Concierto Nueva Pasión por el Cine de Alberto de Paz

Escrito por , el 16 diciembre 2018 | Publicado en Crónica

Se acaba la temporada cinematográfica y como cada año en AsturScore nos preparamos para echar la vista atrás. Unos años más otros menos, la memoria se nos llena de recuerdos relacionados con películas y bandas sonoras que (con suerte) pueden pasar a formar parte de nuestra propia vida. Sentimientos y emociones, o por el contrario razonamientos más intelectuales nos sirven de pretexto para elegir las mejores bandas sonoras del año.

Póster Nueva Pasión por el CinePero no solo de películas y cedés (y de interminables discusiones virtuales, todo hay que decirlo) vivimos los aficionados a este mundo tan particular. A lo largo del 2018 muchos afortunados han podido disfrutar de numerosos acontecimientos, charlas y conciertos tanto en España como en el extranjero, donde reencontrarse con viejos conocidos y amigos. Éste es el caso del MOSMA malagueño, el consagrado FIMUCITÉ tinerfeño o los innumerables conciertos que han llenado las salas de nuestro país.

En mi caso particular no me puedo contar entre los recurrentes asistentes a dichos acontecimientos. Este año solo he asistido a un evento de estas características: un concierto de cámara benéfico (en favor de la ONG Entreculturas) titulado Nueva Pasión por el Cine, de cuya existencia no tenía conocimiento hasta pocos días antes de su celebración cuando mi hermano me invitó a asistir. Ésta se llevó a cabo en el auditorio del Conservatorio de Córdoba el pasado mes de junio. Y muchos se preguntarán que qué es esto en comparación a un gran concierto, con una orquesta más grande aún, donde incluso podemos encontrar a varios de los compositores presentes. Para mí la respuesta es simple: aunque siempre es mejor no comparar, he de decir que este concierto lo disfruté incluso más que algunos de los grandilocuentes ejemplificados anteriormente.

La razón de dicha respuesta se estructura de forma simple y llana en torno a un sustantivo: sentimiento. El amor por el cine se transformó en música a través de seis (mas dos) manos y tres instrumentos musicales: un piano, un oboe y un violín. Los creadores de tal espectáculo son el pianista cordobés Alberto de Paz (quien a su vez es el director del mismo) y el violinista Antonio Fernández Moreno, los cuales llevan 15 años celebrándolo junto a la oboísta María Fernández Bueno y el técnico para el soporte musico-multimedia Francisco Javier Mesa (quien se encarga de que las imágenes proyectadas en el escenario se amolden meticulosamente al son de la música).

Uno de los grandes aciertos del concierto fue precisamente su programación. Acostumbrado a eventos similares, uno espera encontrarse con bandas sonoras tan archiconocidas y dispares como Star Wars o Piratas del Caribe. Sin embargo, me llevé una grata sorpresa al ver que Alberto de Paz, siempre enfocando el concierto hacia el gran público con bandas sonoras reconocibles por todos, no dejaba en el olvido al cine europeo. Suites de clásicos como La Vida es Bella, Los Chicos del Coro, Cinema Paradiso o La Misión (la cual mayoritariamente es de producción británica) se intercalaron con musicales provenientes del otro lado del charco como West Side Story, Sonrisas y Lágrimas, El Rey León, Mary Poppins o La Bella y la Bestia. La maravillosa Forrest Gump, la cual dio el pistoletazo de inicio al concierto, sería la excepción que confirma la regla al ser la única película americana no musical.

Como se puede ver, un concierto para aficionados y para los que no lo son tanto. Aunque estos últimos reconocerán casi todas las películas, se habrá dejado la puerta abierta a la posibilidad de descubrir músicas y temas con los que no estaban tan familiarizados. Los más mayores disfrutarán con West Side Story y Sonrisas y Lágrimas, pero saldrán del auditorio con una sonrisa tras haber escuchado Los Chicos del Coro o La Bella y la Bestia.

El equipo de Nueva Pasión por el Cine se ha dedicado a recorrer España con este concierto desde que empezaran su andadura allá por el año 2003. Conciertos públicos y privados, con una programación mucho más extensa que la citada anteriormente, han servido como pequeño granito de arena para promover y difundir la pasión por la música de cine entre las nuevas generaciones. Y es que cuando algo se hace desde el conocimiento y el cariño, siempre se acaba ganando.