Análisis
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Lion (2016)
Compositor: Dustin O’Halloran & Hauschka
Año: 2016
Lo mejor: La sinceridad de su tema central
Lo peor: La irrelevancia de su conjunto NUESTRA NOTA

Lion nos cuenta la historia de Saroo (Sunny Pawar), un niño pobre de 5 años que tras trasladarse con su hermano de su población natal a Calcuta en busca de sustento se perderá entre las calles de ésta. Allí irá deambulando y conociendo personas de distinta índole hasta terminar en un orfanato. Una bondadosa pareja (Nicole Kidman y David Wenham) se interesará por él y lo adoptará trasladándose  a vivir a Tasmania. Pero conforme Saroo va creciendo y teniendo uso de razón ( Dev Patel)  se interesará cada vez más por sus orígenes y saber dónde está su familia original.

Lion es cine australiano al más puro estilo: austero en cuanto a detalles argumentales, de fácil digestión y más fácil visionado, buen ritmo e implacable en su efectividad y capacidad para entretener y emocionar. No creo que nadie que vaya a ver esta película se aburra o se sienta decepcionado, salvo si es muy exigente. Pero sus grandes virtudes también escondes sus grandes defectos: podría haber desarrollado muchos más sus personajes, permitiéndonos vislumbrar sus motivaciones más allá del simple academicismo humanista que siempre nos trae este tipo de películas.

No resulta una película ni banal ni de sobremesa pero tampoco un drama lo suficiente intenso y complejo para que llegue a trascender su propia historia, mil veces contada por cierto. No será hasta la estelar aparición de sus dos estrellas invitadas hasta que esta película coja un mayor vigor fílmico y nos conecte directamente con la historia que se nos plantea.

Nicole Kidman y, sobre todo, Dev Patel llenan la pantalla con sus carismáticas y entregadas interpretaciones y dotan a la película de una intensidad emocional que hasta ese momento carecía. De esta guisa la película se convierte en un hábil instrumento de manipulación emocional y falta de escrúpulos (para bien) que convierte al espectador en su fiel aliado para que, fácilmente, empatice con el protagonista, siga sus pasos y ansíe igual que él el reencuentro con su familia original. La película en este sentido es efectiva, honesta incluso y no tiene dobleces. Las cartas están boca arriba. Sólo falta que nosotros, espectadores, nos dejemos seducir con el también arte de lo sencillo.

En estos derroteros también irá la música, una música que no se dedicará más que acompañar al protagonista en su travesía vital y que no añadirá ni quitará. Tampoco resultará necesaria excepto en ciertas partes de vacío argumental en la que volverá a conectar al espectador con la película a través del retentivo y emotivo tema que dedica al protagonista del que sacará máximo provecho pero, a su vez, apenas extraerá matices.

Lion – La Banda Sonora


Los compositores Dustin O´Halloran y Hauschka (también conocido como Volker Bertelmann) son los responsables de esta banda sonora y de llevar al espectador por caminos ya transitados por la misma película.

El primero es un compositor y pianista americano en cuyo haber se encuentra el thriller francés Iris, el Maria Antonieta de Sofia Coppola o la serie de comedia y drama Transparent., o el haber editado hasta tres discos  solos de solos de piano (su habilidad con dicho  instrumento queda perfectamente justificada a lo largo de la partitura de Lion).

El segundo es otro compositor y pianista, esta vez alemán, que ha colaborado en todo tipo de proyectos e iniciativas (músicos, formaciones musicales,…) y ha compuesto música para varios trabajos cinematográficos, ganando el premio a mejor partitura en el Havana Film Festival por el drama romántico Praia do Futuro o nominado el año pasado a mejor partitura por The Boy (nada que ve con la película con música de Bear McCreary) a mejor partitura en los Fangoria Chainsaw Awards.

En cuanto a la banda sonora, esta se dedica al subrayado casi continuado de sus distintas situaciones tanto humanas como circunstanciales, aportando poco o nada a la película (eso si, sin molestar) en una suerte de complicidad forzada con el espectador para que este se vea irremediablemente implicado en la historia y lamentando la situación de su personaje central.

Podemos reconocer tres grandes bloques temáticos dentro de la banda sonora, dos de ellos completamente intrascendentes:

1)      En el primer bloque nos encontramos con el tema que centrará la banda sonora y que guiará al protagonista a lo largo de toda su búsqueda. Es el tema del protagonista, que bien podría ser considerado el tema del errante (y explicaré más adelante porque lo llamo así). Es un tema de amplio calado emocional, ciertamente minimalista y celoso de trascender dentro de la propia película cosa que es loable y de aplaudir.

Procura de forma muy honesta (y sí, algo manipuladora) una identificación casi absoluta con el protagonista  acentuando su sentimiento de abandono. Se busca pues que el espectador se sienta cómplice de su desesperanza y falta de cobijo, de su inquietud, de sus dudas y, en definitiva, de su soledad. Lo escucharemos no sólo cuando recorra las calles de las ciudades hindús buscando a su familia de origen sino cuando, ya de adulto y en emocionantes flashbacks, recuerde a la familia que tanto ansía encontrar.

River,  Family o Searching for Home nos dibujan la figura de un niño triste, perdido que hace que irremediablemente sientas unas grandes ganas de acogerlo y consolarlo. Dos de sus variaciones finales (Arrival y Mother) tomarán un tono menos entristecido y lánguido. Su cariz más positivo y optimista, no exento de esa melancolía que continuamente inunda al tema nos anunciará que el chaval está próximo a encontrar a su familia y que ya nunca volverá a sentir ese vacío.

En Mother, más concretamente, se incorpora al tema el chelo con lo que la carga emocional del tema se refuerza sobremanera y se vuelve más emotivo que en ninguna otra de sus variaciones. La ausencia de un tema que defina mejor tanto a la familia de acogida como a la de origen es uno de los hándicaps, bajo mi punto de vista, más importantes de la banda sonora, pues los contrastes de sentimientos entre ambas familias hubiesen enriquecido más a este tema que no llega a trascender su propia esencia.

Orphans es una de las variaciones más curiosas del tema central pues nos muestra como el tema no sólo es aplicado al protagonista sino que extensible a cualquier niño errante, a cualquier niño que ha sido abandonado o se ha perdido en el extenso terreno de La India.  Lo comprobaremos cuando los compositores subrayen la situación de los demás niños una vez que Saroo ingrese en el orfanato.

2)      Completamente intrascendente son otros temas de índole más circunstancial que se dedican a acompañar a las imágenes tanto en la primera (Saroo de niño) como en la segunda parte de la película (Saroo de adulto). Estos temas hacen énfasis tanto en el abandono como en el enclaustramiento emocional que ha creado Saroo una vez que es adulto. Son temas diáfanamente manipuladores, en algunos casos completamente erráticos y aplicados sin ningún propósito claro (eso que tanto hablamos lo de este mundillo de poner música porque hay que ponerla).

3)      De forma más sucinta y discreta coexisten lo que podrían denominarse como temas de la familia. Estos temas apenas tienen entidad, mucho menos fuerza o presencia. De hecho podrían confundirse perfectamente con temas ambientales. La aplicación además es confusa y pobre aportando poco o nada a la película.

El primero podría considerarse como el tema de la familia de origen y lo escuchamos en Memories o Lost (Part 2); es un tema que tiende a la añoranza más que al recuerdo doloroso o al vacío que es lo que realmente siente el protagonista con lo que personalmente creo que está mal enfocado y muchos menos resulta relevante.

El otro lo escuchamos en A New Home y es dedicado a la familia de acogida; aunque está mejor definido su aplicación dentro de la película queda circunscrito únicamente al momento que Saroo entra a su nuevo hogar. Tiene una marca claramente maternal, exquisitamente íntima y delicada,  y podría hacer referencia claramente al personaje interpretado por Nicole Kidman pero el tema no marca diferencias con otros ni refleja el alejamiento que a su vez siente el protagonista al tener sólo una mitad de su vida.

Finalmente, hay una canción compuesta específicamente para la película, Never Give Up, para el emotivo y sencillo clímax final (con imágenes reales), escrita por Sia Furler y Greg Kurstin y cantada por la propia Sia, que le añade colorido y exotismo (algo que no hacen en demasía, por no decir apenas nada, los compositores de la película).

Conclusión


Podríamos decir, en definitiva, que Lion es una banda sonora claramente rutinaria, también sencilla y sentida (lo cortés no quita lo valiente) hecha para gustar al espectador y conseguir su empatía con el protagonista. Ni mucho menos es nominable a ningún premio gordo (está nominada al Óscar) y es un claro ejemplo como en esto de los premios gordos del cine los académicos nominan lo primero con lo que se encuentran sin atender a más aspectos que el meramente estético o funcional (funcional en el sentido de que su atención sólo se centra en aquellas películas que están nominadas).

O, siendo ya más sinceros, porque la música de cine sigue siendo un aspecto completamente  ignorado en la meca del cine.

Lion

01. Never Give Up – Sia (3:41)
02. Lion Theme (1:58)
03. Train (1:38)
04. Lost (Part One) (3:06)
05. River (1:27)
06. Escape the Station (2:25)
07. Orphans (1:37)
08. A New Home (1:54)
09. Family (1:04)
10. School (0:38)
11. Memories (1:52)
12. Lost (Part Two) (2:31)
13. Falling Downward (3:05)
14. Searching for Home (2:16)
15. Memory/ Connection/ Time (1:40)
16. Layers Expanding Time (5:31)
17. Home is with Me (3:15)
18. Arrival (4:26)
19. Mother (4:28)

Duración total: 48:32 minutos
Compositor:Dustin O’Halloran & Hauschka
Sello: Sony Classical
Formato: CD, LP, Descarga Digital
Fecha de publicación: 25 de Noviembre 2016