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Terror
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Si te encantan los trabajos del género de terror currados
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Que no seas amante del género

1408

2007

Comencé a leer gracias a Stephen King. Aún recuerdo cuando compré de chavalote Carrie, en una de esas pequeñas librerías de Gijón. Plaza y Janés, edición de bolsillo, con tapas negras y foto de Sissy Spacek manchada de sangre.

¿Qué podría tener, trece años?. ¿Catorce?. Lo único que sé es que, desde aquel momento, me aficioné definitivamente a la lectura, y especialmente a King, de quien me compraba todos sus libros, devorándolos uno tras otro (de los pocos que no me he leído todavía es It, pero ya caerá), y gracias al cual accedí, poco a poco, a otros autores (H.G Wells, John Le Carre, Arthur C. Clarke, Clive Barker, Bram Stoker,…).

Y la misma fascinación que me produce el sencillo estilo narrativo de King (que te mantiene aferrado al libro durante toda la novela), también me lo suelen producir las películas que adaptan sus obras, donde nos encontramos auténticas obras maestras como Cadena Perpetua, Carrie, La Zona Muerta, Misery o La Niebla (The Mist).

De su estilo me apasiona su capacidad para asustarme con las pequeñas historias, pinceladas de terror en un reducido número de páginas, que consigue aterrorizarte tanto o más que con sus historias más largas, donde a veces me he encontrado alguna desilusión, como la decepcionante El Juego de Gerald.

Este verano del 2010 decidí comenzar a leer Todo Es Eventual, una colección de historias cortas de terror y fantástico. Hay historias de todo tipo: cotidianas fantásticas, con humor negro, extrañas fábulas o cuentos de horror, e historias de terror puras y duras, las que realmente adoro de Stephen King.

Quizás me quedaría con cinco historias como resumen del libro, de entre las cuales dos serían las que se llevarían la palma. Por un lado tenemos Todo es Eventual (típica historia de King sobre facultades paranormales, al estilo Ojos de Fuego o Carrie), Montado en la Bala (su primera novela corta electrónica, un éxito en la web) y Las Hermanas Eluria (una historia corta relacionada con La Torre Oscura que está situada durante la primera novela), una inquietante historia difícil de definir, pero realmente terrorífica.

Pero las dos que se llevan la palma, de largo, son la terrorífica El Virus de la Carretera Viaja hacia el Norte, una historia de horror pura y dura, que va in crescendo hasta alcanzar un clímax final espeluznante, y la genial 1408, la típica historia de terror sobre habitaciones y hoteles encantados, donde la descripción del interior de la habitación es uno de los mejores tratados de terror narrativos de King que he leído en tiempo.

Leída 1408, decidí que era el momento de ver la película (suelo tener la manía de leerme las historias de King y ver luego sus adaptaciones), eligiendo Halloween como el mejor escenario (simple casualidad).

Además, los alicientes eran muchos y variados, especialmente Gabriel Yared en el apartado musical y los geniales John Cusak y Samuel L. Jackson en el reparto.

Tenía la sensación de que nada me defraudaría, y que disfrutaría enormemente del espectáculo visual, musical e interpretativo que tendría lugar. Y, efectivamente, así fue.

Gabriel Yared… ¿en una de Terror?

Si hay algo con lo que es fácil asociar al genial compositor libanés es con la melodía. Es un excepcional creador de motivos y un excelente compositor en el terreno de lo dramático y lo romántico, sin olvidarnos de la comedia, donde también ha demostrado su valía, con algunas incursiones en el género épico e histórico, con genialidades como Cold Mountain o su espectacular trabajo rechazado para Troy.

Pero ver a Yared en una de terror es difícil de imaginar, y no porque no sea capaz, sino porque no estás acostumbrado, y prueba de ello es su filmografía, en la cual se observa la ausencia de este tipo de trabajos desde que comenzó su carrera, hace años ya.

Es por ello que es muy chocante verlo metido en faena en este tipo de menesteres, pero lo más increíble, prueba de su inmenso talento, no es verlo salir indemne, es ver como convierte su música en un elemento narrativo más de la película, dándole vida a la habitación 1408, y estableciendo su partitura como uno de los mejores trabajos de terror fantástico de los últimos años.

Con oficio, y siguiendo los cánones del género, Yared construye una esotérica, ambiental y opresiva partitura, con explosiones contenidas de terror, y todo tipo de sonoridades que parecen dar vida a la entidad demoníaca (o lo que sea) que vive en la 1408.

En definitiva, recoge la llave de la 1408 en el casillero de Yared, y adéntrate en la habitación más terrorífica que hayas visto en tiempo, donde nadie ha sobrevivido más de una hora. Pasen y vean…

¿Qué te vas a encontrar?

Una magistral composición de terror y fantasía, con texturas musicales inquietante y de gran tensión, un manual de lo que debe ser una partitura de horror.

Elementos orquestales, que evocan o sugieren el misterio y lo fantasmagórico, como el piano, el arpa y los violines, con aparición de bases y ritmos electrónicos que generan elementos perturbadores, todo ello conjugado para dar vida a la 1408.

No obstante, entre tanta opresión hay un pequeño rayo de luz, una melodía con tonos dramáticos y melancólicos para Katie, la hija fallecida del protagonista. Es el toque Yared, un motivo que nos acerca más a lo que habitualmente conocemos del autor francés, y que supone un pequeño oasis melódico dentro de un score tenso e inquietante.

En definitiva, una partitura sólida y compacta, sin fisuras, que trabaja magistralmente dentro de la película, y que proporciona un excelente y perturbador acompañamiento nocturno para el aficionado a la música de cine.

Para el que escribe, 1408 ha pasado a ser una de las mejores bandas sonoras de terror de los últimos años, y de largo. ¿Para cuando la próxima?.

1408 – Adaptación del universo King

El problema de las historias cortas, cuando las llevas a largos, es saberles sacar el jugo para estirarlas sin que apenas se note. Así te puedes encontrar con cosas que se quedan a medio camino, como el relato Graveyard Shift, cuya película, La Fosa Común, se quedó a medio camino, con equilibrio de aciertos y desaciertos, o Children of the Corn, para algunos un horror, para otros una buena y entretenida película (como es mi caso).

1408 es una historia corta, pero precisa como el filo de un bisturí, con una pequeña parte en el inicio de la historia donde King prepara el terreno, una especie de carta de presentación del horror que se avecina ante la inconsciencia del protagonista.

Un escritor, Mike Enslin (un gran John Cusak), autor de libros que versan sobre casas encantadas y similares, decide pasar la noche en la habitación 1408 del Hotel Dolphin, donde al parecer han fallecido un buen puñado de personas durante varias décadas (suicidios de todos los tipos, desde cortarse las venas o pegarse un tiro, hasta arrojarse al vacío). Todos ellos apenas duraron la hora en sus respectivos aposentos, por lo que la dirección ha decidido cerrar la habitación y no alquilarla.

Incrédulo ante todo tipo de historias (la experiencia así se lo ha confirmado), cree que será una noche más para ahondar en su nuevo libro, y una mueca más en su largo expediente de investigaciones paranormales carentes de componentes sobrenaturales.

Gerald Olin (un recuperado Samuel L. Jackson), dueño del hotel, le invitará a su oficina y allí tratará de disuadirlo de sus intenciones, pero Mike cree firmemente que se trata de un montaje del hotel para incrementar sus reservas, por lo que decide seguir adelante.

John Cusack descubre que la 1408 no sólo es una habitación

No obstante, un dato resulta algo inquietante incluso para Mike: el número de muertes naturales no publicadas en los periódicos que han tenido lugar, alrededor de treinta. Aunque, finalmente, decide subir a la 1408, pese a las advertencias de Olin.

Grabadora en mano, Mike atraviesa la 1408 y todo comienza a ir a peor, alterándose los cuadros, los colores, los mensajes escritos, el olor, la iluminación, voces…

Al principio cree que todo es un montaje, pero según transcurre la noche comienza a darse cuenta de que quizás Olin no exageraba, sino todo lo contrario: se quedaba corto.

Hasta aquí la historia y libro coinciden perfectamente, pero, evidentemente, un relato de 39 hojas no da para mucho salvo que sepas exprimir la idea, y Mikael Hafström, el director de la aclamada Evil y el thriller Derailed (Sin Control), logra mantener la atención del espectador durante los cien minutos que dura la película, donde el excelente prólogo, previo a la entrada de la 1408, da paso a un carrusel de terroríficas visiones fantasmagóricas y demoníacas realmente inquietantes.

Para poder alargar la historia, se introduce un elemento dramático que ayuda en la narración de la historia, una hija que Mike ha visto morir de una  grave enfermedad, lo cual destrozó su matrimonio, un excelente recurso narrativo que ayudará a generar situaciones bastante perturbadoras, especialmente el fantástico final, epílogo donde con escuchar simplemente lo que oye en pantalla nos recorre un respingo por el cuerpo, terrorífica prueba del infierno que vive en la 1408.

De igual forma, la estancia de Mike es mucho más corta que en la película, pero eso no supone un problema alguno (se utiliza un recurso narrativo: ningún habitante de la 1408 ha llegado a pasar nunca de la hora).

También se juega con el papel de los fantasmas de las víctimas, recreando suicidios, o flahsbacks del pasado de Mike (elementos narrativos para anticipar acontecimientos), mientras que en el libro no hay fantasmas, sino una habitación que no es más que una trampa mortal, que conforme pasa el tiempo se va degradando hasta mostrar la naturaleza depredadora y mortal de la extraña entidad demoníaca que convive en la 1408, lo cual es realmente aterrador, en especial la descripción final.

Por último, destacar las dos versiones existentes de la película. La estrenada en el cine dura 99 minutos, mientras que la versión que ha llegado a los video clubs y a la venta incluye una Director’s Cut, donde el director añade trece minutos, alcanzando una duración de 112 minutos.

El director añade un recuerdo de Mike con su padre, extiende escenas, y lo más importante, cambia completamente el final, alejándolo de la historia de King, y acercándolo a una historia de terror con un genial desenlace, pero con algún elemento típico (aunque resultón). Personalmente, y de lejos, prefiero el final original, el de King. La escena final, lo último de la película, es un desarme completo, provocando zozobra y malestar, una situación muy perturbadora.

En definitiva, un excelente ejercicio de terror y fantástico, que te mantiene pegado a la butaca durante su metraje, proporcionando divertimento y tensión, con unos F/X realmente espectaculares, una excelente dirección y un gran John Cusak

Música para la 1408 – Intro

10 Haunted Hotels es toda una declaración de intenciones; música oscura y densa, como una niebla que te va engullendo, asfixiándote suavemente.

Una trompa (Horn) se eleva de forma poderosa y siniestra, sumándose los violines, hasta qué, finalmente, el sonido de un arpa trata de disipar la tensión, en un denso prólogo musical al más puro estilo Herrmann. Escuchar tema →

Posteriormente, unas notas de piano van abriendo algo la niebla, pero es un espejismo; los violines, con la aparición del piano en la parte final y algún que otro efecto electrónico realmente inquietante (una especie de goteo) vuelven a traernos la niebla.

La llegada de Enslin al Dolphin (The Hotel Dolphin) es otro anticipo de la línea musical del score. Un sonido atmosférico y esotérico flota en el ambiente, a través de una maravillosa paleta musical electrónica.

Hay sonoridades algo esotéricas, con toques fantasmagóricas (incluyendo un arpa que genera tonalidades de inquietud), y donde irrumpirá el germen de lo que será el motivo de la 1408: las notas del clave (una especie de clavicordio), que le otorga un toque distinguido (como de otra época) y misterioso para el secreto que oculta la habitación 1408 del Dolphin.
Un solo de violín refuerza la situación de misterio y suspense (casi fantasmal), apoyado sobre un lecho de cuerdas, consiguiendo transmitir cierto desasosiego.

Éste es el tono del score, alternándose tonos oscuros y tensos, bastante inquietantes por momentos, con elementos de suspense y connotaciones fantasmagóricas, reflejando perfectamente el maravilloso trabajo de Gabriel Yared, quien ha puesto toda la carne en el asador, a través de su oficio y gran calidad, para sorprender a propios y extraños.

Bienvenidos a la 1408 – Una Hora de Vida

Room 1408 es la espina dorsal del score, el tema que establece el caudal compositivo de Yared.

La primera distorsión de la 1408, cuando Mike comienza a experimentar que quizás si esté pasando algo raro en la habitación, es acompañado de un magistral ritmo o zumbido electrónico, una especie de motivo pulsante que avanza inexorable mientras en pantalla vemos como un reloj se activa, cuyo contador comienza a ir hacia atrás desde el minuto 60, el tiempo que le queda de vida a Mike.

Acto seguido, Yared nos arroja el motivo de la 1408. El clave y el arpa esbozan un motivo barroco, que transmite sensación de tiempo pasado, manteniendo una tensión ambiental, añadiéndose, posteriormente, unos violines, a través de lo que se conoce como spiccato, una técnica utilizada para los instrumentos de cuerda, y que añade algo más de tensión, consistente en que el arco se desplaza por la cuerda haciendo pequeños saltos sobre ésta.

Yared añade reverb al sonido del clave, con lo que refuerza esa sensación como de lejanía o de pasado (la reverberación aleja el sonido del clave, a modo de eco).

En cuanto a la combinación del clave y el arpa, llama la atención como construye esa tensión ambiental mientras añada una sonoridad de tiempos pasados, como de ambiente antiguo, mediante dos instrumentos de cuerdas pinzadas.

Durante el desarrollo del tema, Yared introduce el ruido o sonido de cosas que crujen o crepitan, algo así como el sentir o palpitar de la 1408, de algo que se mueve, de algo que se oculta en ese habitáculo donde el espacio y el tiempo no tienen cabida.

A lo largo de casi ocho minutos, Yared construye una pieza compacta y muy sugerente, donde encontramos algún sobresalto en la segunda parte del corte, coincidiendo con las visiones que tienen lugar en la habitación.

La 1408 Cobra Vida

La primera agresión que recibe Mike (un extraño deforme armado martillo en mano), recogido en The Doppelganger, tiene asociado un ritmo electrónico violento y agresivo, tras el cual vuelve la inquietud y el suspense, con sugerentes sintetizadores, y el sonido de una especie de brisa o viento atmosférico (casi una voz distorsionada), con explosiones orquestales realmente terroríficos, muy atonal.

El motivo más perceptible o material sería el asociado a Katie (Katie’s Theme), construido sobre un bellísimo y melancólico piano, donde los violines envuelven la tristeza de las notas, que se corresponde con las escenas donde vemos a la fallecida hija de Mike, un flashback con el que la 1408 tortura a su inquilino.

Ship in Painting y Sinking Ship, el corte seis y el corte doce, hacen referencia a los inquietantes cuadros de la pared, que parecen cobrar vida, en especial el de un barco navegando por un mar tranquilo, que termina desembocando en tormenta, y donde Yared construye un ritmo que emula la tormenta que sacude al cuadro y a la habitación, donde emergen unos coros, con los violines y los vientos construyendo un poderoso motivo musical, casi al compás de las olas que arremeten contra el barco, y que azotan, de forma invisible, a la 1408. Escuchar tema →

En el corte doce nos encontramos con la verdadera tormenta, tanto musical como visual, donde Yared construye un ritmo ostinato de violines, que hace una especie de vaivén, siendo la base sobre la que trompetas y trombones suenan poderosamente para emular la tormenta, reforzados sobre glissandos de arpa y violines (subidas y bajas musicales que dan la sensación de caos y de agitación).

Los coros hacen acto de presencia durante el corte para magnificar la tormenta desatada, reforzando al motivo de una fuerza descomunal, hasta que el agua inunda toda la habitación, y vemos hundirse al barco y a Mike, donde Yared introduce un sintetizador ambiental (pad) muy esotérico y ambiental.

Bleeding Walls abre con texturas electrónicas inquietantes y rítmicas, mientras Mike ve como las paredes de la 1408 se van agrietando, emanando y fluyendo sangre. El zumbido electrónico como de goteo vuelve, con otras sonoridades realmente perturbadoras, que acompañan la degeneración y degradación de la habitación.

El sonido de crepitación retorna, una forma de dar vida musicalmente al terror que envuelve a la 1408, mientras las cuerdas vuelven a apretar y generar zozobra, momento que se disuelve momentáneamente cuando regresa el sugerente motivo del piano, con ese sonido rítmico como de reloj minutero, emulando el transcurrir del tiempo (esa eterna y peligrosa hora de vida para Mike).

Tratando de Huir

La apertura del corte ocho (Out on a Ledge) es magistral, con un ritmo electrónico, acompañado del sonido de las cuerdas, que va construyendo un motivo vibrante (casi un ritmo de acción), que alcanza más potencia cuando se añaden los trombones.

Todo ello se corresponde con el intento de Mike por huir de la 1408 a través de la repisa exterior que recorre el hotel, tratando de alcanzar la ventana de otra habitación contigua, descubriendo que no hay más ventanas que la suya, en una escena propia de pesadilla.

La certeza del horror es musicada con una pequeña explosión orquestal muy efectista, mientras que el retorno de Mike a la 1408 es envuelto por un halo de misterio con sonoridades esotéricas y ambientales, aderezado de la electrónica, y reutilizando, de nuevo, un recurso para emular el discurrir del tiempo, ese fantasmagórico reloj minutero.
Mike’s Fugue es narrado con las cuerdas, viniéndome a la memoria como Morricone usaba los violines para generar zozobra en The Thing, apretándote y provocando desesperación en el oyente (y especialmente al pobre Mike). Es un excepcional corte que narra la impotencia del personaje, superado por la situación, con un potente crescendo musical realmente dramático.

Una de las escenas más inquietantes, la secuencia de los canales de ventilación (Inside the Vent), proporciona a Yared una llave para lucirse con un tema realmente inquietante, y no exento de ritmos de acción para la huida de Mike.

En su recorrido se topa con un cadáver lleno de polvo y bastante descompuesto. La música mantiene un ritmo de suspense perfectamente sostenido, provocando desasosiego en Mike, quien no sabe por donde tirar.

Cuando el cadáver vuelve a la vida, Yared recupera ese sonido de crepitación, y nos ofrece un pasaje de acción a través de sintetizadores y la orquesta, en cuya parte final encontramos un piano y todo tipo de recursos electrónicos (como violines sintetizadores o ritmos pulsantes) para establecer un ritmo frenético de huida.

De vuelta a la habitación, Mike abre el minibar para tomarse una bebida y se encuentra con que al otro lado del minibar hay una mini habitación desde donde está el gerente del hotel, un pequeño Gerald Olin, con quien tiene una breve y surrealista conversación.

Tras una inquietante apertura, Yared nos ofrece el motivo de la 1408, primero sobre las cuerdas, potenciando el elemento dramático, especialmente cuando desdobla el sonido de los violines (una sección mantiene un ritmo de base, mientras la otra hace avanzar el tema).

Cuando desaparecen las cuerdas, toma el relevo el clave y el arpa, con ese spiccato de violines, para establecer el barroco y fantasmal tema de la 1408, con la aparición del sonido de crepitación retorna en la parte final.

El corte trece es un pequeño oasis de tranquilidad, Walking Up in LA, donde se produce una pequeña trasgresión de la realidad en la 1408, un momento de sueño/no sueño, de realidad frente a ficción, donde Yared nos ofrece un delicado motivo, con el sonido del cello acompañado del piano, una versión melancólica del motivo de Katie, acompañando las escenas de Mike y su mujer.

Poco dura la tranquilidad, viniéndose todo abajo en Back to 1408, donde musical y visualmente vemos derrumbarse la realidad de Mike. La música es potente y poderosa, recuperando, de alguna forma, un motivo similar al de la tormenta para el cuadro del barco, irrumpiendo de una forma violenta y agresiva.

El tema de la tormenta se utiliza como un nexo de unión entre la pequeña fuga mental de Mike y el regreso a la 1408, una especie de motivo que representa el regreso al horror del hotel Dolphin.

Coda Final de la 1408

Don’t You Love Me Anymore? es un delicado y dramático corte para la escena en la que recibe la visita de su hija Katie en la 1408, ilustrando el chantaje psicológico al que le somete la habitación, que sigue atenazando y torturando a Mike.

Fire! es el clímax final de la película. En la primera parte del corte encontramos la resolución de la película, donde una aparente tranquilidad inicial se ve sacudida por un arranque musical realmente poderoso, que da paso al motivo de Katie a través del cello, acompañado de violines, que recargan y refuerzan la melodía, donde irrumpen el sonido de campanas.

Todo ello da paso a un poderoso coda final, de gran intensidad dramática, donde la orquesta hace una rendición del motivo de Katie para el clímax final.

La parte final del corte sería el epílogo de la película, el añadido, una brillante escena a modo de cierre que pone un broche inquietante a la realidad, y donde Yared recupere el sonido de la 1408, esa maldita crepitación.

Conclusiones

El resultado final del score es magnífico y espléndido, algo que no deja de sorprenderme, más que nada por no estar habituado a ver a Yared metido en faena en el género del terror y el horror.

Pero visto lo visto, habría que tratar de sacarle más partido y jugo a este gran compositor, y plantearse darle más juego dentro del género, porque los resultados son muy superiores a la media de compositores habituales que se dedican a componer partituras funcionales, que muchas veces no llegan ni a la corrección, que ya es el mínimo exigible.

¿Para cuando la próxima?

Epílogo

Se hallaba en una cueva medio derretida y descompuesta de curvaturas e inclinaciones alucinantes. La puerta del dormitorio se había transformado en la puerta de una cámara sepulcral. A su izquierda, donde antes estuviera el cuadro de la fruta, la pared se abomba hacia él, reventando en largas grietas en forma de bocas y dando paso a un mundo del que algo se aproximaba. Mike Enslin oía su aliento líquido, ávido, y olía algo vivo y peligroso, algo parecido a la casa de los felinos en el…”

1408

  1. "10 Haunted Hotels” (03:04)
  2. The Dolphin Hotel (01:45)
  3. Room 1408 (07:45)
  4. The Doppelganger (02:10)
  5. Katie's Theme (02:48)
  6. Ship in a Painting (01:39)
  7. Bleeding Walls (04:59)
  8. Out on a Ledge (05:25)
  9. Mike’s Fugue (02:43)
  10. Inside the Vent (04:11)
  11. Olin in the Minibar (05:50)
  12. Sinking Ship (03:11)
  13. Waking up in LA (01:56)
  14. Back to 1408 (01:50)
  15. “Don’t You Love Me Anymore?” (02:21)
  16. Fire! (04:43)
Duración total: 56:19
Compositor: Gabriel Yared
Sello: Varèse Sarabande Records
Formato: CD, Descarga digital
Fecha de lanzamiento 3 de Julio de 2007
1408