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Al Salir del Cine: Poltergeist (2015)

Escrito por , el 31 octubre 2015 | Publicado en Apuntes

Está claro que no era necesario hacer un remake de una película tan icónica del cine fantástico y de los 80 como Poltergeist pero, puestos a hacerlo, mejor como lo ha hecho Gil Kenan, sin mancillar el buen nombre y el abolengo que tenía la película de Tobe Hopper.

Este nuevo Poltergeist es una película mucho más concisa, que se recrea menos en la explicación de lo paranormal y que, por tanto, no provoca el grado extrañeza y zozobra en el espectador que provocaba la anterior. Mientras en la película de 1982 nos encontrábamos una envolvente fascinación por lo desconocido el Poltergeist del siglo XXI tiene más claro cuáles son sus objetivos: entretener, más que hacer puro cine de terror (aunque, todo sea dicho, hay escenas verdaderamente inquietantes y un delicioso aroma a épocas pasadas sin subterfugios ni dobles lecturas que la dignifica y, por qué no decirlo, hasta la engrandece).

Los actores saben estar a la altura de las circunstancias y regalan unas interpretaciones lo suficientemente convincentes destacando tímidamente la de la cuasi-debutante Kennedi Clements en el papel que en su día inmortalizó Heather O´Rourke, la siempre solvente Rosemarie DeWitt (Hombres, mujeres y niños), Jared Harris como el médium que va a limpiar la casa (aunque, desde luego, no hace olvidar a la inigualable Zelda Rubinstein) o la del joven Kyle Catlett (El extraordinario viaje de T.S. Spivet) siendo éste el verdadero alma motriz de la peli.

A destacar también un excelente uso del 3D con contados planos bien montados que dan mayor sensación de profundidad a la casa y la convierten más grande de lo que realmente es. Llama la atención la sensacional escena del armario; escena que en la película de Hopper se tocó para mi gusto algo torpemente y no fue lo suficientemente desarrollada y aquí conseguimos ver por fin que es lo que ve la niña dentro de ese armario o, al menos, quiénes le acompañan.

Espléndida también la labor del español Javier Aguirresarobe en la fotografía, con una iluminación de tonos cálidos y acogedores hábilmente puesta en escena que contrastará fuertemente con los tonos más fríos de las escenas en las que los no-muertos que se esconden debajo de la casa cobran vida.

Marc Streitenfeld, responsable de la banda sonora, hace lo que puede y elabora una banda sonora cuyo mayor acierto son sus texturas paranormales, aunque no están construidas sobre una base temática sólida ni resultan lo suficientemente intrusivas para causar verdadera sensación de terror o inquietud. Hay un buen tema principal aplicado a la familia que no deja de estar interconectado con lo paranormal pero el uso en la película es algo torpe y no está bien hilvanado con la música de los poltergeist, percibiéndose más una banda sonora que va a la deriva que algo que algo que tiene un rumbo fijo.

Huelga comparación con el trabajo de Jerry Goldsmith, por supuesto, pues amén de ser aquella la mejor banda sonora que para un servidor se ha construido dentro del fantástico (amén de una de las mejores de la historia) la compostura dramática que como mínimo tenía que haber alcanzado apenas la roza; nunca llega a cimentarse sobre una base lo suficientemente sólida para siquiera destacar o ser tenida en cuenta.

La banda sonora de Streitenfeld cobra si cabe algo de importancia cuando se vuelve algo más percusiva y dota de violencia a los poltergeist pero su desarrollo nunca sigue un patrón fijado y su aplicación se ciñe más a dar cierto relieve a lo paranormal que a darle una verdadera entidad a los sucesos que allí están ocurriendo, resultando finalmente más efectista que efectiva Aún así es un trabajo bastante digno. No es un acompañamiento vacío u hosco y tal vez haya sido lastrado por el afán de concisión de la película pero tampoco resiste el peso de la comparación con su poderosa predecesora, más que nada por su planteamiento.

En resumen, estamos pues ante una película que, aunque no es superior a aquella en la que se basa, sí que aporta algunos elementos paranormales interesantes para acudir a la sala de cine y que todos los que disfrutamos con el fantástico pasemos un buen rato. El argumento básicamente es el mismo (cobrando aquí mayor relevancia la figura del hijo mediano), le falta la fuerza, el gancho y el carisma de aquella (tal vez el excesivo respeto ha llevado a no arriesgar y a construir algo con entidad propia) pero a cambio ofrece un entretenimiento lo suficientemente vistoso para no aburrir.

A favor suyo comentaré que mientras en la película de Hopper había ciertos elementos argumentales algo reiterativos y algún tiempo muerto que otro la forma tan directa que tiene Kenan de conducir la acción y su buen trato del material hace que la película no sea el fraude que muchos esperábamos que fuese a ser. Y, por si fuera poco, tenemos una película en el que el excelente uso de la técnica está completamente al servicio de la película.