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Al Salir del Cine: “Snow White and the Huntsman”

Escrito por , el 23 junio 2012 | Publicado en Apuntes

La Película

No me extrañaría que cualquiera que viese esta película la tachase de simple, sosa y hasta absurda. Y no me extrañaría porque en cierta manera lo es….si realmente no se valoran algunos preceptos que en ocasiones se dan en el cine comercial.

Pongamos en una situación. Una reina malvada, presa de una neurosis galopante, que en el fondo ansía lo que nunca podrá tener. Una princesa inocente y bondadosa pero con el corazón de un guerrero gracias a la impronta que su madre le traspasó al nacer (y que queda perfectamente definido por el símil de la rosa). Un cazador de valeroso corazón que huye de la vida porque ésta le arrebató lo que más quería, aunque en el fondo desea encontrar alguien que le complemente y agarrarse a ella.

Elementos muy simples con los que escribir una historia que, amén de que ya conocemos, claramente vislumbramos como acabará.

Pues bien, con estos elementos tan simples hay películas que se han pegado verdaderos batacazos a la hora de contar con cierta fluidez la historia añadiendo elementos y subtramas que no eran realmente necesarias logrando un producto resultante confuso y atropellado. El cine comercial está lleno de ejemplos, véase sin ir más lejos John Carter.

Rupert Sanders es muy honesto en sus pretensiones. Esta es una historia del bien sobre el mal con el consabido romance de por medio. Sus personajes están bien definidos y tienen de profundidad la justa tirando a ser superficiales. Solamente esa maga de la interpretación que es Charlize Theron añade algo de relieve a su personaje y se convierte en la autentica reina de la fiesta.

Chris Hemsworth y Kristen Stewart debido a sus, adivino, limitadas capacidades interpretativas se limitan a cumplir con sus personajes no aportando más que lo que el director quiere sacar de ellos.

Efectivamente. Todo es realmente simple pero creo que ahí está su mayor logro. La historia está contada con facilidad, llega con facilidad al espectador y resulta hasta creíble debido a ese tratamiento casi inocente e imperfecto, aunque sumamente honesto, que el director le da a su trama.

A su falta de personalidad le podemos añadir algunos elementos que hacen que esta película pueda adquirir vida propia como la relativa a la fotografía, los decorados o los efectos especiales. A destacar entre ellos ese bosque oscuro, realmente siniestro, o el hermoso y mágico bosques de las hadas, todo un dejado de imaginación y belleza.

La película cobra así un tono mágico pero a la vez oscuro y siniestro, todo ello gracias a la acertada plasmación de sus universos fantásticos y también a un más que adecuado uso de los colores para los distintos mundos: tonos oscuros y grises con presencia de azulados que denotan frialdad y maldad para el bosque oscuro o el mismísimo hogar de la reina, y colores más claros y llamativos como los verdes y blancos para la parte del bosque de las hadas, denotando cierto candor e inocencia.

Todo está tratado de una manera tan natural que podía resultar hasta insultante para el espectador que busca necesariamente esforzarse y calentarse la cabeza buscando alguna arista o algo de profundidad que, cierto es que podía haberla tenido, pero que debido a la inexperta mano del director y sus sencillas pretensiones no la tiene.

Blancanieves y la leyenda del cazador se convierte así en una película perfectamente digerible y fácil de ver, y que hace de su reduccionismo y el maquiavelismo exhibido por Theron el principal motivo de su eficacia.

La Música

Muchos esperaban este score con ansia debido a que se mezclaban uno de los nombres más importantes de la música de cine actual y un género, el fantástico, sobre el que siempre se puede sacar mucho partido.

Personalmente desconfiaba algo de los resultados de esta banda sonora debido principalmente a dos constantes que vengo observando últimamente tanto en la música del compositor como en el género.

El primer motivo de mi desconfianza se debe a que James Newton Howard hace tiempo que no es el que era. Sus scores han perdido la fuerza, elaboración e impronta que tenían antaño, convirtiéndose en ocasiones en productos poco imaginativos o excesivamente funcionales. Sus golpes de inspiración se suelen ver de manera muy puntual y localizada, como ocurría en Los juegos del hambre.

El otro motivo por el que vislumbraba que este score no iba a ser el esperado se debe a los, ya al menos por mi parte, mencionados patrones de música que se vienen utilizando para la música de acción, y también los momentos más oscuros de los filmes. Y ya desde el tráiler se advertía que esta iba a ser una película oscura y que, además, iba a tener acción.

Dicho y hecho. James Newton Howard compone un score bastante impersonal en su parte más dinámica y oscura, acercándose descaradamente a la forma de la música de los mediaventures pero, al menos, intentado dar algo de sentido musical a lo que está poniendo sobre la escena.

Esa impersonalidad se refleja perfectamente en su tema principal, un tema que intenta ser a la vez heroico y delicado, pero que carece de verdadera fuerza o impronta afectiva, diciendo realmente poco o nada del personaje.

Pero sería muy injusto decir que este es un score malo o simplemente rutinario. Siempre he mantenido que este compositor se ha sabido mover muy bien (musicalmente hablando) de acuerdo al grado de inspiración que tenía la película o la escena en sí. Y esta película tiene algunas escenas particularmente hermosas e inspiradas que son complementadas perfectamente con la música. Lo demuestra la escena de paseo por el bosque de las hadas que queda reflejado en el cd por los cortes Sanctuary y White Hart.

Será pues este tipo de escenas más delicadas e íntimas dónde el compositor saque su inspiración y buen oficio y nos regale momentos ciertamente logrados, incluidos pequeños momentos románticos. El empleo de coros en cortes como Warriors on the beach le dará algo de personalidad al score aunque su uso nunca llegará a ser todo lo contundente que debiera, careciendo de verdadera fuerza dramática. Algo parecido pasa con el motivo para la reina, un sugerente solo de violín acompañado ocasionalmente por movimientos musicales que denotarán el tenebrismo del personaje al que no se le sacará el suficiente partido.

Así pues Howard construye un conjunto que se caracteriza por su dispersión e irregularidad, no habiendo temas realmente representativos pero sí escenas que se saben mover muy bien a la par con la música. El compositor fracasará en la oscuridad y triunfará en el misticismo.