Sumergirte en John Williams
Muchos dicen que debes buscar un empleo que te llene, que te apasione, y que no te aburra. Pero no quiero dejarlo solo ahí, ¿por qué no buscar también algo en lo que te sumergirte cuando te sientas solo, algo que te llene en los mejores y peores momentos, algo que te complete más allá de tu propia existencia?
Desde pequeño siento que la música me ha completado, y con cada paso que daba, más intensa era su importancia en mi ser. Mi abuelo fue quien me dio a conocer a los grandes clásicos de la música, como Beethoven, Mozart, Brahms, o Wagner. Mis padres me introdujeron en los diversos estilos de la época, desde los italianos románticos hasta la electrónica británica y francesa. Pero poco a poco fue ganándome un género en particular que predominó sobre los demás, y lo sigue haciendo a día de hoy, las bandas sonoras.
Y por eso estamos aquí, ¿no? Menudo tostón de texto que lleváis ya, y lo que aún os queda. Mi pasión por el cine se vio acentuada por esas melodías que acompañaban al metraje. Si muchos se quedaban con una canción del soundtrack, yo me quedaba con esa partitura tan especial que me hacía evocar las escenas vividas. Muchos directores han podido ser culpables de dicho “accidente”, como Spielberg, Zemeckis, Lucas, Burton o Columbus. Pero por muchos compositores que haya detrás, para mi fue solo uno el que marcó un antes y un después en mi amor por la música del séptimo arte, y ese no es otro que John Williams.
Hasta mi tierna adolescencia, mi contacto con el mundo de las bandas sonoras se ceñía casi en exclusiva a su escucha mientras visionaba la película, y su posterior tarareo en mis ratos libres que me imaginaba volando en una bici, o corriendo perseguido por un dinosaurio mientras me dirigía con un equipo de rebeldes a destruir una estación espacial. Pero fue entonces cuando cayó en mis manos un disco recopilatorio de 2 CD’s donde se recogían los grandes éxitos del maestro Williams desde 1969 a 1999. Ahí estaban esas melodías que llevaba persiguiendo tanto tiempo atrás. La obertura de La Guerra de las Galaxias, la marcha de los buscadores de Indiana Jones, el tema de Superman, el vuelo a Nunca Jamás de Hook.
Se podría decir que John Williams lo empezó todo, todo ese cariño especial que tengo hacia el mundo de “la música que se ve”. A raíz de entonces fue cuando aparecieron tantos otros nombres que llenaros horas y horas de entretenimiento auditivo, Morricone, Silvestri, Horner, Bernstein, Goldsmith, Zimmer, Barry, y un largo etcétera. Pero siempre que quiero sacar a ese niño que llevo dentro, y evocar tiempos pasados con los cosquilleos que me hacían estremecerme en el salón de mi casa, siempre aparece un nombre por encima de los demás.
A sus 92 años, este maestro de maestros ha realizado innumerables partituras, dejando marcadas a diversas generaciones con sus melodías, marchas, himnos y temas musicales. Poco se puede decir que no hayan dicho ya expertos en la materia, compañeros de profesión, o incluso familiares y amigos. Y por ello, quería traeros este viaje personal al pasado repasando a quien ha sido una gran influencia en mi camino, y que espero transmitir a generaciones venideras.
Hace escasas semanas se estrenaba en Disney+ un documental sobre el compositor, llamado La música de John Williams, del director Laurent Bouzereau. No os destriparé el contenido, eso os dejo que lo descubráis vosotros en cuanto tengáis ocasión de verlo. Pero lo que sí que pretendo decir es que si en menos de 2 horas de duración, personas tan distinguidas de la talla de Steven Spielberg, Alan Silvestri, Thomas y David Newman, Ron Howard, Gustavo Dudamel entre otros muchos se reúnen para dedicarle unas palabras a uno de los hombres que más ha aportado a la música en los siglos XX y XXI, malo el documental no tendrá que ser, ¿no creéis?.
Pues eso, ya tardáis en verlo. Tanto si os apasiona la música de cine como si no, estoy seguro de que os gustará el resultado. Llegaréis a conocer un poco más a este icono musical, conectando con él a niveles que ni yo hubiese imaginado. Desde AsturScore, como siempre decimos, ¡que viva la música de cine! Y muchas gracias maestro John Williams, tu legado perdurará hasta los confines de la galaxia, gracias por darnos tanto a todos los que vivimos bajo tu melodía.
