Crónica MOSMA 2019

Escrito por , el 14 julio 2019 | Publicado en Crónica

Ya son 4, y se dicen pocos, los años que llevo yendo a Málaga a disfrutar de un cambio de aires de la mano de melodías musicales de todo tipo, y sinceramente, ojalá pueda seguir haciéndolo en los años venideros, aunque este año haya sido con la triste novedad de no poder bajar con mi amigo y compañero de fatigas Eduardo (al menos ha sido por una buena razón, tener trabajo).

El MOSMA 2019, en su cuarta edición, se ha estructurado,  como siempre, en  una especie o suerte de maratón musical que va desde el lunes y martes con Masterclass y el concierto de Roque Baños (en las Masterclass estuvo presente nuestro amigo, colaborador y socio Óscar), hasta el Sábado 6 de Julio.

Es decir, similar secuencia y fórmula que en años anteriores: muchos invitados, muchos conciertos y encuentros varios para deleite del aficionado al cine y su música (principal virtud y defecto muchas veces, porque obliga a la organización casi a un reto constante de superación y a una auto exigencia que, desde el cariño, entiendo innecesaria; ya nos tenéis, a nosotros, a los fieles, y además tenéis lo más importante, Málaga, una ciudad que consume cultura).

Pero no adelantemos acontecimientos y vamos a la crónica, empezando por los encuentros, siguiendo los conciertos y finalizando con un epílogo a modo de cierre.

MOSMA 2019 – Encuentros, Firmas y otros Avatares

Más vale tarde que nunca, pero el retraso de MOSMA 2019 en anunciar a sus invitados (las fechas ya las conocíamos), al margen de hacer presagiar lo peor, supuso para los que teníamos que pedir días tener que esperar para asegurarnos el viaje y el alojamiento (en tren lo primero, en un hotel bastante bueno lo segundo, el Zenit Málaga).

Todo fue contrarreloj, incluso el email que enviamos a la organización del MOSMA para solicitar entrevistas a Robert Folk y John Debney, pero mi amigo Murphy (uno que SIEMPRE me ha acompañado en toda mi vida), nos la jugó y provocó que ese email no llegase a su destino, y aún así, Ana (la encargada de prensa) resolvió la papeleta y pudimos al menos hacer la entrevista de Folk en el Hotel A.C. Gracias (y a David Sáiz por su asistencia como traductor)!.

Y hablando de Robert Folk, solo podemos hablar maravillas de este genio infravalorado por la industria que nos regaló en la sala de los Cines Albéniz una de las mejores charlas del festival, y no quizás por la repetición de algunos contenidos de su charla de Masterclass del Martes, sino por las suculentas y jugosas anécdotas de salsa rosa de Hollywood (como los líos de falda de cierto rodaje de no hace muchos años en tierras españolas).

Y pese al amago de accidente al levantarse para saludar y posar para la foto, pudo firmar cuantos discos le ofrecieron sus aficionados (y por si fuera poco, todavía los firmaría en los conciertos, y no fue el único… en fin, hay un momento para cada cosa, dicho con el mayor de los respetos).

Personalmente, como le dije a Folk, poder verle en persona, hablar con él, entrevistarlo y verle firmándome Trapped in Paradise me hizo una ilusión enorme; como le dije hasta en dos ocasiones, «crecí con tu música en los 80 y los 90». Y es muy cierto, tanto como la del bueno de Debney, de nombre John.

La suya fue una charla a rebosar, en el Cervantes, con nuestra megalopresentadora Isabel Vázquez, tan emocionada de entrevistar al Maestro Debney que estuvo casi 15 minutos largos sin traducir nada (la verdad es que la carrera del compositor daba para dos o tres charlas, sobre todo por los matices y anécdotas que contaba el compositor sobre tipos como John Favreau o Garry Marshall).

Era inevitable no hablar de esa Pasión, la de Cristo, donde entró por la puerta de atrás de la mano de Mel Gibson pero salió a hombros por la puerta grande, nominación al Oscar a la mejor banda sonora incluida, y con toda una carrera repleta de éxitos y grandes bandas sonoras (algunas de ellas incluyen The Jungle Book, Jobs, sus colaboraciones con Peter Hyams, su participación en el universo Marvel vía Iron Man 2 o ya puestos, sus aportaciones en las brillantes series The Orville, Young Riders o una de mis favoritas personales, SeaQuest, que temazo).

No firmó poco éste hombre, casi nada, con una paciencia infinita, acompañada de la que, en sus palabras, ha sido su soporte vital, su mujer Lola Debney, con la que tuvo no pocas muestras de cariño (besos, miradas cómplices, sonrisas de enamorado,…).

Rúben Franco y Roque BañosRoque Baños, viejo conocido (casi diría una parte vital sin la cual incluso no se entenderían estos festivales), ofreció también una charla maravillosa, balanceando su trabajo entre Hollywood (fue para un proyecto de videojuego, aquello no salió y apostó por quedarse un año entero, acertando con su asignación para el remake de Evil Dead cortesía de Fede Álvarez) y España (donde los proyectos le dan más libertad y le permiten más creatividad).

También divertido y ameno (recordando la anécdota de haber dicho no a Guillermo del Toro para su trabajo en El Espinazo del Diablo, de lo que se arrepintió), Roque demostró no solo porque es uno de nuestros mejores compositores, sino una bella persona, humilde y sencillo, y que tenemos la fortuna de poder disfrutar en películas de todo tipo, trabajando con prestigiosos nombres de la industria como Spike Lee, Ron Howard, Kevin Reynolds, Daniel Monzón, Álex de la Iglesia o Santiago Segura (cuya próxima película se estrenará en breve).

MOSMA 2019 también nos trajo de vuelta a un viejo conocido, el británico Daniel Pemberton, quien ya vino en la primera edición de MOSMA, cuando estrenó su Steve Jobs y The Man From U.N.CL.E. (dos de sus mejores obras), compositor que ha ido crecido en los últimos años con auténticas maravillas, especialmente su trabajo en Marvel para la sorprendente película de animación Spiderman: Into the Spider-Verse, una auténtica pasada que incluye todo tipo de sonoridades y con un tema central vibrante.

Pemberton habló de sus comienzos, un auténtico campo de batalla lleno de documentales, con un disco llamado TvPopMuzik que no puedo parar de recomendar a todo aquel que quiera conocer los inicios musicales  del británico (una maravilla llena de temas pegadizos), y por supuesto, del inminente estreno de la que parece estar llamada a ser una de las películas del año, Yesterday, de nuevo a bordo del barco de Danny Boyle.

Quizás, la charla más mediática y que aglutinó un público diferente al habitual del Festival de Málaga fue la charla de Yasunori Mitsuda, joven compositor nipón especialmente conocido por su desarrollo en la industria del videojuego, que citó a Ennio Morricone y Jerry Goldsmith como dos compositores que le gustaban, y que fue de lejos el compositor al que más preguntas hizo la audiencia allí reunida en los cines Albéniz.

Con una sonrisa permanente contestó a todo lo habido y por haber, y firmó fiscos y posó con todo aquel que se le cruzó. Un encanto de persona y un compositor francamente interesante.

Otras charlas menores pero interesantes fueron las del músico Olivier Arson, ganador del Goya a mejor banda sonora original por El Reino, una música machacona y angustiosa que cumple la finalidad de incomodar al espectador para transmitirnos el nervio y tesón del protagonista, o la de los «Cobra Kai» (como fueron bautizados en MOSMA 2019, especialmente el director de orquesta y Showman Clemente Mata), también conocidos como Zach Robinson y Leo Birenberg, acompañados del músico de origen hindú Siddhartha Khosla, autor de la música de This Is Us, y para el que escribe, todo un descubrimiento.

Arturo, Paloma, Isabel e Iván MOSMA 2019

Pero la charla verdaderamente sorprendente fue la mesa a cuatro compartida por Arturo Cardelús, Paloma Peñarrubia, Isabel Royán y nuestro Iván Palomares, donde nuestras jóvenes promesas de la composición nacional debatieron sobre sus logros y sus dificultades, compartiendo anécdotas de todo tipo en una charla amena, divertida e instructiva, de lo mejor de largo del MOSMA 2019, así de contundente. Se me antojó hasta corta.

Y para cerrar éste bloque, no podemos dejar de hablar de otro de los protagonistas del MOSMA 2019, el compositor Sergio de la Puente, acompañado por los hermanos Jose y César Esteban Alenda (ambos protagonistas por su película Sin Fin), que además de ese título hablaron sobre música y cine en general.

MOSMA 2019 – Conciertos diarios de Martes a Sábado

Recién llegados de Gijón, previa parada en Madrid, nos duchamos y bajamos a la Plaza de la Constitución para ver el concierto gratuito de Roque Baños, donde pudimos disfrutar de títulos tan memorables como 800 Balas (como sonó el tema central), The Miracle Season (un brillante trabajo de corte deportivo), Los Últimos de Filipinas (buen tema central de tono épico y melodramático) o esa maravilla que es El Hombre que Mató a Don Quijote de Terry Gilliam.

Roque se entregó y lo dio todo, cerrando con el rap con el que estuvo nominado a los Goya por Zona Hostil (recordemos que lo ganaría por Salomé años atrás, que también sonó en el concierto), y con un bonus que a muchos de los presentes nos devolvió a la época de Úbeda: Alatriste, todo un bendito guiño.

Aplaudido una y otra vez por el público allí presente que llenaba la plaza hasta los topes, llegamos al final del el primer concierto del MOSMA 2019, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Málaga y el Coro Zyriab, un concierto redondo y que nos recordó porque Roque Baños es uno de los compositores españoles (e internacionales) más en forma.

El miércoles nos esperaba un concierto de Yasunori Mitsuda, un compositor de quien solo escuché Sailing to the World, francamente muy interesante, y algún fragmento de su obra para Chrono Cross, y además en la Sala Unicaja de Conciertos María Cristina, un espacio maravilloso donde imbuirse casi como en otra época para disfrutar de buena música (el año pasado ya pudimos escuchar allí un concierto de Jeff Beal y Jeff Russo).

El concierto comenzó a la ocho y poco, y con una precisión inglesa, duró una hora de reloj (incluyendo un bonus al cierre), sonando famosas piezas del mundo del videojuego de Mitsuda como Chrono Cross, Xenogears y Xenosaga, con una pequeña formación musical (la Movie Score Málaga Assemblé Orchestra) que incluía una pequeña sección de orquesta de cámara, dándolo todo bajo la batuta de la directora Isabel Rubio, arreglos de Óscar Senén y con Joan Martorell (al que veríamos en más de una ocasión) el frente de los teclados.

Fue un concierto redondo y diferente al que estamos acostumbrados, con otro tipo de música y sonoridades, muy disfrutable y ameno, donde el bueno de Yasunori Mitsuda fue galardonado con el premio MOSMA.

Esa misma noche, en el Recinto Eduardo Ocón, al aire libre y gratuito, pudimos disfrutar de una doble sesión, por un lado el toque sensible, emotivo y sugerente de Siddhartha Khosla, quien utilizó a una solista española llamada Cristina (muy buena voz), y con una pequeña formación musical, incluyéndole a el como vocal y guitarrista, regalándose varios temas de la exitosa serie This Is Us, para mi todo un sorpresón.

De hecho, al llegar al hotel me puse el primer capítulo en la tablet de This Is Us, e incluso busqué información sobre el compositor.

La segunda parte del evento, más dinámico y cañero, quizás no tan redondo pero si ameno y divertido, fue la música de Zach Robinson y Leo Birenberg para la serie Cobra Kai (toda una sensación que ya va para una tercera temporada), y que hicieron incrementar los decibelios y la adrenalina del personal. Muy buena propuesta musical la de ambos al pie de calle.

Al día siguiente, pintaba un doble programa francamente interesante; primero, visionado en la Sala Albéniz de la película dramática y romántica de ciencia ficción española Sin Fin, de la que oí hablar mucho, donde Sergio de la Puente (al piano y los sintetizadores) nos tocaría en directo su banda sonora, con la ayuda de Joan Martorell (sintetizadores y programaciones), Ana Franco (vocal y guitarra) y Eloy Arostigui (bajo y guitarra).

Segundo, el concierto Neomosma (Jóvenes Maestros) en el Teatro Echegaray dirigido principalmente por Clemente Mata (Arturo Cardelús e Iván Palomares dirigirían sus piezas), y donde además se repasaba una pequeña porción de la música de Daniel Pemberton (o se decía Perbemton… ya no recuerdo)..

Del primero, he de decir aquello de «fue una experiencia» maravillosa, sensorial y emotiva. De por sí, la película me parece una preciosa y peculiar historia de amor con un telón de ciencia ficción de por medio, con paradojas y bonitas escenas, y donde la música era parte de la experiencia, una genial banda sonora ajustada y con nervio, precisa y emotiva.

Que alegría ver y comprobar que todavía se pueden contar buenas historias en el cine, y que encima esta alegría venga de nuestro país. Enhorabuena a todos los implicados porque fue maravilloso.

Y de la segunda parte, el concierto en el Echegaray, fue también «otra experiencia», pero de otro tipo, un sinsabor a ratos por la sensación constante de que casi nada parecía funcionar bien. Según la programación, el concierto acabaría a las 23:00 y a esa hora fue el descanso.

La sensación que me dio el concierto, visto desde fuera y sin tener la información suficiente como para formarme una opinión contundente o rotunda, es que faltaban ensayos y que sobraban piezas musicales (o sea, adelgazar el programa).

Por ejemplo, la parte de Pemberton sonó raro, como sin ritmo y a veces sin la fuerza necesaria, y mira que había piezas bestiales, como el tema de All The Money in the World o la fanfarria de la película de animación de Spiderman. Lo de Pemberton, y peor aún, las dos piezas de Yasunori Mitsuda, sonaron flojas y sin chicha en muchos momentos.

Lo mejor, descubrir en concierto la calidad de las composiciones de Arturo Cardelús (o Cardelaus, según a quien preguntes…), Isabel Royán (maravilloso el uso de ese instrumento llamado Handpan y de la solista que lo interpretaba, Elisabeth Iglesias), Paloma Peñarrubia y nuestro Iván Palomares (que puedo decir de Iván, puro corazón, que interpretó uno de los dos momentos más emotivos de ese concierto al recordar sus vivencias dentro del Festival).

Sus músicas, interpretadas para el público allí asistente, fueron todo un descubrimiento para mí, y ya forman parte de mi recuerdo.

Por supuesto, mención aparte para la que muchos creemos fue la pieza mas redonda en cuanto a ejecución, la suite de Cuentos Extraordinarios de Sergio de la Puente (y aquí tuvo lugar el segundo momento emotivo, cuando su director, Raúl García, nos presentó la pieza, un tío entrañable, humilde y con un curriculum vitae que quita el hipo,  sino, mirad la IMDB). Fue una suite muy vistosa y disfrutable para el público allí asistente.

Con todo, con su contras, que los tuvo y mucho (es quizás uno de los conciertos más flojos de todos los que se pudieron escuchar en los 4 años de MOSMA), y que se resumirían en la sensación comentada de menos piezas y quizás más ensayos, queda en el recuerdo el descubrimiento de las músicas de nuestros jóvenes valores, y solo por eso, mereció la pena.

Finalmente, los dos conciertos grandes (ambos en el Teatro Cervantes), donde, como se suele decir, se puso toda la carne en el asador, salieron como tenían que salir, especialmente el del sábado, el de John Debney (acierto el dedicar, por fin, un único concierto a la obra de un compositor para repasar sus títulos, grandes y pequeños).

El del viernes, llamado Retro Mosma (Bicicletas, Mapas del Tesoro y Extratrerrestres) y  Homenaje a Robert Folk, corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica de Málaga, y con Joan Martorell, Óscar Senén y el propio Folk dirigiendo.

Fue un buen concierto, especialmente la segunda parte, donde la orquesta sonó a gloria bendita, con la única pega de que la solista vocal femenina y el solista de vientos étnicos fueron devorados por el sonido de la orquesta (también la brillante saxofonista de Blade Runner sufrió igual suerte en los End Credits, por cierto, buen trabajo de Sergio de la Puente tratando de captar el sonido de Vangelis).

El por qué, lo desconozco, pero fue una pena porque una de las mejores piezas del concierto, la suite de The NeverEnding Story 2 (La Historia Interminable 2), dejó sin efecto la bella voz de la solista femenina, así como al solista de los vientos étnicos.

Salvando eso, Toy Soldiers (Operación Soldados de Juguete) sonó como nunca (a reivindicar desde ya a Robert Folk, por favor) y la divertida suite de Police Academy se vio ambientada por las luces azules de la policía en pleno teatro.

No faltó el tono hispano, épico y romántico de There Be Dragons (Encontrarás Dragones) que emocionó al personal, o la rítmica y divertida suite de Ace Venture: When Nature Calls (Ace Ventura: Operación África), ofreciendo una pieza extra, la que se correspondía con la comedia navideña Trapped in Paradise (mi primer Robert Folk en CD), sonando la bella pieza de los Main Titles y un corte de acción.

En cuanto a la primera parte, se hizo un repaso musical y emotivo de los años 80, donde es de destacar la suite de The Last Starfigther (Starfighter: La Aventura Comienza).

Para quienes pudimos escucharla años atrás en Córdoba de la mano de Craig Safan, volver a hacerlo ahora fue una auténtica pasada, así como rememorar los Main Titles de The Goonies de Dave Grusin, escuchar por primera vez en un concierto el sonido carpenteriano de Big Trouble in Little China o la suite de Gremlins de Jerry Goldsmith (mi Dios).

Solo puedo decir lo de siempre, Gracias, que se quedarían cortas con el concierto del sábado de John Debney, donde asistimos a un evento redondo y espectacular.

Tan solo con las dos piezas de cierre, Cutthroat Island (La Isla de las Cabezas Cortadas) y The Passion of the Christ (La Pasión de Cristo), con John Debney dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Málaga y los Coros de la Catedral de Córdoba (ambos entregados a la causa), fueron un auténtico banquete musical, puro desenfreno, con todo el público levantado, emocionado y ovacionando al compositor de tan bellas y épicas melodías (sí, MAESTRO, lo que tu tocaste si es MÚSICA DE PIRATAS, estoy completamente de acuerdo contigo).

Obviando el clímax final, GRANDIOSO, se hizo un repaso por obras más o menos conocidas pero de gran calidad, desde su famosa Dreamer (Camino Hacia la Victoria) hasta títulos más ligeros y vistosos como Elf, Zathura o Princess Diaries (uno de sus grandes éxitos), sin olvidarnos de la maravillosa melodía de The Ant Bully (como sonó su tema central, maravilloso), la brillante música de la serie The Orville o esa pieza de amor retorcida y son sonoridad de otra época de la película de terror dramática Stonehearts Asylum (basado en un relato de Poe).

Y pos supuesto, no dejó de tocar uno de sus últimos y grandes éxitos recientes, The Jungle Book (la famosa pieza Elephant Waterfall), su clásica Hocus Pocus (El Retorno de la Brujas) o la suite de su videojuego de aventuras Lair, un derroche sinfónico lleno de epicidad y aventuras.

Un SEÑOR CONCIERTO que quedará para los anales del MOSMA en general, y claro indicador del camino a seguir para siguientes años

MOSMA 2019 – Epílogo

Como siempre el domingo es momento de recoger todo y volvernos a la realidad del trabajo y la vida rutinaria del día a día (también para volver a ver a tus seres queridos, como mi pequeña), y mientras haces la maleta de vuelta para irte a la estación de tren en taxi, haces repaso de todo.

Lo mejor, lo peor, la gente, la diversión… y la sensación que en nada, tan sólo doce meses, estarás de vuelta en Málaga, para volver a enrolarte a la causa bandasonera.

Con el recuerdo de la última charla del día anterior, del nuevo sello discográfico FMF Records, iniciativa colaborativa con el sello Quartet Records de Jose Maria Benítez a través de la gente de Movie Score Málaga (con viejos conocidos como David Doncel o Fernando Fernández), cerré el equipaje, deseándoles la mejor de las suertes posibles.

Gracias por todo y hasta el año que viene.