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The Social Network


Compositores: Trent Reznor & Atticus Ross.

Año: 2010.

Cómprala: si te gusta la música electrónica, los discos conceptuales, etc.

Lo Peor: si te gustan las bandas sonoras, esto no es música de cine solo porque aparezca en una película.

NUESTRA NOTA

Cada nuevo proyecto de David Fincher se espera con ansiedad por parte de muchos de nosotros que estamos acostumbrados al buen hacer de este director americano. Cuando se supo que iba a adaptar un libro sobre el creador de Facebook en La Red Social, muchos pensaron ¿qué pinta Fincher haciendo una película biográfica? Pero yo sabía que a pesar de las apariencias, el director de Seven (1995), Alien 3 (1992), El Club de la Lucha (1999) o Zodiac (2007), director de recordados videos musicales en los ’80 y formado en la factoría de efectos especiales de ILM, no pretendía hacer un simple biopic. Nada en la carrera de David Fincher te da a entender que su siguiente película va a ser simple, sino que sugiere que su olfato le lleva siempre tras historias interesantes que contar.

¿Qué te vas a encontrar?


Un buen disco de los que podríamos llamar conceptual, con sonidos electrónicos entre ambientales y orgánicos (en palabras de sus creadores), donde cada tema trata de captar el tono emocional adecuado de cada escena.
Eso sí, como banda sonora es más que atípica, no solo por la instrumentación completamente electrónica donde predominan bases repetitivas, sonidos distorsionados y una monotonía casi constante, sino porque podría adaptarse cada tema a su escena, sin tener en cuenta la duración, los diálogos, la acción, etc. Cada tema es como la forma músical del tono dramático de cada escena, pero sin aportar nada más. Algo así como decir que el cielo es azul, pero olvidarse del color de las nubes cuando los rayos del sol se reflejan en ellas o cómo el viento les va dando formas extrañas.

Con el libro de 2009 de Ben Mezrich (autor también del libro en el que se basaba 21: Blackjack (2008)) titulado Multimillonarios por accidente, director y productores acudieron a Aaron Sorkin, uno de los guionistas más destacados de Los Ángeles y creador de El Ala Oeste de la Casa Blanca (1999-2006). Sorkin es bien conocido por sus diálogos con un ritmo frenético de líneas memorables y a veces largos monólogos sin desperdicio donde saca lo mejor de los actores como el de Yo soy Dios de Alec Baldwin en Malicia (1993) o el duelo verbal sobre La Verdad entre Jack Nicholson y Tom Cruise en Algunos hombres buenos (1992), donde adaptó su propia obra teatral homónima del año 89. Pero es sobre todo por la extraordinaria serie sobre los entresijos de la Casa Blanca por lo que es querido y apreciado entre sus colegas, y donde se reconoce su estilo.

Así es como supimos que en las manos más que capaces de Fincher, y en las líneas de Sorkin, veríamos una película que a todas luces iba a sembrar polémica, dada la historia real del creador de Facebook, Mark Zuckerberg y su relación con sus socios fundadores de la red social más famosa. Lo cierto es que como cronista de hechos verídicos, Mezrich no ha resultado ser muy honesto. En sus libros sobre estudiantes del MIT que echan abajo las bancas de los casinos, se ha demostrado que la mayoría de lo que cuenta es pura ficción. Con este precedente, uno no sabe como tomar el libro del que parte Aaron Sorkin como inspiración para su magnífico guión. Lo incuestionable es que el libro fue en su día aprobado por el propio Zuckerberg, aunque más bien debería decirse que fue tolerado al no ponerle trabas. El hecho de que su reacción a la película no haya sido positiva no dice nada a favor o en contra de la realidad de los hechos que cuenta, solo que no se siente cómodo con la imágen que de él se da, incluso cuando la película claramente deja en manos del espectador cualquier clase de juicio. De todas formas ya está poniendo los medios para que se escriba otro libro sobre el mismo tema, esta vez con pleno acceso a su persona y suponemos que así suavizará un poco la idea que sobre él ha dejado la película en el imaginario colectivo.

Dado que he dicho que no se trata de un biopic, voy a dar por supuesto que estamos ante una ficción inspirada en hechos reales. En ese caso la película no habla de personas sino de personajes, y los personajes fuertes y bien construidos son la mejor baza de un guión. Pero para estar a la altura de semejante maravilla de adaptación, es necesario un buen casting, y en este caso una buena dirección de actores. Puede que en ese sentido estemos ante el mejor trabajo de dirección de David Fincher hasta la fecha, lo cual esta siendo ampliamente reconocido. La Red Social puede presumir de una galería de jóvenes actores que están a la altura de la historia, en el sentido de que es difícil imaginarse otras caras que no sean las suyas, una vez terminada la película. Jesse Eisenberg como Zuckerberg logra transmitir constantemente una ansiedad con solo su mirada y su cuerpo, propia de una mente inquieta, insatisfecha e inconformista, que es lo que resume a su personaje. Andrew Garfield como Eduardo Saverin es finalmente la imágen del traicionado, algo que sabemos casi desde que comienza el film, pero que los constantes flashbacks en que se cuenta la historia nos permiten ver como evoluciona, como en el fondo se va dejando traicionar. Justin Timberlake (sí, el cantante) tiene el pequeño pero decisivo papel de Sean Parker, fundador de Napster, vividor, vendedor, una pequeña fuerza de la naturaleza de internet que se cruza en la vida de los protagonistas y es como un terremoto. La verdad es que está muy bien. Y por último Armie Hammer que interpreta gracias a la magia inesperadamente perfecta de los efectos visuales a los gemelos Winklevoss. Y sale más que airoso de semejante tarea, la de dar vida y diferenciar sutilmente a dos personajes que son idénticos. Se ve que David Fincher siempre quiere echar mano de las artes de su antiguo oficio en ILM, y en este caso la tecnología usada y la forma en que se utiliza son absolutamente necesarias, con lo que sirve para contar la historia sin que se sepa que se están usando efectos especiales, lo cual los hace si cabe aún más increíbles. No sabía nada de todo esto al ver la película y debo decir que tanto actor como efectos fueron tan convincentes que al terminar tuve que echar mano de internet para comprobar si había truco o no.

Seguramente podría seguir un buen rato contando las virtudes de diversos aspectos de la película, pero entonces sería como querer escapar de un triste deber autoimpuesto cuando uno escribe sobre bandas sonoras, que no es otro que la obligación de comentar algo que me disgusta, por una vez. Pero antes…

… dos músicos, un disco …


Trent Reznor es la cabeza visible y en realidad único componente oficial de la banda norteamericana de rock industrial Nine Inch Nails, desde su fundación en 1988. Calificado como uno de los músicos más influyentes y vitales de su generación, cuenta con una larga lista de trabajos y éxitos, que no le han impedido seguir probando cosas nuevas con el paso de los años, aunque mantiene a NIN como su banda principal, cambiando su formación para cada nuevo proyecto. Así es como llegó a sus manos La Red Social, cuando David Fincher le pidió expresamente que hiciese la música. En principio se negó, alegando que no se trataba de un proyecto interesante para él, no en vano nunca había participado en la banda sonora de una película. Pero tras la negativa, leyó el guión y sorprendentemente Fincher aún esperaba una segunda llamada suya, en la que diría que sí.

Atticus Ross sí es un conocido del mundo de las bandas sonoras. Como compositor recientemente debutó en El libro de Eli (2010), pero sus comienzos se remontan a la televisión en el año 2004 junto a su mujer Claudia y su hermano Leopold, también colaboradores en El libro de Eli, banda sonora reconocida con un BMI Film Music Award. Compositor, programador, ingeniero de sonido, y productor su relación con Reznor viene de participar en los cuatro últimos discos de NIN, del que actualmente forma parte a pesar de haber fundado una banda propia 12 Rounds junto a su mujer la cantante Claudia Sarne, algunos de cuyos trabajos han sido producidos por el propio Reznor. La colaboración Reznor-Ross es por tanto una constante desde hace años, y tiene visos de continuar en el futuro no solo en los albumes de estudio de sus respectivas bandas, sino por de pronto en la inminente nueva película de David Fincher, que será la adaptación norteamericana de la primera parte de la trilogía Millenium, que se llamará The Girl with the Dragon Tatoo.
En lo que se refiere a La Red Social, tiene mucho que ver con sus colaboraciones en NIN. De hecho el cuádruple álbum Ghosts I-IV viene a ser como el origen espiritual de esta banda sonora, en la que se repiten los mismos sonidos electrónicos oscuros, e incluso se llegan a incluir dos remakes de dos temas del álbum, Magnetic y A Familiar Taste que son revisiones de los temas 14 y 35. Editada por el sello independiente del propio Reznor (que hace tiempo que no trabaja bajo contrato con ninguna discográfica) The Null Corporation, la banda sonora fue viendo la luz meses antes de su estreno, cuando Ross publicó en internet una primera versión de Hand Covers Bruise, abriendo un encontrado debate donde las críticas calificaban el tema de pieza maestra o de ruido inservible, sin término medio.
La distribución digital es ya un clásico en los trabajos de Reznor, y la banda sonora no fue una excepción. Antes del estreno de la película se ofreció de forma gratuíta una versión pequeñita de tan solo 5 temas, descargable a través de la página de NullCo y de iTunes. La versión completa de 19 temas se puede conseguir de la misma forma en 4 formatos diferentes:

  • descarga en mp3 calidad 320, FLAC o Apple Lossless.
  • CD digipack.
  • BlueRay digipack en estéreo y sonido Surround 5.1.
  • doble Vinilo.

Todas las versiones físicas de la música incluyen la posibilidad de descargar todos los temas de forma gratuíta a través de la web en uno de los tres formatos posibles, como copia de seguridad. También hay que decir que ninguno de los precios (desde los 5$ a los 25$) resulta caro en comparación con lo que se paga normalmente por CDs físicos o descargas de bandas sonoras completas a través de internet. Muchos tendrían que tomar nota de músicos como estos, que no tienen miedo a compartir su música desde los comienzos y las primeras ideas de un disco, o de ofrecer una parte significativa de forma gratuíta y además todas las facilidades en las descargas. Lo dicho..

… ¿una Banda Sonora?


En el mundo de las Bandas Sonoras todas las discusiones terminan siempre en un punto en que dos bandos se enfrentan por la cuestión de si la música de cine debe ser un arte que en su génesis se ajuste a los momentos e imágenes de la película en cuestión o puede ir por libre y adaptarse posteriormente a las secuencias, claro está con la complicidad del director. No hay vencedores ni vencidos en este duelo. No es mejor ni peor una forma de entender la creación de la música de una película, que la otra. Hay ejemplos patrios de compositores que escriben la música a partir del guión y luego la adaptan a las secuencias de la película ya rodada, con un incuestionable buen hacer, como el adorable Carles Cases. No es la forma más extendida de trabajar, pero seguro que es la más reconfortante para un músico.
En el caso del trabajo de Trent Reznor y Atticus Ross, se puede decir que han llevado esta poco común forma de componer al extremo, creando una banda sonora ajustada al tono de la película pero en ningún momento a sus secuencias. Se ha escrito mucho sobre este tema desde el estreno de la película y la salida a la venta de la edición regular de la música, y en mi opinión la mayoría de las cosas que se han dicho ha sido desde la ignorancia. Para mí es un error decir que porque la música le queda bien a la película entonces está perfectamente adaptada a la misma. Que en efecto funcione, puede ser simplemente un reflejo de que hay sintonía entre director y compositor. Además la adaptación de la música puede hacerse de muchas formas: desde rodar la escena de acuerdo a una música previamente fijada, hasta hacerlo mediante el montaje. Yo no le exijo a un compositor que se ajuste a las secuencias o diálogos si realmente desea hacerlo de ese otro modo, pero si que debería aportar algo diferente en cada escena musicalizada. Es más, cuando la música no puede aportar nada es mejor no usarla en ciertas escenas.
En el caso de La Red Social estamos ante uno de los escasos ejemplos de banda sonora que tiene más presencia escuchada como un disco de música electrónica que en la propia película. Una gran virtud según muchos de los que en estos meses han estado laureando este trabajo, algo que parece que muy pocos ponemos en duda. Y es que de principio a fin estamos ante un disco que por sí solo seguramente estaría entre los favoritos de mucha gente a la que le gusta el género electrónico, pero que como banda sonora es un pobre esbozo de lo que podría haber sido. No hay mucho que comentar realmente, ya que la fuerza de la película está en su dirección, su maravilloso guión y sus actores. Nunca en la música, que eso sí pasa por ser un ejercicio realmente peculiar y diferente, que no es lo mismo que decir original.
Se me ocurren muchos adjetivos para describir esta banda sonora, sin querer darles un sentido negativo de por sí. El decir peculiar y diferente no es ni bueno ni malo, porque lo diferente puede gustar o no. Un admirador de John Williams y Jerry Goldsmith como yo no le tiene miedo a escuchar la música de Vangelis (me refiero a la no cinematográfica, aunque hay quien cree que no hay diferencias), o algunos de los mejores trabajos de Jean Michel Jarre o a Wendy Carlos o Brian Eno. La verdad es que incluso muchas de las cosas de Nine Inch Nails u Orbital me gustan. Lo que cuestiono es el resultado, que yendo adjetivo a adjetivo no suman muchos puntos, la verdad. Por ejemplo se puede decir de la música de La Red Social que es:

  • Ambiental, lo que no dice mucho cuando el ambiente puede crearse con una simple nota sostenida, que se alterna muy lentamente con otra simple nota sostenida. En este sentido los samples de teclado tienen un protagonismo casi absoluto en todo el disco. Uno de los temas más ambientales es Almost Home, ideal para un día de lluvia…
  • Monótona, porque cada corte se compone casi exclusivamente de unas bases, o bien rítmicas o bien ambientales, que se repiten hasta la extenuación. Normalmente a base de teclados y guitarras eléctricas o algún tipo de cuerdas distorsionadas. Un claro ejemplo es On We March.
  • No temática, porque no hay temas asociados a personajes, lugares, etc. Lo cual no es lo mismo que decir que se trata de música incidental, que va describiendo cada escena, ¡no!. Sin embargo si que un esbozo de tema se repite en algunas partes de la película, el que aparece en Hand Covers Bruise el tema de apertura cuando el protagonista recorre las calles del hermoso campus nocturno de Harvard. Es una melodía muy simple y se interpreta de forma taaaan leeeenta que claramente rompe con el vibrante diálogo inicial del protagonista con su chica en el bar.
  • Disonante y distorsionada, sobre todo cuando en alguna parte de la película se quieren transmitir sensaciones encontradas. El tema Magnetic ilustra el encuentro de los protagonistas con el fundador de Napster (Justin Timberlake), siendo vibrante al mismo tiempo que agobiante. Un ejemplo del poco sentido cinematográfico de toda la banda sonora es este, pues el mismo tema se aplica a toda la secuencia, tanto al encuentro con el genio encantador de serpientes como a las partes en que los protagonistas les explican a sus abogados dicho encuentro. Pasamos continua y alternativamente del bullicio de un restaurante a la quietud de una mesa llena de chupatintas; de una lengua incontenible que realmente dice pocas cosas, al sopesamiento de las palabras ante los abogados.
  • Electrónica, toda la instrumentación es electrónica, lo cual hubiese llamado mucho la atención sobre cualquier cosa no electrónica. En ese sentido, la versión del clásico de Grieg In The Hall of the Mountain King, estando de acuerdo con el director para la escena de la carrera de piraguas me parece un acierto (en lugar de crear un tema original), y para nada un sacrilegio o atentado musical. La música clásica, por suerte, es de todos.
  • Repetitiva y excesiva en duración… casi todos los cortes terminan pareciendo el mismo, con lo que parece que se quiera transmitir constantemente las mismas sensaciones, nerviosismo y ansiedad. Desde luego en eso la música tiene un éxito total, por todo lo explicado anteriormente (disonancia, distorsión, monotonía y ambiente) y porque es cierto que la poca variedad intra-temática puede llegar a ser insufrible en temas de cuatro minutos de duración (véase Soft Trees Break The Fall), pero termina pareciendo un recurso para que en conjunto y salvo pocas excepciones, la hora y pico de música parezca no tener tampoco variedad inter-temática.

De esta forma termino y sin querer calificar de anodina la música de La Red Social (de anodina no tiene nada), si que puedo decir que cinematográficamente es inexistente. No tiene sentido cinematográfico excepto en unas pocas y contadas ocasiones. Es un constante flujo electrónico de sonidos a veces ambientales a veces emocionales/orgánicos, que terminan confundiéndose en un todo, de duración excesiva y poco contenido. Es una banda sonora que describe musicalmente una sensación de malestar continuo, lo cual no me parece un defecto en sí… Es más bien como si al poner el disco estuviésemos ante un álbum conceptual, que entonces si cobra sentido (la ansiedad como concepto), pero no ante la música para una película. Me duele decirlo porque seguramente no es así, pero en ocasiones parece casi una incrustación hecha sin mucho sentido, como si en una escena algo en el fondo estuviese fuera de lugar pero no consiguieses saber qué es. En resumen, un buen disco (habiéndolos eso sí mucho mejores) pero una banda sonora absolutamente decepcionante que no deja huella, al menos no duradera.

The Social Network

01. Hand Covers Bruise (4:18)
02. In Motion (4:56)
03. A Familiar Taste (3:35)
04. It Catches Up With You (1:39)
05. Intriguing Possibilities (4:24)
06. Painted Sun In Abstract (3:29)
07. 314 Every Night (4:02)
08. Pieces Form the Whole (4:16)
09. Carbon Prevails (3:53)
10. Eventually We Find Our Way (4:17)
11. Penetration (1:14)
12. In the Hall of the Mountain King (2:21)
13. On We March (4:14)
14. Magnetic (2:10)
15. Almost Home (3:33)
16. Hand Covers Bruise, Reprise (1:52)
17. Complication With Optimistic Outcome (3:19)
18. The Gentle Hum of Anxiety (3:53)
19. Soft Trees Break the Fall (4:44)

Duración total: 66:09 minutos
Compositor: Trent Reznor & Atticus Ross
Sello: Null
Formato: CD, Download
Fecha de publicación: 29 de septiembre de 2010