Cuatro años después de Warlock (1989), película que se convirtió en una de esas pequeñas piezas maestras de la serie B de los 80, al director Anthony Hickox se le presenta la oportunidad de continuar las fechorías de este malvado brujo.
Este desconocido director británico, que proviene de una familia de cineastas, es el hijo mayor del director Douglas Hickox (Zulu Dawn, 1979) y la editora de cine Anne V. Coates (ganadora del oscar por Lawrence of Arabia, 1962). Anthony se caracteriza por tener un estilo visual único (al utilizar a menudo un doble enfoque hacia la persona).
Su filmografía se centra prácticamente en el cine de terror con trabajos como Waxwork (1988, su opera prima), Hellraiser III (1992), Full Eclipse (1993) o en el thriller con The Contamineid Man (2000).
En esta ocasión Warlock (interpretado de nuevo por Julian Sands), siguiendo las órdenes de Satanás, es enviado a la tierra con el objetivo de conseguir seis runas que están custodiadas por una pequeña secta de druidas californianos. Para evitar que el malvado brujo se haga con ellas, dos inocentes jóvenes serán instruidos para convertirse en los guerreros que tengan que destruir a Warlock y así impedir la unión de las mismas, ya que ese hecho propiciara un eclipse de Sol y el renacer del señor de las tinieblas, ocasionando el Día del Juicio en la tierra.
A pesar de ser un producto de videoclub y bastante inferior a su antecesora (las segundas partes casi nunca fueron buenas) Hickox intenta ofrecer una película original, que resulta entretenida y con una mayor dosis de gore. A pesar de todos estos elementos, lo que realmente destaca es la increíble partitura que compuso un joven compositor llamado Mark Mckenzie.
Mark Mckenzie
Antes de empezar a componer Mckenzie se había labrado una importante reputación como orquestador de nombres tan importantes como Jerry Goldsmith, James Horner, Basil Poledouris, Danny Elfman, Alan Silvestri, John Williams,… atesorando una gran experiencia que queda bien reflejada en sus obras. Gracias a este aprendizaje se ha convertido en uno de esos compositores a los que hay que atender en cada nuevo trabajo que ofrece (son pocos pero muy mimados).
Hasta la fecha Mckenzie solo había compuesto la partitura, para la película de terror, Son of Darkness: To Die For II (1991), en la cual apuesta por el uso de una orquesta y que quizás resulta lo más reseñable de este film. Posiblemente por la calidad que muestra en su opera prima, en la cual evidencia un claro talento melódico, su segunda oferta de trabajo haya sido Warlock II (otra película del mismo género), donde Mckenzie vuelve a presentarnos un producto de gran categoría (muy superior al que nos tienen acostumbrados este tipo de películas).
El Score
A la hora de afrontar el reto de componer la música, Mckenzie no se fija en el trabajo ofrecido anteriormente por Jerry Goldsmith (evita el uso de cualquier tema y estilo) y prefiere darle un tono más satánico (con la ayuda de los coros) y de fantasía o aventuras con el uso de la orquesta.
Concebida para ser tocada por una gran orquesta (al final solo pudo contar con una de tamaño razonable), McKenzie estructura la base del score con dos temas que definen perfectamente ‘El mal’ (que quiere apoderarse de mundo) y ‘Las fuerzas del bien’ (que quieren evitar a toda costa el Armagedon).
Para el tema del mal, que esta representado en la figura de Warlock, escuchamos una oscura melodía que, mediante el uso de los coros y la orquesta, recrea la sensación de estar ante una misa satánica. Esta gótica melodía la escuchamos prácticamente en la totalidad del CD, como en Birth of the Warlock que corresponde a las escena en la cual Warlock es traído al mundo actual (donde la orquesta va creciendo hasta ensalzar su tema) o mientras mata (de las formas más dantescas posibles) a cada uno de los propietarios de las runas para conseguir la llegada al mundo de su amo (Party Crasher).
El papel de las runas es considerado por Mckenzie como un elemento importante en la historia, por lo que compone un tema para ellas, que encontramos a mitad del tema May I Help You Sir? (y también en otros momentos del CD) donde consigue una melodía mágica, haciendo que las cuerdas y los vientos vayan in crescendo.
El otro tema, que representa el bien, hace referencia a los druidas y para ello (mediante el uso de las cuerdas y vientos) construye una melodía que sorprende por su lirismo y calidad (con ciertos aires a John Williams)
Este precioso tema es usado para el joven Ken (Ken´s Magic) y donde la melodía suena de una forma muy suave, o a modo de fanfarria heroica, para el momento en que avanza su aprendizaje con facultades síquicas que le permitan luchar contra Warlock, y prefiere darle un aire más melancólico, en el tema Samantha becomes a Warrior, cuando ella decide ayudar a Ken, siendo estos cortes de lo mejorcito del CD.
Aunque lógicamente estos dos temas son la base de la película, Mckenzie también compone una preciosa melodía donde resalta la atracción que sienten ambos jóvenes, (se enamoran), por lo que, para recrear ese emoción, compone un tema muy lírico, de bella factura a base de cuerdas (Samantha and Ken’s Love).
La confrontación final es ineludible y, para este desenlace, ahora se juntan los temas del bien y del mal, en el corte Warlock Gathers the Stones, donde la melodía del protagonista es más heroica y la del brujo se torna más oscura, alcanzado el clímax final en Armageddon Averted, donde vuelve a ensalzar el tema de amor de nuestros héroes.
Para finalizar el CD, Mckenzie nos regala, a modo de suite, toda la esencia musical escuchada a lo largo del score en el corte A Warlock Fantasia. Escuchar tema →
Conclusión
Dados los inconvenientes que tuvo que pasar Mckenzie en el proceso de creación, al tener un presupuesto muy ajustado (tuvo que improvisar un estudio de grabación y ello se nota en la calidad del sonido en algunos momentos), el resultado final es muy elogiable y de igual calidad al ofrecido por Goldsmith (en la primera entrega).
Un CD de recomendable compra (aunque no sea fácil adquirirlo), editado por la casa Intrada y que con casi 40 minutos de duración recoge, prácticamente en su totalidad, la música que escucharemos durante la película.
Por suerte para el coleccionista, esta colaboración entre Intrada y el compositor, ha ayudado a que el sello americano se animase a seguir editando en CD casi todos sus trabajos, en los que podemos destacar la joya que compuso para la televisión Durango (1999) o una de sus mejores scores hasta la fecha The Disappearance of Garcia Lorca (1997).
Letra de Cánticos
Dies irae dies illa – El día de la ira, ese día
solvet saeclum in favilla – los siglos se reducirán a cenizas
quantus tremor est futurus – cuanto terror en el futuro
Tremens factus sum ego – Estoy temblando y siento miedo
et timeo dum discussio venerit – ante la destrucción que se avecina
Calamitatis et miseriae – Desgracia y miserias
dies magna et amara valde – día grande y muy amargo
Warlock: The Armageddon
- The Battle Has Just Begun (4:57 )
- Swimming (2:09)
- Birth of the Warlock (3:16)
- Ken's Magic (3:13)
- May I Help You Sir? (3:35)
- Give Me the Stones (2:33)
- Samantha and Ken's Love (2:10)
- Party Crasher (2:25)
- Samantha Becomes a Warrior (2:34)
- Ken's New Life (4:09)
- Warlock Gathers the Stones (2:16)
- Armageddon Averted (3:21)
- A Warlock Fantasia (4:03)