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Al Salir del Cine: «The Grandmaster»

Escrito por , el 21 enero 2014 | Publicado en Apuntes

Sobre la película….

Parece que Wong Kar-Wai necesitaba hacer una película de este estilo. No me extraña, pues sus señas de identidad cuadran con el aspecto más filosófico e introspectivo que se derivan de las disciplinas de artes marciales, en este caso el kung-fu.

Contemplativo, melancólico, perdiéndose en la etereidad de sus imágenes y de la propia intrahistoria Wong nos ofrece un hermoso y respetuoso recorrido por la vida de una las figuras más insignes del Kung-fú, Ip Man, maestro de Bruce Lee.

Ambientada en la China de los años 30, justo antes de la invasión japonesa de 1936, el director tomará como excusa la vida de este hombre y la de su amor oculto, Gong Er, para adentrarnos en la disciplina y tradición china y, sobre todo, hacer un respetuosísimo y sentido homenaje a todos los maestros de este arte.

No es una película fácil de seguir ni muchos menos de digerir, pues la falta de linealidad de su historia y su afán trascendental y existencialista puede invitar al bostezo a más de uno.

Personalmente, no me importa. Lo único que se le podría reprochar a Wong es precisamente eso, no estar más atento a los personajes y a lo que se nos está contando pero entonces Wong no sería Wong.

Me quedo con la belleza de sus imágenes, con la trascendencia de sus combates, que traspasan el propio cliché para mostrarnos la verdadera esencia y espíritu de la lucha cuerpo  a cuerpo y, sobre todo, con esa desconcertante y subyugante melancolía, como si el paso del tiempo no existiese y únicamente perdurase la esencia. Al fin y al cabo, es lo que somos.

Sobre la banda sonora….

Suerte de experimento para la música. Shigeru Umebayashi, parece contagiarse de lo intangible del conjunto y escribe una partitura igual de etérea, pero sin la suficiente trascendencia o fuerza salvo en su bellísimo y radiante tema de amor.

Esta es una música con una falta de cohesión casi completa y sin un verdadero cuerpo dramático. Es música de acompañamiento, pobremente ejecutada en ocasiones que no habla más de lo que nos están hablando las imágenes.

Al igual que otras pelis de Wong se vuelven a hacer uso de temas preexistentes de otros compositores para darle un mayor matiz al conjunto. Y son precisamente éstos los que finalmente otorgan algo de solidez al conjunto. Estoy hablando de dos temas tan sobresalientes como La Donna Romántica (Come Imparai Ad Amare Le Donne, 1966) de Ennio Morricone o el mismísimo Deborah´s Theme de Erase una vez en América. Decir que su inclusión es desacertada sería incurrir en un error pues le dan a la parte final un poder evocador y trascendencia realmente hermosas pero también me habla de la falta de rigor y coherencia de un trabajo que se me antoja improvisado.