Análisis
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Género
Bélico, Drama
Lo mejor
Su posicionamiento musical con las imágenes, tomando partido deliberadamente
Lo peor
Su a veces EXCESIVO protagonismo sonoro en algún momento, sin sutilezas y en bruto

All Quiet on the Western Front

2022

El horror de la guerra, de CUALQUIER guerra, no hace más que recordarnos lo terrible, salvaje y bruta que es la raza humana cuando echa a andar la maquinaria bélica (algo que todavía hoy día sigue muy presente), y tenemos uno de los máximos exponentes en la magistral All Quiet on the Western Front (Sin Novedad en el Frente, 2022).

Triunfadora total en los BAFTA, además de alzarse con 4 de los 9 Oscar a los que estaba nominada, esta película contiene algunos de los momentos más brillantes y terroríficos del pasado 2022, con poco espacio para la tranquilidad, y donde la música del compositor alemán Volker Beltermann (aka Hauschka), para bien (y a veces no tanto…), toma partido y parte en el resultado final, llevándose finalmente el Oscar a mejor partitura original.

Sin Novedad en el Frente – La película

No me cabe duda alguna de que esta es una de las mejores películas del 2022, independientemente de los premios que haya acumulado (por contra, pienso todo lo contrario de Everything Everywhere All At Once (Todo a la vez y en todas partes, 2022), una película que tenía todo para haberme gustado y que, salvo su reparto, no me ha dicho absolutamente nada).

All Quiet on the Western Front, basada en la novela alemana de Erich Maria Remarque de 1929, es la tercera versión/adaptación que se ha hecho de la misma, y la primera que se hace por parte de Alemania (las otras dos, versiones de 1930 y 1979, son producciones norteamericanas, notables adaptaciones que han quedado como películas bélicas de referencia, llevándose dos Oscar la primera adaptación y un globo de oro a mejor película televisiva la segunda).

Y detrás de esta nueva versión se halla una de las grandes productoras actuales, Netflix, quien ha dado la campanada con un producto lleno de calidad que se alzado con el Oscar a mejor partitura, a mejor película extranjera, mejor fotografía y a mejor diseño de producción.

Ni tan mal, teniendo en cuenta que la película de Steven Spielberg, la genial The Fabelmans (Los Fabelmans, 2022), esa maravillosa y ácida comedia negra llamada The Banshees of Inisherin (Almas en Pena en Inisherin, 2022), la vibrante Elvis (2022) o la magistral y brutal Tar (2022) se han ido, literalmente, de vacío (del desequilibrio de la sobrevalorada película de multiversos ni hablamos… para gustos colores, pero el mío está muy lejos de ahí).

Muchas son las virtudes de este descenso a los infiernos, siendo el principal el sinsentido que tienen todas las malditas guerras, y como la maquinaria política y los grandes egos militares condenan y sesgan la vida de miles de personas (millones en el caso de las guerras mundiales) en pos de los intereses geopolíticos que correspondan.

La escena de los jóvenes siendo engañados al comienzo de la película, lavándoles la cabeza con estupideces del estilo «luchar por una causa noble» o por la «patria» (como aborrezco cuando se hace bandera de esto) es lamentable pero muy actual. Cuando el horror de la guerra en estado puro se hace manifiesto, todo deja de tener sentido. Peleamos y morimos por personajes que dirigen el destino del mundo, todo para que el sistema siga manteniendo bien alimentada la maquinaria bélica, los intereses económicos y las locuras y egos de nuestros dirigentes mundiales.

En ese aspecto, All Quiet on the Western Front es una película ejemplar, porque no vamos a encontrar apenas espacio para el optimismo; es una película opresiva, violenta y desagradable, con pocos momentos de respiro (quizás las interrelaciones entre algunos de sus protagonistas, compartiendo una buena comida, alguna conversación o incluso un escarceo con alguna chica).

En mi opinión, una grandísima película, de brillante cinematografía, excelentemente rodada (Edwar Berger) e interpretada (especialmente el protagonista, Felix Kammerer, con la presencia de Daniel Brühl), y que quedará como una de esas películas bélicas de referencia para el futuro, unas las más duras y terribles jamás rodadas, y que tristemente pone de manifiesto el horror del conflicto todavía hoy tan presente.

Sin Novedad en el Frente – Volker Beltermann

Pese a no ser de la partida de los Globos de Oro, se coló en los Oscar, se llevó el BAFTA, y finalmente también se alzaría con la estatuilla dorada hace una semana exactamente, pasando a formar parte de la ilustre lista de compositores oscarizados de la historia, guste más o guste menos.

Para Volker Beltermann esta no era su primera nominación, ya lo había sido por aquel estupendo drama australiano llamado Lion (2016), nominación compartida con Dustin O’Halloran, una época donde Volker era conocido como Hauschka.

Creo que Lion fue el trabajo que me puso en el mapa a Volker, pero los trabajos que me harían fijarme en el como un compositor interesante serían la durísima y violenta película de Hotel Mumbai (Hotel Bombai, 2018), donde componía un trabajo duro y sin concesiones, la sugerente y evocadora Stowaway (Polizón, 2021), o la serie The Name of the Rose (El Nombre de la Rosa, 2019).

Y aqui estamos, año 2023, hablando de una partitura que le va como anillo a la película y que se alzado con el Oscar a mejor partitura, pero que quizás no fuera ni la mejor de las nominadas (seguro) o ni tan siquiera nominable.

Pero como hablamos mucho veces entre varios miembros de AsturScore (Braulio, Fernando, Dani), a veces no es ser el mejor, es simplemente estar en la película adecuada y en el año adecuado. Y al bueno de Volker le ha pasado eso. Ha estado justamente en el lugar y momento adecuados, y no queda otra que felicitarle y darle la enhorabuena.

Sin Novedad en el Frente – La Partitura

Recuerdo estar escuchando la Ser el domingo de madrugada (ya de lunes, vamos), no recuerdo la hora exacta, cuando anunciaban el premio a la mejor banda sonora original (no suelo escuchar los premios, pero esa semana estaba de vacaciones y me dio por poner la radio, cosa que casi nunca hago… los Oscar hace ya muuuucho que no son lo que eran). Y el comentario de una de las presentadores fue algo así como: «¿de verdad? Ese tema de tres notas…». Acto seguido creo recordar que incluso lo tarareó.

Pues si, básicamente se podría decir que esta banda sonora se construye y modula sobre un tema de tres notas, pero es más que eso (no mucho más, también sea de dicho de paso, pero el compositor logra que su partitura sea casi tan asfixiante o más que la película por momentos). Es un tono muy moderno y abrasivo, uno que hemos podido ver en muchas partituras de compositores de Mediaventures, pero también en otros compositores de producciones alemanas, como el trabajo de Ben Foster para la serie Dark.

El horror de la experiencia visual que vamos a presenciar en pantalla es algo sobre lo que el compositor no desea ser sutil, reflejando con este tema de tres notas, en el comienzo de la película, la dureza de la batalla inicial, extendiéndola a la escena donde vemos como los uniformes de los muertos son recuperados para ser lavados, cosidos o lo que sea necesario para ser reutilizados (Remains).

Este primer corte, seguido de Uniform (donde nuestros protagonistas con fecha de caducidad celebran con alegría su incorporación a filas mientras se visten), representa perfectamente el tono de la partitura, con ese tema recurrente de 3 notas que en el comienzo suena abrasivo y potente, completamente invasivo, sumergiéndonos de forma brutal a través de su sonoridad en la crudeza del conflicto bélico (es una manipulación sensorial, como casi todas, pero de una forma directa y a la yugular).

Unas baterías militares, casi crispantes, hacen aparición de forma sonora e invasiva en el tramo final mientras desfilan felices por un camino, entonando una canción a modo de marcha (un recurso musical que reutiliza en otros momentos de la película, como en Fear o What Is Coming).

Esta forma musical es muy recurrente a lo largo de la partitura, especialmente en los temas de batalla, como en la batalla de las trincheras con el asalto de los tanques y los lanzallamas (72 Hours, Tanks o Retreat) o el enfrentamiento final previo a la firma del armisticio (No End), incluso para los momentos más tensos y opresivos, como cuando una patrulla alemana, con nuestros protagonistas formando parte de ella, buscan a una partida de soldados, concretamente 60 jóvenes, cuyo destino ya intuimos por el uso de la música (Search Party).

All Quiet on the Western Front – Scene of the Film

Destacan War Machines (uno de los mejores cortes de la partitura) y Last Combat, sendos cortes que pertenecen a los combates del momento de los tanques y los lanzallamas el primero, y al clímax final el segundo. Ambos son dos temas con predominio de la acción (dentro del estilo de la partitura).

Aquí, el compositor deconstruye el tema de tres notas, ofreciendo una variación musical donde desaparece ese motivo para ofrecer una sonoridad que nace de las mismas raíces pero con un sonido más alargado, combinado con percusiones amenazadoras y rítmicas que provocan una sensación de tensión y angustia

Ese tema de tres notas es interpretado por diferentes instrumentos (las cuerdas, los metales, el sintetizador o el armonio o harmoniun, que era un instrumento que tocaba la abuela de Volker) y en diferentes tonos, desde el más abrasivo y poderoso hasta el más dramático o melancólico. En los momentos más potentes y estruendosos, el compositor los acompañan de percusiones de todo tipo, simulando el avanzar inexorable de los hombres hacia el combate (y su muerte).

Así, por ejemplo, en cortes como Ludwig, ese motivo suena de forma especialmente dramática para la muerte de este personaje (es una música desoladora y descorazonadora), o en Bomb Crater, uno de los momentos (sino el momento) más desolador de la película, perfecto reflejo de la brutalidad de la guerra.

Por contra, en el corte Paul (nuestro protagonista), que suena a modo de End Titles, el compositor ofrece una versión más melódica y contenida, en clave dramática, remarcando ese tono de desolación y tristeza que arrastra toda la película, a modo de coda final, una especie de pequeña liberación o respeto para el espectador tras tanta muerte y desolación.

A ese respecto destaca el efectivo y triste Comrades, donde las cuerdas (violines y especialmente el cello), ofrecen una variación que por momentos quiere ser delicada, que trata de arrojar un rayo de luz para lnuestros protagonistas, pero el tono es triste, aunque el bello uso de las voces femeninas trate de dar algo de esperanza.

All Quiet on the Western Front – Paul

Otro corte interesante son las figuraciones que el compositor le saca a las cuerdas a través del tema central en el misterioso y sugerente Flares, con una sonoridad muy clásica que me trae a la memoria otro trabajo suyo, Lion (en concreto el corte Train).

Todo el tramo final de la película, con ese dramatismo con el que nos impacta el desolador y descorazonador clímax, esta perfectamente resumido en los últimos tres cortes a través del tema central; Making Sense of War (especialmente con el doloroso y sentido sonido de los violines), All Quiet on the Western Front y el ya citado Paul.

Terminado en pantalla el horror de la guerra en su estado más puro (sin romanticismos ni esperanza alguno), todavía con la retina cargada de cadáveres y el alma abandonada a las zonas más ocuras del ser humano, la música se convierten en una especie de cementerio sonoro, cargado de dolor y dramatismo, aunque ya de una forma respetuosa y sutil, abandonando esas sonoridades tan abrasivas para desembocar en un mar lleno de tristeza y muerte.

Conclusión

La partitura de Volker Beltermann no es nada que no hayamos escuchado antes, o incluso mejor si la comparamos con la reciente 1917 (2019) de Thomas Newman (en mi opinión) pero si que ha acertado con el tono y el color (monocromático, sea dicho de paso) de la música.

Quizás sobre algo de músculo en los momentos de tensión, demasiado «abrasivo» y «sonoro» para mi gusto en el uso de la música (de ese tema de tres notas), pero también es verdad, sea dicho de paso, potencia esa inmersión brutal y violenta que hacemos en la película.

Volker, como Edwar Berger, ha decidido no hacer prisioneros, y ya dispara los cañones desde el principio, con el ánimo de tumbarnos y no dejarnos levantarnos ni un centímetro desde el suelo del campo de batalla; como sus protagonistas, salen de las trincheras rumbo a la muerte. No hay un rayo de esperanza, nada reconciliador, solo tristeza por el sinsabor de la guerra y el precio de la locura humana.

Independiente de merecer o no el Oscar (creo que había partituras nominadas más oscarizables de largo) si hay que aplaudir que el compositor ha tomado partido y ha logrado una música que se ajusta como un guante a las imágenes.

All Quiet on the Western Front

  1. Remains (2:58)
  2. Uniform (1:49)
  3. Rain & Night (1:21)
  4. Flares (1:35)
  5. Buried & Found (2:52)
  6. Dog Tags (1:28)
  7. Ludwig (1:58)
  8. Comrades (3:55)
  9. Search Party (2:17)
  10. 72 Hours (1:19)
  11. Tanks (1:46)
  12. War Machines (2:03)
  13. Retreat (1:46)
  14. Bomb Crater (3:40)
  15. Night Fires (1:31)
  16. Scarf (0:54)
  17. Tjaden (1:29)
  18. Fear of What is Coming (1:16)
  19. Kat (1:11)
  20. No End (4:23)
  21. Last Combat (4:47)
  22. Making Sense of War (2:26)
  23. All Quiet On the Western Front (2:39)
  24. Paul (1:43)
Duración total: 53:06 minutos
Compositor: Volker Beltermann (Hauschka)
Sello: Netflix Music
Formato: Descarga Digital
Fecha de lanzamiento 28 de Octubre de 2022
All Quiet on the Western Front