Mi Banda Sonora Favorita de… ALEX NORTH

Escrito por , el 8 septiembre 2019 | Publicado en Otros

Hace 28 años el mundo de la música de cine recibía la triste noticia del fallecimiento de uno de esos grandes compositores del séptimo arte y reconocido como uno de los mejores de su generación, Alex North.

Su característico y distintivo sello musical, donde destacaba en la estructura musical de sus obras el jazz y un lirismo melódico apoyado en las cuerdas, le hizo trabajar con directores de la talla de Elia Kazan, John Ford, Joseph L. Mankiewicz, Stanley Kubrick, John Huston, Richard Brooks o Mike Nichols y dejando un legado de grandes partituras como son A Streetcar Named Desire, Spartacus, Cleopatra o Who’s Afraid of Virginia Woolf?. Pero curiosamente North es reconocido principalmente por su sencillo, Unchained Melody, que ha sido grabado más de 500 veces por artistas que van desde los Righteous Brothers hasta Elvis Presley, Lee Ann Rimes, Sarah McLachlan, John Lennon y James Galwaym, y además ostenta el triste record de haber estado nominado al Oscar 15 veces y no haber ganado ninguno, únicamente fue reconocido por la academia con un honorífico.

A los veintiocho años de su muerte desde AsturScore queremos rendir nuestro sentido homenaje eligiendo nuestra partitura mas significativa de Alex North.

Óscar Salazar

Carátula BSO The Agony and the Ecstasy - Alex NorthToda creación es fruto del tormento de llevarla a cabo y del deseable, aunque a veces inalcanzable, éxtasis que resulta de su finalización. Si, además, el creador trata de evitar lo convencional, un peso extra se acomoda sobre sus hombros. Un peso al que Alex North jamás temió, ya que el atrevimiento artístico formaba parte de su lenguaje musical.

No hay mejor ejemplo de ello que su trabajo para El tormento y el éxtasis, película de Carol Reed que narra la tensa relación de Miguel Ángel Buonarroti y el papa Julio II durante la elaboración, por imposición papal, del fresco que cubre la bóveda de la Capilla Sixtina. La historia se desarrolla en una Italia en guerra y desgrana los enfrentamientos de un artista que se encuentra en conflicto con el Papa, con su obra e, incluso, consigo mismo. Como resultado, algo que podría denominarse “música enfrentada”: una partitura que refleja una lucha constante.

El uso de escalas modales sirve para definir la época, además de para conseguir una sonoridad religiosa, que también representa el fasto papal. El Renacimiento significó el inicio de la transición hacia el sistema tonal moderno, lo que da pie al empleo de técnicas contemporáneas por parte de North, siguiendo la estela de músicos como Antonín Dvořák Modest Músorgski. Los diversos enfrentamientos resuenan en un más que interesante uso de la antífona coral, típica del Renacimiento y de comienzos del Barroco, en la que grupos de instrumentos interpretan la música alternadamente. Y, finalmente, el desasosiego interior del artista se refleja en el empleo de una instrumentación muy particular.

Aquí bien pueden aplicarse las palabras del propio Miguel Ángel cuando afirmaba que “la capilla estará terminada cuando yo quede satisfecho de sus cualidades artísticas”.

Fernando Ayuso

Carátula BSO The Children´s - Hour Alex NorthNo sabría muy bien decir porqué, pero de entre todos los grandes compositores de la historia, quizás Alex North sea al que menos atención le he venido prestando. Está claro que yo me lo pierdo, aunque me consuela pensar que nunca es tarde si de descubrir a un nuevo genio se trata. Por supuesto conozco sus grandes trabajos, aunque hay ciertas joyas escondidas (y no tan escondidas) que claramente he dejado pasar de largo. Recientemente, mis amigos Daniel y Rubén me recomendaron una de ellas, The Children’s Hour (La Calumnia, 1961) dirigida por el gran William Wyler.

La película es magnífica por numerosas razones, entre ellas la partitura de North. La música parece hablarnos desde algún recóndito lugar, saliendo siempre desde el interior de los personajes. Mientras observamos en pantalla la expresión sosegada de la protagonista, la partitura nos habla de sus sentimientos, de su angustia ante una situación incontrolable. Por el contrario, cuando los personajes interpretados por Hepburn y MacLaine comparten sus inquietudes, en esos momentos Alex North nos recuerda con una maravillosa melodía que la amistad de ambas mujeres, rebosantes de amor sincero, es inquebrantable. El uso de dicho tema en las dos secuencias precedentes al clímax, conociendo sus variaciones más bellas por un lado y oscuras por otro, son dignas de un gran maestro de la música y, sobre todo, de un magnífico contador de historias.

Por mi parte, ya solo me queda elegir cuál será mi siguiente descubrimiento dentro del universo North.

Daniel Fernández

Carátula BSO Who's Afraid of Virginia Woolf? - Alex NorthEn el mundo de la música de cine saber cuál es la tecla más adecuada que tienes que tocar y cuál es el mejor momento tal vez es de lo más difícil. Cuando vi primera vez esta película me pareció que manejaba a la perfección este precepto. Las virtudes aumentaban cuando esta obra maestra dirigida por Mike Nichols estaba salpicada de constantes y punzantes diálogos que apenas dejaban lugar para la música. Más aún, una música que pudiese aportar algo. Alex North consiguió un imposible y es que ésta encontrase una verdadera razón de ser dentro de una película tan complicada.

La música nos muestra la otra cara de los protagonistas y es que detrás de toda esa furia no hay más que dolor y un cariño que sobrevive maltrecho al paso del tiempo. Le bastó con una simple guitarra y una melodía íntima y cálida para que sus desgarradas expresiones quedasen sorprendentemente reforzadas. Con ello consigue que asistamos apenados a este juego de autodestrucción y que no sintamos más que una profunda compasión hacia ellos. Imposible sería empatizar con estos dos perros rabiosos sin la música.

Desde el momento en que descubrí esta película su música se ha convertido para mí un referente ya que su sabia lectura consigue redondear una película que ya de por sí es perfecta y en la que lo fácil hubiese sido usar una música que remarcase la ira o simplemente que propiciase una atmósfera de tensión.

Carlos Mulas

Carátula BSO Spartacus - Alex NorthAllá por los años sesenta y un poco antes, fue una época que consideramos dorada cinematográficamente hablando, donde encontramos la consagración de un género épico con denominación propia: el Peplum. Hay innumerables ejemplos de clásicos absolutos, películas de grandes directores, grandes estrellas protagonistas, a veces incluso mejores secundarios, inolvidables guiones, fotografía, escenografía…. La muestra perfecta de lo que considero el mejor Hollywood nos dejó también para la historia algunas de sus más memorables bandas sonoras.

Es Espartaco uno de sus mejores representantes, tanto el film como la inspirada banda sonora de Alex North, que siempre ha sido uno de mis compositores preferidos de aquel Hollywood que se fue y no volverá… Échenle un vistazo a la lista de nominados al Oscar de aquel año: Dimitri Tiomkin, Elmer Bernstein, Ernest Gold, André Previn y el propio North. Y tomen nota de las películas nominadas aquel año…

Pero no por nostalgia estamos hablando de Espartaco, sino por lo inspiradora que aún resulta a día de hoy su memorable aunque no premiada música. De los trabajos de Alex North es sin duda uno de los más recordados de su variopinta carrera, quizá el más destacado para el público en general. Me permito aquí invitar a aquellos para los que North puede ser un poco desconocido, excepto por el film del que hablamos, a rebuscar en su filmografía y maravillarse como hice yo hace años.

Y como punto final, para ir a contracorriente de lo que seguramente todo el mundo destacaría de esta banda sonora (no los culpo), quiero dejar a un lado la épica y llamar la atención sobre el maravilloso tema de amor, uno de los más evocadores y bellos que me he llevado a los oídos, tantas veces versionado a lo largo de los años y en tantas diferentes formas, que no puedo ser el único que lo aprecia como lo que es: una de las mejores composiciones de Alex North. No puedo dejar de escucharlo…

Berto Pena

Carátula BSO The Shoes of the Fisherman - Alex NorthLas Sandalias del Pescador siempre ha sido una de mis bandas sonoras favoritas de todos los tiempos. Es una partitura que, como la película y sus personajes, combina mucho en poco espacio, y además lo hace sutilmente, llevando al espectador-oyente sin percibirlo. La propia Obertura es una muestra de lo que encierra todo el score: Alex North pasa, con solo unas notas, de la tristeza de la estepa rusa a la pompa del Vaticano, mezclando esa música festiva y juguetona de los pasajes de Roma, hasta regresar al majestuosidad de la Plaza de San Pedro.

Cabría pensar que la música está pensada y escrita para el centro de la película: la elección del nuevo Papa y las vicisitudes del recién elegido, Kiril Lakota (interpretado por un inolvidable Anthony Quinn). Pero son las historias paralelas que acompañan a la principal las que hacen grande este soberbio score: la convulsa historia del Padre Telemond (Oskar Werner), la vida sentimental del periodista de TV (David Janssen), y la Roma; porque la Ciudad Eterna es una de las grandes protagonistas de la partitura.

Soy especialmente fan de la parte más íntima del score, cuando Alex North se centra en la guerra interna del electo Papa: no quiere aceptar el puesto, quiere hacer cambios rápidos, su adaptación a la nueva vida tras un largo cautiverio… La música eleva magníficamente una historia en la que es inevitable sentir como los personajes. ¡Bravo maestro! Gracias por esta música que me acompañará toda mi vida.

Rubén Franco

Carátula BSO A Streetcar Named Desire - Alex North

Es imposible no decir Alex North y pensar en Spartacus, lógico, pero si lo que buscamos es la voz propia de un compositor inquieto e innovador, quizás la partitura que hable por sí sola sea A Streetcar Named Desire (Un Tranvía Llamado Deseo, 1951), de Elia Kazan.

Vivien Leigh y Marlon Brandon, secundados por Karl Malden y Kim Hunter, se dan un homenaje en la obra de Tennessee Williams, pero otra voz se erige como protagonista de la función, una que rompió moldes en Hollywood: Alex North.

Se atrevió a usar el Jazz como un elemento dramático, impregnando la potente historia de Williams con una sonoridad única e inimaginable en aquella época, que casaba con el ambiente geográfico donde transcurrían los hechos, New Orleans, y que dejaba de lado el uso del jazz como un elemento de source music, algo habitual en la época.

La mejor representación de la partitura, a cargo de su amigo Jerry Goldsmith, la encontramos en la regrabación de Varése Sarabande Records, cortesía de Robert Townson.

La música de North suena mejor que nunca, con esos maravillosos Main Titles, y todos los temas asociados tanto a personajes (Blanche) como a situaciones o lugares (Belle Reve).

De hecho, es una partitura descriptiva que bucea en las profundidades mentales y estados anímicos de los personajes, y que más que usar leitmotivs específicos flirtea libremente por la película para dar color a las emociones y tribulaciones de cada actor.

Sin lugar a dudas, no solo es una de las mejores partituras de Alex North, ni una de las mejores en su género: es una de las mejores partituras musicales de la historia, una que ha sentado escuela y cátedra en el uso del jazz en las partituras (como en el caso de su gran amigo Jerry Goldsmith, en la venerada Chinatown).

Eduardo Con

Carátula BSO 2001: A Space Odyssey - Alex NorthDesconocedor absoluto de la obra de Alex North el primer trabajo que cayo en mis manos fue la regrabación por parte de Jerry Goldsmith, gran amigo de North, del trabajo rechazado por Stanley Kubrick para una de sus obras magnas en el séptimo arte, la cinta de ciencia ficción 2001: A Space Odyssey (2001: Una odisea del espacio, 1969).

Recuerdo unas palabras de Martin Scorsese que decía que a su salida del cine salió fascinado pero no sabia lo que había visto. Todo lo que acontece en el film es visionario, Kubrick usa un lenguaje audiovisual plagado de significado, la trama buscando encontrar los orígenes y evolución humana y una cuidada banda sonora para la que el director neoyorquino decidió contar inicialmente con North y que fue rechazado para incluir piezas de Richard Strauss, Johann Strauss o György Ligeti.

Aunque la elección de la banda sonora, por parte de Kubrick, ha recibido múltiples elogios y está considerado como uno de los más importantes de la historia pero, ¿merecía North tal desprecio? la respuesta es NO. Alex North puso toda la carne en el asador para ofrecer una banda sonora atonal y oscura, casi primigenia para explicar los albores de la humanidad, y con el contrapunto en el alegre corte Space Station Docking, pero que si la comparamos con la idea musical que tenia Kubric estaríamos ante otra película.

Dura de escuchar, como se podría decir, rápidamente se adapto mi oído para el disfrute de este trabajo porque ya lo tenia educado de otras obras de Goldsmith. Y es que en esta banda sonora queda patente que para Goldsmith su colega North no era solo un amigo, si no también una gran influencia. Escucharla, disfrutarla y sabréis de lo que digo.