John Williams: The Emotion Thief

Escrito por , el 8 febrero 2014 | Publicado en Apuntes

Que a sus 82 años este señor continue dando lecciones magistrales de composición a todos sus colegas de profesión es síntoma de que el Maestro no ha aflojado ni un ápice; y además, ojo al dato, para su último trabajo, The Book Thief, se ha alejado de Steven Spielberg para pedir, personalmente, poder componer el score (al parecer era un fan del libro).

Que se puede decir ya de John Williams que no se haya dicho; y todo lo que se diga es poco. Es como el caso de Ennio Morricone, que con 85 años da sopapos a mano abierta a los compositores de hoy día con su La Migliori Offerta, caviar en estado puro (utilizando un sinónimo asturiano, un cachopo de morirte, que yo del caviar paso).

Es caso curioso que tilden The Book Thief de ser obra menor (que si, no es War Horse ni Lincoln, por comparar, vamos), pero desde que uno pone a reproducir el CD (o el mp3, que más dará) comienza a escuchar poesía musical en movimiento. Ese bello tema de piano perfectamente ejecutado, una bella melodía de tintes melancólicos y cargada de cierto dramatismo, es el perfecto arranque de un score que da vida a una película buena, aunque un poquillo sosa, para que mentirnos.

Al escuchar los dos magistrales cortes finales, Finale y The Book Thief, la sensación que le queda a uno es esa misma que tenía cuando uno era pequeñito y no hacía más que descubrir joyas de Jerry Goldsmith, Miklós Rózsa, Elmer Bertnstein, Maurice Jarre, John Barry o Lalo Schifrin; que grande es la música de cine, una afirmación que pocas veces me repito cuando veo el cine de hoy y escucho la música de las películas de ahora, con excepciones, pero pocas, la verdad sea dicha.

¿Que será de nosotros cuando los últimos dinosaurios compositivos se extingan, gente como John Williams y Ennio Morricone? Pues que aún nos quedará una última linea de fuego formada por la última generación de buenos compositores, gente como Christopher Young, Mark Isham, Carter Burwell, Danny Elfman o James Horner. Pero la esencia de la grandeza, para que vamos a engañarños, habrá desaparecido, lo que llaman el glamour de Hollywood, la época dorada.

Y a ese concepto pertenece The Book Thief, un trabajo que se ha convertido en mi compañero de viaje a lo largo de estos dos últimos meses, incluso para dormir a mi pequeña en sus noches de desvelo. Porque en The Book Thief el Maestro hace lo que mejor sabe hacer, emocionarnos; roba nuestras emociones como Liesel hace lo propio con los libros de Ilsa, solo que Williams nos la devuelve al final del viaje, para que éstas alimenten nuestro alma.

Y para volver a disfrutar del viaje, una y otra vez, lo tenemos francamente fácil. Play and enjoy it, tan fácil como eso. Feliz Cumpleaños Maestro, y muchas gracias por el viaje. Hasta la próxima parada.