos aquellos que lo han juzgado por sus supuestos delitos.
4. España de Mientras dure la guerra (by Alejandro Amenábar)
Dos Españas. Una gris y turbia que con el paso del metraje va enmudeciendo y se va convirtiendo en la sombra de lo que los hombres libres desean y ansían. La otra España, que es la llana, la de la gente sencilla que sólo pide vivir el día a día entre sus labores o tomando un café en la plaza del pueblo mientras platican entre los pros y contras de las propias ideas. Sólo se trata de charlar entre amigos. Dos temas que en el fondo son uno. Igual que dos enfoques que en realidad son uno. El de la misma persona. Uno gobernado por el miedo y una férrea creencia en el orden establecido aunque falto de compromiso pese a una portentosa labia. La otra basada en la propia esencia de sentirse un ser libre. Hablando con libertad y a la vez contradiciéndose, entre amigos que no miran de qué color es tu chaqueta.
Cuando Miguel de Unamuno divaga junto a su aprendiz de espaldas a la cámara a la vez que contemplamos la belleza de la basta meseta castellana, aquella que por tradición ha representado nuestra orografía, suena este tema. Y nos permite que respiremos junto a él y veamos en cuán hermoso en sentirse dueño de su propia vida. Ese dedo que te señala a que bando has de pertenecer se difumina entre la tierra yerma y disfrutas de los pequeños momentos que te regala la vida. La oscuridad se convierte en luz y los amigos en el bastión sobre el que se soportan los momentos más duros. Realmente es un canto a la libertad en una época en la que la mordaza empezaba a ser lo habitual.
5. Power to the People from Spider-Man: Far from Home (by Michael Giacchino)
Sirva este tema como representación de todas sus variaciones que es lo que pretendo transmitir. La doble cara del personaje queda perfectamente reflejada con la música de Michael Giacchino. Este doble juego engaña incluso desde un principio al mismo espectador haciéndole creer que es un superhéroe más. En este caso nos encontramos con una música rebosante de energía y mostrándonos a un personaje salido de la nada que parece inspirador. Sin embargo, Mysterio no es quién resulta ser y esto es revelado con una variación del tema siniestra e inquietante. Nos revela un personaje que permanece en la sombra pero que en todo momento resulta amenazante y peligroso.
La instrumentación utilizada para reflejar todas las facetas de este personaje es lo más fascinante de este trabajo. Portentoso sinfonismo para ese Quentin salvador del mundo. Excelente la electrónica para denotar sus habilidades mágicas,amén del misterio que rodea su figura, y una acústica que en el fondo nos está mostrando toda su perversidad y poder manipulador. No puede haber un recorrido mejor trazado musicalmente hablando para un personaje que finalmente resulta icónico.
OTROS TEMAS: The Night Window (from 1917), Woman in Blue (Motherless Brooklyn), The Profesor and the Madman (from The Professor and the Madman), J´ai perdy mos corps (from I Lost My Body),Crossing the Sound (Togo)
- Mejor Compositor
- Bear McCreary
Hacía tiempo que no era tan incuestionable y rotundo quién ocuparía el puesto número uno en este ranking. Y no sólo en Asturscore, muchas web especializadas han coincidido en señalar el mismo nombre. Hay motivos de sobra para ello. Musicalmente ha compuesto un puñado de los mejores temas del año. Inspirados, sofisticados, originales, vigorosos y siempre con una intención narrativa detrás.
Pero ha ido mucho más allá y ha sabido construir toda una sólida arquitectura alrededor de ellos cuando muchas bandas sonoras se quedan en la mera exposición de aquel. Esto ha hecho que todos y cada uno de estos sus trabajos adquieran en su conjunto gran coherencia narrativa y a la vez no sean un mero parche dentro de la película. Rebosa convicción en sus planteamientos y gran determinación en su ejecución. Estos cimientos han sido tan fuertes que incluso películas a priori intrascendentes adquieran relevancia gracias a la música.
Ahí tenemos sin más el caso de la infravalorada The Professor and the Madman en la el compositor extrapola la pasión por las palabras de un hombre culto a la amistad surgida con un militar con esquizofrenia. Sus trabajos en el suspense y el terror no han sido menos notables ya que ha sabido extraer todo el jugo de su tema principal y montarlo con el resto de música para construir experiencias realmente inolvidables con su música. Como en Child´s Play en la que el compositor se saca la chorra y hace absolutamente lo que quiere con su brillante tema principal. Juega con él como un niño pequeño tanto en sus formas más terroríficas como humorísticas y cuasi humanas para dar como resultado una de las bandas sonora más compactas dentro del género de terror de este año.
No le va a la zaga la desconocida Eli, con uno de los clímax más aterradores de este año y con una progresión de su tema principal, acompañado de otras músicas más desalentadoras, realmente magnífica que sabe jugar muy bien con la sutileza del personaje. En Happy Death 2U el compositor sigue la línea de la anterior entrega ampliando el espectro sinfónico y volviendo sus temas más dinámicos y coñones aún. No pierde la esencia de aquella que no es otra que la de aunar humor y terror de forma brillante y divertida captando perfectamente cuáles han sido siempre la intención de esta saga. McCreary añade un componente de tipo más emocional que queda algo diluido por la propia dispersión de la película.
La prueba de fuego estaba en poner música a un nueva película sobre el mito de Godzilla titulada esta vez Godzilla: King of the Monsters. No voy a ser yo quién eche agua al fuego criticando lo inapropiado de la aplicación del mítico tema de Ifukube que parece restar valor o lo original compuesto por McCreary o la sobresaturación en detrimento de lo narrativo y a favor de lo épico y espectacular. Detrás de todo este montante hay un descomunal trabajo de producción y, sobre todo, una apabullante elaboración sinfónica que raro será al que no haga levantarse de su asiento. Y todo ello sin tener en cuenta la enorme exigencia de la película, unida a todo el esfuerzo y despliegue creativo del resto de trabajos de este año.
Pero la sorpresa realmente la da el compositor con Rim of The World. Desastrosa película de corte ochentero que el compositor intenta rescatar con una música que intenta emular las de esa época con notable resultado pero sin levantar una nave ya hundida, aunque lo hace plenamente convencido de sus posibilidades y con un espíritu encomiable. El tema principal vuelve a ser de lo mejor del año y simboliza la aventura y el valor. Es inspirado a más no poder y se acompaña de notables temas de acción. Termina siendo una banda sonora que poco tiene que envidiarle a las de los Williams o Goldsmtih de esa época, de los cuáles se notan claramente las influencias pero conservando el sello del compositor. Rubrica el año con la cuarta entrega de la música para la serie Outlander en lo que es otro gran despliegue de recursos dramáticos e inspiradas melodías de carácter celta que destacan por su elegancia y gran puesta en escena.
- Thomas Newman
Tal vez ha sido sino el mejor uno de sus mejores años en los últimos tiempos. Empezó sorprendiendo a todo con una impresionante y más que inspirada obertura en Red Sparrow, para después reencontrarse con uno de sus géneros favoritos en The Nutcracker and the Four Realms y Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald, en dos partituras que hacía de la funcionalidad verdadero arte y nos recordaba porque ha sido y será uno de los mejores nombres actuales en componer música incidental.
Año tras año Fernando Velázquez viene demostrando que es un valor seguro dentro de la música. Poco o nada tiene que demostrar ya. Con sobrada solvencia suele resolver sus trabajos siendo uno de los que mejor hacen narrativa con la música. Este año volvió a desenvolverse como pen en el agua en uno de sus géneros favoritos: el thriller. Con Legado en los huesos volvió a firmar una efectiva partitura de género de gran calidad en lo musical cuyo único lastre esta vez es un excesivo abuso dentro de la película.
Fue En silencio de la ciudad blanco dónde volvimos ver ese compositor que sabe leer milimétricamente la historia y sabe adecuar la intensidad a un guion esta vez irregular. Tal vez si la película hubiese sido más redonda esta banda sonora hubiese tenido mayor trascendencia. Pero ha sido en 70 binlandens dónde hemos visto un Fernando desconocido hasta ahora: jugando con el funk, jazz y ritmos setenteros en una banda sonora que nada tiene que envidiarle a las de aquella época.
En una tesitura muy distinta destacar El hijo del acordeonista, partitura de corte dramático con melodías afligidas y desesperanzadora que vienen a demostrar el buen pulso del compositor en cualquier tipo de género. Eso mismo queda plasmado pero a la inversa en la comedia Lo nunca visto. Aquí Velázquez vuelve a mostrar su destreza para este género a través de temas bastante resultones y animados y un notable tema principal.
- Marco Beltrami
Marco Beltrami es quizás uno de los compositores que ha tenido una progresión más clara desde sus ya más de 25 años de profesión. Su estilo tan marcado ha ido evolucionando sumando otros estilos que lo han hecho crecer como compositor. La prueba sin más la tenemos en la agradable Long Shot (junto a Miles Hankins) de inspiradas melodías románticas que cobran mayor fuerza cuanto más sinfónicas se vuelven.
Tal vez su trabajo menos arriesgado sea Scary Stories to Tell in the Dark (junto a Anna Drubich) en la que destaca únicamente su tema principal para luego tirar de oficio y construir una banda sonora que resulta algo rutinaria y anodina pero con la efectividad que domina el compositor en el género. Ese estilo tan marcado lo encontramos de forma más depurada en la estilosa y bizarra Velvet Buzzsaw (junto a Buck Sanders) en la que el compositor tira de humor negro para logra una sencilla pero resultona banda sonora.
Destacan este año Ford vs Ferrari (junto a Buck Sanders) y Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile (junto a Dennis Smith). La primera se caracteriza por aplicar un variopinto despliegue de estilos que la convierten en una partitura muy ecléctica, fresca y dinámica. Lástima que el camino recorrido no sea rematado y quede la sensación que el compositor podía haber ido mucho más del mero acompañamiento y refuerzo de las imágenes. En la segunda nos encontramos a un Beltrami subversivo e inquietante con un logradísimo tema principal que sabe meterse en la piel de su perverso protagonista y transmitirnos de forma extraordinariamente sutil su vileza. Está estupendamente acompañado por un lánguido y descorazonador temar romántico. Ambos se compenetran perfectamente con el espíritu de la historia y junto la acertada selección de canciones conjuga una banda sonora no solamente muy efectiva sino que adquiere una entidad propia dentro del mismo film.
Aunque no ha sido uno de los años más boyantes del compositor en cuánto cantidad de trabajos sí que ha destacado por trabajar de forma excelente algunos de los temas centrales de sus películas.
Jojo Rabbit vertebra toda su estructura en torno a un excelente tema principal de corte marcial aplicado al niño protagonista revistiendo de inocencia y gran emocionalidad toda la película y convirtiéndola en una maravillosa fábula sobre la pérdida de la inocencia y el poder de la amistad.
Algo parecido pasa con Spider-man: Far from Home en el que Giacchino exprime el tema de Mysterio al máximo y lo hace interaccionar con fantásticos temas de acción marca de la casa, además del tema del protagonista.
DANI «MAVERICK»
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
---|---|---|
1. The Highwaymen (Thomas Newman) | 1. Fellowship from Tolkien (by Thomas Newman) | 1. Thomas Newman |
2. Tolkien (Thomas Newman) | 2. The Highwaymen End Title (by Thomas Newman) | 2. Randy Newman |
3. Ford Vs. Ferrari (Marco Beltrami) | 3. A Hidden Life (by James Newton Howard) | 3. Bear McCreary |
4. Marriage Story (Randy Newman) | 4. Chasing Bandini from Ford Vs.Ferrari (by Marco Beltrami) | 4. Sonya Belousova & Giona Ostinelli |
5. The Witcher (Sonya Belousova & Giona Ostinelli) | 5. Main on End from Avengers: End Game (by Alan Silvestri) | 5. Marco Beltrami |
Nunca pensé que llegaría el momento de decir que John Williams, Hans Zimmer o similares titanes de la industria no estarían en un top del año, pero bueno, es que no de lo mismo de siempre tiene que vivir la audiencia. Y eso se ha demostrado el pasado 2019, cuando muchos compositores veteranos y algunos nuevos dieron a su batuta vida propia para traernos algunas de las mejores bandas sonoras.
Eso si, tengo que decir que (aunque quizá vaya en contra de algún compañero de la redacción) el Oscar a Joker no es, ni de lejos, merecido, pues muchas otras bandas sonoras que no han sido tan reconocidas se merecían la estatuilla por delante de la obra de la compositora que conquista allá donde va. Pero que se le va a hacer, la academia es la academia.
Este año, mas o menos tengo votaciones igualadas en las 3 categorías, a excepción de la incursión de Alan Silvestri con su tema homenaje a todo el MCU «Main of End», que cierra con broche de oro esta etapa dorada de los superhéroes en el cine, o a James Newton Howard con su pieza principal de A Hidden Life, que es sencillamente sublime. O considerar a Bear McCreary uno de los grandes creadores de este año.
Sin embargo, los grandes triunfadores a mi parecer han sido por un lado Marco Beltrami. Entre las diversas obras que ha firmado, su trabajo en Le Mans 66 me ha impactado en gran medida. Quizá se deba a mi debilidad por las cintas de ámbito automovilístico, pero me ha llegado a los oidos como un buen arranque de motor. Por otro lado, la serie de The Witcher combina de una forma preciosa la esencia épica medieval que podemos ir apreciando en cine, TV y videojuegos en los últimos años, dándole un toque único firmado por Sonya Belousova y Giona Ostinelli. Una de las grandes sorpresas fue el trabajo de Randy Newman.
Acostumbrado como estaba a escuchar su trabajo dentro de la factoría Disney Pixar, me ha dejado atónito con su creación sentimental musical en Marriage Story. Y por último, pero no menos importante, Thomas Newman. Un compositor que durante años me ha pasado por delante sin destacarme demasiado su obra, y que sin embargo este año se ha lucido y me han deslumbrado los oidos con sus piezas en obras como Tolkien y Highwaymen, y eso que me quedó pendiente por ver en pantalla 1917.
Sin duda, un gran año que no ha dejado indiferente a ningún gran aficionado a las bandas sonoras, o al menos, a mí personalmente. Esperemos que este año 2020 pueda estar a la altura con obras tan potentes como las que hemos dejado atrás.
BRAULIO FERNANDEZ
MEJOR BSO |
MEJOR TEMA |
MEJOR COMPOSITOR |
---|---|---|
1. How to Train Your Dragon : The Hidden World (John Powell) | 1. Show Yourself from Frozen II (by Christophe Beck) | 1. Thomas Newman |
2. 1917 (Thomas Newman) | 2. The Night Window from 1917 (by Thomas Newman) | 2. Bear McCreary |
3. Jojo Rabbit (Michael Giacchino) | 3. As Long As He’s safe from How to Train Your Dragon : The Hidden World (by John Powell) | 3. Alexandre Desplat |
4. J’Accuse (Alexandre Desplat) | 4. Finale from Star Wars: The Rise of Skywalker (by John Williams) | 4. John Powell |
5. Penguins (Harry Gregson-Williams) | 5. A Hidden Life (by James Newton Howard) | 5. Michael Giacchino |
Año sin muchas grandes bandas sonoras pero con un puñado de ellas magníficas. Curioso que para muchos esté mejor cerrada la trilogía del Dragon de John Powell que la de Star Wars de John Williams. Para mi incluido. El tercer score de Powell incorpora nuevos y geniales temas y variaciones de los anteriores. Cada uno de sus tres scores es diferente, aún con muchos de los mismos ingredientes, no como con la otra trilogía mencionada. Casi a la par está el grandísimo trabajo de Thomas Newman en 1917, para mí en el top cinco de su carrera, por película, por narrativa, por musicalidad… En un año en el que además ha compuesto otras dos buenas bandas sonoras para Tolkien y The Highwaymen.
Otra de las grandes películas de 2019 fue Jojo Rabbitt, tan genial como 1917, aunque en este caso el score no tiene tanta fuerza dramática. No obstante, es un personaje fundamental para el desarrollo de la historia, y aunque ha pasado desapercibido para muchos, demuestra las habilidades del gran Michael Giacchino más allá de los blockbusters de grandes temazos a los que nos tiene acostumbrados.
Destacar también dos dramas europeos con compositores veteranos que siempre dan lo mejor de sí mismos: J´Accuse y A Hidden Life, donde Alexandre Desplat y James Newton Howard, respectivamente, hacen uso de muy, muy poca música, haciendo que ésta adquiera un papel preponderante allí donde aparece, y otorgando un carácter especial a unas imágenes que, de no ser por la música, perderían fuerza expresiva.
Ha sido un gran año también para uno de los compositores con más futuro, Bear McCreary, brillante en la “ochentera” Rim of the World y exuberante en Godzilla King of Monsters. No debe pasarse por alto tampoco el maravilloso score de Harry Gregson Williams para Penguins, divertido y emocionante, con espléndidas melodías y colores orquestales y electrónicos, muy en la línea de sus últimos trabajos.
Y por último, mención especial al equipo de Frozen 2, con Kristen Anderson López, Robert López y Christophe Beck. La pieza musical de “Show yourself” es maravillosa. La mejor escena con música del 2019 (fijaros en los arreglos orquestales y la combinación de temas a partir de los dos minutos y medio, sinfonismo y lirismo puro), que con ese ya clásico “The Night Window” de 1917, así como todo el tramo final de la tercera del Dragon de Powell (el trío “Armada Battle”, “As long as he´s safe” y “Once there were dragons”, indivisibles), son los momentos en los que a este aficionado se le ha congelado la respiración y se ha acordado, otro año más, de cuál es la diferencia entre que te guste algo, y que ames algo.
Como siempre, desde AsturScore, gracias a todos por seguir ahí con lo mejor del 2019, y hasta el año que viene, con más música, de esa que nos gusta, de la que se ve.