Crónica del MOSMA: Año Cero (2016)

Escrito por , el 10 julio 2016 | Publicado en Crónica

PROLOGO

Es complicado resumir en pocas palabras un conjunto de emociones que se dieron en la ciudad de Málaga durante 4 días, emociones de todo tipo, previas, durante y en los días posteriores; lo que sí sabía, o tenía seguro, era que necesitaba salir de mi ciudad natal y desconectar durante unos días, no saber prácticamente nada ni de nadie en unos días (bueno, mi hija es la excepción, por supuesto, pero ya nos entendemos).

Me lie el petate en dos semanas, convencí al Edu, y nos bajamos en un visto-no visto, eso si, más raspao que un suficiente de EGB; una pena que se hayan anunciado las ventas de entrada y los precios tan tarde, pues de haber manejado esa información con más tiempo, los transportes tanto de avión como el tren hubieran sido más baratos (el coche es una auténtica paliza, por la famosa Ruta de la Plata).

Carátulas, equipo de grabación para las entrevistas, algo de comida, ropa y música para el viaje, de calidad, que conste en acta: Hard Rain de Chris Young, Hercules y Home Movies de Pino Donaggio (había que ambientar), The Man From U.N.C.L.E. y TvPopMuzik de Daniel Pemberton (ídem) y, para entrar en Málaga, Krull de James Horner, casi ná.

Dos paradas, 10 horas y casi 1.000 km después llegamos a Málaga para posar los bártulos en el hotel, con el tiempo justo para un pequeño encuentro de amigos/aficionados (Josep, Felipe, Óscar, Gorka, Pedro, Sergio Rivas, Sergio Hardasmal e Isra) con sidra, y de cabeza al Concierto de Michael Kamen, con sorpresa de por medio; Berto, integrante de AsturScore y amigo nuestro, quien un puñado de días atrás se animó a bajar tan solo día y medio para ver y entrevistar a Sean Callery, uno de sus ídolos, y dar de paso un sorpresón al Edu (estilo al Tengo una Sorpresa para Ti de la Gemio).

Y ahora, tal como reza mi acreditación de prensa, pasamos a narraros un poco lo que han sido estos días de convivencia llenos de amigos, música de cine y compositores.

MIERCOLES – DIA 1: Kamen, Michael Kamen, con Licencia para Emocionar

Bueno, como aficionado a la música de cine, he de decir que dos eran los principales alicientes del MOSMA (Movie Score Malaga); el concierto tributo a Michael Kamen y la presencia de mi querido Pino Donaggio, un compositor al que servidor guarda especial cariño desde mi infancia (por Carrie especialmente, que fue uno de mis despertares a muchos niveles).

La viuda de Kamen acudía al tributo, y el concierto lo dirigiría Pablo Urbina, una bellísima persona al que tuve la suerte y el placer de conocer personalmente en Málaga, pero con quien ya había entablado contacto en noviembre del 2013, cuando desde AsturScore decidimos rendir tributo a Kamen.

En aquella época, Pablo me contactó al ver los podcasts y los artículos, y así entablamos interesantes conversaciones (aún recuerdo una llamada telefónica desde Londres a mi casa, casi dos horas), hablando sobre el Maestro Kamen, sobre su familia (quien parecía haberse emocionado al ver el homenaje que le habíamos rendido), sobre la faceta humana del genio, sobra la música de cine en general… y sobre la vida.

Solo nos faltaba vernos y eso se cumplió, café de por medio y una maravillosa charla de casi hora y media entre Edu, él y servidor.

Pero volvamos al concierto; quisiera destacar que, si mal no recuerdo, desde que pertenecí a la organización del Festival de Úbeda y de Córdoba (éste año asisto ya desde el otro lado, como aficionado, decisión que tome a comienzos del 2015), no recuerdo un concierto sinfónico homogéneo, es decir, dedicado a la obra de un solo compositor, en éste caso, Michael Kamen, y creo que es todo un acierto, porque permite hacer una retrospectiva total sobre su obra y disfrutar de un sello y un estilo inconfundible.

El concierto fue sólido, con algunos momentos brillantes, como el tema de Robin Hood, el tema de acción de Lethal Weapon 2, el Waltz del Barón Munchausen, el tema de Jack, la apertura de 101 Dálmatas o la Sinfonía Americana (a servidor le puede este tema, me baja completamente las defensas).

Quizás lo más desconcertante fueran las piezas de acción, todas ellas un poco desajustadas por las excesivas pausas entre piezas, desorientando y desconcertando un poco. Pero aún así, fue un mal menor.

Como anécdota, Pablo explicaba que estaba dirigiendo la orquesta con la chaqueta del Maestro Kamen (sí, evidentemente le quedaba grande) y también llegó a dirigir con su batuta, un gesto maravilloso para acercarnos al Maestro de alguna manera.

El aplauso fue generalizado, un reconocimiento ganado a pulso, y que abría el comienzo de las actividades del MOSMA, que comprende parte del equipo que organizó los festivales de música de cine en Úbeda y Málaga (nos encontramos con David Doncel, David Sáiz, Juanra y Fernando Fernández), todo ello dentro de un nuevo marco, el prestigioso Festival de Cine de Málaga, cuyo director es Juan Antonio Vigar.

Un buen broche de apertura al que siguió una buena cena nocturna con Edu, Óscar y Berto, más por la compañía que por el camarero (nuestro amigo “Willy”, al que aún seguimos buscando…), cena al que le siguió un apéndice en una pizzería cercana (somos del norte, y cuando se acerca el invierno, llenamos el buche), donde “Borat” sació nuestro apetito.

JUEVES – DIA 2: 24 Horas con Sean Callery

Uno de los puntos fuertes del MOSMA es que se trata de un evento  que ofrece diversidad pero que no carga de contenidos todas las horas del día, algo que a veces sucedía en Córdoba o Úbeda, permitiendo un ambiente más relajado, como sucedió en las charlas Café de los compositores, como por ejemplo la de Kenji Kawaii de la mañana del jueves, donde se comprobó la humildad y cercanía de un genio como el nipón.

Poca gente, la justa, un ambiente relajado (El AC Hotel Málaga) y un foro de preguntas abiertas que abarcan todas las áreas; curiosidades, cuestiones profesionales y, por qué no, cierto frikeo, pero siempre sano, con respeto.

Las charlas también fueron amenas, con duraciones acertadas y adecuados moderados; especialmente recuerdo dos, la de Sean Callery, un cacho de pan, y la Pino Donaggio, con Jose María Benítez echando un cable al Maestro, quien era puro divertimento.

Quizás la única pega haya sido no disponer de un espacio más amplio para estas charlas, como si sucedió con la de Jan P. Kaczmarek el domingo, previo a la firma de charlas. Pero tampoco fue mayor problema.

A la tarde tuvimos una entrevista maravillosa con un Sean Callery entregado completamente, siempre cortés, siempre diligente, que dio como resultado una entrevista jugosa, dinámica y distendida, la cual podremos ver y oir en breve en la web.

Y de noche, todo un conciertazo, quizás el mejor del MOSMA, una delicia; rítmico, excelentemente ejecutado por el grupo de Sean Callery y un pequeño ensamblaje musical donde destacaba la cuerda, percusión, trompeta con y sin sordina y el saxo.

Hasta el propio Callery se atrevió a cantar una pequeña canción de amor compuesta para su mujer, todo un detalle que habla de la calidad que este hombre tiene ya no como compositor, sino como persona.

El tema hermaniano de Bones, la épica y el noir de Jessica Jones, el dramatismo, jazz y lo étnico en Homeland, el tema de 24… casi nada, vamos. Redondo. De lejos, uno de los mejores conciertos de música de cine que haya presenciado, con un público entregado y un Callery en su salsa.

Despidiéndonos de Berto, quien se marchaba el viernes, con un excelente cena para cuatro, nos fuimos a descansar de cara al Viernes, con entrevistas de por medio.

VIERNES– DIA 3: Come Sinfonia de Donaggio, los 300 de Jusid y un Golden Score

Decir cualquier cosa que no sea que disfruté como un enano de Pino Donaggio sería mentir; es uno de mis compositores preferidos de mi infancia, y su presencia hacía presagiar que conocería a todo un genio, y así fue; divertido y extrovertido, ofreció todo tipo de anécdotas, empezando a hablar en español y terminado en un tutti italiano bastante entendible, con la inestimable ayuda de Benítez.

En la entrevista, a la tarde, sucedió tres cuartas partes de lo mismo; del español al italiano, y no tiro porque así toca. 32 maravillosos minutos, llenos de anécdotas muy curiosas, arrancando por un “sino me equivoco, usted cantó en Asturias en La Felguera, ¿es cierto?”. Y de ahí hasta La Buca y sus nuevos proyectos, uno de ellos realmente sorprendente que pondrá al compositor en el disparadero…

Y qué decir de Federico Jusid, pura energía, y buen rollo, elegancia personalizada y cortesía infinita en la entrevista con Óscar Salazar, y justo un momento después, de cabeza a una charla café muy animada, donde los 300 (si, semos algo frikis) fueron tema de conversación. Este hombre tiene mucha calidad, y debería llegar alto, muy alto.

Mención aparte para Beth Krakower, a quien hicimos entrega de una camiseta de AsturScore (así como a cada uno de nuestros entrevistados), con quien compartí varias conversaciones, aquella tarde la más animada, sobre Cliff Martínez, a quien también debíamos una camiseta, haciéndose entrega a Beth para que se la haga llegar. Gracias Beth.

En cuanto al concierto nocturno, los Golden Score, las piezas elegidas fueron excelentes, un repertorio donde colaboró el bueno de James Fitzpatrick; hubo muchas ganas y voluntad, en un concierto que prácticamente colgó el cartel de lleno, pero la sección de metales no estuvo fina en algunos momentos (muy bien en Braveheart, regular en The Lord of the Rings, por ejemplo), pero algunas piezas fueron brillantes, especialmente el Out of Africa o la obertura final del Cid.

SABADO – DIA 4: Craig Armstrong, Sabor Escocés, y el Concierto Grande

De leyenda urbana, o eso creo tras ver y oir lo que vi y oi, se podría considerar que Craig Armstrong tuviera fama de divo o cascarrabias, o al menos me pareció tanto en su charla como en la entrevista que hizo Oscar.

Hablador, cercano y sencillo, siempre correcto, y contando abundante información sobre sus comienzos y su forma de trabajar.

Tuvimos muy poco tiempo para la entrevista, los tiempos de ensayo apremiaban, pero al final todo salió bien, camiseta y botella de sidra entregada. Un señor escocés al que el MOSMA dedicaba la mayor parte del concierto que disfrutaríamos en la clausura.

Hecha la entrevista, y comido tranquilamente en la Taberna del Tapeo (el día antes había tocado el Pimpi), tocaba descansar y recobrar fuerzas (siesta para servidor y paseíto por Málaga, una bonita ciudad, preciosa y acogedora).

La noche se aventuraba larga, dos horas y medios de concierto, con entrega de premios y galardones de todo tipo, donde me reecontré con Paco Miguel, un viejo conocido con quien compartí sudores varios en Atención a Congresistas, un hombre único y auténtico.

En cuanto al concierto, decir que lo peor que se puede decir de él fue su excesiva duración; técnicamente fue muy bueno. Arturo Díaz Boscovich lo dio todo y supo exprimir a la Orquesta Filarmónica de Málaga y al Coro Ziryab. Todo sonó francamente bien, con curiosidades como ver Kenji Kawaii tocando los teclados o la versión coral de Avalon, sustituido por una especie de Da-Ba-Da, o eso me pareció.

Lo de Roque Baños es para enmarcar; este tío es GRANDE, muy GRANDE. Y así sonó de bien Risen, un trabajo excelentemente preparado en forma de suite para concierto, un hombre que sabe hacer bien todo lo que toca.

De Jan P. Kaczmarek no vamos a decir nada que no sepamos ya; ganador de un Oscar merecido, ofreció un buen puñado de cortes excelentemente ejecutados (me quedo con la belleza nostálgica de Unfaithful o los ritmos juguetones de Finding Neverland).

Daniel Pemberton es un valor seguro, como mostraron sus dos piezas de concierto, especialmente Steve Jobs, uno de los trabajos revelación del año pasado, y pese a que no estoy nada de acuerdo en considerar el If I Fight, You Fight de Creed como mejor tema del año pasado, éste sonó resultón y espectacular en concierto.

Federico Jusid ofreció su música de Carlos, Rey Emperador, épica y gloriosa, y una tema resultón para el thriller Misconduct (esperemos le editen más a éste hombre, es muy bueno).

De Pino Donaggio solo puedo decir maravillas; su suite para Carrie-Body Double-Dressed to Kill sonó espectacular (las cuerdas son una maravilla, especialmente en el Body Double), y el tema del Museo de Dressed to Kill, para los que amamos el cine, y especialmente el de Brian de Palma, fue todo un regalo (mención aparte para la simpática entrega del premio MOSMA Vintage, donde el maestro se desquitó cantando uno de sus éxitos de mozalbete, y ojo al dato, con medio teatro cantando al unísono… eres un fenómeno).

En cuanto a Craig Armstrong, de su calidad ni se duda; el problema fue que, con un concierto tan largo, descanso incluido, y entregas de premios varios, uno llegó a la final reventado, sabiendo que lo que está sonando esta excelentemente ejecutado, pero que la mente de uno ya no procesa más, está rendida, cansada, excedida. Es una pena, porque el concierto fue de gran calidad.

Terminado el concierto, cena, unas copas y a descansar.

DOMINGO– DIA 5: La clase de Kaczmarek, Firmas y Bon Voyage

Antes de la última charla, Edu y yo abandonamos nuestro cuartel general (un buen aparta hotel, donde el aire acondicionado se nos fastidió), dejando las maletas preparadas para el viaje de vuelta (vaya cocida de viaje…).

Para finalizar el MOSMA, nos dimos cita en el Teatro Albeniz, donde el director del Festival de Cine de Málaga, Juan Antonio Vigar, moderó una charla (traducida por David Sáiz) para Jan P. Kaczmarek, llena de buena sintonía y participación del público, como siempre.

Fueron curiosas algunas anécdotas sobre Finding Neverland o Bliss, destacando la calidad humana del compositor, a quien se veía cercano y sencillo.

Acto seguido, sin irnos muy lejos, dio lugar la habitual firma de discos, donde se sumaron Frank Ilfman (grande su Big Bad Wolves) compositor anunciado en su día, y Neal Acree, incorporado por sorpresa el Sábado.

Bien organizada y bastante ágil (a diferencia de otros años, por comparar) la firma fue rápida y dinámica, pese a que algunos aficionados llevaron hasta casi diez carátulas para algún compositor…

En resumen: Un marco incomparable, Málaga, un todo integrante que ayuda, el Festival de Cine de Málaga, actividades más relajantes y llevaderas, con huecos para el congresista o el aficionado, y buena música todos los días, hacen del MOSMA une buena recomendación para el año que viene, al menos para el que escribe.

Gracias a todos los que lo hacen posible, desde Vigar a Doncel, pasando por el alcalde de Málaga, y sin olvidarnos de Beth y todo el personal al servicio del MOSMA. Ha sido una experiencia buena y placentera, y Málaga tiene mucho potencial.

El año que viene repetiremos. Ya queda menos para volver (eso si, como buenos norteños, sufriremos los calores, «pero ye lo que hay»).

Bon Voyage!