FIMUCITE 13: KI KI KI… MA MA MA…

Escrito por , el 28 octubre 2019 | Publicado en Crónica

Póster Fimucité 13Más vale tarde que nunca, pero finalmente conseguí ir a por mi cuarto año consecutivo en mi peregrinación anual a Tenerife para FIMUCITÉ 13, y mientras pueda, salud y dinero causas principales, así seguirá siendo (junto con Málaga, mis dos citas anuales con la música de cine).

Quien me conoce de verdad sabe que el menda se apunta a un bombardeo en cuanto puede, y más cuando escuché de nuevo el nombre de Christopher Young, acompañado del de Harry Manfredini, con lo que fue más que suficiente (si además lega a ir Richard Band me tienen que llevar al hospital por infarto…).

Súmale el ochentero y genial Vince Dicola, el Maestro Randy Edelman (toda una rock star) y el concierto Live to Picture de Dracula (sí, la de Coppola), con musicaza de Wojciech Kilar, y ya tenemos la guinda del pastel. Y muchas más cosas… Como siempre, la suma de muchas partes que configuran un tapiz final de emociones realmente cautivador.

Así que vamos al lío…

Miércoles 25/09 – Rueda de Prensa (aka Entrevista a Manfredini y Troleo del Young)

Tras llegar el 24 al aeropuerto de Tenerife Norte y dirigirnos a Puerto de la Cruz, donde nos perdimos por sus maravillosas calles y comercios, amanecíó el 25 para irnos rumbo a la rueda prensa de FIMUCITE 13 que tendría lugar en el Auditorio de Tenerife y que abría el periodo de conciertos del tramo final.

Allí se presentaban a sus ilustres invitados (Christopher Young, Harry Manfredini y Christian Schumann, todos bien escoltados por un siempre sonriente y amable Diego Navarro, espejo del festival, totalmente entregado a la causa.

Viejos conocidos, nuevas sonrisas,… Diego, Vanesa, Carlos, Sara, Manuel, Sagri… siempre un placer intercambiar palabra con vosotros, demostrando además que la música de cine es a veces una excusa más para conocer gente y charlar de cosas de la vida.

La rueda de prensa comenzó recordando el éxito de los dos conciertos previos, Cinema Morricone, con Sara Andon a la flauta y Simone Pedroni al piano, cuyo principal artífice fue el veterano productor Robert Towson, y el concierto Let’s Dance, con piezas de infeccioso y contagioso ritmo como Footloose, I’m Still Standing, The Time of My Life, Hot Stuff, Think o Everybody Needs Somebody to Love.

No pudimos acudir a ellos, pero las imágenes ofrecidas por Fimucite en la rueda de prensa fueron sensacionales, música emotiva y popular.

Acto seguido, Diego Navarro hizo un pequeño recorrido por los conciertos que restaban para el resto de la semana, comenzando con Mis Terrores Favoritos, nombre puesto en honor al reciente desparecido Chicho Ibánez Serrador, toda una leyenda dentro de la televisión española, y artífice de algunos de los mejores terrores nacionales de la historia.

El concierto, dirigido por el maestro Christian Schumann, incluye hasta 7 estrenos mundiales, donde destaca una suite para Friday the 13th de Harry Manfredini o el Drag Me to Hell de Christopher Young.

A continuación fue el turno para el concierto de carácter intimista Randy Edelman : A Close Relationship, donde el mítico compositor y cantante propuso un recorrido por su obra de cantante y de compositor de cine, acompañado por una joven formación musical de cuerda Cracovia (FMF Krakow String Ensemble), fruto de los intercambios culturales y de hermanamiento de FIMUCITE con el FMF de Cracovia.

El segundo Live to Picture ocuparía el siguiente puesto en la lista de Diego Navarro, en esta ocasión para el Dracula de Francis Ford Coppola, que contó con una majestuosa y magistral banda sonora del polaco Wojciech Kilar, siendo este concierto el inicio de una Gira Mundial de conciertos Live to Picture para Dracula, cuyo trabajo fue mastodóntico, necesitando reconstruir y reescribir la partitura, donde fueron vitales la intervención de Robert Towson, Sony o Don Davis (éste último ayudó en todo el proceso, especialmente la sincronización).

Y finalmente, Diego se referiría al concierto Campeones de la Gran Pantalla, que versaría sobre el mundo del deporte, y que además de repasar títulos como Chariots of Fire, Rudy, Hoosiers, Rocky o The Karate Kid, permitiría a uno de los invitados, Vince Dicola, ofrecer su clásica composición de corte ochentero para Rocky IV, y todo de la mano de la Joven Orquesta Fimucité, dirigida por Jose Antonio Cuba. Este concierto y el del viernes, Mis Terrores Favoritos, serían filmados por Radiotelevisión Española, con lo que habrá que estar atentos a TVE2.

Hay que resaltar además el compromiso y la labor social de Fimucité, en concreto con el autismo, además de múltiples actividades escolares a las que no pudimos acudir y que favorecen el acercamiento de los peques a la música de cine y engrandecen aún más el nombre y el espíritu de Fimucité.

Un vez presentados los conciertos, se dio paso a los invitados, empezando con Christopher Young, quien se deshizo en elogios hacia España y sus aficionados, citando Madrid, Úbeda, Córdoba y Tenerife entre muchos de los sitios donde ha recibido cariño.

Le siguió el bueno de Manfredini, quien declaró estar encantado de su estancia en Tenerife, su primera vez en España, resaltando el poder musical que tienen las bandas sonoras, que a veces parecen pasar desapercibidas en las películas y que Fimucité las consigue materializar a través de sus actividades y conciertos.

En cuanto a Schumann, también se deshizo en halagos hacia Fimucite (ésta era su segunda visita, su primera le había llevado al concierto de Space Opera), hablando de la magia que hacen el plantel de invitados y el equipo humano del festival en un evento de primera clase y de envergadura mundial.

Finalmente, el maestro Randy Edelman también agradeció la invitación y habló del valor que tienen las grandes partituras de toda la vida por encima de la tendencia actual de las bandas sonoras en el cine de hoy en día.

Finalizada la rueda prensa, donde también pudimos ver a Robert Towson y Peter Hackman, fuimos a la cafetería del Auditorio, donde esperamos pacientemente a Harry Manfredini para entrevistarle.

No se demoró mucho en aparecer, y fue todo un placer que duró cerca de un hora, donde repasamos su filmografía, destacando el momento donde hablamos de la película Deepstar Six (Profundidad 6, 1989), dirigida por su amigo Sean S. Cunningham (el principal creador y valedor de la saga Frida the 13th y productor de joyas como House).

Mi vena friki no pudo contenerse y le dije que era mi trabajo preferido suyo, tarareándole brevemente el Main Title. Manfredini, con cara de asombro y estupefacción, me dijo en inglés «I don´t Believe It. You make my day«.

Durante la entrevista, Christopher Young, quien también estaba en la cafetería tomando algo, esperando que terminase mi entrevista para hablar juntos, se acercó en un momento dado con una sonrisa en su cara mientras me soltaba en plena entrevista «It’s False… All False. Be Careful with this man«.

Aquel simpático «troleo» provocó las carcajadas de todos, y acto seguido continuamos con la entrevista. No dio tiempo para más, era tarde ya, y Chris estaba muy cansado, asi que nos emplazamos para entrevistarnos el viernes de tarde y poder hablar tranquilamente juntos.

Cerramos las persianas, comimos en las Hierbitas y nos tiramos una tarde-noche tranquila, vísperas del primero concierto del Festival, el de Randy Edelman.

Jueves 26/09 – Randy Edelman, Genio y Figura

Tras un día pasado por agua (y sol) en el Siam Park, llegó la hora de disfrutar del genio de Randy Edelman quien, como no, hizo lo que mejor saber hacer, tocar su música pero a su ritmo (quitando, poniendo, cambiando el orden…).

Fue algo que pudimos ver en Úbeda en su día, y que poco importa cuando uno de tus compositores idolatrados de tu juventud te está interpretando al piano sus maravillosas melodías.

El Teatro Guimera, prácticamente lleno, fue el escenario ideal para disfrutar de la música del Maestro Randy Edelman, y olvídate del orden… solo DISFRUTA, y vaya si disfrute, tanto de sus canciones y temas como de sus comentarios y anécdotas (era todo un carrusel de información),

Sus JAJAJA Melodies, Suite 1 y Suite 2, fueron todo un exitazo, incluyendo una de mis preferidas, que si bien no estaba en el programa, Randy la introdujo allí porque él lo vale, Leap Year (cuando lo entrevistamos se lo agradecí, comentándole que era una de mis preferidas, algo que también compartía, sonriendo cuando se lo dije).

Vi a gente siguiendo el ritmo de sus temas de películas, de sus míticas canciones, con un público entregado, y cuando llegó el turno del ensamble musical de los jóvenes músicos de Cracovia, pudimos disfrutar de maravillosas piezas como Fimucité 13, uno de mis trabajos preferidos (mención especial para la emocionante pieza de Gettysburg, el temazo de My Cousin Vinny o la simpática melodía destinada al perro de Beethoven).

En suma, un concierto de toda una «rock star» como Randy Edelman que lo define como compositor; hizo lo que quiso, regalándonos los oídos con su música y sus canciones. Genio y Figura.

Al finalizar el concierto, decidimos volver a los Hierbitas a cenar, esta vez con mi colega Sergio Hardasmal, recién llegado a la Isla desde Málaga, compartiendo una hermosa velada nocturno de música de cine (especial mención con Marc Shaiman) y la vida.

Posteriormente, vuelta a Puerto la Cruz y a descansa. Entrevistas y Mis Terrores Favoritos me esperaban al día siguiente.

Viernes 27/09 – Mis Terrores Favoritos, la Suite de Edelman y A solas con Young

Tras todo un encaje de bolillos, la tarde del Viernes dio para dos entrevistas, una con Randy Edelman, y otra con Christopher Young, con todo un conciertazo al final del día.

A las 15:45 de la tarde me personé en el Hotel Mency, donde me encontré con viejas caras conocidas de otros festivales, entre ellos a Joan Bosch y su mujer, o el bueno de Rafa, un encanto de tío.

Tenía entrevista a la 16:00 con Edelman, y Carlos me guió, nada más y nada menos, que hasta su suite. A petición expresa del compositor, prefería que se le entrevistase en su habitación.

Al entrar dejé atrás un pequeño pasillo a modo de hall que desembocaba en un amplio espacio, con dos sillones negros en forma de L justo enfrente, una cama a mano izquierda con muchísimo espacio alrededor y un teclado a mano derecha, donde imagino que Edelman estaría ensayando o componiendo.

Algo nervioso para la ocasión (para que vamos a mentir), me presenté, le puse un micro para la entrevista y me empecé a lanzar preguntas; en teoría solo tenía tiempo para 30 minutos, pero el bueno de Edelman solo pudo contestar 3, ya que con la segunda, sobre su carrera como cantante, comenzó a contarme, literalmente, su vida, con datos de esos con los que Sálvame haría un par de programas Deluxe.

Era maravilloso escucharle hablar, contarme su vida, hacerlo sin tapujos… lo vi cómodo, y solo la presencia de los siguientes entrevistadores, Sergio Hardasmal y Christian Aguilera (fue todo un placer conocerle en persona, toda una eminencia en el campo del cine y la música), hizo que tuviéramos que dejar la entrevista.

Edelman me dijo que le hiciese el resto de preguntas, pero yo le dije que era el turno de mis compañeros, que si acaso tenía tiempo podíamos intentarlo más tarde (,yo encantado de la vida, vamos). Edelman pronunció «Sure», y bajé abajo, esperando mi turno para verme con Christopher Young a eso de las cinco de la tarde.

Allí llegó Peter Hackman y un Christopher Young vestido para la ocasión (el concierto de hoy suponía un reconocimiento a su carrera con la entrega del galardón Premio Fimucité-Antón García Abril), y tras un par de fotos, Chris y yo nos metimos en una sala donde estuvimos charlando casi una hora, cara a car.

Salimos a las 18:00, y fue una de las mejores charlas que tuve con un compositor de cine (sino la mejor), hablando de música, de la vida,… de todo, pero siempre enfocado a él, a su música (Chris Young ha sido, con mucho, uno de los compositores cuya música ha marcado mi vida, y así se lo hice saber).

Despidiéndome de Chris y deseándole la mejor suerte posible («Todo va a ir genial, ya lo verás«, le dije), me acerqué a la recepción del hotel para preguntar por Edelman, confirmándome que aún había gente arriba, y que en cuanto terminase me avisarían.

A las 20:00 era el concierto y me senté en el hall del hotel, decidiendo esperar como mucho hasta las 18:30 pasadas, 18:45 como mucho, y sino bajaría rumbo al concierto (casi media hora a pie me separaban del Auditorio, casi nada).

Fue a y media pasadas cuando Edelman bajó con Gorka y Rafa y me vio en el Hall, yendo directamente hacia mi para decirme con una sonrisa en los labios «Come on! Let´s go!«.

Subimos y continuamos la entrevista hasta las 19:20 pasadas (casi nada), y solo pudimos hacer 4 o 5 preguntas más (la pregunta sobre Alan Parker dio para mucho, contando todo tipo de anécdotas, hablando incluso de The Last of the Mohicans y su experiencia con Trevor Jones y Michael Mann de forma desinhibida sin tan siquiera preguntarle por el tema, ciertamente espinoso, para que mentirnos).

No nos dio tiempo para más, era tarde, y fue yo quien se lo comunicó, porque sino podríamos haber estado media hora más… o peor…

Nos quedó Rob Coen y alguna cosita más, pero la entrevista estuvo genial, saliendo rumbo al concierto como una exhalación sin hacernos ni tan siquiera foto (eso lo dejamos para un momento del domingo, donde le felicité por el conciertazo de Campeones en la Gran Pantalla).

Llegué al concierto sobre la bocina, tanto que recién sentado prácticamente comenzaba el concierto, que se abrió con los Premios de la Música para el Audiovisual Español, otorgados por la Asociación Española de Compositores – Musimagen a través de su presidente, Darío Palomo.

Arnau Bataller ganaría el premio a mejor partitura electroacústica por El Desentierro, mientras que Iván Martínez Lacámara y Manel Santisteban se alzarían con el premio a mejor partitura para una serie por Vis a Vis (Temporada 3).

Finalmente, tras interpretar Diego Navarro tres pequeñas suites del material nominado a mejor partitura orquestal (entre quienes se encontraban el propio Diego por su trabajo para El Fotógrafo de Mauthausen), sería Vanessa Garde quien se alzaría con el galardón por La gran aventura de los Lunnis y el Libro mágico.

Recogidos los galardones en el escenario, y con los consabidos y merecidos aplausos para los compositores ganadores, dio lugar el comienzo del concierto.

Al igual que sucediese hace dos años con el programa de terror de Stephen King, un lujo musical que disfruté como un enano (amante del universo King y de la música de cine como soy, un dos por uno ideal), el concierto de Mis Terrores Favoritos ya partía con ventaja en mi corazoncito.

Así pues, disfruté de cada una de sus piezas, desde la primera a la última, comenzando por esa suite que abría el concierto, el gran Joseph Loduca (con la segunda entrega de Evil Dead) y el temazo de The Twilight Zone de Marius Constant, donde brilló, sobremanera, el mítico motivo central de John Carpenter para Halloween, una de las mejores películas del género, y un tema pegadizo, obsesivo e inolvidable (como sonaba con la orquesta).

Sería injusto olvidarnos del temazo de Mike Oldfield que utilizó William Friedkin en esa obra maestra llamada The Exorcist (El Exorcista, 1973), siendo lo más flojo de la suite (que no malo) el tema compuesto por Charlie Clouser para la saga de Saw.

Pero lo que realmente eclipsó todo, y con justicia, tuvo lugar en la segunda parte, el MOMENTAZO, que no fue otro que Drag Me to Hell (Arrástrame al Infierno, 2009), espectacular suite (estreno mundial) con la música de Christopher Young, que quizás, para el que escribe, haya sido con justicia el mejor momento del festival.

Finalizada la pieza, con uno de los mejores temas centrales compuestos en la reciente historia de la música de cine moderno del nuevo siglo (y no exagero), la sala estalló en una ovación estruendosa, larga y sincera, a lo que Chris Young se rindió, siendo ese el momento elegido por la organización (como no) para darle el bien merecido Premio Fimucité-Antón García Abril.

Su suite para el Universo de Hellraiser fue también maravillosa, pero los cenobitas no pudieron combatir contra la suite in crescendo de la música de la maldición gitana de Sam Raimi (y eso que ambas partituras son bestiales, y probablemente mejores que Drag Me to Hell, en mi opinión).

Otro de los MOMENTAZOS, quien lo diría, fue la suite de la saga de Friday the 13th, donde escuchamos todo el repertorio musical básico de Harry Manfredini, coros Ki Ki Ki… Ma Ma Ma… incluidos, y una versión cuasi discotequera de esa gran Main Title compuesta para la tercer entrega, en 3D, una pasada.

Otra sonora ovación reconoció el mérito de Harry Manfredini por el material interpretado (que es difícil de poder disfrutar en un concierto para el público en general, siendo sinceros, pero que lo consiguió), visiblemente emocionado y agradecido, como su colega Christopher Young (ambos hicieron muy buenas migas, todo sea dicho de paso, llegando a chocar palmas a uno y otro lado del pasillo de la sala del Auditorio donde estaban sentados).

Y del resto… que podemos decir, bestial. Escuchar dos piezas del que para mi FUE, ES y SERÁ el mejor compositor de la historia del cine, Jerry Goldsmith, en mi humilde opinión, no tenían precio.

El Rebirth de Poltergeist (1982) fue una de las mejores piezas del concierto, poniéndome los pelos de gallina no pocas veces, y asomándome lágrimas en los ojos (no puedo escuchar Poltergeist por miedo a romper a llorar en muchos momentos), en una construcción musical maravillosa.

Y el otro momentazo Goldsmith, como no, viene de la mano de su participación en la saga de La Profecía, en concreto Damien Omen II (La Maldición de Damien, 1978), con el temazo de All the Power / End Title, clímax final donde Damien, finalmente, tiene todo el poder, y la orquesta y los satánicos coros irrumpen para hacérnoslo saber, y de que manera.

Hubo tiempo para el terror nacional, donde Waldo de los Ríos se llevó la palma con sus dos partituras para sendos clásicos de Chicho Ibáñez Serrador (por La Residencia y ¿Quien Puede Matar a un Niño?), y con una curiosidad a modo de la suite de la película La Noche del Terror Ciego (1970), una suite con cánticos bastante tétricos y aterradores de la mano de Antón García Abril, quien finalmente no pudo acudir a Fimucité.

Y fue muy emotivo ver al Maestro Lalo Schifrin, a través de un video grabado para Fimucité, hablándonos de la pieza principal, maravillosa e insana, que compuso para The Amityville Horror (Terror en Amityville, 1979), tanto como escuchar el preludio de Psycho (Psicosis, 1960) de Bernard Herrman (escena de la ducha incluida).

No podía faltar tampoco una de las mejores piezas del concierto, la insana y magistral nana de Krzysztof Komeda para Rosemary’s Baby (La Semilla del Diablo, 1968), así como el pesadillesco universo musical del gran Charles Bernstein para la mítica Nightmare on Elm Street (Pesadilla en Elm Street, 1984), con un tema central sensacional y unos cánticos aterradores a través del coro (One, Two, Freddy’s Coming for You...).

El terror más moderno vendría de la mano de Danny Elfman para su brillante trabajo en Sleepy Hollow (1999) y la famosa Interview with the Vampire (Entrevista con el Vampiro, 1995) de Elliot Goldenthal, una suite genial de una partitura muchas veces injustamente olvidada y que es una auténtica delicia.

Y por contraste, no podemos irnos sin una de las grandes y amadas sorpresas para los que disfrutamos el cine de la Hammer, los brillantes y clásicos trabajos del gran James Bernard para The Curse of Frankenstein (La Maldición de Frankenstein, 1957) y Dracula (1958).

En resumen, un excelente concierto de terror con algunos momentos a recordar en Fimucité, auténticos highlights como Drag me To Hell, Friday the 13th o Poltergeist, que como siempre admite, siendo objetivos, que cada uno tenga su propia selección de títulos de terror, pero lo ofrecido, variopinto aunque homogéneo, permitió el disfrute del aficionado con una selección musical de categoría, incluyendo incluso un pequeño guiño divertido a través de la canción de Ray Parker Jr. de Ghostbusters, número artístico de cazafantasmas incluido.

Sábado 28/09 – De John Scott y Christian Aguilera al Dracula de Kilar

Tras la borrachera de terror del viernes, y a la espera del otro plato fuerte para la noche del sábado, me fui a Santa Cruz de Tenerife a la charla de Christian Aguilera sobre su nuevo libro, dedicado al gran John Scott, un grandísimo compositor que no ha tenido ni la fortuna ni todo el reconocimiento que merecería, un músico de gran calidad y versatilidad, solo superado por su humildad y cercanía.

Ya tuve el placer de conocer a Christian en el concierto de Randy Edelman, pero fue su charla de presentación y la posterior comida en las Hierbitas (tercera vez… y no me cansa) la que permitió descubrirlo y poder charlar más tranquilamente y en profundidad.

Disfruté muchísimo de su compañía y conversación, y tuve la sensación de que podría pasarme horas y horas hablando de todo (y encima su segundo equipo es el Sporting de Gijón… ¿se puede pedir más?).

Nos habló sobre John Scott, anécdotas, la gestación del libro… fue una charla amena la de la presentación de su libro, dedicándose acto seguido a firmarnos cuantos libros allí le posamos (que no fueron pocos, todo sea dicho de paso).

Finalizada la charla, comida incluida, tuve la ocasión de volver a saludar y disfrutar de viejos conocidos como Manel Gil Inglada o Iván Capellas (siempre es un placer veros año tras año), pero también pude conocer a gente maravillosa e interesante como Manuel García de Mesa o Enrique Díaz, auténticos apasionados del cine y, por ende, de la música que acompaña al celuloide (viva Sidney Lumet), y a Javier Quilis, un compositor valenciano humilde y cercano, a quien espero poder ver muchas más veces en un futuro y disfrutar de tu compañía (gracias por el CD, te prometo escucharlo en breve).

Sobremesa incluida, y paseo por Santa Cruz con mi pareja, nos fuimos a ver Drácula en el Auditorio, presenciando nuestro segundo Live to Picture, y solo puedo decir una cosa; fue MARAVILLOSO.

Recuerdo que, nada más ver en el cine la película de Bram Stoker’s Dracula (Dracula de Bram Stoker, 1992), siendo chavalin y en los Hollywood de Gijón, me fuí aquella semana a mi Tienda de Discos en Memphis a comprarme la cassette de Wojcieh Kilar, escuchando una y otra vez aquella joya.

No se puede decir nada, ABSOLUTAMENTE NADA, que no sea la perfección a nivel musical en el concierto que pudimos escuchar (y ver), y por poner un pero, que no hubiera más pantallas a los lados por aquello de la visibilidad de los asientos laterales.

Volver a escuchar esa majestuosidad de partitura compuesta por Kilar fue una maravilla, incluida la versión de Love Song for a Vampire, cantada por Annie Lenox en su día, y aquí excepcionalmente versionada a través de la orquesta y con la magistral voz de Cristina Ramos.

Excelente trabajo de Fimucite, empezando por Diego Navarro y acabando por la Orquesta Sinfónica de Tenerife, el Tenerife Film Choir y el Coro Polifónico de la Universidad de la Laguna (especial mención para Juan Ramon Vinagre, director del coro), incluyendo un premio Fimucité-Antón García Abril póstumo a la labor del Maestro Wojciech Kilar, totalmente merecido por su mastodóntica composición, entregado al director del Festival de Música de Cine de Cracovia, Robert Piaskowski.

La noche dio para más, en un cocktail a mayor gloria del trabajo bien ejecutado y de los compositores invitados, restando aún un plato suculento para el domingo…

Domingo 29/09 – Campeones de la Gran Pantalla

Siempre son tristes las despedidas, pero también son el reinicio a cero del contador de cara a la siguiente edición de Fimucité, y eso fue lo que pensé cuando se cerró el telón en el Auditorio de Tenerife, tras escuchar el concierto de Campeones de la Gran Pantalla, donde Vince Dicola (especialmente) y Randy Edelman fueron los grandes protagonistas. Pero no adelantemos acontecimientos…

Lo primero, antes de comenzar el concierto, se entregaron los premios Fimucinema en su séptima edición, de la mano del compositor Osvaldo Montes, y escudado por Vanesa Bocanegra y Ana Molowny.

Los ganadores fueron Jim Copperthwaite por The Bird Catcher para el premio Alex North a la Mejor Partitura Original para un largometraje de ficción, Olivier Militon por The Superpowers of the Bear en la categoría de mejor documental, Mathieu Alvado por Rebirth en la categoría de cortometrajes y Frank Ceara y Pengbian Sang (respectivamente por letra y Música) por la mejor canción Lo que siento por ti (mismo título de la película).

Es de mérito resaltar y reseñar el trabajo de la Joven Orquesta FIMUCITÉ, de la mano de Jose Antonio Cubas, que nos brindo un señor concierto, siendo los protagonistas absolutos de la primera parte de la función Bill Conti y Jerry Goldsmith, el primero de ellos evidente, con su himno para el boxeo en esa maravillosa película que es Rocky (1976) se Sylvester Stallone, tanto su tema central como su tema de amor, o su toque marcial y oriental para ese otro clásico llamado The Karate Kid (Karate Kid, 1984), ambos del mismo director John G. Advilsen (si llega a sonar la música del Victory de John Houston me tienen que sacar en ambulancia).

Del segundo, sus dos joyas de La Corona, ese himno dedicado al baloncesto llamado Hoosiers (Hoosiers: Más que Ídolos, 1986), una bestial pieza rítmica que sonó a gloria bendita, con toda la orquesta dándolo con las imágenes del partido de la final de fondo, y ese otra maravilla que es Rudy (Rudy: Reto a la Gloria, 1992), en concreto la pieza del partido final, una pequeña película deportiva que tuvo en Goldsmith a su principal valedor, y que la Joven Orquesta FIMUCITÉ interpretó de forma magistral.

Hubo piezas semi desconocidas que cumplieron su función «deportiva», como el videojuego de Street Fighter, el Yo Hice a Roque III, la mítica Sinfonía de Deportes de RTVE de Antón García Abril, la película deportiva RAD (muy buena voz de Marc Que para un título que tenía bajo rádar) o el Remember the Titans (Titanes, hicieron historia, ) de Trevor Rabin (quizás el punto más flojo del concierto).

Y no podía faltar el mítico himno deportivo, incluso olímpico, de Vangelis para la oscarizada Chariots of Fire (Carros de Fuego, 1982), un magnífica versión orquestal, o The Natural (El Mejor, 1984), una bestial partitura del todoterreno Randy Newman (siempre me acuerdo de los Simpsons cuando escucho este tema).

El descanso permitió estirar un poco los pies, saludar a varios conocidos (pausa para la hidratación) y meternos de lleno a la segunda parte del concierto, con el músculo orquestal de Brian Tyler para su himno de la Formula 1 (tan potente y poderoso como olvidable), llegó el turno de los dos pesos pesados.

Primero, Randy Edelman ofreció una maravillosa suite de Angels in the Outfield  (Ángeles, 1994), una de esas pocas que me quedaban pendientes de ver y escuchar, y que goce como un enano, así como el brutal himno que compuso para la NBC Football Theme (ESO si es un temazo), que maravilla.

Se despidió su parte con todo un clásico, esa maravillosa melodía que creo para Dragon: The Bruce Lee History (Dragón, la historia de Bruce Lee, 1993), una de sus mejores obras y que tanto y tan bien definen su trayectoria como uno de los mejores metodistas que aún nos quedan en Hollywood.

La TRACA final del concierto, y por ende de FIMUCITE, fue para Vince Dicola y su Rocky IV (1986), un compositor que a pesar de tener pocos títulos en su haber, tiene uno, su cuarta entrega en Rocky, que le catapultó a la fama, y su recital orquestal-electrónico llenó de revoluciones el Auditorio.

El espectacular Training Montage, el indispensable War y ese mix que formó la magistral canción Hearts on Fire con el Up the Mountain (que por ende fue el bis del concierto) deleitaron a todo el público allí presentes, muchos de los cuales, entre los que me incluyo, deseamos que aquello durase media hora más. Que animalada.

Nos despedimos con una velada nocturno maravillosa alrededor de los habituales del festival (Manel, Iván, Jaume, Manuel…), emplazándonos para el siguiente año y deseándonos que mientras todo fuera bien hasta volver a vernos.

Lunes 31/09 – El Regreso

Dejamos atrás el Hotel Catalonia Las Vegas de Puerto la Cruz rumbo al aeropuerto de Tenerife Norte, donde todavía coincidiríamos como Gori, Xisca y Gorka antes de subirnos al avión rumbo de regreso a nuestros quehaceres (nosotros aún con varias horas a rematar en Madrid para volver a Asturias).

La energia de Dicola, la filantropía de Young,  el genio y figura de Edelman y el carácter afable de Manfredini, todo bien revuelto en el cocktail FIMUCITE de este año, con sabor a Transilvania, nos brindó unos días maravillosos en la isla, de donde me llevo el recuerdo de haber conocido aún a más personas, como Christian Aguilera.

Solo puede hacer lo que hago siempre, dar las gracias a todos aquellos que hacéis posible esto, y desear que el año que viene podáis seguir sorprendiéndonos y hacernos disfrutar. Mientras, contador a cero, y salud y dinero mientras espero a la siguiente edición, la catorceava.