Mikael Carlsson Entrevista

Escrito por , el 22 octubre 2016 | Publicado en Apuntes, Entrevistas

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Compositor, prolífico productor discográfico y promotor de conciertos, Mikael Carlsson (Halmstad – Suecia, 1971) ha trabajado en diversos campos de la música de cine durante más de una década. Visitó nuestro país este pasado verano para dar su apoyo al Oviedo FilmMusic Live!, uno de los conciertos de música de cine más prestigiosos del norte de España que, en su segunda edición, agotó las localidades del Auditorio Príncipe Felipe. Aprovechando su presencia en la capital asturiana, aceptó amablemente la invitación de AsturScore para charlar sobre conciertos de música de cine, una nueva forma de disfrutar la música que cada vez está ganando más adeptos por todo el mundo.

Biografía

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Antiguo periodista, Mikael Carlsson lanza el sello discográfico MovieScore Media en 2005, editando su primer CD en 2006. Como promotor de conciertos, en 2014 desarrolla Soundtracks Live!, un servicio dedicado a llevar música de cine de calidad a la sala de concierto. Entre los compositores cuya música ha adaptado se encuentran Marco Beltrami, Patrick Doyle y Michael Kamen. Como compositor por derecho propio, también dedica gran parte de su tiempo a escribir música de concierto, para coro principalmente.


¿Hay una demanda por parte del público de música de cine en concierto?

Sin el interés del público, no tendríamos ninguno de estos conciertos. Por un lado, hay festivales, que atraen a los fans y, hasta un cierto punto, a los profesionales. Y otra cosa es la música de cine interpretada por orquestas, no en festivales, sino para el público en general. Creo que ahí es donde se ha visto el mayor cambio.

En Milán estuvimos recientemente con una gran orquesta, la La Verdi, y se trata de una orquesta clásica, muy estricta. Dieron tres conciertos de música de cine. Eso es algo que no hubiera sido posible ver hace cinco o diez años. Hay interés por parte del público y muchas orquestas quieren interpretar este tipo de música en sus auditorios, sobre todo para atraer sangre nueva a la sala. Lo que podemos hacer, por nuestra parte, es que ese nuevo público se interese por la música de cine. Todos salimos ganando. La orquesta gana público y nosotros, también.

Eso es lo que deseo, mi visión. Me gustaría que no todo el mundo que vaya a estos conciertos sea necesariamente entendido en música de cine.

Lo mismo pasa con determinadas ediciones discográficas, hay algunas que son conocidas por todo el mundo, como Titanic o Memorias de África, por ejemplo.

La conciencia de la existencia de la música de cine está creciendo gracias a la generación Hans Zimmer, por así decirlo. Antes, teníamos a la generación John Williams, que también atraía a un montón de gente. Pero Hans Zimmer ha introducido elementos nuevos. Claro que su música es difícil de interpretar con tan sólo una orquesta, si consideramos su sonido híbrido. Para poder ofrecer una visión completa es necesario añadir muchos elementos adicionales a los de una orquesta sinfónica estándar.

También hay mucha gente interesada en cosas como El señor de los anillos

Por supuesto. Y quizá los videojuegos tengan su parte también, porque la gente interactúa con música dramática mientras juega y se ven afectados por ella de una manera que antes estaba reservada para la hora y media que pasábamos en el cine. Y, después, desaparecía. Pero la gente juega toda la noche e interioriza este tipo de música también.

¿Deberían proyectarse imágenes de las películas en los conciertos?

Para empezar, es un problema de derechos. Necesitas permiso para mostrar imágenes. Técnicamente, ya lo necesitas para poder interpretar la música en concierto. O bien alquilas las partituras o haces un arreglo y consigues permiso para el mismo. Pero si quieres proyectar imágenes o usar fotogramas… eso ya es diferente. Además, en general, los poseedores de los derechos de la música no tienen los de las imágenes.

Yo, sin embargo, creo que la música puede ser interpretada aisladamente. Si necesitas imágenes, ¿por qué no alquilar el Blu-ray? Lo que es interesante para mí, y creo que para el público, es que sacar la música de su contexto, la película, le da una nueva vida. Te puede traer recuerdos de la película, o deja volar tu propia imaginación, pero tiene vida propia, y es algo totalmente distinto. De esta manera, la música, por sí sola, se convierte en una obra de arte diferente.

Lo mismo pasa con las ediciones discográficas. Esas ediciones completas, con toda la música en el CD de principio a fin, de las que yo no soy fan. Si quieres vivir la música así, lo mejor es que la escuches en la película.

En definitiva, si la música no merece la pena por sí misma, ¿para qué interpretarla en un concierto si no funciona sin las imágenes?

¿Pueden los conciertos ayudar a promocionar la música de cine? Porque actualmente en Hollywood se pide el mismo score todo el tiempo. No parece haber mucha libertad creativa, y quizá sea una forma de recuperar el gusto por los temas, por las melodías.

Para empezar, creo que es necesario sentir interés por la música y conocerla. Hay muchos directores que no están seguros de lo que quieren hacer con la música. Así que, cuando llegan a la posproducción, no tienen una visión y, aparte, puede que no haya sitio para la música. Es simplemente otra cosa más a tener en cuenta. Es muy difícil ser compositor de cine hoy en día y lidiar con todo esto.

Hicimos una pequeña retrospectiva de cine terror en casa este verano y vimos muchos de los clásicos en Blu-ray: La profecía, Poltergeist… Los cineastas confiaban tanto en la música que está altísima. Es la música la que mantiene gran parte del suspense. Es prácticamente imposible pensar que alguien sería capaz de hacer algo semejante hoy en día. Todo el mundo parece tener miedo de la música y no querer que se les acuse de intentar manipular al público con ella. Y, sin embargo, es para eso, como el montaje, la iluminación, las interpretaciones, los efectos visuales o los de sonido.

Se suele leer en entrevistas a directores que dicen que hoy ya no hay compositores como los de antes que escriban grandes temas, pero ellos tampoco los piden.

Tienen miedo de la melodía, algo que se supone que son más de cuatro compases. Una melodía tiene un desarrollo, va a ocupar un lugar y va a ser un factor dominante.

Hay una película estupenda que espero que hayáis visto, porque, si no, deberíais hacerlo: Déjame entrar. Es una película de vampiros sueca, cuya banda sonora edité hace un tiempo. Su peculiaridad es que tiene un toque artístico y el director le dedicó tiempo a pensar en la música. Hay momentos en los que la película parece montada al estilo de la vieja escuela, con la música encargándose de transmitir toda la emoción. Y esto es muy, muy raro hoy en día. Está claro que en un caso como éste vas a conseguir el gran tema que todos estamos esperando, porque hay hueco para él.

Sin embargo, en muchas películas actuales, no existe este hueco. Puedes culpar al compositor o al productor, si quieres, por no apostar por ello, pero la verdad es que no hay sitio para la melodía o los grandes temas.

¿Está pasando lo mismo en los films europeos?

Hay una gran diferencia por fortuna. Hay diferencia entre el producto de Hollywood y el europeo. Aquí hay más espacio para la música. O eso creo yo. Lo que no quiere decir que haya más música en las películas europeas, simplemente que se dedica más tiempo a pensar dónde colocarla.

Algunos compositores españoles que están probando suerte en Estados Unidos componen una música que no nos recuerda en exceso a lo que hacían para los filmes europeos.

El trabajo de Roque Baños en Resucitado es magnífico y, aun así, parece estar más en línea con la tendencia Hollywoodense actual que con lo que habría compuesto Roque si se hubiera tratado de una película española (hablando de un modo hipotético, claro). Todo lo que hace en España es estupendo. Puede que, al trabajar en Hollywood, todavía tenga que demostrar de lo que es capaz mientras que, en España, no necesita demostrar nada.

He editado bastantes bandas sonoras españolas y he seguido la evolución de vuestra música de cine desde hace bastante tiempo. Cada vez que visito el país, no me canso de decir que tenéis una música de cine de gran calidad, en comparación con muchos otros lugares. La visión artística y el nivel de talento son ciertamente impresionantes.

¿Y qué opinas de la producción de ediciones discográficas? Da la impresión de que el mercado está en constante cambio.

Cuando empecé en esto hace diez años, era posible publicar el trabajo de un compositor completamente desconocido y, más o menos, se vendía. Eso resulta muy complicado ahora. Hoy salen cuarenta o cincuenta nuevos álbumes cada semana. No se trata tanto de que el mercado esté sobresaturado, sino de que la manera de consumir música ha cambiado drásticamente. Nos dirigimos a un punto en el que toda la música va a estar al alcance del oyente y va a ser él, y no las casas de discos, quien decida qué merece la pena ser escuchado y qué no.