Análisis
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Género
Drama
Lo mejor
La inconfundible personalidad musical de Randy Newman y su capacidad para entender lo que la película necesita en cada momento. Los dos temas iniciales son un regalo para los amantes de su música
Lo peor
Que no podamos disfrutar de forma más asidua de la vertiente dramática y romántica que el compositor destila en esta partitura

Marriage Story

2019

Marriage Story – Prólogo

Cuando en 1973 Ingmar Bergman estrenaba las más de cuatro horas de Scener ur ett äktenskap (Secretos de un Matrimonio, 1974), obra maestra del género, de la televisión y posteriormente del cine, nadie echó en falta una música narrativa. Ni estaba ni se la esperaba. Directamente, no hacía falta.

Podríamos destacar también un ejemplo más reciente que, sin tratar de forma directa el tema del divorcio, sí saca máximo partido a las discusiones de pareja (especialmente en su tercera entrega). No es otro que la prodigiosa trilogía iniciada por Before Sunrise (Antes del Amanecer, 1995). La música tampoco narra, más bien acompaña, y asienta un sentimiento de ligereza asociado a las vacaciones estivales de la pareja.

Otros ejemplos reseñables serían Kramer vs. Kramer (Kramer Contra Kramer, 1979) de Robert Benton, la cual hace uso exclusivo de música preexistente, o la más reciente obra maestra de Asghar Farhadi, Jodaeiye Nader az Simin (Una Separación, 2011) que espera hasta los créditos finales para incluir una música no diegética.

En muchos casos existe la percepción de que la música es incompatible con los diálogos, que ésta puede afectar negativamente o ensombrecer el trabajo de los actores. Esto ocurre sobre todo en películas con cierto cariz intimista, donde tan fácil es traspasar la temida barrera del sentimentalismo. En ocasiones yo estoy de acuerdo con este tipo de afirmaciones, especialmente cuando la música original se usa sin criterio aparente.

En otras, y como comentábamos anteriormente, el director prefiere prescindir de ella de forma consciente y consecuente. Sea como sea, mi opinión siempre es la misma: es el director el encargado de aportar el punto de vista y de tomar las decisiones que bien considere oportunas para que su enfoque sea claro y conciso. A partir de aquí solo queda respetar su decisión y que cada cual valore si la considera acertada o no.

Marriage Story – Randy Newman

En el caso que nos ocupa, una historia con cierto aire autobiográfico escrita y dirigida por Noah Baumbach, donde se nos cuenta el difícil divorcio de Nicole y Charlie (interpretados por Scarlett Johansson y Adam Driver con sendas nominaciones al Oscar), el buen hacer de Randy Newman no solo no empequeñece el gran trabajo de los actores, sino que en ocasiones lo complementa positivamente.

Cinematográficamente, Marriage Story (Historia de un Matrimonio, 2019) me parece una propuesta inferior a las anteriormente citadas, lo cual no significa que la considere una mala película —diría que es de las mejores del año— sino que probablemente tengo a las otras en muy alta estima. De entre todos sus aspectos positivos, que son muchos, me quedo con la vertiente legal del proceso de divorcio: los abogados, los juicios, las mentiras, los reproches, los que pierden (que son todos) y el que más pierde (que es el hijo).

En este sentido, el guión de Baumbach unido al escrupuloso trabajo de los actores (Laura Dern, Alan Alda y Ray Liotta están inmensos) elevan la calidad cinematográfica del conjunto. Las escenas donde los aspectos legales entran en juego están llenas de matices, mostrando a la perfección las frustraciones que los protagonistas se ven obligados a sortear. Baumbach hace una personificación clara y concisa de los letrados, contraponiendo brillantemente la figura del buen abogado sin escrúpulos y la del amable, sincero y seguro perdedor al que dejan de lado. Estas secuencias son disfrutables por la verdad y complejidad que encierran, y me parece fantástica la decisión de los cineastas de no dedicarles música alguna. Pero dejadme que a esto volvamos más adelante.

Newman y Baumbach, que tienen las ideas claras y saben lo que la película necesita, proponen un discurso musical claro y contundente. A diferencia de los ejemplos de Bergman, Linklater o Farhadi, en Marriage Story sí descubrimos una narrativa musical implícita más característica del cine de antaño. Se usa poca música, pero se hace de forma precisa.

Desde un punto de vista sensorial, la película es un plato de varias estrellas Michelin (permítanme el símil culinario). Las texturas conseguidas por Robbie Ryan en la dirección de fotografía maridan a la perfección con las creadas por Randy Newman, tan asociadas a su inimitable personalidad musical. El compositor hace florituras con una pequeña orquesta de cámara donde el sonido de cada instrumento florece removiendo nuestros sentidos. Las texturas son tan claras que casi se pueden tocar. La personalidad de la música es absorbente y abre nuevas vías y posibilidades a las originalmente trazadas por la película.

La propuesta de Randy Newman es compleja dentro de una rotunda sencillez. La partitura goza de una riqueza y variedad temática que contrasta con el carácter contundente e instantáneo de su mensaje. El concepto de la partitura queda definido en los 10 primeros minutos de película, durante los cuales podemos llegar a contar hasta casi diez ideas musicales (entre motivos y temas centrales) lo cual no deja de ser sorprendente. Quizás, en manos de otro compositor la idea principal se habría diluido, pero el magnífico hacer de Newman refuerza la presentación de los personajes con la que abre el filme.

Durante las escenas iniciales escuchamos a los protagonistas dedicarse bellas palabras de forma recíproca, y en ambos monólogos prevalece un tema musical que entreteje los sentimientos de ambos personajes y que rápidamente se convierte en el principal de la partitura. Las palabras y la música parten de un punto común, que no es otro que el amor que les ha unido.

Me resulta dulce y sincera la sensación que genera, especialmente teniendo en cuenta que Baumbach pretende contarnos la historia de un divorcio. Sin embargo, la música de Newman nos habla constantemente de lo que les une (de ahí que tenga tanto sentido dejar a los abogados en silencio). Podríamos decir que, durante toda la película, este tema principal nos habla sobre el pasado, sobre recuerdos y sentimientos que siguen existiendo pero que no experimentarán crecimiento alguno, más allá de la concordia y el respeto mutuo.

Existe a su vez otro tema paralelo que también nos habla de la unión de los personajes, en esta ocasión en tiempo presente y futuro. Estructurado en torno a un bello diálogo entre las cuerdas, las maderas y el piano, se nos presenta un tema dedicado al nexo inquebrantable que supone tener un hijo. La bella melodía no es alegre pero es tierna. Es triste la obligación de tener un hijo a tiempo parcial pero no hay nada más bello que disfrutar de su presencia, por breve que esta sea. El tono que Newman propone me parece perfecto.

Recopilando, tenemos por lo tanto dos temas de amor, ambos centrales y de gran importancia dentro del metraje. El primero es el de la pareja, que, aunque con cierto aire nostálgico incluso en sus versiones más alegres y juguetonas, nunca llega a ser pesimista. El segundo, el del amor al hijo que les unirá para siempre, tiene un carácter más íntimo.

La parte más bella de la película, al menos conceptualmente hablando, tiene lugar al final de la misma, momento en el que ambos temas terminan por entablar un diálogo. Se produce en la escena en la que Charlie lee con su hijo la carta que Nicole escribió y que escuchamos al inicio del filme. El tema principal acompaña las bonitas y generosas palabras de Nicole, potenciando la idea de que lo que una vez existió aún no se ha extinguido. Tanto la escena como la música experimentan una rápida transición hacia el exterior de la casa, donde vemos al hijo que, cansado y resignado, espera la despedida de uno de sus padres. Suena el segundo tema central, el cual enfoca hacia los sentimientos del pequeño y la actitud cordial de los padres que terminan por despedirse cariñosamente. Es entonces, cuando se separan, y tras una bella transición musical, cuando suena de nuevo el tema principal de la pareja. Los caminos que toman son opuestos, pero siempre seguirán estando unidos.

Scarlett Johansson y Adam Driver en una de las escenas de Marriage Story

Como venía diciendo, la partitura encierra una complejidad temática que va más allá de los dos temas centrales destacados. Adicionalmente, los personajes quedan representados por pequeños motivos musicales que se adhieren a sus estados de ánimo. El de ella, un recurrente motivo de tres notas ascendentes, adquiere numerosas variaciones dependiendo del estado de ánimo de la protagonista. El de él, sin embargo, tiene una cualidad ciertamente estática. Su carácter lineal queda representado por la simplicidad de variaciones que propone el compositor. Ambos están montados en una montaña rusa de emociones, pero quizás, en líneas generales y desde un punto de vista externo, ella tiene los nervios más a flor de piel.

Existe un segundo tema asociado al personaje de Charlie, el cual nace durante el transcurso del metraje, ya cerca del final. Para el que suscribe, se trata del momento musical más inspirado de la partitura, y sirve para abrir la puerta a una nueva vida. Suena cuando él adquiere un piso en Los Ángeles, afrontando un cambio crucial que no entraba en sus planes. Vemos cómo Charlie se esfuerza por afrontar la situación pero la música es melancólica, tiene un peso dramático que nos habla de su insatisfacción personal.

Por último, destacar un tema secundario de carácter jovial que acompaña a las escenas donde los protagonistas intentan recobrar cierta cotidianeidad. Ella vuelve al trabajo o él intenta disfrutar inútilmente de una noche de Halloween con su hijo. La contraposición de esta música sobre dichas secuencias me hace pensar en el Hollywood clásico, en blanco y negro y sin sonido. En definitiva, un contrapunto perfecto para el resto de la partitura.

Marriage Story – Conclusiones

Es de agradecer que directores como Baumbach apuesten por una música con personalidad y sin concesiones a las modas de Hollywood. Desde primera hora se decanta por un estilo visual y musical complementarios, además de apostar por un discurso narrativo donde la música es fundamental. No solo hablamos de la labor de Randy Newman, sino también del buen gusto con el que el director incluye números musicales, como el ya icónico Being Alive (del musical Company escrito por Stephen Sondheim) que canta el protagonista.

Randy Newman es una leyenda viva del cine, de eso no hay duda. Aún me pregunto cómo es posible que en los Oscars no se levantara el patio de butacas al unísono para aplaudir a un genio casi olvidado por la industria. Aunque, precisamente, quizás ése sea el motivo. El compositor, con su habitual e inconfundible voz propia —me refiero a la musical— entrega una partitura medida, tanto en tiempo de aplicación como en intenciones. Compone melodías y sonidos que nos hacen viajar en el tiempo hacia maravillas como Ragtime, Avalon o Awakenings. En definitiva, una delicia para el paladar del que escribe, y espero que para muchos de los que leen estas líneas.

Marriage Story – Epílogo Temático

Correspondencia de temas de la edición discográfica:

  • Tema principal – pareja – unión del pasado: What I love About Charlie (Reprise)
  • Tema central – hijo – unión de presente y futuro: Mommy Phase, New House y Sgt. Pepper Shoelaces.
  • Tema asociado a Charlie: Separate Lives.
  • Tema asociado a Nicole – versión triste: Last Critique (en la segunda parte del corte aparece el tema dedicado al hijo).
  • Tema secundario – segundo tema de Charlie: Shouting and Shopping.
  • Tema secundario – recuperación de la cotidianeidad: Procession to the Trailer, Trick or Treat y Sockpants / Dirty Sockpants.

La mayoría los temas y motivos aparecen representados en los dos cortes iniciales: What I Love About NicoleWhat I Love About Charlie.

Marriage Story

  1. What I Love About Nicole (03:26)
  2. What I Love About Charlie (03:43)
  3. Last Critique (01:41)
  4. Procession to the Trailer (01:20)
  5. Nicole Tells Her Story (01:02)
  6. Mommy Phase (01:01)
  7. Trick or Treat (01:19)
  8. New House (01:32)
  9. Sockpants/Dirty Sockpants (01:27)
  10. Shouting and Shopping (01:40)
  11. Separate Lives (01:12)
  12. What I Love About Charlie (Reprise) (01:36)
  13. Sgt. Pepper Shoelaces (01:07)
  14. End of Story (Credits) (02:46)
Duración total: 24:52 minutos
Compositor: Randy Newman
Sello: Lakeshore Records
Formato: CD
Fecha de lanzamiento 13 de Diciembre de 2019
Marriage Story