Análisis
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Género
Fantasmas, John Carpenter, Terror
Lo mejor
La capacidad magistral para sugerir y pintar musicalmente un cuadro de terror sobrenatural con un estilo tan sencillo como contundente (menos es más)
Lo peor
Absolutamente Nada, es el triunfo de la sencillez y la genialidad, una economía de medios optimizada a la máxima potencia

The Fog

1980

El nombre de John Carpenter, uno de mis dioses, estará eternamente asociado a mi amor por el cine desde mi infancia y juventud, uno de esos creadores capaz de moldear nuestros gustos y aficiones, y más con películas como The Fog (La Niebla, 1980), una de esas pequeñas-grandes joyas que poblaron el mundo de mi imaginación, sedienta de fantástico, misterio y terror.

Y como no, es también una fuente maravillosa para refugiarse en la música que emana de ese mundo sobrenatural que pueblan los horrores y terrores de ese universo Carpenteriano, uno que nos ha regalado auténticos temazos (sencillos pero de melodías retentivas e inspiradas), y entre los que destaca sobre manera el que nos ocupa.

The Fog – Carpenter on the Edge

Es curioso como lo que ahora reconocemos como un clásico en su día pudo haber acabado como un auténtico fiasco; y es que la línea que separa el éxito del fracaso es, en muchas ocasiones, muy fina… demasiado. Y Carpenter, amigos míos, sabe mucho de eso.

Muchos de los que amamos al director lo sabemos también; The Thing (La Cosa, 1982), ese maravilloso remake que Carpenter dirigió en los 80, fue un auténtico fracaso de taquilla (e incluso con malas críticas), y hoy día, sin embargo, es considerada una de las obras maestras del Género (para mi en el Top Ten de películas de terror, sino la mejor junto con The Exorcist).

Pero el peor momento de la carrera del director no fue aquella película que le costó un dineral a Universal Pictures, no señor. Fue The Fog. Cuando se acabó de rodar entre Mayo y Abril de 1979, y tras 10 días de vacaciones en Haití con la que entonces era su esposa, Adrienne Barbeau, Carpenter descubrió en la sala de edición y montaje de Samuel Goldwyn Studios que su película era un auténtico desastre, no funcionaba.

Incluso la música que había compuesto no conseguía su propósito; nada servía para paliar o suavizar el desastre que se avecinaba. Visto el panorama, pasado septiembre, hubo gabinete de crisis, y reunidos Debra Hill, Tommy Lee Wallace y John Carpenter, tuvieron que reescribir, volver a rodar más material, hacer cambios en la banda sonora, y con todo aquello volver a la sala de montaje a darle forma.

A finales de año, diciembre, la película cambió, y el resultado fue un éxito de taquilla de la Avco Embassy Pictures, la compañía que producía la película, lo que supuso un gran respiro para Carpenter, quien recuerda en el folleto de Silva Screen cuan cerca estuvo al borde del abismo cuando rodó esta película…

The Fog – Antonio Bay’s Curse

The Fog es una de las películas más sinceras de John Carpenter, y quizás una de las más inspiradas y mejor ambientadas (la iluminación, los escenarios, la música…). Y es que ya apunta maneras desde el prólogo de la película, la historia de fantasmas que es narrada por el fantástico actor John Houseman en una hoguera rodeada de niños hambrientos de nuevas sensaciones. Es uno de los mejores prólogos del género de terror de toda la historia, porque logra meterte de lleno en la película, un prólogo que dice así:

11:55, almost midnight. Enough time for one more story. One more story before 12:00, just to keep us warm. In five minutes, it will be the 21st of April. One hundred years ago on the 21st of April, out in the waters around Spivey Point, a small clipper ship drew toward land. Suddenly, out of the night, the fog rolled in. For a moment, they could see nothing, not a foot in front of them. Then, they saw a light.

By God, it was a fire burning on the shore, strong enough to penetrate the swirling mist. They steered a course toward the light. But it was a campfire, like this one. The ship crashed against the rocks, the hull sheared in two, masts snapped like a twig. The wreckage sank, with all the men aboard. At the bottom of the sea, lay the Elizabeth Dane, with her crew, their lungs filled with salt water, their eyes open, staring to the darkness. And above, as suddenly as it come, the fog lifted, receded back across the ocean and never came again.

But it is told by the fishermen, and their fathers and grandfathers, that when the fog returns to Antonio Bay, the men at the bottom of the sea, out in the water by Spivey Point will rise up and search for the campfire that led them to their dark, icy death.

[bells ring distantly]

12:00, the 21st of April.

Sino has visto ESTA película, y eres un amante del género del terror, lo sobrenatural y el fantástico, no sigas leyendo esta reseña, detente y ve directo a buscarla allá donde la encuentres para verla y disfrutarla (máxime si conoces a John Carpenter y te gusta tanto como nos gusta a los amantes del género).

Esta película tiene tantos aciertos que las pocas cosas que por antigüedad puedan cantar un poquito (pero muy muy poquito) no son puntuables… es más, incluso suman más por la artesanía y oficio con que está rodada la película, puro nervio narrativo lleno de recursos visuales realmente inquietantes.

Lo primero, esta rodada en panorámico, resultando visualmente una película amplia, como de grandes planos, haciendo pasar por GRANDE una película aparentemente PEQUEÑA. Los escenarios (Debra Hill y John Carpenter recorrieron en coche la costa de California buscando localizaciones para la película) son brutales, empezando por el Faro y terminando por todos los paisajes que vemos en la película. La fotografía de Dean Cundey es magistral, curtido en Serie B de todo tipo, y que le dio a Carpenter ese punto visual fantasmagórico que requería la película. Y tampoco los maquillajes de Rob Bottin (quien interpreta en la sombra a Blake) se quedan a atrás, son apañados y resultones, muy logrados.

Súmale un guión sencillo pero bien construido y ágil (coescrito entre Carpenter y Hill), y un elenco de actores maravillosos, desde viejas glorias como Janet Leigh, el citado John Houseman o un siempre genial Hal Holbrook (como el Padre Malone) a las nuevas sensaciones del género por aquel entonces (y sin el entonces) como Jamie Lee Curtis (recién salida del mega éxito de Halloween de Carpenter), Adrienne Barbeau (esposa del director en aquella época) o el genial Tom Atkins (incluyendo incluso un cameo del director al principio de la película).

The Fog es una joya que crece con cada visionado, cuya duración es la exacta (87 minutos, ni un minuto más, ni un minuto menos, y al grano), un tipo de cine artesano e independiente que echo mucho de menos.

Es una película fantasmagórica que aborda la venganza desde una perspectiva clásica y sencilla, honesta y transparente. Es justo lo que piensas que vas a ver, tomándose su tiempo para contarte una buena historia, algo que define a Carpenter como uno de los mejores narradores visuales del género, un Maestro en generar atmósferas malsanas y malrolleras sin tanto efecto visual ni tanto monstruo digital corriendo por aquí y por allí. Oficio y Calidad lo llaman (algo que la actual Industria de Hollywood parece haber olvidado).

Larga Vida a Carpenter

The Fog – Carpenter se doctora como compositor

De alguna forma, Halloween (La Noche de Halloween, 1978) fue el bautizo del legendario compositor, pero muchos ya habíamos anotado la matrícula del compositor con su divertida Dark Stark (Estrella Oscura, 1976), y sobre todo por el thriller asfixiante de acción y suspense Assault on Precint 13 (Asalto a la Comisaría del Distrito 13, 1976). Obviando sus dos películas televisivas de finales de los 70, Something’s Watching Me! (Alguien me Espía, 1978) y el biopic Elvis (1979), cuyas partituras corrieron a cargo de Harry Sukman y Joe Renzetti, todas tenían música del propio Carpenter.

No se puede decir que sean bandas sonoras grandiosas, de gran riqueza temática o con una gran orquesta, pero con la restricción presupuestaria que tenían sus películas y los conocimientos musicales justos y limitados del propio director, Carpenter ha sacado brillo a esas sonoridades electrónicas y al uso del piano. ¿Como? Siendo creativo y sabiendo claramente lo que la película demandaba. El es su primer espectador, su primer cliente. Nos ofrece lo que el cree que asusta, emociona o te mantiene expectante ante lo desconocido.

Y ese acierto lo ha mantenido en cada una de sus películas, y cuando ha tenido que delegar en otros compositores, como Shirley Walker, Ennio Morricone o Mark Killian, o incluso ayudado por esa gran dupla que formó con Alan Howarth, los resultados han sido magníficos. Y eso tanto si seguían la línea marcada por el estilo del compositor, como hiciera Morricone en The Thing (La Cosa, 1982), o si el resultado final estaba totalmente alejado de ella, como la muy reivindicaba Memoirs of an Invisible Man (Memorias de un Hombre Invisible, 1992), con una partitura sinfónica extraordinaria de Shirley Walker.

De alguna manera, apartando Dark Star, una partitura más ecléctica y experimental, el estilo Carpenteriano se vería perfectamente reflejado y patente en el famoso tema que compone para la comisaría del Distrito 13, con un asedio que es todo un homenaje a su querido Howard Hawks. Ese tema, además de las texturas musicales ambientales y malsanas, se convierte en el salto y seña del autor, recurriendo a un motivo musical que sirva para unificar toda la partitura y además, algo que echo de menos hoy, logrando que sea retentivo, es decir, que permanezca en la memoria del aficionado. ¿Te gusta el cine de terror y de Joh Carpenter? Pues te puedo asegurar que seguro que este tema lo recuerdas.

Pero lo de Halloween fue otro nivel… aquel maldito y asfixiante tema, tan sencillo y repetitivo como magistral, se ha convertido (con derecho propio) en uno de los mejores cortes de terror de la historia, uno que si se ha quedado en la conciencia popular no del aficionado a Carpenter, sino del amante al cine de terror, incluso directamente al del cine sin más (algo que pocas películas de terror han conseguido, como el Jaws de John Williams, el ave satani de The Omen de Jerry Goldsmith o el uso de la melodía de Mike Oldfield para The Exorcist, por poner tres ejemplos).

Y los que amamos el cine y la música de Carpenter no queremos olvidarnos de su segundo tema de Halloween, otro tan inquietante como el primero, pero que ha calado menos. Casi nada. Y eso de alguna forma fue lo que mostró la capacidad compositiva del director, otorgándole un merecido crédito como creador musical, que ha sido parte de lo que ha configurado a Halloween como una de las mejores películas de terror de la historia (para mí, la mejor película del genero Slasher con mucha diferencia, eso sí, con el permiso del The Texas Chainsaw Massacre de Tobe Hooper, que casi la metería en otra liga distinta del slasher, aunque también tenga raíces ahí).

Habiendo dejado el listón bien alto a todos los niveles, incluido el musical, llegó The Fog, concebida tras una visita de Debra Hill y John Carpenter al Reino Unido, concretamente en Stonehenge, donde al ver una niebla en los paisajes comenzaron a tejer los hilos de la película que hoy se ha convertido en un clásico del género. De alguna manera, esta película ayudó a consolidar y cimentar la carrera de Carpenter tras el gran éxito de Halloween, curtiéndole a todos los niveles.

Como director, fue un punto de inflexión crítico para enriquecerle tras el desastre de montaje inicial (no asustaba lo suficiente, y había muchas cosas que no funcionaban), pero como como compositor también apuntaló un estilo propio que, un año después, convergería con el gran Alan Howarth en Escape from New York (1997: Rescate en Nueva York, 1981), conformando un mítico dúo que llegaría hasta la genial They Live (Están Vivos, 1988), sumando un total de 7 proyectos (de los cuales dos no fueron ni tan siquiera estaban dirigidas por Carpenter, pero donde ambos colaboraron, en concreto Halloween II y la genial Halloween III: Season of the Witch).

La Niebla es un personaje más dentro de la película, y ese halo sobrenatural, perfectamente reflejado con la ambientación visual (la espléndida fotografía y unos fantásticos efectos especiales), necesitaban de un trabajo musical que supiera reflejar la amenaza y determinación de su avance, un peligro mortal que se oculta tras ese gran banco de niebla que invade Antonio Bay en busca de venganza.

Todas las texturas musicales que ofrece Carpenter ayudan a configurar ese halo fantasmagórico y misterioso que emana de ese sobrenatural personaje, incluso desde el mismo comienzo de la película, cuando John Houseman cuenta la historia de Antonio Bay, donde el compositor ya introduce el mood musical de la partitura, con un tema que será una constante a lo largo de la partitura.

El resultado final de esta partitura, en palabras del propio director y compositor, es considerado como uno de sus mejores trabajos, y además ayudó a apuntalar un estilo musical que se instauraría para las siguientes partituras, incluso ayudado por Howarth o con Morricone tratando de replicar ese sonido Carpenteriano. The Fog fue el back up musical definitivo que llegó para no irse jamás, alcanzando cotas de genialidad en la que, para mi, es su obra maestra como compositor, The Prince of Darkness (El Príncipe de las Tinieblas, 1987). Pero esa… ESA es otra historia.

The Fog – Historial de Ediciones

The Fog tiene un interesante historial de ediciones que nos ha llevado, finalmente hasta el edición expandida que finalmente tenemos en el mercado, cortesía de la discográfica inglesa Silva Screen.

En el año 1985 fueron editados 33 minutos en un LP a través de la discográfica Colosseum, sita en Alemania, y Varèse Sarabande (ambas discográficas relacionadas), que también se editaría por la segunda en CD, reeditando ese mismo contenido en CD en el año 1989. Aquella edición, siendo sinceros, recogía prácticamente los highlights de la película, destacando el Reel 9 (el clímax final con la Niebla invadiendo el pueblo y arrinconando a nuestros héroes en la Iglesia del Padre Malone), el paseo del faro o el genial Rocks at Drake’s Bay, que incluye el paseo por la playa de Andy y su hallazgo de un trozo de madera con el nombre el navío fantasma (donde Carpenter usa el sonido de un clavicordio).

Habría que esperar hasta el año 2000 para volver a ver otra edición, que ya pasaría a manos de la discográfica Silva Screen, que sería ya la que editase en adelante todo lo que hemos podido ver en CD (e incluso LP). La edición de Silva Screen recupera los cortes de Colosseum, reodernándolos (el primer corte de la edición primera pasa a ser tercero), y añadiéndole el prólogo narrado por John Houseman como corte de apertura (todo un acierto).

Reeditado aquel material y con ese añadido, Silva Screen nos ofrece una serie de Bonus Tracks, recogiendo un reprise del tema central (que ya escuchamos en el corte dos de todas las ediciones), y dos cortes muy interesantes con material alternativo, como Blake in the Sanctuary o The Fog Rolls In. Cierra aquella edición una entrevista de radio con Jamie Lee Curtis sobre la película. En definitiva, una puesta al día, con más material, y que de nuevo, de ser la última edición disponible sobre esta banda sonora, podría servir perfectamente para disfrutar de esta composición, mejorada en sonido y con más cortes.

Pero no… afortunadamente, en octubre del 2016, y de nuevo Silva Screen, sacaba al mercado un doble CD, que es del que hoy te hablamos aquí como referencia discográfica para el análisis. En ese doble CD, en el primero, nos encontramos el mismo material que la discográfica ya editase en el año 2000. Pero la novedad, y vaya novedad, estaba en el segundo CD.

Hasta ahora, el material editado tanto por Colosseum como por Silva Screen en el 2000 era música preparada por Carpenter para la edición (Reel 9 era un compendio musical que juntaba los minutos del clímax final, por ejemplo, o Rocks at Blake’s Bay, otro corte que juntaba dos momentos de la película relacionado con Andy y su descubrimiento). Para este CD, como habrás podido adivinar, por fin se nos presenta la edición discográfica en correlación con la partitura tal como suena en la película, que tampoco difiere tanto, pero si que alguna cosa distinta si tenemos. Y lo más importante, material musical de corte ambiental (como el ataque fantasmal a la tripulación del Seagrass) que es fascinante e hipnótico y que dan con el tono musical de la película, todo ello debidamente remasterizado.

No hace mucho, ha vuelto as ser reeditado en CD para volver a ponerlo en circulación (e incluso en el 2015, años atrás, fue editado en LP, un formato que está viviendo un potente revival). También Waxwork Records se animaría al formato LP en el año 2020 (una discográfica que cuida mucho la presentación de sus ediciones).

En fin, solo una banda sonora que ha traspaso el umbral de lo corriente para convertirse en un clásico merece tal historial de ediciones hasta conseguir la edición perfecta y definitiva (maniobras de venta de las discográficas aparte, que también son de profundo análisis, y más si hablamos de Star Wars, Star Trek o similares)

The Fog – Blake’s Revenge

La idea musical de Carpenter es francamente sencilla pero efectiva, excelentemente configurada alrededor de la electrónica y el piano, dando un paso más adelante aún que lo que supuso su anterior banda sonora, Halloween, un clásico instantáneo del género.

Apoyándose en la máxima de que menos es más, nos encontramos con una partitura para nada intrusiva, que sabe aprovecharse del material visual y narrativo al que acompaña, y sin querer ser la protagonista de la función, evitando manipular fácilmente al espectador de forma tramposa. Con unos 50 minutos escasos de partitura para una película de casi 90, Carpenter ha sabido espaciar la música dentro de la película, jugando con el silencio y la source music (incluso con los mensajes de voz de la locutora de la radio que emite desde el Faro de Spivey Point).

Por poner un ejemplo, una decisión inteligente que incrementa la sensación de realismo e incomodidad es no ponerle una gota de música a los fenómenos paranormales y sobrenaturales que tiene lugar al comienzo de la película en Antonio Bay (todo un Poltergeist, en palabras de Carpenter).

Todas estas secuencias, magistralmente rodadas, transmiten tensión y temor hacia lo desconocido, y aunque están relacionadas con lo que va a suceder a lo largo de la película, el director evita que nada pueda enturbiar la tentación de querer incomodarnos sin artificios musicales, solo con el poder la imagen (por cierto, todas estas secuencias fueron rodadas y añadidas en el tramo final de cara al nuevo montaje).

Solo la secuencia de la hoguera, que abre la película, posee un tema ya identificativo, pero después Carpenter parece alejarnos de aquello para acercarnos a una serie de fenómenos sobrenaturales que aunque intuimos esté relacionado, Carpenter no da pistas de ellos y se dedica a narrar y a ir poniendo inteligentemente las piezas en el tablero.

The Fog se basa en un tema central potente, poderoso y que transmite esas sensación sobrenatural y misteriosa de la historia a través del piano y la electrónica, y al que John Carpenter le dedicó un corte de 5 minutos en la edición de Varése, llamado Theme from the Fog.

La apertura del tema es un magistral estallido del sonido de un órgano de iglesia que le otorgan al tema unas sonoridades religiosas y litúrgicas, un sonido con el que Carpenter abre el magnífico corte An Evil Plan, donde el Padre Malone lee a la Alcaldesa y su asistenta el diario de su antepasado, narrándoles el diabólico plan para hacerse con el tesoro del Capitán Blake (este magnífico y tenso corte aparece en su plenitud en la versión expandida editada, pero en la película no lo escuchamos entero, aunque si el tiempo suficiente para transmitirnos esa sensación de maldad; es uno de mis tema preferidos en escucha aislada).

También lo encontramos en en el corte Weatherman para la muerte del hombre del tiempo, o en el tramo final del climático corte The Fog Enters Town, reflejando tanto ese carácter vil, maléfico y sobrenatural que se esconde dentro de la Niebla como la llegada a la Iglesia, escenario de la batalla final entre el bien y el mal.

Pasada es apertura, podría decirse que la Llamada del Mal (y no solo por la parte sobrenatural, sino por el diabólico plan de los habitantes de la antigua Antonio Bay), Carpenter ofrece uno de los mejores temas que ha compuesto para el cine, pero curiosamente apenas sale en la película de una forma tan clara y específica como en el desarrollo del mismo. De hecho me atrevería a decir que hay dos momentos claves donde aparece de forma evidente, siendo uno de ellos el The Fog End Credits.

El otro es Andy on the Beach, la escena en la que el hijo de Stevie pasea por la playa (un momento de gran belleza visual donde la música lo es todo sin querer ser la protagonista), y donde acaba encontrando un tablón de madera del Elisabeth Dane. El TEMA es tan tan tan bueno que es imposible que pase desapercibido en pantalla, llenando y dando sentido de una forma maravillosa al paseo de Andy y su descubrimiento.

Andy’s in Trouble contiene en su inicio ese sonido esotérico del tema  principal que domina la película a través del soniquete electrónico del leitmotiv de The Fog, para la escena donde Nick y Elisabeth van al rescate de Andy en una casa costera rodeada por la niebla, donde su adorable y anciana niñera ha sido asesinada.

Hay otro momento, Stevie’s Lighthouse, donde un clavicordio emula el tema central de la niebla, jugueteando maravillosamente con las notas, y aunque no es el tema central en sí, uno sabe que lo que hay detrás oculto es ese leitmotiv. Mención aparte para el acompañamiento que hace Carpenter del habitual ritmo pulsante electrónica marca de la casa para el sonido emulado de un clavicordio, un ritmo carpenteriano muy habitual en su música, y que alcanzaría cotas de genialidad en obras como The Prince of Darkness o Halloween III: Season of the Witch.

Este corte, a pesar de lo que nos ofrece el nombre (el faro de Stevie) corresponde con la llegada de la Alcadesa y su asistente a la Iglesia para hablar con el Padre Malone sobre la víspera de las celebraciones nocturnas en Antonio Bay. Esa sonoridad del clavicordio, casi a modo de órgano de iglesia, le da ese carácter litúrgico y religioso a la escena, convirtiéndolo en uno de mis cortes preferidos de largo, y llevando ese tema central compuesto por Carpenter cual sendero de miguitas de pan hacia el punto donde confluírán las fuerzas del mal y del bien para su enfrentamiento final (clásico en el cine Carpenteriano, desde el Asalto a la mítica Comisaría 13 como en Ghosts from Mars).

Fuera de este tema central, Carpenter ofrece un tema que bebe del principal, una variación, y que configura ese sonido fantasmal y sobrenatural que busca para encontrar en el tono, introduciéndolo ya desde el principio en Ghost Story, el corte que acompaña a nuestro narrador al inicio, cuando nos cuenta la inquietante historia del Elisabeth Dane, el velero del Capitán Blake. Este tema es toda una declaración de intenciones, estableciendo el mood musical de la historia, sino el motivo central de la película. Esas notas de piano transmiten intranquilidad y misterio, sugiriendo unas texturas sobrenaturales cargadas de tensión.

Este tema transmite esa sensación de aureola fantástica, de algo más allá de este mundo… de algo que esta ahi, golpeando a la puerta para entrar en nuestra realidad. Este tema domina la partitura casi por completo, apareciendo en varios momentos de la película, como el segundo corte, The Journal, especialmente en el tramo final, para la escena donde el Padre Malone descubre el inquietante diario de su antepasado (también cura), el inicio del corte Weatherman, donde el hombre del tiempo que suspira los amores de Stevie (la bella locutora) acabará encontrando su fatal destino, el tema The Fog Approaches o el corte Something to Show You, donde el Padre Malone le muestra a la Alcaldesa (Janet Leigh) y su asistenta (Nancy Loomis) el diario que demuestra que las celebraciones de Antonio Bay son una frase por el crimen que esconden detrás de las mismas.

Este motivo fragmentado de piano, de tono sombrío y misterioso (Carpenteriano hasta la médula), establece el tono de la partitura, y lo asocia directamente con la trágica historia de Blake y su tripulación, añadiéndole alguna capa electrónica ambiental para reforzar esa sensación fantasmal que se traducirá en una implacable venganza, una que musicalmente tomará cuerpo en el tramo final de forma contundente y efectiva.

Por otro lado tenemos uno de los pocos temas que casi son un pequeño rayo de luz entre tanto mar de tinieblas y misterio, aparentemente asociado a Stevie, pero con más proyección. El corte Walk to the Lighthouse (uno de los preferidos del compositor) lo describe perfectamente. Es una sonoridad musical que ofrece una melodía sugerente, muy carpenteriana, para la bella escena en la que Stevie llega a bordo de su coche por la carretera de la costa hasta el Faro donde trabaja, con el tablero del Elisabeth Dane que le ha dado su hijo Andy.

Carpenter recurrirá, y no gratuitamente, a este corto a modo del cierre para la película en Number 6, donde Stevie de nuevo será de partida la protagonista de la escena. Tras la resolución climática en la Iglesia, emite una advertencia radiofónica a sus oyentes para que tengan cuidado con la Niebla que puedan encontrarse en alta mar.

Carpenter recupera ese motivo sugerente y melódico que asocia a la figura de Stevie, aunque en el tramo final nos depara un pequeño sobresalto musical para el brillante cierre de la película, respuesta en pantalla a la pregunta que hace el Padre Malone sobre por que no han sido 6 las personas que han ejecutado Blake y los suyos en su búsqueda de venganza… con el sonido de ese órgano de iglesia reclamando venganza.

Una de las cosas que si estaban perdidas en las anteriores ediciones, incluso en la del 2000 de Silva Screen, era gran parte de la música atmosférica y asfixiante que Carpenter compuso para las apariciones y asesinatos de Blake y los suyos. Y es de resaltar que esas piezas son brillantes. Su uso en pantalla crea una sensación fantasmagórico que transmite zozobra y malestar constante. Sabes que algo va a pasar, y por supuesto, no va a ser nada nuevo.

El mejor ejemplo es el corte Seagrass Attack, en el comienzo de la película, los primeros crímenes de Blake. La tripulación del Seagrass asiste a la aparición de una niebla que lo va invadiendo todo, no pudiendo apenas verse nada. Dos de los 3 marineros suben a la cubierta y allí asisten perplejos a la aparición de un velero con formas espectrales, que poco después aparece… para darnos pasos a figuras inquietantes en la niebla, inmóviles y armados con garfios, cuchillos y espadas.

Este corte es malsano, un tema atonal que funciona casi como un molesto y perturbador zumbido, que acompaña magistralmente la aparición de Blake y el posterior crimen de sus hombres (remarcado con un golpe estridente y contundente sin más, para continuar con esa capa musical de zozobra y malrollera). Este tipo de sonoridad, incluso como del sonido de una sirena de mar, aparece en varios momentos de la película, y representa perfectamente el tono fantasmal y diabólico de la amenaza que se cierne sobre Antonio Bay a través una niebla que ocultar una venganza de Blake y los suyos de más de cien años.

Cortes como Where’s the Seagrass?, la segunda parte del corte de Weatherman (el crimen del hombre del tiempo), la escena de la Morgue (otra escena añadida en el montaje final que funciona de forma perturbadora), el crimen de la niñera de Andy, recogido en Knock the Door, o el inquietante mensaje de 6 Deben Morir que aparece en la tabla de madera con la leyenda de Dane son el perfecto reflejo musical de esta sonoridad maléfica y malsana.

También tenemos como el sonido de una bocina, o un cuerno fantasmagórico, la llamada del Elisabeth Dane, que lo podemos oír al final del corte The Journal, en la primera lectura del diario que encuentra el Padre Malone, en algunos tramos del Seagrass Attack, la primera aparición fantasma de Blake y sus esbirros, o al final del corte Dane, la inquietante escena del tablero de madre en la emisora de radio.

Finalmente, los héroes (o antihéroes) del cine Carpenteriano se acabarán enfrentando contra el mal, en sus múltiples facetas cinematográficas del Maestro (sean extraterrestres, el demonio, un psicópata o los fantasmas del más allá o de Marte), y como no puede ser de otra forma, la música del Maestro es implacable y poderosa, como el largo corte The Fog Enters Town, donde todos los personajes principales, en su frenética huida de la niebla amenazadora que invade Antonio Bay, acabarán refugiándose en la Iglesias del pueblo, junto con el Padre Malone, a donde Blake acude a cobrar su deuda…

Este corte, uno de los mejores de largo tanto en la edición discográfica como en la película (en la edición primera estaba englobado en el corte Reel 9), comienza con un ritmo pulsante, made in Carpenter, al que le va sumando capas en constante progresión y desarrollo, como una percusión a modo de golpe que nos muestra el peligroso ritmo de avance de la niebla, o un soniquete electrónico más suave, muy típico de los inicios de los 80 del universo Carpenteriano. Añádele el órgano de iglesia maléfico y tienes uno de los mejores cortes compuestos por Carpenter para una película, anticipo de escenarios futuros musicales como Prince of Darkness, donde perfeccionarla su estilo de la mano de Alan Howarth.

Finalmente, tenemos el genial Revenge es la escena de la película, un corte tenso donde vemos simultáneamente el enfrentamiento de nuestros héroes en la Iglesia con el asedio al faro en pos de Stevie por parte de dos esbirros de Blake. El clímax es fantástico, y el corte musical transmite esa tensión con ritmos electrónicos que buscan incrementar la zozobra y la intensidad, incluso con golpes electrónicos muy sutiles, una especie de tintineo y molesto sonido percusivo in crescendo que le queda como un guante a las imágenes, en especial a la potente escena visual del Padre Malone, Blake y la cruz de oro (que siempre me recordó a The Keep de Michael Man).

Conclusiones

Ya he visto esta película al menos 5 o 6 veces, y cuantas más veces la veo, más GRANDE me parece. Es el triunfo de la sencillez, de tener las ideas claras, de que todas las partes del equipo sumen; es el resultado de hacer las cosas con cariño, amor y respeto.

The Fog es un clásico del género por derecho propio, una propuesta que se niega a envejecer, presta a ser redescubierta por las nuevas generaciones. Y la música de John Carpenter hace mucho porque esa magia de lo sobrenatural permanezca ahí, imperecedera.

11:55, almost midnight. Enough time for one more story… It’s Halloween

The Fog

  1. Ghost Story (04:12)
  2. The Journal (02:28)
  3. Seagrass Attack (03:58)
  4. Andy On The Beach (01:10)
  5. Where's The Seagrass? (01:07)
  6. Stevie's Lighthouse (01:28)
  7. Something To Show You (02:27)
  8. An Evil Plan (02:22)
  9. Weatherman (03:31)
  10. Walk To Lighthouse (02:48)
  11. Dane (01:41)
  12. Morgue (02:38)
  13. The Fog Approaches (02:23)
  14. Knock At The Door (02:15)
  15. Fog Reflection (01:15)
  16. Andy's In Trouble (02:51)
  17. The Fog Enters Town (07:24)
  18. Revenge (02:18)
  19. Number 6 (02:42)
  20. The Fog End Credits (03:01)
Duración total: 53:00
Compositor: John Carpenter
Sello: Silva Screen
Formato: CD
Fecha de lanzamiento 16 de Octubre del 2012
The Fog