Stay Tuned de Broughton, ¡al fin!
El lanzamiento de títulos como Alien, The Goonies, Back to the Future o Conan the Barbarian ha constituido el tachar una serie de piezas consideradas como Holy Grails para muchísimos aficionados. Pero hay otros títulos que, sin ser tan conocidos por el gran público aficionado, son considerados por mucho Holy Grails de segundo línea, nuestras joyas pendientes de edición, que se resisten, pero que poco a poco se van consiguiendo (como Dirty Rotten Scoundrels).
Desde que viera en el difunto cine Hernán Cortés de Gijón la comedia Stay Tuned (Permanezca en Sintonía, 1992), una de las mejores comedias que he visto, mi mente no ha podido olvidar la partitura del genial Bruce Broughton, cuyo corte de apertura es épico y bestial, con abundante material cómico (a veces incluso cartoonesco), con ese estilo musical tan característico del maestro (donde nos ofrece homenajes musicales a las películas que son parodiadas durante la película).
El desaparecido John Ritter y Jeffrey Jones (inmenso como diablo) ofrecen un recital interpretativo realmente cómico, donde brilla la por entonces hábil mano de Peter Hyams, y donde el colofón final es, sin duda alguna, el score de Broughton.
Editada por Intrada, en una tirada limitada de 1.500 copias, y al sugerente precio de 19,95$, es un score que no debería tardar en desaparecer, y del que no puedo hacer otra cosa que recomendarlo al 150%..
El otro CD, a punto de desaparecer (si aún no lo ha hecho) es la historia de ciencia ficción post-apocalíptica titulada Ravagers (con Richard Harris y Ernest Borgnine en el reparto).
La partitura corre a cargo de Fred Karlin (quien compusiese Westworld en 1972, y su secuela, Futureworld, en 1976), donde nos ofrece una partitura variada, con toques melódicos cargados de melancolía para el personaje principal (Richard Harris, cuyo deseo es vengarse de los buitres, unos motoristas salvajes que han violado y matado a su chica), con cortes de acción realmente potentes y poderosos.
El precio es de 19,95$ y la tirada limitada es de 1.000 copias, con un mensaje de menos de 150 copias disponibles.
Y mientras tanto, uno que no sabe si reír, llorar, bailar o replantearse sus aficiones. Será posible…
