Lanzamiento: The Fall of the Roman Empire

Escrito por , el 30 septiembre 2011 | Publicado en Lanzamiento

No puedo disimularlo: estoy emocionado. Este sin lugar a dudas es uno de los lanzamientos que más deseaba, no sólo porque es una de mis bandas sonoras favoritas sino porque una regrabación de tal mastodóntica superproducción podría ser, perdóneseme la expresión, la ostia. Lógicamente, aún no he podido escucharla pero estoy seguro de que el trabajo de Nic Raine y su equipo habrá sido espectacular, tal como lo han demostrado ya en El Cid o Taras Bulba.

¿Qué tiene esta partitura que la hace tan especial? No sabría decirlo. No sé si es la absoluta contundencia que hay en todos y cada uno de sus temas (desde los más líricos a los de acción). No sé si es la enorme complejidad de la música o si ese fatalismo que desprenden las piezas más dramáticas que ya, desde un principio, te anuncian el ocaso del vasto imperio romano.

El maestro Dimitri Tiomkin, ya en el cénit de su carrera, construyó una de las más apabullantes y contundentes creaciones dramáticas de la historia del séptimo arte. Centró la partitura un solemne tema, poderoso, triste, compasivo y de enorme fuerza: es el tema que simboliza la caída del más vasto imperio que ha podido ver los ojos del hombre, es el tema del fin de una era gobernada por hombres ricos, brillantes, avaros, orgullosos, mezquines, ruines y buenos que con sus virtudes y sus defectos quisieron dar forma a una idea, acabando muchos destruidos en el intento y otros ensalzados ante su logro.

Tiomkin impregna de un marcado fatalismo toda la historia y sus personajes. Su música se convierte pues en un desgarrador  réquiem que agoniza a la par que lo hace la gloria y virtud de Roma y las historias de los personajes que aparecen. Pero también dejará un pequeño hueco para le belleza y el amor como con el hermoso tema de Lucilla, o espectaculares temas de batallas cosecha del autor. Y habrá un tema, o mejor dicho, un exultante contratema que resalte justo lo contrario que nos cuenta el citado tema de la decadencia del imperio: el de su poderío, el de sus éxtasis, el de su último minuto de gloria. Una magnífica marcha en tono positivo (expresada  brillantemente en el tema Pax Romana) nos mostrará el poderío y gracia de Roma y todos sus grandes logros.

Sorprenderá muy mucho ver aquí tal vez al Tiomkin más maduro y contenido de su carrera. Sus temas de acción y batallas, aunque poderosos nunca se mostrarán gratuitos y siempre estarán justificados por el gran furor de la contienda o por el dramatismo inherente en la escena. Tiomkin se involucra de pleno en la historia y su música trasciende a la propia película: se convierte en la música de la decadencia de cualquier imperio o de cualquier logro magnánimo del hombre.

Tadlow, en colaboración de Prometheus nos hace este regalo. Un regalo por cierto costoso, ya que ha empleado hasta 130 músicos diferentes (uno de los mayores hasta ahora en una regrabación) siendo una de las regrabaciones más complejas realizadas hasta la época. La regrabación incluye música que no aparece en la peli, siendo un total de 140 minutos el tiempo de deleite musical que tendremos escuchando esta colosal y magnífica obra del séptimo arte, en glorioso formato digital para más inri. Además, el doble cd incluye un vasto libreto a todo color con multitud de fotos e información del especialista Frank K. DeWald y una introducción de la viuda del compositor Olivia Tiomkin Douglas.

Una de las obras maestras de Dimitri Tiomkin y de la época clásica que además estuvo nominada al oscar en 1964 (siendo la única nominación de la película) a un precio de 24.95$ que se me sigue antojando barato para tal despliegue de fuerza y poderío musical.