Análisis
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Género
Bélico, Drama, Épico, Steven Spielberg
Lo mejor
Todo, obra maestra redonda, con un sinfín de temas melódicos a cada cual más bello y un tema de acción para no moverse del sitio en días.
Lo peor
Que no gane el Oscar. Pero para eso están los que saben, que le han dado el premio de la crítica internacional, el premio que North si hubiera ganado, y Goldsmith más de una vez.

War Horse

2011

John Williams y Steven Spielberg se han reunido una vez más, y ya van casi 40 años haciéndolo, para hacer un tipo de cine ya nada en boga, el que únicamente pretende contar grandes historias. War Horse es además la segunda ocasión en que los aficionados tenemos ocasión de escuchar un nuevo score de Williams para Spielberg en 2011, como ya sucediera en 2005 con War of the Worlds y Munich. Y como en aquella ocasión, el compositor recibe dos nominaciones al Oscar en el mismo año, ya que además de War Horse opta al premio por The Adventures of Tintin: The Secret of the Unicorn, y cualquiera de las dos merece el Oscar.

Sin embargo, War Horse cuenta con más opciones por dos razones. La primera que se trata de una cinta nominada también a mejor película, y la segunda que se trata de uno de esos scores tremendamente conmovedores de los que no es fácil desprenderse una vez la película o la escucha de la banda sonora han concluido. War Horse es, sin lugar a dudas, una de las mejores músicas para cine del año, pero también nos ha devuelto al John Williams de las grandes melodías rutilantes, para este drama épico en el que la primera guerra mundial se interpone entre la amistad de un joven y su caballo, en la Inglaterra de principios del siglo XX.

Como ya sucediera con Tintin unos meses antes, War Horse supone además, y en cierto sentido, un campo nuevo que explorar para el octogenario compositor. Si con las aventuras del rubio reportero Williams recibía su primera oportunidad de poner música a una película de animación, War Horse le da la oportunidad de componer para una película protagonizada por un animal, con la consiguiente dosis de semántica que eso otorga a cada nota, al convertirse el lenguaje del pentagrama en el único posible en hablar por el protagonista.

Es una magnifica ocasión que ya explotaron con estupendos resultados compositores como Phillipe Sarde (El Oso), John Barry (Born Free), Danny Elfman (Black Beauty), y especialmente el gran Basil Poledouris (Free Willy, Amanda y Lassie), al que este tipo de cintas le venían como anillo al dedo por su capacidad melódica y su innata destreza para transformar en notas musicales la grandeza, a la vez que inocencia, de la naturaleza y sus pobladores.

La música de War Horse

John Williams centra su score en cuatro temas melódicos principales, a cada cual más bello y conmovedor. Todos ellos tienen su raíz en el mundo que se le presenta al espectador al comienzo de la película, y que a medida que avanza el metraje se verá comprometido por la amenaza de la guerra. El primero en hacer su aparición es el dedicado a la campiña inglesa, a la naturaleza en todo su esplendor, y  al hogar. Es una de esas largas y bien estructuradas melodías a las que tanto nos tiene acostumbrado Williams, y por si solo ya serviría para llenar un compacto de música salpicándolo con su belleza.

Sin embargo, el norteamericano no se detiene ahí, y además de reflejar el mundo en el que nacen los dos protagonistas, el animal y el humano, opta por dedicar el segundo tema a Joey, el caballo, ya desde su nacimiento, concediéndole además un marcado carácter folk, que derivará a medida que avanza la partitura en diversas y emocionantes rendiciones orquestales.

A continuación, el tercer tema central, y quizá el más importante, aunque también el que asocia una idea más sencilla, es el de la relación de amistad que une a Joey y Albert Narracott. En su vínculo inquebrantable reside el verdadero corazón de la película y la historia que Spielberg nos quiere contar. La posibilidad, por remota que sea, de que no existan explicaciones y si el impulso irrefrenable de recuperar la compañía anhelada.

Por último, existe un cuarto tema melódico, que aunque apuntado con anterioridad, no cobrará verdadero protagonismo hasta el final, y es de nuevo exquisito.

Entre medias, un sinfín de aventuras y avatares que pondrán en serio peligro ese posible reencuentro entre Joey y Albert, y que Williams adereza con diversos registro de música, desde la comedia, para la pareja más tronchante del film, el padre de Albert, y su oca, hasta la agresividad de los metales y los ritmos de percusión en las escenas de batalla, que tienen en varios motivos secundarios asociados a la guerra, a la trompeta como protagonista, en contraposición con la flauta que se nos presenta al comienzo del film.

Desde el esplendor musical de las verdes tierras de Dartmoor, hasta las grises trincheras del norte de Europa, Williams conduce con su maestría una historia que de verdad merece la pena, y que ofrece una visión diferente de la guerra, en la que los protagonistas son los animales, los niños, los abuelos y hasta los hombres, pero no los soldados.

Los temas de War Horse

Dartmoor, 1912

Una flauta solista establece el tono apacible que acompaña la hierba y el viento de la Gran Bretaña, con su toque tradicional y a la vez folclórico, antes de que el tema del hogar aparezca por vez primera, sujeto por las cuerdas, y solo interrumpido de nuevo por la flauta. Cuando la cámara se detiene en el nacimiento del caballo protagonista, surge entonces como naturaleza salvaje el tema de Joey, alegre y hermoso, con cuerda, viento madera y finalmente viento metal. La sola presencia de la imagen y la música durante varios minutos hacen de la primera escena de la película una auténtica delicia para los aficionados a la música de cine.

The Auction

En la escena en la que el tozudo granjero Narracott (interpretado por Peter Mullan), puja por un caballo de pura sangre en lugar de uno de labranza, Williams ofrece las principales pinceladas de una música casi anclada en lo “irish”, que recuerda a muchas de las notas que conformaban su genial partitura para Far and Away (Un horizonte muy lejano, 1992), una de las grandes influencias de War Horse en su primera parte.

Bringing Joey Home, and Bonding

El corte comienza con las primeras notas de la parte cómica de la partitura, asociadas tanto al personaje de Peter Mullan, para después dejar paso, de forma mucho más satisfactoria, a la primera rendición del tema de la amistad entre el caballo y Albert, con varias interpolaciones del tema de Joey, y de la aparición mística de la flauta solista, y un pasaje con viento madera de bella factura para reflejar la nobleza de los dos protagonistas. Cuando sobrepasan tres minutos del corte, y surge el tema de la amistad, solo puede decirse que se hace el silencio, más allá de lo escrito por Williams.

Learning the call

La escena en que Albert enseña a Joey a prestarle atención con una llamada de búhos nos ofrece una nueva rendición del tema de la amistad entre los protagonistas, así como nuevas y vivaces rendiciones del tema de Joey, e incluso del folklórico tema del hogar.

Seeding, and Horse vs. Car

El corte comienza con una breve inclusión del tema de Dartmoor, para dar lugar a un reflexivo pasaje para el lucimiento de la flauta, que pronto se ve interrumpido por el lejano sonido de la trompeta, que funciona en contraposición con el primero, para fijar la diferencia entre la apacible vida en el campo y la guerra que se avecina. Finalmente, el tema de Joey vuelve a sonar con total libertad en una brillante rendición orquestal donde ganan peso los metales.

Plowing

La escena en que el joven y el caballo tratan de sembrar la tierra ante la atenta mirada de los vecinos de Dartmoor tiene su reflejo musical en una versión del tema de Joey bajo el pesado yugo de la cuerda, que pulsa un ritmo lento y decadente, con la ayuda de los metales. El heroicismo de los protagonistas elevará tanto el tema de Joey como el de la amistad a satisfactorias cotas de emoción, a medida que avanza el corte, gracias a continuos in crescendos, con ayuda de la percusión. La rendición, hacia el final, del tema de la amistad, con metales y la cuerda marcando el ritmo es grandiosa, de trailer, y desemboca en la mejor interpretación del tema del caballo, en un momento, de nuevo, de esos de pelos de punta, antes de que la flauta cierre la pieza en tono místico.

Ruined Crop, and going to war

Este corte marca la transición entre el fin de la primera parte de la película, que tiene en la campiña inglesa su escenario, y los avatares de la guerra que le esperan al caballo protagonista. Comienza por la decepcionante destrucción de la cosecha que tanto había costado plantar, con Williams apoyando el drama con las cuerdas, justo antes de que el score se vuelva mucho más grave, con clarinetes y también cuerdas, anticipando el cambio. Habrá, eso sí, tiempo para la despedida, y una última rendición antes del viaje al continente, del tema de la amistad, que se verá interrumpido por el motivo que Williams asocia a la guerra, y que aparece hacia el final de este corte, ejecutado por la trompeta de Tim Morrison, y un leve apoyo de los redobles de tambor. Estos dos serán los dos nuevos protagonistas de la banda sonora en adelante.

The charge and capture

La trompeta ya se ha apoderado del score, en la escena en que los ingleses cargan con su caballería contra un campamento alemán. Una escena en la que Williams se ayuda de un poderoso ritmo marcado por el redoble de tambor, y el sonido atonal de las trompetas y otros metales. El corte finaliza con un lánguido pero hermoso pasaje para viento metal, cuando los alemanes capturan al caballo.

The desertion

En manos alemanas, pero con Spielberg queriendo hacernos ver la gran cantidad de perdedores que deja una guerra, en uno y otro bando, Williams relata el paso de Joey bajo las piernas de dos jóvenes hermanos alemanes con, de nuevo, una música violenta, con violines trémulos, metales accidentados, y percusión para marcar el ritmo.

Joey´s new friends

Cuando el caballo es abandonado en una granja en Francia, y recogido por una chica y su abuelo, la luz vuelve a la partitura por unos minutos, de nuevo con la flauta como elemento principal, al comienzo, y luego por la cuerda e incluso por trombones que describen la inocencia de la joven francesa y su apego al caballo. La instrumentación y su uso recuerdan en este momento al trabajo de Williams para Artificial Intelligence. Y quizá también a la escritura inocente que tantas, y tantas veces el compositor norteamericano ha podido emplear en imágenes protagonizadas por niños.

Pulling the cannon

De nuevo bajo el manto sucio y gris de la guerra, Joey y el otro caballo que lo acompaña, Topthorn, se ven forzados a tirar de un cañón alemán. Tras un pasaje de cuerda inicial, resonará el motivo de la guerra, con la trompeta solista, antes de que las cuerdas recuperen la tensión de la escena, introduciendo un oscuro de metales y percusión de todo tipo, muy cercano al tipo de música de acción, aunque con un ritmo más pausado, al que nos tiene acostumbrado Williams.

The death of Topthorn

Un breve motivo de cuerda que ya había sido apuntado en el pasaje anterior surge de nuevo aquí para describir el final de la aventura para el caballo negro que acompaña a Joey durante buena parte del metraje, y al que ayuda en no pocas ocasiones, humanizando sobremanera al equino.

No Man´s Land

La Guerra se cierne sobre Joey, hasta el punto de que lo atrapa. Y es en esos momento cuando el noble animal saca la fuerza que le resta para dar una última muestra de su valentía y ofrecer al espectador una de esas poéticas imágenes que tanto gustan a Spielberg, con el caballo saltando sobre las trincheras de la primera guerra mundial como si lo hiciera sobre ramas de árboles en las lomas de del condado de Devon, para acabar atrapado por los alambres que salpican lo que en la película se conoce como tierra de nadie, entre los dos bandos. Para Williams, es la ocasión de ofrecer el momento álgido de la partitura en lo que a música de acción y heroica se refiere. En este sentido, los metales, y los redobles, hacen de esta pieza uno de los mejores cortes del año a todos los niveles. Es imposible no excitarse escuchando tal despliegue de sinfonismo. Un Williams épico, como pocas veces se ha escuchado. Tan enérgico, que cuesta creer que lo haya dirigido un hombre de 80 años. Maravilloso.

The Reunion

El comienzo de esta pieza es lo que Spielberg emplearía en el trailer de la película. O sea, un pedazo de música perfecto, en el que los metales y las cuerdas ofrecen un momento de sublime belleza para el reencuentro de los dos amigos, por su puesto, con el tema que para ambos Williams tejió al comienzo de la aventura como elemento fundamental. El uso de la trompa, ese instrumento que tanto ha dignificado el norteamericano, añade toda emoción posible a la escena. Y para rizar el rizo, Williams realiza la cuadratura del círculo con un último motivo de enorme sensibilidad que hace de esta pieza uno de los momentos más inolvidables del año para los aficionados a la música de cine.

Remembering Emilie, and Finale

El corte comienza de nuevo con el tema de la amistad entre Joey y Albert, dejando paso a la flauta que había sido utilizada para las escenas en la granja francesa, y derivando finalmente en una hermosa rendición en piano del tema introducido al final del corte anterior, para el regreso a casa de los protagonistas. Este, el cuarto tema principal por derecho propio, adquiere aquí una hermosa rendición, antes de que el tema de la amistad recupere su protagonismo, en alternancia con el tema de la guerra, que cierra la película, y el código genético de Joey y Albert.

The Homecoming

Los títulos de crédito finales, con rendiciones orquestales de los temas de Dartmoor, pero sobre todo de Joey.

Es personal

War Horse es uno de los mejores scores del año, sino el mejor. Desde luego para todos aquellos que entiendan el cine y su música como el lenguaje más idóneo para contar grandes historias, no podrán resistirse a la obra maestra que John Williams ha hecho de la última cinta de Spielberg. Una de las mejores partituras de una extensa carrera, donde se agolpan las grandes obras.

Dice Spielberg en el libreto del CD editado por Sony Classical al respecto de la música compuesta por Williams para la ocasión: “No estoy seguro de que puedo darle a John a cambio, más que la promesa de que llegarán más películas, durante tantos años como ambos podamos imaginar”. Que más se le puede dar a John Williams que unas imágenes tan bellas sobre las que componer como las de War Horse, pero sobre todo, que el profundo respeto y admiración que el director siente por su compositor.

War Horse

  1. Dartmoor, 1912 (03:35)
  2. The Auction (03:34)
  3. Bringing Joey Home And Bonding (04:42)
  4. Learning The Call (03:20)
  5. Seeding And Horse Vs. Car (03:33)
  6. Plowing (05:10)
  7. Ruined Crop And Going To War (03:29)
  8. The Charge And Capture (03:21)
  9. The Desertion (02:33)
  10. Joey’s New Friends (03:30)
  11. Pulling The Cannon (04:11)
  12. The Death Of Topthorn (02:45)
  13. No Man’s Land (04:35)
  14. The Reunion (03:55)
  15. Remembering Emilie And Finale (05:07)
  16. The Homecoming (08:06)
Duración total: 65:26 minutos
Compositor: John Williams
Sello: Sony Classical
Formato: CD, Descarga digital
Fecha de lanzamiento 21 de Noviembre de 2011
War Horse