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Al Salir del Cine: «The Walk»

Escrito por , el 4 marzo 2016 | Publicado en Apuntes

Sobre la Película

Dos años antes de Avatar, Robert Zemeckis ya había irrumpido con un sensacional uso del 3-D en Beowulf. El director norteamericano siempre ha estado a la vanguardia en lo que a efectos especiales se refiere y a incorporar nuevas técnicas que ampliasen el espectro cinematográfico y lo invitasen a ir un paso más allá de lo que habitualmente se va. Así lo ha demostrado en grandes sobras como Regreso al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit? o Forrest Gump. En The Walk vuelve a dar un paso al frente haciendo un magistral uso del 3-D que, esta vez sí, está plenamente integrado en la historia y, por supuesto, más que justificado. La película nos cuenta la increíble historia de Philippe Petit, un funambulista que en un 1974 tuvo la loca idea de tender un cable entre las Torres Gemelas y cruzarlas.

Más allá del prodigioso uso que Zemeckis vuelve a hacer del 3-D la película está apoyada por un ritmo endiablado que cambia a cada instante de escenario y de secuencia, sin que casi nos demos cuenta. El humor es otra de sus señas de identidad y lo que la hace una película bastante dinámica, atractiva y muy fácil de digerir. Más que un drama es una suerte de comedia ligera treméndamente ágil y muy bien avenida en el que además se rinde una dignísimo y bellísimo homenaje a las Torres Gemelas (aquellos fantasmas que desde aquel fatídico 11-S fueron callados en la cinematografía estadounidense vuelven a despertar recordándonos únicamente que eso pasó).

Joseph Gordon-Levitt vuelve a desempeñar un gran papel haciendo de su personaje todo un encantador clown y a la vez decidido y entusiasta soñador. La película peca en ciertos momentos de excesos e histrionismo (llegando incluso a la vergüenza ajena) pero nada desvirtúa el trabajo de este visionario director que se atreve a seguir haciendo cosas con las imágenes y a llenar de vida sus historias.

Sobre la Banda Sonora

Alan Silvestri compone una sólida partitura en lo musical, bastante ecléctica y con variedad temática pero dispersa en su resolución. El principal problema viene dado por la propia secuenciación de la película; Zemeckis mueve continuamente a su protagonista de escenarios otorgando a un alto grado de dinamismo a la película pero a la vez impidiendo que los aspectos más dramáticos se desarrollen y esto también afecta a lo musical.

Sólo en la parte final los temas compuestos por el americano se podrán desarrollar mejor. Parece así pues una música parcheada pasándose de su graciosos y dinámicos cortes de tipo circense (emulando ese espíritu de clown que tiene el protagonista) a los más ambientales, principalmente de corte jazzístico, para recrear sobre todo la época en la que se ambienta la película (éstos son los más destacados).

Luego tenemos el propio tema central para designar al protagonista que lo trata como a un soñador y como alguien capaz de realizar lo irrealizable; a éste tema irá irremediablemente unido el propio tema del desafío, un tema de inmaculada cadencia y emocionante cada vez que suena.

Es, en definitiva, un buen trabajo pero aquejado de una gran cohesión interna.