Al Salir del Cine: «Jack Ryan»
Sobre la película…
Adaptarse o morir. Antes eran amenazas químicas o nucleares, ahora es la información la moneda de cambio para contrarrestar el poder de los distintos gobiernos y convertirse en el amo del mundo. Ya conocíamos las andanzas de Jack Ryan en pelis tan notables como La caza del Octubre Rojo o Juego de Patriotas y el cine americano, tan dado a autoglorificarse y a buscar un paladín que enmendé sus propios errores, echa mano del conocido agente de la CIA para enfrentarse a los peligros del siglo XXI.
Para esta revitalización de la saga los estudios americanos ponen al frente a un director de la talla y competencia de Kenneth Branagh, no acostumbrado a estas lides salvo por la sorprendente Thor, y la verdad es que sale bastante bien parado.
La trama aquí es extremadamente compleja y, en ocasiones, muy densa pero Branagh sabe compensarlo con escenas de acción muy bien resueltas y que no chirrían tanto como podría resultar en directores más dados a la parafernalia y el snobismo.
Realmente acertada la elección de Chris Pine como el nuevo Jack Ryan, un actor bastante entregado a sus papeles y que dota de cierto carisma y mucha frescura a sus personajes. Es lo más destacado del reparto junto al propio Branagh y Kevin Costner, que demuestran su veteranía a través de dos personajes que resultan bastante convincentes y solventes: el malo de turno y el encargado de reclutar a Ryan. Keira Knightley es más bien una comparsa a la que no se le saca provecho.
Película, en definitiva, muy rítmica, musculosa, entretenida, bien resuelta aunque del todo intrascendente.
Sobre la banda sonora…
Adaptarse o morir…..de nuevo. Este parece el lema imperante en el cine de acción y en la música que se compone para este género. Y los compositores tienen dos posibilidades: venderse a los supuestos más comerciales o intentar integrar su estilo y su propia concepción musical.
Patrick Doyle, encargado de componer la música, parece querer nadar entre dos aguas y satisfacer a los dos partes, sin salir finalmente victorioso.
En una época en la que la música de acción adolece de un vacío narrativo y creativo alarmante no es de extrañar encontrase con una partitura que sigue los mismos derroteros. Le falta chispa.
Poco hay que comentar de esta banda sonora: es rutinaria, convencional, completamente impersonal y en la que, en ocasiones, se ve el escaso interés del compositor en el trabajo. No se podría entender sino como alguien de la talla y la personalidad de Doyle vuelva a dejarse a arrastrar por los más puros convencionalismos.
Los temas resultan intrascendentes, salvo en su parte final, y menos inspirados. Están completamente diluidos en todo el trabajo sin convertirse en hilos conductores claros. Es una música de puro acompañamiento. Juega a su favor el buen acabado de gran parte de ellos, sobre todo los de acción, así como tímidos intentos de innovar incluyendo la electrónica en algunos como podemos comprobar en Stealing The Data.
Pero dónde Doyle encuentra su inspiración y su fuerza en cuando puede desarrollar libremente su tema central, torpemente esbozado durante la película, en Ryan, Mr. President.
No es el ogro que se nos quiere dibujar, sobre todo porque al lado de algunas partituras del género que se están haciendo tiene cierta enjundia….y ésto es lo más triste.