Ti West probablemente sea uno de los directores del género del terror más interesantes que campan por el universo cinematográfico actual, dejándolo patente con su guiño melancólico a los 70-80 en la sanguinolienta y sensual X (2022).
A ello contribuyen, acertadamente, la combinación del compositor Tyler Bates y la cantante y compositora Chelsea Wolfe, un tándem que ha resultado funcionar a las mil maravillas para darle ese toque sensual y perturbador que necesitaba la película.
X – La película
En X encontramos muchos referentes y homenajes que, para aquellos que somos amantes y nostálgicos del terror de toda la vida, nos ha supuesto un pequeño oasis de placer; pero ojo, no todo vale, hay que saber hacerlo bien, y ahí Ti West ha demostrado saber agitar bien la coctelera. Así que Mini-Punto para el.
El argumento nos remonta a espacios conocidos como el de The Texas Chain Saw Massacre (La Matanza de Texas, 1974) de Tobe Hooper, con un grupo de jóvenes viajando en camioneta por las carreteras de la América profunda de 1979, es decir, del Sur (en este caso Texas). Aquí, la diferencia, es que buscan rodar una película porno que lo pete en circuito doméstico (en el por entonces la emergente pequeña pantalla). Diversión, fama y dinero, tres variables que deberían funcionar bien.
Este lado del porno (la sexualidad más concretamente) es explotado argumentalmente y con interesantes puntos de vista (la dualidad de la juventud-decrepitud del doble papel de Mia Goth como Maxine y Perla, que permite establecer curiosas e interesantes reflexiones y comparaciones). En su tratamiento visual para el propio rodaje de la película (incluso en la refrescante ligereza de las interacciones del equipo de rodaje), Ti West se aproxima al Boogie Nights (1998) del genial Paul Thomas Anderson como simple referencia (un guiño al metacine, cine dentro del cine) y por la época en la que transcurre la historia.
Tenemos guiños y homenajes de varias películas del género como la saga de Friday the 13th, Psycho (Psicosis, 1960) o Alligator (La Bestia Bajo el Asfalto, 1980), destacando en pantalla algunas excelentes escenas como el fantástico plano aéreo del caimán en pos de Maxine (una de las más bellas e inquietantes escenas del género rodadas en muchos años), o incluso alguna influencia de aquella rara aunque interesante película de terror Eaten Alive (Trampa Mortal, 1976), también de Tobe Hooper, con un psicópata y caimanes de protagonistas, todo muy sureño también.
Todo tiene un sabor cercano y conocido, pero nunca es rancio, sino que su sabor es fresco y delicioso por el oficio, cariño y atrevimiento puntual en varias escenas de la película con el que Ti West ha impregnado cada uno de sus fotogramas. No es un clásico instantáneo (o quizás si, el tiempo dirá si queda como una película de referencia), pero si que quedará como una película de terror muy interesante, que creo envejecerá muy bien y que ganará adeptos, como su precuela, Pearl (Perla, 2022), estrenada pocos meses después, donde nos cuentan la historia de la adorable «viejecita» de X durante su juventud.
X – Chelsea Wolfe entra en acción
Aunque West había forjado una relación muy estrecha con el compositor Jeff Grace desde su primer largometraje en 2005 con The Roost (El cobertizo), y donde más adelante podemos incluir trabajos para el género tan interesantes como The House of the Devil (La casa del diablo, 2009) y la muy recomendable The Innkeepers (Los huéspedes, 2011), el director americano decidió contar con Bates, allá por 2013, en The Sacrament, un ejercicio de terror en torno a las sectas y el fanatismo religioso.
Esta no sería una única colaboración con Bates ya que sus caminos volverían a coincidir (en paralelo, eso sí) con la serie de The Exorcist (2016), curiosamente el mismo año en que West cambio de registro cinematográfico ofreciendo el western In a Valley of Violence (El valle de la venganza) y que además supone la última colaboración hasta la fecha con Grace, ya que ahora se han vuelto a juntar en 2022 con Bates en X.
Para este proyecto, ambos se reunieron y enfocaron el tono de la partitura, donde el director buscaba un sonido diferente a la tendencia habitual en el género, algo nuevo y sugerente. El compositor le sugirió a Chelsea Wolfe, con quien había colaborado en Dark Nights: Death Metal – Sonic Metalverse : Ep7 A Slap in the Face (2021)
Tyler le pasó a Ti varios trabajos de Chelsea y el lío terminó de montarse en el buen sentido, convirtiéndose en un seguidor instantáneo de la cantante. Y el resto… el resto lo tienes aquí debajo (y también en esta excelente entrevista de Randall D. Larson a Tyler Bates).
X – Apetitos Sexuales Atemporales
No es una banda sonora que destaque por sus leitmotivs, de hecho ni tan siquiera tiene uno en el sentido más puro o estricto de la palabra, pero Tyler y Chelsea, siguiendo indicaciones del director, han dado con el tono musical de la partitura, donde predominan las texturas musicales atonales y de terror moderno (muy habituales en trabajos del propio compositor o de otros compañeros del género).
La diferencia aquí estriba en que han buscado un contraste musical que le dé un tono distinto y diferente, uno que se basa principalmente en el uso de una voz femenina, buscando un contraste entre lo sensual y lo inquietante o perturbador.
Ese recurso musical, que podría considerarse como el tema central de X, lo encontramos recogido ya en el primer corte de esta edición digital, My God, un tema que abre la película, mientras vemos en pantalla a la policía llegando a una casa donde contemplamos sangre, signos de violencia y, evidentemente, cadáveres (algunos fuera de plano, otros tapados).
La línea musical de fondo es misteriosa e inquietante, pero la aparición de la voz femenina, entre el susurro y el gemido, le da un toque que va desde lo sensual a lo perturbador. Esa voz que oímos al principio del corte sirve para unir dos escenas, la primera de ellas la visión fuera de cámara de algo aterrador por parte del Sheriff y su ayudante en el sótano de la casa a la que acuden, y la segunda (un día antes) a nuestra joven protagonista metiéndose una raya, quien esta a punto de ponerse manos a la obra para viajar, junto con el resto del grupo de rodaje, rumbo a una granja de Texas.
Director y compositores establecen, pues, relaciones visuales y musicales entre la joven y emergente estrella porno Maxine y la anciana Perla, dos mujeres que rezuman sexualidad por sus poros, siendo esta la razón de los atroces crímenes que acometen Perla y su anciano marido, Howard, alias «acañozalimpio disparo mi escopeta».
Ese mismo tono musical con el que abre la película también nos lo encontramos en el cierre, a través del corte Bring Our Daughters Home, breve tema que sigue esa misma línea musical y que ofrece una pequeña e interesante revelación.
De principio a fin de la película, la voz femenina es utilizada a lo largo de éste y a través de varios registros, que van desde lo sensual y misterioso hasta lo perturbador. No obstante, la partitura podría decirse que tiene dos líneas o etapas musicales que encuentran su ecuador en Nice Girl, donde la joven Lorraine, ayudante de cámara y novia del director, decide probarse en el porno (uno de los personajes mejor perfilados del guión, francamente interesantes sus reflexiones y la interpretación de la chica).
Pese a que la tensión y lo siniestro y macabro dominan la partitura, hasta Nice Girl es más una partitura que sugiere o insinúa, donde el rodaje porno se lleva el tono musical más positivo de la película, con música diegética muy de la época, estupendamente recreada por Tyler Bates, especialmente en el corte Fucking Finally, el primer polvo que ruedan nuestros protagonistas.
También nos encontramos pasajes musicales menos dinámicos pero de tono funky o rock-pop setentero en Pumping Gas o Use Your Telephone, o incluso tendentes a la tensión (anticipando) como en Dolls o especialmente en Nice Girl, que marca el cambio radical de la partitura hacia música de horror sin subterfugios ni insinuaciones, punto de inflexión musical y visual de la película.
En cuanto al uso de la voz, destacar que el compositor la ha utilizado como un elemento musical más, incluso como percusión o efecto de sonido, mezclada con la habitual paleta musical de terror o tensión del compositor, llegando a distorsionarla como un efecto musical más, como el inquietante Dolls.
Pero lo que da realmente brillo a la partitura es la voz de Chelsea Wolfe, quien hace suya una mítica canción popular de primeros de siglos, Oui Oui Marie, que es utilizada para el personaje de Perla, destacando su sexualidad (un apetito voraz y sin limites) y su enfermiza relación con Howard. Esa canción suena no pocas veces en la película y de múltiples maneras.
La tenemos presente ya en el primerizo corte Maxine Meets Pearl, diluida pero presente, pero donde coge realmente protagonismo es en el corte Headlights, el primer crimen de la película, realmente salvaje y muy bien rodado. Tras el asesinato del director por parte de Perla, frente a los focos delanteros de la furgoneta y en plena noche, la anciana ejecuta un pequeño baile, casi en un modo sensual rayando lo senil y demencial, embadurnada de la sangre de su víctima.
Aquí la música de los compositores inunda la escena y le da ese tono macabro y demencial que requiere el momento, mutando la canción setentera que emana de la furgoneta encendida, y dondee Chelsea canta unas líneas de la canción con el sonido de un piano que suena casi desafinado, lo que provoca un efecto donde lo vintage y lo clásico se juntan con lo siniestro y grotesco, perfecto acompañamiento para las imágenes.
Pero será en la resolución final, el clímax de la película, donde escucharemos la canción en todo su esplendor, en un modo más rítmico, en clave 70’s, donde la voz de Chelsea Wolfe suena en todo su esplendor, con efectos de eco, con fuerza y energía, acompañada del sonido de la guitarra acústica.
Y es que Oui Oui Marie juega un papel fundamental por su simbología; esta canción popular, que data de 1918, esta compuesta por Fred Fisher, y habla de un joven soldado que llama Johny que se ha enamorado de una chica francesa llamada Marie, con el inconveniente de no saber hablar francés… En la película se establece una relación entre la canción y Perla y su marido Howard, hablando de que el se fue a la Gran Guerra (la Primera) y que ella era una joven y hermosa chica bailarina, que esperó por su hombre.
Y como dice la canción :
Poor Johnny’s heart
Went pitty-pitty-pat
Somewhere in sunny France
He met a girl by chance
With a naughty, naughty glance
She looked just like a kitty kitty cat
She loved to dance and play
Though he learned no French when he left the trench
He knew well enough to say, he knew well enough to say
Oui, oui Marie
Will you do this for me? Oui, oui Marie
And I’ll do that for you, I love your eyes
They make me feel so swoony, you’ll drive me loony
You’re teasing me
Perla ha envejecido, pero no sus apetitos sexuales, que permanecen insaciables con el paso de los años, unos que su marido Howard difícilmente puede satisfacer (como podemos escuchar en el desasosegante We Talked About This), pero que otras víctimas si han podido, como la inquietante escena que presencia Lorraine cuando baja al sótano (el tenso y siniestro The Cellar).
Porque Perla, como la joven francesa de la canción, y como Maxine (quien tiene en la anciana un espejo donde mirarse), una vez fue joven (I Was Young Once), y todo se acaba terminando, absolutamente todo. Nada queda, aunque el amor de Perla y Howard esté por encima del bien y del mal, dispuestos a llevarse a quien haga falta por delante. Placer y dolor, sudor y sangre… todos se dan la mano en X, de la mano de Tim West y con Tyler Bates y Chelsea Wolfe como hilos conductores.
Destacar, finalmente, un breve pero inquietante y sugerente tema asignado a Perla que funciona como una canción de cuna, Pearl’s Lullaby, compuesta para acompañar a ese aparentemente carácter afable que debería despertar una anciana como ella, pero que es tan peligrosa como la trampa de la tela de araña de ELLA del Señor de los Anillos. Es un tema breve pero altamente reseñable, que cumple perfectamente su función, y que sigue ese tono aparentemente afable pero tremendamente perturbador de la partitura.
Conclusión
X es una estupenda película de terror, una rodada con mucho cariño y mimo por Tim West, quien sabe sacarla rédito en los tiempos que corren para ofrecer un producto moderno con sabor a clásico, equilibrado en todas sus parcelas, y que no solo se devora fácilmente, sino que probablemente se quede en el género como una de las películas de referencia en los últimos diez años
No es perfecta ni es una obra maestra, pero está muy bien rodada y narrada, y no es poco. Y además, sus compositores, acompañados de un puñado de fantásticas canciones de la época (con formaciones como Fletwood Mac, Robert Palmer o Blue Oyster Cult con su fantástica Don’t Fear the Ripper), le han dado el contrapunto dramático o rítmico que necesitaba.
Cine de calidad y una composición efectiva y eficaz, que brilla cuando Tyler y Chelsea unen sus fuerzas.
X
- My God (02:10)
- Maxine Meets Pearl (01:19)
- Theda (02:36)
- Pearl's Lullaby (01:31)
- Fucking Finally (01:14)
- Pearl's Rapture (01:20)
- Dolls (03:00)
- Pumping Gas (00:20)
- Our Secret (3:08)
- Use Your Telephone (0:52)
- We Talked About This (2:07)
- Nice Girl (1:34)
- Headlights (4:21)
- Sorry to Disturb You (2:38)
- The Cellar (1:06)
- What is it Baby? (1:13)
- I Was Young Once (3:05)
- Tell Me I’m Special (3:59)
- Maxine Grabs the Gun (4:11)
- Oui Oui Marie (Chelsea Wolfe) (6:15)
- Bring Our Daughters Home (1:00)