Ludwig Göransson y Lady Gaga se alzan con el Oscar
Los pronósticos se cumplieron (otros premios fueron, además, marcando el rastro de migas de pan a seguir para los despistados); el compositor sueco Ludwig Göransson se ha alzado con su primer Oscar a Mejor Banda Sonora por la partitura de la película Black Panther, un trabajo rítmico y de corte étnico, con excelentes dosis de acción y buenos pasajes dramáticos, derrotando a Alexandre Desplat, que optaba a su tercera estatuilla, Terence Blanchard, Nicholas Britell y mi favorito, Marc Shaiman, que por séptima vez se va de vacío, porque es ni tan siquiera pudo alzarse ganador de su doble nominación por partitura y canción.
¿Por qué? Porque la maravillosa y poderosa balada Shallow, cantada al unísono en la gala por sus protagonistas, Bradley Cooper y Lady Gaga (se nota que hay una química especial entre ambos), se alzó con el galardón a mejor canción, derrotando, entre otros, al bueno de Marc Shaiman (con Scott Wittman compartiendo créditos como letrista) y su bonita y sentida Where the Lost Things Go.
No seré yo quien le quite méritos al buen hacer de Ludwig en Black Panther (no deja de ser una muy buena partitura de entretenimiento de la Marvel, tanto como lo eran los Ready Player One o Avengers Infinity Wars de Alan Silvestri que no estaban nominadas, o como los Spiderman de James Horner o Michael Giacchino que no fueron ni nominados en su momento), pero es triste comprobar el bajón de calidad que, año tras año, campea por la Academia en todos los ámbitos, unos premios llenos de modas y politiqueos (solo así se entiende no ya que Marc Shaiman no tenga un Oscar, sino que el bueno de James Newton Howard no tuviera ni tan siquiera una nominación al Oscar siendo el mejor compositor del año y con tres auténticas joyas).
Mención especial para el bueno de John Ottman, compositor que se alzado con un Oscar ayer noche por su labor de montador en la película dirigida por su amigo Bryan Singer, el biopic Bohemian Raphsody.
Enhorabuena a los premiados.