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Al Salir del Cine: “Mirror, Mirror”

Escrito por , el 7 abril 2012 | Publicado en Apuntes

Tarsem Singh es hasta la fecha una de los cineastas más prolíficos en cuánto imaginería visual se refiere. Sus escasas películas hasta la fecha siempre se han caracterizado por lo llamativo de sus imágenes, su colorido y su plasticidad a la hora de retratar luchas o peleas. Ya en la reciente Immortals hizo gala de esta cualidad que, por el contrario, se ve descompensada por un paupérrimo, impersonal y a veces hasta anodino tratamiento de la historia.

En “Blancanieves” coge el conocido cuento y pretende darle un tratamiento distinto al que se le ha dado hasta ahora, contando la historia desde el punto de vista de la reina malvada. Aunque, como advertirán los que vean la película, esto es una simple excusa para hacer lo de siempre: es decir, contar la ya consabida historia de “Blancanieves” pero esta vez introduciendo elementos más irónicos y humorísticos que, eso sí, esta vez sí le aportan un ligero toque diferente.

Los actores contribuyen mucho a que esta “nueva versión” resulte realmente entretenida y amena y sea apta para todos los públicos. Tanto Lily Collins, como Armie Hammer y Julia Roberts (sin olvidar al gran Nathan Lane) están cómodos en sus roles y se me antojan los actores adecuados para dar vida a los personajes principales (no tanto los enanos, demasiado sosos y planos).

Aunque carece del poderío visual de las anteriores películas de Singh éste sigue introduciendo elementos originales y trazando ambientes peculiares para hacer de sus películas siempre algo distinto. Véase ese bosque “hasta la copa de nieve”, la lucha de los dos “amantes” en éste (con gracioso tema del compositor como veremos más adelante) o ese peculiar refugio en ninguna parte de la madrastra.

Con todo ello Singh consigue una película que todos los públicos puedan disfrutar: con cierta originalidad y picardía que no llega a ofender a los más pequeños y algo de maldad y lascivia que a más de un adulto le resultará atractiva. Es su punto intermedio dónde encuentra sus mayores logros (más aún si ese era el propósito) y en la carencia de una narración fluida y con personalidad donde, de nuevo, naufraga el cineasta hindú. Eso sí, la dirección de actores y, sobre todo, la puesta en escena llegan a ser notables sin ser la de sus anteriores películas.

El Compositor

No deja de resultar extraño que el compositor elegido para esta aventura sea el popular Alan Menken, conocido por poner música a alguna de las más emblemáticas películas Disney de los últimos 20 años y ganador de varios Oscar. No deja de resultar extraño porque muchos ya aventurábamos que el genial compositor se quedaría para siempre encasillado en el terreno de la animación (en pocas pelis con actores de carne y hueso le hemos visto).  Y menos mal que nos equivocamos. Ya en unas declaraciones que AsturScore publicó comunicó su ilusión por este proyecto.

La Música

Uno de los aspectos que más me llamaron la atención de la música de Menken es su excelente y excelsa musicalidad. Es una música al más puro estilo clásico, con unos temas ampliamente reconocibles, un exquisito trabajo de la incidentalidad, y un dinamismo y una magia que hacen que la película, musicalmente hablando, se asemeje más a una de sus muchas creaciones para Disney que para un cuento con cierta mordacidad.

Es aquí dónde, muy a título personal, el score me descuadra un tanto. Mi primera impresión fue que era una música perfecta para cualquier película de animación en que la inocencia y la ingenuidad navegasen por casa fotograma. No es el caso, pues la película reclama un poquitín más de maldad, madurez y lascivia en su composición.

Aún así es uno de los trabajos más destacados que he escuchado en lo que va de año, y lo es por la forma en la que Menken hace fluir los temas y por la composición en sí. Introduce un bello e inocente tema para Blancanieves como ya podremos advertir en el prólogo, un presto e imponente tema para el príncipe (no exento de cierta ironía, eso sí) que, como el tema de la madrastra y el reino, apenas aparecen en la edición oficial del disco (digo apenas por el escaso protagonismo que cobra en la edición de Realtivity Group), el citado tema de la madrastra (muy oscuro y no demasiado destacable), el también citado» suntuoso y radiante» motivo del reino (aparece nada más empezar el disco) y un bello y pueril tema de amor que sabrá introducir muy adecuadamente en las distintas situaciones en que éste lo pida, y que se convertirá en uno de los principales protagonistas en esta edición de que se me sigue antojando corta de música. Escúchese el citado tema de amor en Breaking the Spell o en el maravilloso epílogo Happy End, lleno de dulzura y de magia.

Como ya pasó en su anterior trabajo Tangled (Enredados, 2010) los temas de acción vuelven a ser un fuerte en las composiciones del americano. Escúchese el original The Training, el pizpireto y enérgico Dueling, en el que el compositor asemejará su composición a un humorístico baile de cariz hispano en el que se mezclarán elementos de acción con notas del tema de amor para la lucha de los dos enamorados en el bosque, adquiriendo un notable y loable tono humorístico o el grandilocuente y trabajadísimo Beast, todo un ejemplo de poderío sinfónico y compenetración con las imágenes en el que, esta vez sí, podremos advertir (aunque sea parceladamente) todos los motivos principales.

Una canción final bastante pegadiza y un tanto cursi y comercial (aunque a un servidor no le desagradó pues su tono casaba con ese espíritu desenfadado del filme) cierra un score casi redondo, de nuevo empañado por no contemplar toda la música que se compuso para el filme (o aunque sea un 80%) aunque, eso sí, contiene los temas más llamativos y resultones.

Los que somos amantes de los scores más clásicos y sinfónicos estamos de enhorabuena. Tiene magia, desparpajo y el buen hacer de un compositor que se mueve como nadie en los terrenos de la magia y la fantasía. Otra banda sonora muy a tener en cuenta en un año en el que estoy percibiendo un punto más de calidad en las composiciones respecto al año pasado a estas alturas: Hugo, War Horse, John Carter y ahora este Mirror, Mirror……dime espejito, ¿qué nos deparará el futuro?