Marrowbone: Preestreno
Viernes, 13 de Octubre de 2017, Universidad Laboral de Gijón, patio interior. Una cola inmensa para entrar. Nosotros estamos a la mitad de la misma. “Esto se peta”, le digo a Eduardo. “Seguro”.
Un día después de anunciar que se podían retirar invitaciones al preestreno de Marrowbone (El Secreto de Marrowbone, 2017), el sábado 7 de octubre, ya no quedaba una entrada. Puedo dar fe de ello.
Sin numerar, y a las 19:15 de la tarde, vemos al director y guionista asturiano Sergio G. Sánchez saludando a varias personas de la cola. Risueño, cercano… humilde. Aún recuerdo cuando años atrás, durante el verano, y antes de hacerse famoso por ser guionista de El Orfanato o Lo Imposible, daba un curso de guiones a través de la Laboral, eso si, sin barba y más joven… no mucho más. Sigue respirando vitalidad.
Siempre recordaré dos momentos especiales de aquel curso, donde hablaba de que un buen guión es aquel que dentro del mismo contiene pedazos enteros de maestría que se pueden extraer como si tuvieran identidad propia; el rapto del niño en Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la Tercera Fase, 1977) o el prólogo de Scream (1996).
De remate, como hacer que algo inverosímil, un exorcismo, lo parezca a través de un buen guión; la conversación entre el padre Karras y la madre de la niña endemoniada en The Exorcist (El Exorcista, 1973).
Pero volvamos al presente… porque además de asistir al preestreno de la película, había un auténtico regalo, uno que los aficionados a la música de cine siempre apreciamos; una premiere de la música de nuestro Fernando Velázquez, uno de los compositores nacionales más internacionales de España, y habitual del director J.A. Bayona, quien además ejerce de productor en Marrowbone.
De entrada en la sala, vemos a los miembros de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) con sus instrumentos preparados para hacer magia, mientras la gente sigue ocupando las butacas. Sergio sigue saludando a la gente, y acto seguido, suben al escenario el Viceconsejero de Cultura y Deporte del Principado, Vicente Domínguez, el propio Sergio, el compositor de la banda sonora, Fernando Velázquez, y dos productores de la cinta, Sandra Hermida y Álvaro Agustín.
Toma la palabra Vicente, quien se siente orgulloso de poder presentar una película por la que el Principado de Asturias ha apostado a través de una modesta aportación en sus propias palabras, pero de la que sienten muy orgullosos, y cuya trascendencia internacional (los actores extranjeros así como el prestigio de crítica y público por la labor de Sergio así lo avalan) favorecerá que el público objetivo mundial, además de disfrutar de una película con elementos sobrenaturales y mucha tensión, pueda redescubrir por enésima vez la belleza de los paisajes de Asturias, una belleza de la que algunos nos olvidamos muchas veces y que gracias a Marrowbone, Sergio consigue recordárnoslo .
Toma la palabra Sergio, y éste derrocha vitalidad y sinceridad, despachando con desparpajo agradecimientos, comentarios y recuerdos del pasado. Uno de ellos, estrechamente vinculado a la música de cine, que dice fue una de las principales precursoras de su amor por el cine, en concreto el E.T. de John Williams, un LP que le regalaron de crío y que no dejaba de escuchar una y otra vez (no me extraña), hablando sobre la capacidad de la música de cine y su poder para sugerir, narrar y funcionar como elemento recordatoria de las imágenes.
El propio Fernando Velázquez, presentado por Sergio (a quien el público ovacionó), da comienzo al preestreno, con una suite de Marrowbone.
Preestreno – Premiere Mundial de la Banda Sonora de Marrowbone
“Cada vez que se viene a Asturias, es imposible no enamorarse de esta tierra ni de la OSPA”, dice el bueno de Velázquez, justo antes de ponerse delante de orquesta y dirigir a la orquesta.
La primera pieza que suena, bella y juguetona, está dedicada a un miembro de la OSPA recientemente fallecido, el cellista Juan Carlos. Abre y cierra la pieza una flauta, y por el medio, una bella pieza de cuerda cargada de belleza y sentimiento, propicia para la ocasión.
Acto seguido, Velázquez interpreta una suite de la música de Marrowbone, comenzando con los Main Titles de la película, y siguiéndole varias piezas más, donde destaca una jueguetona y rítmica, con la celesta como protagonista (muy propicia para expresar sentimientos de inocencia, de dulzura, de juventud, como demuestra la escena de los hermanos arreglando la casa para la visita del abogado); también tenemos piezas tensas, una para la resolución, y de nuevo el cierre del tema central a modo de End Credits.
No excediendo los 20-25 minutos, Velázquez ofrece los highlights de la película, como luego pudimos comprobar, y su tema central, lleno de belleza y melancolía, describe perfectamente la “inocencia” de los Marrowbone, especialmente los chicos, los hermanos, a través de las cuerdas, el piano, el arpa o el clarinete (este último una maravilla).
Como anécdota, citar que tres miembros de la OSPA (una flautista, un trombón y el clarinetista) interpretan un pequeño papel en la película por su perfil anglosajón.
Velázquez, como comentaba en una entrevista realizaba tiempo atrás, consideraba un “relajazo” poder componer una melodía que capte todo lo que está sucediendo en pantalla, y es que su tema central no solo describe a los Marrowbone, en sus momentos buenos y en los no tanto, sino que también dispone de una variación como tema de amor.
En mi opinión, la suite contiene ese melodismo sinfónico que caracteriza al bueno de Velázquez, con ese estilo que recuerda a los grandes, a Williams o incluso Goldsmith, jugando bien con sus variaciones así como ejecutando con maestría la tensión y los momentos de acción en la resolución climática final.
Pero la última palabra, como siempre, en la película, y eso nos lleva al…
Preestreno –Marrowbone, la película
Como dijo el propio Sergio, uno de los encantos de la película fue el rodaje, en Asturias, convirtiendo la vieja fábrica de armas de Trubia en un pueblo típico norteamericano del año 1969 (sus coches, sus casas, el vestuario…). Eso, y los paisajes de costa y verdes prados (de postal, y como muestra la playa de Frejulfe en Navia), ya suman por la nota del producto final.
El argumento; el secreto que esconden los Marrowbone, uno que se anuncia en el comienzo, con la llegada de la familia a su nueva hogar, donde transcurrirá el 90% del metraje, y el otro el que el guionista nos esconde y reconstruye pasado el comienzo, y que es el verdadero secreto que explica todo.
Como en El Orfanato, el guión enlaza situaciones y personajes, dejando que la historia vaya ofreciéndonos piezas de un puzle bien construido, quizás por terrenos ya muy explorados en los últimos años, pero Sergio, como director y guionista, defiende su historia con solvencia, sustentándola sobre unas excelentes tomas (paisajes y recreación del contexto histórico-temporal), unas buenas interpretaciones (los hermanos están todos francamente muy bien), con una historia bien hilvanada, aún con sus típicos y tópicos, que te mantiene en tensión ( expectante por ir resolviendo el enigma), y con un Fernando Velázquez cómplice con el director, con un tema central bajo el brazo que funciona magistralmente, alcanzando su cénit en el climax final, a modo de redención final.
Velázquez lleva ya muchísimos años en esto y, con su reciente Goya por Un Monstruo Viene a Verme, confirma que es uno de los compositores nacionales con más proyección y futuro del panorama internacional.
En su partitura destacan el uso de muchos elementos; las cuerdas, tanto para el tema central como para ejecutar la tensión más áspera y chirriante, la celesta como elemento de inocencia, la trompeta casi mutada para darle un toque sesentero jazzístico al personaje del abogado… todo conjuntándose por y a favor de las imágenes, narrando, subrayando, … siendo un cómplice más.
No es nada nuevo para los que conocemos la música de Velázquez, pero si es la enésima demostración de la madurez musical de un compositor que sí sabe lo que se hace, con solvencia, calidad y oficio, y con melodía, algo que tristemente no abunda en el cine actual. Y es difícil mantener el nivel, y éste hombre siempre lo consigue, sobre todo cuando tenemos material inspirador, como es el caso.
Conclusión
Tras una larga, y merecida ovación a Sergio y su equipo por la película (como ya sucediera en el Festival de Cine de San Sebastian o de Toronto), el poso que te queda tras ver la película es que en España, por fin, llevamos ya muchísimos años contando cine que puede competir con la industria extranjera, películas bien construidas, interpretadas y narradas, y donde Sergio, en su debut, demuestra que aún nos esperan muchas sorpresas a la vista.
No es una obra maestra, ni lo pretendía, pero si es un esfuerzo más que digno, es más, brillante por momentos, donde Sergio se despacha a gusto y con solvencia tanto como narrador (eso ya se sabía) como director (esto es nuevo, y sinceramente, aquí es donde me gana).
Y Fernando Velázquez, nuestro Fernando, ofrece lo que mejor sabe hacer; ceñirse a la imagen, ofrecer melodía y ponerse el mono de faena para demostrarnos que con oficio y amor por su trabajo se puede hacer todo.
Enhorabuena, y a esperar la siguiente. Mientras, a desearles todo el éxito del mundo en su estreno oficial, el 27 de Octubre.