Especial AsturScore: Meet Craig Safan

Escrito por , el 21 marzo 2014 | Publicado en Otros

Los 70 y los 80 fueron mi cantera musical y cinematográfica, es algo que siempre tuve claro desde crío. Mis gustos se consolidaron a base de títulos como E.T., Star Trek, Star Wars, Superman, Indiana Jones, Gremlins, The Goonies, Willow, Poltergeist, Conan the Barbarian, The Omen, Alien, Aliens, Top Secret, Airplane, Jaws, The Untouchables, Carrie, Explorers, Logan’s Run, Brainstorm, Krull, Robocop, Highlander, The Dead Zone, Back to the Future, Predator,…

Casi nada, ¿a qué sí? Pero no solo eran grandes películas, sino que cada una de ellas tenía grandes partituras musicales, excelentes vehículos sonoros para discurrir por la autopista del celuloide y potenciar la experiencia cinematográfica hasta niveles inenarrables.

Por ejemplo, ya nadie puede disociar musicalmente la famosa imagen de la persecución de E.T. sin la música de John Williams, la famosa música de Basil Poledouris para la matanza inicial de Conan el Bárbaro, o como la Dr. Lesh explica a Robbie Freeling como funciona el otro lado en Poltergeist mientras la música de Jerry Goldsmith construye uno de los momentos musicales más intensos y bonitos de la historia del cine…

Lo que sí me llamaba aún más la atención, sin desmerecer lo anterior, es que además la serie B o los proyectos más segundones (sin llegar a serie B) eran auténticas joyas, con scores orquestales, sintetizados o mixtos que dejan en pañales a muchos trabajos de grandes estudios o productoras de hoy.

Por ejemplo, Richard Band, uno de los reyes de la serie B, siempre pagando homenaje o tributo a gente como Goldsmith o Herrmann, con trabajos como Mutant, Re-Animator, From Beyond o Metalstorm (con Shirley Walker de orquestadora). Y ojito, con orquesta principalmente…

Y en esa linea tenemos auténticas joyitas, como muchos trabajos de Jay Chattaway (la tercera entrega de Missing in Action, Invasion USA o mi adorada Silver Bullet), Jonathan Elias con su genial Children of the Corn o la interesante Vamp, J. Peter Robinson (con su The Gate o la genial y terrorífica The Believers) o el caso que nos ocupa, el genial Craig Safan, un compositor que siempre estuvo en mi línea de tiro, y prueba de ello son los 13 cds que tengo de éste compositor.

Y desde que supe de su presencia en el Festival Internacional de Música de Cine – Provincia de Córdoba, he decidido desenterrar los trabajos de Safan, y darme un homenaje en terrenos conocidos y sabrosos, y quizás especialmente dos, un par de trabajos que marcaron la figura del compositor y que, para los que crecimos en los 80, convirtieron la figura de Safan en un compositor fetiche.

Así que, sin más dilación, os invito a viajar conmigo en el tiempo y hacer un pequeño y breve recorrido por la figura de Craig Safan.

Marcando Inicio del Contador: 17 de Diciembre de 1948, Los Ángeles…

Craig Safan – Biografía Esencial

Hijo de una pianista y un piloto de la segunda Guerra Mundial, su interés por la música a temprana edad hizo que su madre contratase a una profesora que era pianista y violinista, enseñándole el arte de la improvisación, piezas de jazz y con referentes musicales como Scott Joplin (como olvidarnos de la adaptación musical de su música para The Sting por parte de Marvin Hamlisch) y Zez Confrey.

Tras una época de estudios y de acudir a clubs a escuchar artistas de jazz, Safan siente interés por la música clásica a través de Stravinsky y su The Rite of Spring, lo que le lleva a leer The Joy of Music de Leonard Bernstein.

A los 15 años su familia se mueve de Los Angeles a Beverly Hills, donde se une a un cuarteto de jazz además de a una banda de rock, todo ello mientras estudia en la escuela secundaria.

Aunque sus padres deseaban que llevara a cabo otra profesión, Safan lo tenía claro; lo suyo era la música. A pesar de estar matriculado en la Universidad para ser arquitecto, continua componiendo canciones (y hasta cuatro musicales), además de arreglar canciones para Reprise Records.

Y como broche, toma clases de música de Alvin Lucier, un compositor experimental que influirá en su obra (su partitura rechazada para Wolfen, compleja y experimental, o la librería musical que creó de percusiones para Stand and Deliver son prueba de ello).

Tras conseguir un año becado en Londres para estudia música, volverá a L.A., donde trabajará para varios artistas, destacando su colaboración con Charles Plotkin (quien más tarde se volvería productor de Bruce Springsteen), formando parte de una hornada de jóvenes compositores de canciones donde Safan se encuentra con Wendey Waldman (hija de Fred Steiner), Andrew Gold (hijo de Ernest Gold) y Peter Bernstein (hijo de Elmer Bernstein).

Curiosamente, Fred Steiner, Ernest Gold y Elmer Bernstein serían los mentores y la vez influencias de Craig Safan una vez que su carrera como compositor de música de cine se inicia, allá por 1974.

Los 70’s – El año del Despegue (1974)

Curiosamente tiene lugar con The Demon’s Daughter, película inédita hasta la fecha y dirigida por John McTiernan (jamás ha visto la luz). Safan recibió una llamada de un colega de Brandeis que le hablaba de un joven director que necesitaba un compositor para su película de terror de 16mm, y Safan se ofreció así mismo, iniciando su carrera a los 24 años de edad, donde puso en práctica todos su años de composición y experimentación.

Tristemente la película no vio la luz, pero la rueda comenzó a girar, y así comenzaron a llegar los trabajos. En 1975 se encargó de componer la música para el documental The California Reich, sobre la figura de los nazis en los EE.UU., y un año después, iniciará una fructífera colaboración con Michael Presman.

Su dos primeras colaboraciones con Presuman datan de 1976 y 1977, sus dos primeros largos. La primera película The Great Texas Dynamite Chase, proyecto explotation típico de la época de bajo presupuesto donde dos chicas sensuales deciden robar un banco (un antecedente lejano de Thelma & Lousie), donde Safan ofrece un score muy rítmico, mezclando blues, country y rock de forma hábil.

En cuanto a la segunda, se trata de la comedia deportiva The Bad News Bears in Breaking Training (1977), secuela de The Bad News Bears con William Devane como protagonista.

A estos dos proyectos iniciales, le seguirían otros tres de corte televisivos, todos ellos dramas, titulados The Revenge of Al Capone (Capone tras las Rejas, 1989), Miracle Child (La chica del Milagro, 1993) y A Season for Miracles (Una Época para los Milagros, 1999).

A finales de los 70 participa en una serie de películas como la comedia Corvette Summer (Correrías de verano, 1978), con un joven Mark Hamill de protagonista, el thriller dramático Acapulco Gold (1978) o el drama musical de carácter romántico Roller Boggie, con una joven Linda Blair de protagonista y dirigido por Mark L. Lester (el mismo de Commando, Firestarter y Class of 1985).

De este último periodo destacan dos películas; la comedia dramática The Great Smokey Roadblock (aka The Last of the Cowboys, 1977), escrita y dirigida por John Leone, con Henry Fonda, Robert Englund y Susan Sarandon como protagonistas, donde Safan ofrece un excelente trabajo compositivo, lleno de clasicismo y melodías bien ejecutadas (donde destaca el tema destinado a Beebo-Englund y el de John-Fonda).

Y finalmente el thriller de acción Good Guys Wear Black (Los Valientes Visten de Negro, 1977), dirigida por el artesano Ted Post (el mismo de Magnum Force y Beneath of the Planet of the Apes), con Chuck Norris en pleno apogeo como protagonista, donde además nos encontramos con la bella y joven Anne Archer.

Los 80’s – Fade to Black (1980)

La entrada en los 80 de Safan no puede tener mejor pie; en ese año compone el score para la comedia Die Laughin, pero lo que destaca es su asignación para la película de terror Fade to Black (Fundido a Negro), dirigida y escrita por Vernon Zimmerman, entre cuyo reparto encontramos a Dennis Christopher, al habitual de serie B Tim Thomerson y a un joven Mickey Rourke.

Fundido a Negro es un estimulante ejercicio de terror cinéfilo, más alejado del psycho killer o slasher habitual y más cercano al guiño, con un tono de humor negro, donde un joven Eric, cinéfilo a más no poder, aspira algún día a hacer su película, pero su entorno no es el más propicio para lograrlo; una insoportable tía minusválida, un odioso jefe, un hábil y embustero productor de Hollywood y sus compañeros de trabajo, sin olvidarnos de una problemática y extraña relación con una chica llamada Marilyn, una joven aspirante a actriz.

Todo ello desembocará en una sucesión de crímenes donde Eric dará rienda suelta a su vena cinéfila, disfrazándose de todo tipo de famosos personajes (drácula, la momia, famosos gangsters,…) para ir asesinado a todos aquellos que han ido poniéndole piedras en el camino.

Con un rodaje que tuvo algunos problemas (donde el director Vernon Zimmerman no estuvo en la post-producción de la película), Craig Safan llegó al proyecto tras no cuajarse la contratación de Chris Stein (guitarrista del grupo Blondie) como compositor principal (quizás una indicación del sonido que se buscaba para la película, de hecho no tan alejado en algunos momentos de lo que hizo finalmente el compositor)

Safan trabajó de forma libre, sin tener ningún encorsetamiento ni referencia musical, y lo hizo a través de los sintetizadores y una pequeña formación orquestal, donde destaca el brillante tema central, que ofrecerá variaciones a lo largo de la película, incluyendo una canción final, y que respira ese aroma vintage y retro, con un toque clásico, y en otros momentos, es utilizado de forma más moderna y contemporánea, como la escena donde persigue a Marilyn a bordo de su moto (incluyendo batería, bajo y guitarra eléctrica).

Las cuerdas son muy herrmanianas, con un uso muy interesante de las percusiones (campanillas, campanas y sonidos extraños y experimentales), y el piano como uno de los motores de tensión (algo muy habitual en la obra de Safan).

Para los sintetizadores, todavía en los albores de lo que vendría posteriormente, fueron ejecutados por Michael Boddicker, un habitual en los 80 en el medio (un año después compondría las escenas musicales del pub de la luna de Io en Outland, o sería el compositor acreditado de esa joya y frikada que es The Adventures of Buckaroo Banzai across the 8th Dimension).

El score, editado por Perseverance Records, es un pequeña joya de los 80 para los que amamos las composiciones del género de aquella época, y fue la primera piedra importante en el camino de Safan.

Los 80’s – Series (I): Cheers

Fade to Black le abrió las puertas a Safan a más proyectos, y antes de embarcarse en trabajos más ambiciosos como Tag – The Assassination Game, participaría en la serie de terror y horror Darkroom durante 1981 y 1982 en siete episodios.

Este tonteo con las series de corte fantástico y de terror no sería el único, afortunadamente; entre 1985 y 1986 participaría en varios capítulos de la nueva The Twilight Zone, en 1985 participaría en dos de la serie Amazing Stories (producida por Steven Spielberg y de la que luego hablaremos), en un capítulo del Alfred Hitchcock Presents de 1985 y en el capítulo Spoiled de Tales from the Crypt.

Pero, a muy buen seguro, lo que le reportó fama a Craig Safan fue su participación en la serie Cheers, que se mantuvo en antena desde 1982 hasta 1993, a lo largo de 11 temporadas y 271 capítulos, nada más y nada menos.

La serie supuso la consagración de un buen puñado de actores cuyas vidas se cruzaban en el famoso bar de Cheers (como olvidar aquella sintonía de cabecera), y donde destacaban personajes como el de Sam Malone (Ted Danson), Carla Tortelli (Rhea Perlman), el famoso Dr. Freiser (un genial Kelsey Grammer que acabaría teniendo su propia serie spin-off en Freiser), Rebecca How (una entonces emergente Kirstie Alley) o el genial Woody Boyd (Woody Harrelson) entre muchos más.

La serie le reportaría una reputada fama a Craig Safan, quien se alzaría, consecutivamente, con 7 premios de la ASCAP por su trabajo en Cheers desde 1988 a 1994.

Cheers fue la serie más longeva en la que participó Safan, aunque también participó en la famosa serie Life Goes On (1989-1993), cuyo personaje de Corky marcó una época (un actor con el Síndrome de Down), y que le reportaría al compositor su única nominación a los Emmy en la categoría de Outstanding Achievement in Music and Lyrics, nominación compartida con Mark Mueller por el episodio Corky’s Travels.

Los 80’s: Series (II)– Amazing Stories

Recientemente editadas por Intrada en tres dobles volúmenes, las composiciones de los capítulos de esta serie fantástica de los 80 producida por Spielberg (con grandes capítulos y otros bastante tontos o sosos) eran auténticas delicatessens, llevadas a cabo por compositores de renombre, como John Williams, Jerry Goldsmith, James Horner, David Shire, Bruce Broughton, Leonard Rosenman, Thomas Newman o Danny Elfman.

A Craig Safan también le tocó, y en este caso fueron dos capítulos. El primero de ellos era la comedia de tono negro The Wedding Ring, dirigida por Danny de Vito y protagonizada por él mismo y su mujer Rhea Perlman (una de las protagonistas de Cheers, y quien sabe si la razón de la contratación de Safan). En éste capítulo ambos intepretan a una pareja de Atlantic City, donde él le regala a su amada Lois un anillo acba de robar y que resulta está maldito (perteneció a la viuda negra). Todo ello propiciará que Lois trate de matar a su amado.

El material de Safan, que alcanza na duración de unos 13 minutos, se basa principalmente en la popular canción On the Boardwalk in Atlantic City que aparece en la película clásica Three Little Girls in Blue (1946). Este tema recibe variaciones a lo largo del material, destacando el brillante y climático corte final, de gran intensidad (una joyita) titulado Love You to Death – The Curse Goes On.

Pero la aportación de Safan no se limita a la canción, y ofrece música atmosférica y sugerente, donde prima la aparición del órgano para las escenas del museo o música más diabólica para las intentonas criminales de Lois.

El segundo fue The Main Attraction, dirigido por Matthew Robbins, y con quien Safan había colaborado en la comedia Corvette Summer (1978) y en la película de acción The Legend of Billie Jean (La Leyenda de Billie Jean, 1985), donde el compositor creaba un score muy en la línea de los 80, con ese toque pop y sugerente de la época.

El argumento gira en torno a Brad Bender (interpretado por John Scott Clough), el típico estudiante fantoche y popular que planea convertirse en el Rey del Baile, pero tras estrellarse un meteorito en su habitación queda completamente magnetizado, dándose toca clase de hilarantes situaciones, donde acabará descubriendo que Shirley (Lisa Jane Persky), la típica empollona con aparato de dientes ha sufrido el mismo destino que él.

Entre el reparto encontramos a Brad Bird, que ejerció labores de coguionista junto con Steven Spielberg, y que posteriormente, muchos años después, dirigiría The Incredibles y The Iron Giant.

En cuanto al score de Safan, estamos de nuevo ante tan solo 12 minutos, lo habitual para capítulos que no excedían la duración de 25 minutos, y se sustenta, principalmente, en un brillante tema central, la típica marching-band de la escuela secundaria de los EE.UU., que realza y da forma al personaje de Brad. Este toque de humor desenfadado se traslada al resto del score, aunque Safan no olvide la intensidad dramática ni la acción para el momento del impacto del meteorito  o las «atracciones» magnéticas que Brad genera a su alrededor (Brad Runs-Locker Room-Brad’s Honor es un corte de acción a la Safan, innegable no ver el estilo del compositor de trabajos como Remo Williams, the Adventure Begins o The Last Starfighter).

Finalmente, el score se cierra con el brillante corte Magnetic Love, donde de nuevo observamos ese pulso musical tan típico de Safan en el comienzo, puro nervio musical, para acabar desembocando en un apasionado corte de amor, una especie de love theme, lleno de clasicismo, para la escena final de Brad y Shirley. Un trabajo brillante en suma.

Los 80’s: Wolfen, The Unused Score (1981)

En 1979 se inició la andadura de Wolfen (Lobos Humanos, 1981), única película dirigida por Michael Wadleigh, quien se alzase con un Oscar el mejor documental allá por 1970 por Woodstock.

Basada en el libro de de Whitley Strieber, Wolfen fue un proyecto realmente ambicioso por parte de su director (y quizás nunca llegue a ver la luz la película original que hubiera podido llegar a estrenar), una donde el público asistiría a algo más que una película de terror, con profundidad dramática, carga emocional y reflexiones sobre la naturaleza humana, cargado todo ello de misticismo.

El reparto incluía al genial Albert Finney, a Edward James Olmos y al bailarín Gregory Hines, y los monstruos eran reales (eran verdaderos lobos). El problema fue que allá por la primavera de 1980, la película duraba 4 horas… y allá por septiembre llegó a recotar hasta dos horas y 29 minutos. Aparentemente controlado, en noviembre todo se fue de las manos tras rodar nuevas escenas adicionales, por lo que director y editor fueron despedidos, y no fueron las únicas víctimas; un joven Craig Safan vio como su trabajo también se caía del montaje final en detrimento del joven y emergente James Horner.

Y la razón no fue que lo de Safan no funcionase, que va; me atrevería incluso a decir que el trabajo de Safan supera con creces al de Horner (quien cumplesobradamente, nada que objetar). Como dijo el propio compositor, había que hacer limpieza, y él fue uno de los que se fueron.

Este magnífico score orquestal crea un sonido lleno de misticismo, tensión y desasosiego, de tono atonal, a ratos crispante, y cuya máxima inspiración fue Krzystof Penderecki, y quizás lejanamente, el haber pasado tiempo en las sesiones de grabación de John Corigliano para la interesante Altered States (Viaje Alucinante al Fondo de la Mente).

Safan introdujo nuevas técnicas compositivas y nuevas técnicas musicales (como las multiphonics, que es tocar más de una nota a la vez, o como tener a la orquesta de cuerda tocando notas diferentes por secciones). Solo el primer corte del CD editado por Intrada nos da una pista contundente de por donde respira este brillante score, uno de los mejores trabajos de terror jamás compuestos para el que escribe, aunque es mucho más que un score de terror. Es fascinante observar el complejo trabajo que hay detrás.

De Wolfen podría afirmarse que es el Planet of Apes de Safan, o su Fantastic Voyage; es toda una experiencia sonora no apta para cualquier oído. A pesar del rechazo, los aficionados tenemos la oportunidad de valorar su trabajo (ya existía una promo anterior) y el resultado es una de sus mejores obras, de sobresaliente.

Como anécdota, el propio Safan cuenta en el folleto de Wolfen que, como decía Miklós Rózsa, la marca de madurez de un joven compositor es tener su primer score rechazado, algo que le repetía el agente de Safan, quien casualmente también era el de Rózsa.

Una lástima.

Los 80’s: Thief (1981)

Thief (Ladrón, 1981) es un brillante thriller rodado por el siempre fascinante y visual Michael Mann (al margen de si te gustan o no sus películas), donde James Woods interpreta al personaje principal, con unos secundarios donde destacan el cantante Willie Nelson, Robert Prosky, James Belushi o Dennis Farina.

El score en aquel momento corrió a cargo de la banda alemana Tangerine Dream, que por aquella época comenzaba a embarcarse en la aventura de la industria del cine tras su brillante composiciones en Sorcerer (Carga Maldita, 1977), quien compuso uno de sus mejores trabajos, con el ya mítico tema Beach, un obligado de los 80, con ese sonido tan Tangerine, un himno electrónico de los 80.

Tangerine Dream llegó al proyecto a raíz de la recomendación personal de William Friedkin (director de Sorcerer) a Michael Mann, por lo que tras grabar su disco Tangram, se enfrascaron en el score de Thief. El problema es que, una vez terminado, se embarcaron en una gira de conciertos, y en el montaje final hubo que añadir una nueva secuencia, por lo que se tuvo que contratar a Craig Safan para componer un corte nuevo, Confrontation, para la escena en cuestión, que no desentona para nada con el material compuesto por la formación alemana.

Hasta el momento solo podíamos disponer de dos ediciones; la inglesa, que no incluía el tema de Safan pero si un Beach Reprise, y la americana, que omitía el Beach Reprise pero sí incluía el tema Confrontation de Safan. Este problema lo ha resuelto Perseverance Records, quien ha editado el score completo de ambas ediciones, es decir, tenemos el Beach Reprise y el Confrontation en un mismo disco.

Fue una breve parada, quizás más una labor de relleno que otra cosa, pero sinceramente, la labor de Safan en éste corte es otra demostración del oficio y versatilidad del autor. Y con auténticas joyas por llegar todavía.

To Be Continued…