Ponle Música a tu Lectura

Escrito por , el 19 agosto 2011 | Publicado en Apuntes

Muchas veces, uno coge determinados vicios (malos o buenos, todo depende), y tiende a convertirlos en costumbres o rutinas. Y así ha hecho este humilde servidor con la música de cine; me sirve ya para todo.

Cuando trabajaba me pasaba todo la jornada laboral (entre 8 y 9 horas diarias) escuchando música de cine (seleccionando lo que escuchaba para no molestar a la gente de la oficina, que no es lo mismo poner Star Wars que The River).

Y así, la música me acompaña mientras me encuentro trabajando, paseando en solitario, haciendo ejercicio, limpiando en casa, cacharreando por Internet… ¡y leyendo!.

Siempre busco un CD afín al libro que comienzo a leer, para amplificar el efecto dramático de la lectura. Por ejemplo, cuando me leí La Niebla de Stephen King, recuerdo haber escuchado Mutant de Richard Band, o cuando leía y estudiaba mis apuntes del Curso del Observatorio de la RSC, utilice básicamente Congo de Jerry Goldsmith.

También recuerdo ese magistral libro llamado Los Perros de la Guerra del genial Frederick Forsyth, al ritmo del Black Hawk Down de Hans Zimmer and company.

Y ahora, mientras leo Juego de Tronos (Canción de Hielo y Fuego / 1, de George R.R. Martin), utilizo principalmente el rechazado de The 13th Warrior de Graeme Revell, y a ratos el The Dark Crystal de Trevor Jones (un Cd que utilicé en su día, y de forma exclusiva, para la lectura de Los Ojos del Dragón de Stephen King).

En mi opinión, el uso musical potencia y amplifica el efecto que produce la lectura de un buen libro (pero de ninguna manera consigue transformar un libro mediocre o regular en un libro aceptable; o es bueno, o no lo es).

Por ejemplo, utilicé la misma música para la tetralogía de 2001 (un CD de música clásica de Mozart, que incluía piezas como la Sinfonía Nº33 in B-Moll, o de Beethoven, como la sinfonía Nº8 in F-Fur, Opus 93). Mientras que 2001 y 2010 eran obras maestras de libro, y la música potenciaba estas magistrales historias de ciencia ficción clásica, el tercer libro, 2061 me pareció a ratos bastante insípido y aburrido, salvo en el tramo final (aunque llega un poco tarde). Al menos, en 3001, último libro de la saga, se recupera el tono clásico de las primeras entregas (aunque nunca al mismo nivel).

En cuanto a Juego de Tronos (fantástico libro recomendado por mi amigo Javi), mucho me temo que me van a gustar muchísimo más las bandas sonoras que estoy utilizando de acompañamiento que la que los productores han utilizado para la serie que la HBO ha hecho del libro, a cargo del mediaventure Ramin Djawadi, un compositor que no me apasiona en exceso, por ser fino, y que sustituyó al siempre eficiente Stephen Warbeck como primera elección para componer el score de la serie (autor de Sheakspeare in Love, banda sonora ganadora del Oscar).

Reconozco que el tema central está chulo, pero miedo tengo del resto cuando me ponga a ver la serie en breve (y más cuando mucha gente cercana a mi, y de gustos similares, me ha comentado que, musicalmente, la serie ni fu ni fa). Veremos a ver.

Mientras tanto, seguirá con mi costumbre de leer libros con música. Próxima Parada: La Sombra del Viento. Score: Por determinar.