Primer Contacto: “The Darkest Hour” de Tyler Bates

Escrito por , el 18 diciembre 2011 | Publicado en Apuntes

El 23 de diciembre llegará a España una nueva película de invasiones alienígenas, The Darkest Hour (La Hora Más Oscura, 2011), segunda película de Chris Gorak, el autor del interesante thriller Right at Your Door (En la Puerta de Casa, 2006).

Para esa invasión extraterrestre, cuyo escenario transcurre en Moscú, el director ha contado con el compositor Tyler Bates, el mismo de 300, Watchmen o Doomsday, cuyo score será editado por Lakeshore Records (aquí tienes un enlace con un pequeño preview).

La Película

Un grupo de turistas estadounidenses se encuentran en Moscú de vacaciones justo comienza una invasión extraterrestre (sorpresa, sorpresa… y sin Isabel Gemio de por medio), viéndose abocados a una lucha a vida o muerte por la supervivencia, contra unos seres que se camuflan perfectamente para dar caza a los humanos, alimentándose de nuestras fuentes energéticas.

El trailer nos ofrece acción y buenos efectos especiales (los humanos son cazados con una especie de lazo eléctrico que los convierte en polvo), e interpretada por actores semidesconocidos, donde destaca la presencia de Emile Hirsch (el mismo de Into the Wild, Milk o Speed Racer) o Joel Kinnaman, de reciente actualidad por su excelente y extraño personaje del detective Stephen Holder en el remake norteamericano de The Killing.

Rodada en 3D (técnica muy habitual para tratar de subir la recaudación) estará por ver si estamos ante un producto entretenido, en la línea de Battle Los Angeles, o de un bodrio indecente, estilo Skyline.

Aroma Retro – Tyler Bates

No es nada nuevo estar viendo como se ha vuelto, durante este último año, a ciertos esquemas retro para algunas composiciones. Ejemplos de ello lo tenemos en Bear McCreary con su genial Chillerama Zomb-B-Onie, donde los sintetizadores emulan sonoridades de Goldsmith o Silvestri de los 80, o con el genial trabajo de Cliff Martínez para Drive, donde esa fantástica carga musical de tono etéreo y ambiental nos retrotraen a trabajos de compositores como Vangelis, John Carpenter o el grupo Tangerine Dream, sin olvidarnos del argentino Guillermo Guareschi con su trabajo en Phase 7, un magnífico déja vú carpenteriano.

En ésta ocasión, Tyler Bates vuelve a tirar de oficio y nos ofrece un trabajo que entronca perfectamente con muchas partes musicales de Doomsday (para el que escribe su mejor obra hasta la fecha), ofreciendo una paleta musical a ratos vintage, donde el score está construido con sintetizadores, y donde destaca la presencia del clásico Synare (baterías electrónicas usadas durante gran parte de los 70 y los 80), encontrándonos con su habitual colaborador Wolfgang Matthes, programador de partituras como 300, Watchmen, Doomsday o Sucker Punch .

El Score

El primer corte, Space, es ya una declaración de intenciones, donde la electrónica y sintetizadores vintage construyen un corte ambiental con sonoridades carpenterianas que me traen a la memoria su genial trabajo para Doomsday, y que ofrecen el primer símbolo de amenaza alienígena, a través de un sonido electrónico como alejado, casi a modo de eco, sonoridades que regresan para el etéreo Northern Lights, donde  nuevo la amenaza musical flota en el aire, de una forma sutil pero evidente, aunque mucho más material e intensa que en el primer corte.

Es un trabajo que trabaja de forma ajustada (y sin haber visto la película), solo hay que darse cuenta de la tensión e intensidad contenida que encontramos en muchos cortes, donde destaca la desolación y la opresión musical, con sintetizadores y electrónica configurando sonoridades etéreas que rezuman malevolencia, con una atmósfera malsana que parece estar alertándonos en todo momento de la peligrosa (e invisible) presencia alienígena, como en los cortes The Bridge Is Out, Crashed, Now What? o They’re Inside.

Es, quizás, la característica de invisible la que mejor trabaje este score, buscando ese sentimiento de desolación y peligro constante, desolación que logra perfectamente con el uso de una paleta musical que envuelve todo de un halo de misterio, con el uso de todo tipo de sonoridades electrónicas.

Tenemos cortes de acción, quizás algo más funcionales, muy en la línea del estilo del compositor, como en el frenético Night Club Attack, usando guitarviol para darle más intensidad dramática (un instrumento con forma de guitarra eléctrica y violín que se toca a modo de violín), o el tramo final de Holy $Sh*t! (donde los pasajes de acción están mucho más conseguidos), sin olvidarnos de Dusted, Metro Shred, el interesante Train Yard Battle o el frenético y adrenalítico Fighting Back.

Pero es el halo etéreo, el ambiental, incluso los toques carpenterianos del comienzo del corte Moscow Streets, o los ritmos pulsantes de Holy $Sh*!, lo que realmente me llama la atención, lo que me produce cierto enganche emocional en mi caso, retrotrayéndome al pasado (y sin necesidad del Delorean).

Los únicos rayos de luz, de humanidad, los encontramos en el emotivo y contenido Say Goodbye, donde un halo etéreo adorna un bello solo de piano, y un contenido coda final, donde repuntan tonos épicos que arrojan luz y esperanza al score, en el corte Looking Forward, donde Tyler Bates ofrece un corte completamente in crescendo donde la electrónica y los sintetizadores van sumándose hasta desembocar en un solo de piano que precede a una fase más cañera y rockera a modo de explosivo cierre.

El score se completa con dos canciones, una de carácter discotequero, I Like That, y un rap llamado Mockba (Moscow), muy acertado para la localización de la película (aunque ambas perfectamente olvidables y prescindibles).

Recomendación

Ajustada a los que amamos el sonido made in the 80’s (esos sintetizadores de antaño), y en especial, su excelente buen trabajo para Doomsday (incluso para muchos pasajes musicales de Watchmen, otro buen trabajo); el resto advertidos estais.

Aunque eso si, como ya he comentado, de todo el score compuesto me quedaría con esa sensación musical de misterio y tensión que transmite el score, mcuho más que con la música de acción, algo funcional y efectiva para mi gusto.