Al Salir del Cine: “Sage femme”
Martin Provost, director francés de sobrado talento en dirigir competentemente a mujeres con fuertes personalidades como quedó demostrado en los biopics Séraphine y Violette, cuenta para su nueva película con la veterana Catherine Frot (Madame Margueritte, La cena de los idiotas) y con la sempiterna y carismática Catherine Deneuve, increíble como siempre, en este sencillo y amable drama con tonos de comedia.
Claire, mujer independiente, decidida, autosuficiente y sin embargo sola, llena sus días con su trabajo como comadrona y viendo fotos antiguas de su padre; Béatrice, mujer del mundo, de las que va de hombre en hombre y vive el día a día sin preocuparse del mañana se encontrará repentinamente con un cáncer. Ambas mujeres se reencuentran años después de que la segunda abandonara al padre de aquella y éste terminara suicidándose. Se gesta así una relación, al principio tensa, en la que ambas encontrarán aquello que precisan sus vidas en ese momento
La película es un drama bien narrado y sutil con el que disfrutar del trabajo de estas dos actrices y donde a los mandos de la música está Grégoire Hetzel, refinado compositor de exquisito gusto por la melodía y apenas conocido en nuestro país pese a contar ya con una importante trayectoria.
El francés firma una sobria y sentida partitura apoyada en un soberbio tema principal para Claire con el que expresa cierto poso de tristeza pero nunca bajo la bandera de la derrota y alentándola a seguir día a día con su rutina. Me llama poderosamente la atención como este tema se utiliza sólo para los momentos en los que ella decide estar voluntariamente sola y no rendir cuentas a nadie pareciendo dignificar e incluso engrandecer ese modo de vida que ella mismo ha elegido.
Por el contrario, nos encontramos con un tema más banal y frívolo, aunque jocoso y divertido, para Béatrice y su particular modo de ganarse la vida. Ambos se funden en un tema absolutamente maravilloso e inspirado para celebrar tal reencuentro y convierte la sólo aparente frivolidad y tristeza de ambos temas en algo festivo, juguetón, alegre y en el que se intuye el mutuo y sincero afecto. Y todo ello bajo el amparo de la mejor tradición de la música melódica francesa.