Entrevista Exclusiva con Alexander Cimini: Red Krokodil

Escrito por , el 7 diciembre 2014 | Publicado en Entrevistas

A veces es dificil encontrar algo fresco y original, algo que te pueda sorprender; Red Krokodil es definitivamente uno de esos trabajos, un impresionante trabajo editado por Kronos Records.

Alexander Cimini está dotado de un gusto exquisito para emocionarnos, y el único secreto es la melodía, sencilla y pura, una bella y melancólica melodía que emerge de forma poderosa y natural.

Tiene un teme retentivo, uno de esos que, en otras palabras, puedes recordar e incluso canturrear (algo francamente dificil hoy día). Solo tienes que escuchar el primer corte de  la partitura, Red Krokodil Main Theme,para comprender la gran calidad del trabajo de Cimini, y con pocos instrumentos musicales (solos de violín, cello y piano).

A veces no es necesario, pues, tener una gran orquesta para componer un gran trabajo. Es necesaria la inspiración y calidad, algo que Alexander si ha tenido para componer este brillante trabajo.

Y sin más dilación, te presentamos esta entrevista a Alexander Cimini sobre su carrera y su excelente trabajo en Red Krokodil. Eso si, agradecerle sinceramente el habernos prestado su tiempo. Fue todo un placer.

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Entrevista a Alexander Cimini

 
Cuéntanos, Alexander, ¿cuál es tu primer recuerdo musical, el momento en el que te diste cuenta de que te querías dedicar a esto?

Nací y crecí en Alemania, donde mis padres regentaban un restaurante por aquel entonces. Viví allí hasta los seis años. Nuestro coche tenía la radio permanentemente encendida y sonaban temas conocidos de Morricone como los de “¡Agáchate, maldito!”, “El bueno, el feo y el malo”, “Hasta que llegó su hora” y “Por un puñado de dólares”. En la Alemania de los 70 era muy popular el pianista francés Richard Clayderman y recuerdo que a mis padres les encantaba su música. Gracias a él y a su música, pronto me convertí en aficionado al piano. Comencé tocando un órgano electrónico de la marca Farfisa y, en 1981,mi padre compró su primer piano de verdad. El maestro Ennio Morricone ha sido una influencia musical sin ningún tipo de duda. El momento decisivo para mí llegó en 1982, el año de E.T., cuando John Williams compone uno de los temas más hermosos de la historia del cine. El recuerdo musical de E.T. sigue imborrable en mi corazón.

Comenzaste a estudiar piano muy joven, pero tu mayor pasión es el cine, habiendo trabajado como director y como montador desde 2007 a 2010, y ganado varios premios. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?

De hecho, comencé dirigiendo y produciendo películas independientes en 1997. De joven, me apasionaba la dirección y sentía mucha curiosidad por lo que sucedía tras las cámaras. Esa curiosidad me ayudó a descubrir la chispa cinematográfica que llevaba en mi interior. Crecí viendo películas de los mejores cineastas de los 70 y de los 80, pero he de decir que siempre me han atraído las historias modernas sobre gente joven. Mi última película “M.A.R.C.O.” es un claro ejemplo de historia de juventud.

¿Te gustaría volver a dirigir o consigues emociones suficientes componiendo para el cine?

Si es posible, seguiré dirigiendo cine independiente. He estado trabajando en mi siguiente proyecto estos meses pasados. Espero de verdad que Enzo Porcelli, el productor, consiga la financiación para hacer la película. Son tiempos difíciles en Italia, especialmente para los directores independientes. Además, los políticos no tienen intención de recortar sus gastos y prefieren hacer esos recortes en las Artes. El único modo de poder dirigir tus películas es convertirte en tu propio productor y confiar en internet. Sin embargo, componer música de cine es mi mayor afán y seguiré haciéndolo con pasión y dedicación. La web me ha ayudado mucho y me ha dado más popularidad. Con frecuencia recibo peticiones de colaboración a través de Facebook, SoundCloud y LinkedIn.

¿Crees que dirigir una película es la mejor manera de entender la importancia de la música? De hecho, compones música para tus propias películas (“M.A.R.C.O.” o “Aisberg”).

Desde que era pequeño, siempre he pensado que el cine posee un maridaje necesario e inevitable con la música. Si nos retrotraemos a los tiempos del cine mudo, ya había una pequeña orquesta poniendo música a las imágenes de la pantalla. Así que, en mi opinión, el cine siempre se ha pensado para tener acompañamiento musical. A lo largo de los años, me he dado cuenta de que el lenguaje de la narración visual, el valor de la música en una escena y la métrica del montaje deben complementarse mutuamente y sin fisuras.

Has trabajado en televisión (anuncios), cine (largometrajes y cortometrajes) y teatro. ¿Cuál te parece el medio más complicado o, si prefieres, el más interesante? ¿Por qué?

Cada uno de los medios posee su propia importancia y complejidad. Soy pianista y componer para películas es lo mío. El trabajar en una banda sonora junto a directores con una marcada conciencia musical es siempre un nuevo reto para mí. Como director, siempre trato de centrarme en la creatividad. Dicho lo cual, he trabajado muchos años como actor en una compañía teatral. La interpretación me divertía y creo que el trabajo como actor ha sido un plus fundamental al de director. Si haces de director y piensas como actor, automáticamente sabes cómo dirigir a tus intérpretes.

Háblanos de CineScuola. ¿Cuál fue el origen de tan magnífica idea? ¿Disfrutas ayudando a otros a encontrar su camino en el mundo de las producciones independientes?

El objetivo del proyecto de CineScuola no era descubrir actores con talento, sino que tenía la meta de extender una conciencia cinematográfica crítica entre jóvenes estudiantes por medio de dinámicas de grupo. El curso de cine estaba principalmente orientado para aumentar la autoestima de los alumnos y para mejorar su comunicación con los adultos. Ofrecíamos la posibilidad de tratar temas de actualidad, todos relacionados con el malestar de la juventud, para, después, desarrollar ideas originales sobre la materia. Al finalizar el curso, los alumnos interpretaban los personajes de sus guiones. A lo largo de los años, todos estos chavales han crecido intelectualmente y esto me hace sentirme muy orgulloso. Todos tienen unos recuerdos estupendos de esa época. Mientras se rodaban las películas, no interpretaban tan solo, sino que también colaboraban con el director de fotografía, el cámara y el maquillador. Y sus padres también se implicaban. Los recuerdos de esos tiempos siguen vivos en la mente de todos nosotros. Ahora, ya son adultos. Algunos han continuado con sus estudios de cine. Algunos han ido a la universidad y algunos otros viven y trabajan en el extranjero. Pero todos tienen una cosa en común: después de esta experiencia, siempre verán las películas de otra manera.

Red Krokodil. 2012. ¿Cómo te involucraste en este interesante proyecto?

Tras escribir el acompañamiento musical (“Passion & Love”) para una extraña escena de “Hyde’s Secret Nightmare”, me hice muy buen amigo del director Domiziano Cristopharo y decidimos mantenernos en contacto. Domiziano es una persona muy agradable que tiende a involucrar a personas de confianza en sus proyectos. Trabajar con él fue una experiencia extraordinaria.

Sorprendentemente, el score de Red Krokodil es muy emotivo, lleno de melodías hermosas y agridulces y creo que también resulta elegiaco. ¿Era tu propio enfoque? ¿O recibiste algún tipo de guía por parte del director?

Al principio se me pidió solo que escribiera un tema muy melancólico. La petición me sonó como una colaboración algo simple musicalmente hablando, y eso que todavía no había visto la película, ni tan siquiera escenas sin montar o una copia de trabajo. Antes de que me pusiera a escribir el tema, Domiziano me llamó de nuevo para decirme que tendría que componer la música para toda la película. Fue toda una sorpresa. Y entonces me contó cuál era la temática de la película y cómo la veía. Para mí, la idea principal era que se trataba de una especie de holocausto interior autoinfligido. Me decidí por el violín y el violonchelo solistas porque me imaginaba una atmósfera de soledad y desesperación. Roberto Noferini es un violinista extraordinario y cuando toca alcanza tal punto de intensidad que me recuerda al estilo de Perlman. Y lo mismo con Sebastiano Severi, que toca el violonchelo solista. Sus interpretaciones siempre me parecen inspiradoras.

Resulta curioso que difícilmente encontremos música atonal u oscura (algo que podría haber sido lógico). Sin embargo, prefieres describir musicalmente el drama de un hombre adicto a una droga fatal, que vive solo en una ciudad postnuclear. ¿Por qué? Creo que es una decisión excelente, por cierto.

Cuando Domiziano me contó el argumento de Red Krokodil, me imaginé al personaje principal enfrentándose a una especie de holocausto interior. Al pensar en el Holocausto en el cine, mis recuerdos me llevan a la obra maestra de Spielberg, “La lista de Schindler”, y al tema compuesto por el pianista John Williams e interpretado por el violinista Itzhak Perlman. Así que decidí contar la tragedia interior del personaje creando una melodía melancólica con el fin de que el público sintiera emoción en vez de horror y aversión por las espantosas imágenes. Hay algunos temas más oscuros en la película, aunque son para las escenas en las que el protagonista cae presa de sus alucinaciones. En mi opinión, el claro contraste entre estos estados de ánimo musicales resultaba apropiado para poder diferenciar mejor la vida real del protagonista de su imaginación.

El score se basa en el uso de instrumentos solistas (violín, chelo y piano) acompañados por sonidos digitales. ¿Esta decisión fue resultado de las limitaciones presupuestarias o te decidiste tú mismo por este conjunto?

En el mundo del cine independiente, a menudo hay que llegar a un compromiso por la falta de medios. Emplear instrumentos reales junto a otros virtuales puede dar resultados extraordinarios. Poder tener una orquesta a tu disposición es el sueño de todo joven compositor, pero lo limitado del presupuesto es normalmente un obstáculo insuperable. Lo más importante es escribir un buen score. La interpretación de una gran orquesta no puede mejorar una música pobre. Una banda sonora tiene que estar bien escrita, independientemente de los instrumentos que se empleen para interpretarla.

¿Cómo te inspiró la película para componer  un score tan bello y evocativo? Los efectos de la droga son realmente terroríficos.

La estupenda interpretación de Broke Madson y los magníficos planos de Domiziano Cristopharo me inspiraron. El desolador sentimiento de soledad, el aislamiento voluntario del protagonista, su mugriento y vacío piso, que parecía una madriguera, y su aflicción en sus pocos momentos de claridad de pensamiento me llevaron a escribir la música para la película. Las escenas de Red Krokodil son atroces no solo para el público, sino también para el director y el actor. La música es un reflejo de ese dolor y, al mismo tiempo, un posible camino hacia la redención.

Has trabajado en “Hyde’s Secret Nightmare” (2011), con música de Kristian Sensini. ¿Cómo fue tu colaboración con él? “Passion and Love”, un tema editado por Kronos, es realmente fantástico.

“Passion & Love” es el único tema que compuse para “Hyde’s Secret Nightmare”. Creo que toda la banda sonora estaba ya lista cuando me pidieron que lo escribiera. En realidad no tuve oportunidad de colaborar con Kristian Sensini. Pienso que es un buen compositor y que usa muy bien la tecnología. Me encanta leer sus blogs y ver sus vídeos sobre instrumentos virtuales nuevos. “Passion & Love” fue mi primera colaboración con Domiziano Cristopharo. No puedo revelar el contenido de la escena en la que suena mi tema, pero sí puedo decir que fue un auténtico reto para mí.

Cambiando de género y de medio, has trabajado en “Closer” (2013), un cortometraje de ciencia ficción, donde la música es más épica, con acción y aventura. ¿Disfrutas componiendo para estos géneros? Creo que este tipo de proyectos siempre resultan interesantes para el compositor.

Trabajar en la banda sonora de “Closer” fue una experiencia increíble. Siguiendo las instrucciones de Angelo Licata, compuse una música típica de las películas de ciencia ficción de los 70 u 80. El corto es un homenaje a películas como “Regreso al futuro”. El director quería recrear el mismo aire. En mi opinión, es muy importante para cualquier compositor el poder escribir para diferentes géneros cinematográficos. Es todo un reto y muy estimulante. Me crie en los 70, viendo películas de grandes cineastas como Steven Spielberg, George Lucas, Francis Ford Coppola, Brian De Palma, Robert Zemeckis y Joe Dante. Todos ellos daban especial relevancia a la música en sus películas. Personalmente, siempre he sido aficionado a la ciencia ficción, así que trabajar en la banda sonora de “Closer” ha sido un delicia.

Sobre el futuro… ¿qué proyectos tienes en cartera?

En este momento, me encuentro terminando la música para la película “Bellerofonte”, dirigida por Domiziano Cristopharo. Es muy romántica y clásica. Estoy muy satisfecho con ella. También me encuentro escribiendo la banda Sonora para el corto “Malavita”, dirigido por Angelo Licata y protagonizado por Luca Argentero. Para este proyecto, tengo en mente un score muy sensible y tenso. Yendo un poco más allá, espero que Angelo Licata pueda llevar adelante una estupenda película de ciencia ficción. También tengo los dedos cruzados por mi próxima película, que dirigiré y de la cual compondré la banda sonora.

Como curiosidad, ¿qué es lo que te gusta o lo que no te gusta de la música de cine actual?

Me encanta la nueva generación de compositores como Roque Baños, Fernando Velázquez o Lucas Vidal. Todos ellos tienen una formación clásica y saben cómo maridar el sonido clásico con la vanguardia. La emotividad es siempre un elemento potente en sus bandas sonoras. ¿Algo que me disguste? No, nada. Toda la música es hermosa, independientemente de su forma o interpretación.

Y, para finalizar, unas breves preguntas personales. Lo primero que te venga a la mente. Solo tienes que dar una respuesta. ¿De acuerdo? ¡Pues vamos!

Una película… E.T.

Un instrumento musical…El piano

Un compositor… James Newton Howard

Un libro…Cuenta conmigo

Una ciudad Dortmund

Una canción… Music, de John Miles

Una serie de televisión… Prison Break

 

Muchas gracias por tu tiempo Alexander

Gracias a vosotros

Especial Agradecimientos

A Oscar Salazar por las traducciones

A Alexander Cimini por prestarnos su tiempo