Especial Oscar 2011
A continuación os proponemos un pequeño viaje por las opiniones de todos los miembros de Asturscore acerca de la nueva edición de los Oscar para elegir lo mejor del 2010, donde cada uno de los miembros expondrá cual debería ganar y por qué (cosa distinta de cual será la ganadora, pues muchas veces cabeza y corazón no coinciden).
Así pues, aqui os dejamos nuestras elecciones y previsiones para la noche del 27 de Febrero.
Carlos Mulas
El Oscar es un premio totalmente devaluado en los últimos años, al menos en lo que a Banda Sonora Original se refiere. Las nominaciones de este año, con todos los posibles aspirantes que había no dejan de ser un recordatorio de la poca importancia que los votantes de la Academia dan a este premio. La ganadora en la edición de los Globos de Oro, La Red Social, laureada por propios y extraños y reconocida internacionalmente como uno de los mejores trabajos del año, se perfila como clara aspirante al Oscar.
En este ambiente, no voy a valorar el hecho altamente reconocido de que este premio suele ir a parar al relleno de premios menos importantes de la película que ese año lo gana absolutamente todo (como puede ser el caso) o suele utilizarse precisamente para lo contrario, es decir compensar a aquel film que se va sin algunas de las estatuillas principales. Lo que si voy a hacer es romper una lanza por aquellos (los músicos o compositores) que además de contribuir al éxito de una película con su música, consiguen hacerla perdurable en nuestra memoria y se esfuerzan en alcanzar ciertos niveles de calidad. No basta con ser original (o parecerlo), pues se supone que para ganar este premio hay que alcanzar cotas a las que los demás aspirantes no han llegado.
Nada de todo esto lo consigue La Red Social, una música que ciertamente se adapta a la perfección a las imágenes y el tono de la película, pero que en mi opinión se apoya únicamente en la originalidad de la puesta en escena de la música electrónica pura, que es algo contra lo que no tengo objeción (me encanta la música electrónica), pero que no es suficiente. Subrayar el tono de la película y las interpretaciones de los actores con ambientes musicales, sin aportar nada a la fuerza de las imágenes y el sucederse de las magníficas páginas de guión, no debe ser merecedor de tantos premios como se está llevando la música de Trent Reznor y Atticus Ross. Siendo una buena Banda Sonora no es ni de lejos de las mejores del año. En mi opinión su éxito se fundamenta en el éxito de la película y su repercusión, no en su calidad artística.
Por otro lado (y siento haber hecho el comentario en negativo) decidir quién sí debería llevarse la estatuilla es más difícil, y más no habiendo escuchado todas las nominadas o haber visto sus películas. Pero me resulta más fácil reconocer todo lo que echo de menos en la música de Reznor y Ross, en el Cómo entrenar a tu Dragón de John Powell, quien parece tener una facilidad innata para llegar al lugar del cerebro de este humilde aficionado donde convergen todos los estilos y gustos y las neuronas musicales vibran en la misma frecuencia cuando escuchan algo que les gusta. Corazón y mente votan este año por John Powell, por hacer más grande una gran película, por saber captar tanto el tono como el espíritu de la película de animación.
No planteo un conflicto entre música orquestal y música electrónica, solo digo que pase lo que pase el domingo, yo seguiré recordando la música de Powell mientras que la del dúo Reznor / Ross apenas la recordaré cuando vuelva a ver la película. Esa es una de las diferencias que separan a un ganador del Oscar de los demás nominados, o al menos debería serlo.
Pablo Laspra
En este año, los Oscars están reñidos. Bueno, realmente reñidos no, sino que solamente merecen tal distinción 3 de las películas nominadas: una de carácter popular, otra de calidad, y una tercera, por novedad.
Hollywood es conocido por no decantarse demasiado por el cine de animación, y mucho menos por su música. Es extraño que no se hubieran fijado en la música de Powell antes, pues además de bordarlo en cuanto a la animación se refiere, siempre ha realizado trabajos muy por encima de la media del resto de compositores europeos. Este británico ha conseguido una vez mas alcanzar lo inalcanzable, unificando sonidos pop con rock y con temática celta. Vamos, un bombazo.
Es una novedad, grata, la inclusión en los Oscars de una partitura de Powell. Una partitura de animación, dato que remarca mas la novedad de esta nominación a mejor música. Para mi sería una justa ganadora, pero desgraciadamente, a veces tiene mas presión el nivel popular que el de la calidad real de la música nominada.
En cuanto a nivel popular está, como no, La Red Social. Una partitura eminentemente eléctrica, tratando de poner en la “palestra” toda la revolución informática que han supuesto las redes sociales, no solo Facebook. La música tenia que ser un reflejo (o no, según gustos) de esa realidad, y su autor ha preferido que así sea, por conservar una “convergencia” temática. Yo no estoy de acuerdo. No se narra la creación de facebook…. La historia va mas lejos que todo eso. Se narra la destrucción de una amistad, de unos valores humanos, de la codicia y la envidia de unos amigos. Y eso bajo mi punto de vista debería ser razón mas que suficiente para crear música mucho mas “orgánica”, y no tan eléctrica. Pero bueno, dejando a un lado tecnicismos de forma, la partitura es una obra aclamada popularmente, por resultar pegadiza, y que no está ahí por la calidad modal o por su armonía, sino mas bien por el empuje que ha recibido la película de forma popular. ¿Me gusta? Mmmm… ¿¿No tenemos todavía botón de “No me gusta”??
Tenemos también algo de “paja” este año. La partitura de Rahman para mi está un poco de relleno. Es una obra consistente, tiene miga, tiene “algo” de espíritu dentro. Pero no es comparable al nivel de las otras nominadas. Si bien el autor hace uso del sonido patriótico americano, que tanto gusta a la clase media de la sociedad americana (pues piensan que representa su espíritu de superación y el coraje ante la adversidad), y se intuyen ciertas armonías de origen indio (como el autor), no es una obra que para mi gusto deba estar nominada, habiendo dejado fuera otras partituras muy superiores en cuanto a temática, densidad musical, y transmisión de sentimientos. Lo siento, pero me siento bien poco americano con este tipo de cosas.
¿Y que podemos decir de nuestro amigo Zimmer? La verdad que un dato a remarcar este año es la nominación casi europea de los candidatos. Salvo Rahman (que a su vez viene con una película de un director europeo, lo cual le “mete” dentro del saco “Freude”), todos los compositores son europeos, y parece que en “Yankilandia” empieza a gustar el estilo europeo. América ha tenido grandes figuras de la composición audiovisual, pero ahora parece que el pastel empieza a comerse en otra parte del mundo. Y en este caso, Zimmer ha logrado una partitura que, si bien no es de mis preferidas, cumple perfectamente su función. Basado en un tema de Edith Piaf, desarrolla una trama musical acorde con la trama argumental del film, y remarca lo que tiene que remarcar.
El estilo de Zimmer, tan criticado por algunos, a veces da en el clavo. Lastima que lleve 9 nominaciones, y tan solo 1 estatuilla (encima, con la Disney, por la que estaba más que cantado). ¿Será casualidad, o realmente tiene lo que se merece con tanta nominación “interruptus”? Esperaremos a ver este año, aunque tengo mis dudas (o mas bien ya lo tengo claro).
Y finalmente llegamos a una de mis preferidas, El Discurso del Rey. En esta obra, el europeo Desplat lo borda. Logra una conexión entre lo visual, lo emotivo, y lo sonoro que pocos consiguen. Logra atravesar esas paredes de protección emotiva para transportarnos a la piel del monarca sin tapujos. Es una obra clásica, muy del estilo de los gustos del Hollywood de hoy, y que encima incluye parte de la 7ª Sinfonía de Beethoven. ¿Alguien da mas? Creo que está mas que claro.
La verdad que por sentimiento empático, desearía que ganara Powell. Su partitura me encanta, la habré escuchado miles de veces. Es muy de mi estilo. Pero tiene una fuerte rival con la música de Desplat, que muy probablemente, se alce con la estatuilla este año. Ojalá me equivoque, aunque sería una muy digna victoria.
Berto Pena
Mi favorita de los Oscar es How to Train Your Dragon, pero no quiere decir que creo que vaya a ganar. Ya comenté a la hora de realizar mi particular selección de los mejores del 2010 que era una de mis favoritas. ¿Quiere decir que apuesto por ella para los Oscar? No, para nada. En la edición anterior el galardón ya recayó en una película de animación y dos años seguidos es demasiado para la Academia.
Me inclino más por The King’s Speech y, sobre todo, por The Social Network; que creo va a acaparar más estatuillas y será la gran ganadora de la noche.
Los Oscar son otro mundo donde a la hora de otorgar sus premios se mezclan, con pasmosa indiferencia, justicia y reconocimiento, y excentricidad y caprichos. De unos y otros. Si no, uno no se explica que Alice in Wonderland (una de las obras más maravillosas de los últimos años) no esté entre las finalistas.
Braulio Fernández
Mejores oscars cada año
Hay una leyenda que tiene poco de leyenda y mucho de verdad que dice que los premios de la Academia de Hollywood, en lo que respecta a las bandas sonoras, no son para nada justos. Más bien una atrocidad. De ellas la mayor es que Jerry Goldsmith tenga un oscar, y Gustavo Santaolalla dos. Y como los premiados son los que dan prestigio al premio, y no al revés, pues eso son los oscar para mi. No obstante, en los últimos años, al menos en lo que se refiere a los nominados, van apareciendo partituras que de verdad merecen estar entre los finalistas, aunque al final quién gane sea uno de esos dos que no lo merece.
Este año tenemos a tres que si lo merecen. Desplat optará por cuarta vez con El discurso del rey, que si se crece y resulta la triunfadora puede arrastrar una estatuilla para el francés. No es que el score, que es muy bueno, sea de lo mejor de su carrera, pero el premio ya lo va reclamando desde hace tiempo. También está Zimmer con Origen, que está ahí por la buena campaña de promoción que le han dado al disco, más que por méritos propios. No porque no sea buena su banda sonora, que de hecho es lo mejor que ha hecho en años, sino porque para tener más méritos la película debería haber tenido más nominaciones, y eso le resta posibilidades.
Por último, está John Powell con Como entrenar a tu dragón, al que le podría pasar como a Giacchino el pasado año. Su score es el mejor (de lo del año pasado tengo más dudas, bueno, en realidad no), y si ganara no se haría justicia, ni justicia poética, ni divina, ni nada parecido. Sencillamente sería una de las contadas ocasiones en toda la historia de la música de cine en que se premia a una banda sonora redonda que supone un verdadero salto de estilo con respecto a lo creado en los años precedentes. Ojalá ganase, dicho conjugando el pretérito improbable.
Además están los dos intrusos, que en realidad son tres porque se multiplican como los virus. Uno de ellos es el indio Rahman, y de los otros dos no me acuerdo del nombre pero es muy probable que lo oiga dos veces la noche de los oscars. Entre todos ellos deben haber compuesto media docena de películas en Hollywood, pero a pesar de ello tienen muchas opciones de llevarse el gato al agua. Uno por estar bien visto, y los dos innombrables porque la película tiene pinta de ser la triunfadora. Si al menos ganara Alan Menken a la mejor canción…
Eduardo Con
Por cuarto año consecutivo vuelve a estar en las quinielas de los Oscars uno de mis compositores favoritos, Alexandre Desplat.
Firme candidato para alzarse con la dorada estatuilla, creo que esta ceremonia ha de ser por fin el coronamiento de Desplat, por ofrecer en The King´s Speech un trabajo delicado y de gran clase (galardonado con el premio BAFTA), y también porque ha llegado el momento de que la Academia reconozca la calidad que siempre ha ofrecido en sus obras desde que aterrizase en Hollywood en 2003, para el score de la película Girl with a Pearl Earring.
Daniel Fernández
Ya viene siendo costumbre que la terna de películas que compiten por el oscar a la mejor banda sonora venga determinado por la película que musican. Esta año no es una excepción, lo que me viene a demostrar el desprecio y la ignorancia hacia esta categoría. Si no se entiende como trabajos como The Social Network o incluso 127 Hours estén nominados. Yo lo tengo claro: a la hora nominar los responsables verán todas las película pero no escuchan todas las bandas sonoras, y no me refiero de forma aislada sino dentro de las películas. Al final una película que está nominada para los premios gordos casi siempre arrastra otras categorías, incluyendo el de banda sonora.
¿Para qué escuchar lo que por ejemplo hizo Randy Edelman en Leap Year o James Newton Howard para The Last Airbender?. No son películas lo suficientemente importantes para pararse en la banda sonora. Hay excepciones en la que ésto no pasa como el año que nominaron a James Newton Howard para el excelente score de Defiance, olvidada en el resto de categorías. Otras veces hay un tema lo sufucientemente poderoso para que la banda sonora sea nominada, como ha ocurrido este año en los Globos de Oro para Alice In Wonderland.
Este año nos encontramos con uno de esos raros casos en los que una banda sonora de tremendísima calidad se ha colado en las votaciones. Creo que ese reconocimiento es ya motivo para que se lleve el premio pues How to train your dragon de John Powell es todo un espectáculo musical. Es el trabajo más elaborado, con más riqueza musical y variedad temaria de los que hay nominados, aparte de darle una fuerza y un carácter importantes a la película. Fue el mejor trabajo del año pasado para mi gusto y creo que sería el justo ganador.
Pero no confío en que se lo lleve ésta. The King´s Speech está arrasando en todos los festivales y certámenes de premios y es más que posible que su discreta banda sonora se lleve tabién el premio. Si hablamos de méritos musicales, su tema principal es lo suficienteme reconocible y tarareable para que al gran público se le quede grabado y lo vote. No es que sea el mejor trabajo de Alexandre Desplat pero el dárselo al francés sí que al menos supondría un reconocimiento al que está siendo uno de los compositores más destacados e importantes del cine en los últimos años.
Rubén Franco
Hubo una época, incluso cuando ganaban algunas que no lo merecían (como Midnight Express, en 1978, derrotando de un guantazazo a The Boys from Brazil y Superman), en que generalmente las nominadas cumplían el principio de la excelencia (aunque nunca llueva a gusto de todos).
La nominación ya ha dejado de ser cosa de premiar esa excelencia u originalidad, sino que se valoran criterios como la promoción del score (/película) o el “que majo es este compositor” (me cae muy bien, míralo que salao).
Y ya que han prohibido los discos promocionales, con los que uno se ahorraba ver la película y votaba directamente el score (a donde vamos a parar… que vivan los críticos y la madre que los parió).
Éste año parece haber más justicia en las nominaciones, salvo, para mi, en un grave error: haber dejado fuera trabajos como The Last Airbender (si, es cierto, la película es el horror sumun), The Ghost Writer (para muchos superior a The King’s Speech) o Alice in Wonderland (gran Elfman) en detrimento, especialmente, de The Social Network, una colección de música electrónica que cualquiera con un mínimo de conocimiento musical podría haber hecho y que acompaña a las imágenes perfectamente, pero sin dejar de ser música al uso.
No valoro que sea mala música, sino sus méritos para ser nominada, algo que quizás entronque con el llamado efecto arrastre de la película. Incluso 127 Hours de Rahman tiene más méritos que The Social Network para haber sido nominada. Eso si, espero que la canción se alce con el Oscar.
Dicho esto, queda claro cual es la que realmente deseo que no gane (que sin embargo es la que tiene muchas papeletas para llevarse el Oscar).
Por otro lado, desearía que la ganadora fue la partitura de How to Train Your Dragon de John Powell. Hay un pequeño rayo de esperanza al que me quiero aferrar: Las mismas nominadas a los globos de oro como mejor partitura han pasado a mejor nominadas a los Oscar, salvo Alice in Wonderland, que se ha quedado por el camino, entrando (sorprendentemente) en su lugar el gran trabajo de John Powell. ¿Querrá decir algo?. Sabe Dios…
Igual no, pero yo prefiero pensar que sí. El año pasado ya sucedió con Up de Giacchino, así porque no iba a poder suceder con el Dragón de Powell.
El domingo 27 la respuesta…