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The Jungle Book (Versus)

Lo vital, no más


El 2016 podría ser el año de la resurrección para el compositor de la mejor Resurrección escuchada en el cine: John Debney. No sólo acaba de estrenar El libro de la selva que aquí nos ocupa, sino que acabará previsiblemente el año poniendo música al renacimiento cinematográfico de un mito como Mel Gibson. En esta ocasión, y como hacía aquel otro compositor, y mito también, que hubiera puesto música a la cinta de Gibson de no haberse ido tempranamente, James Horner, Debney reconoce primero y antes que nada al espectador tipo que va a ver la película. Y esos son los niños, aquellos para los que la sala de cine es grande, el mundo es grande y las amenazas también lo son.

Grandes como trombones, tubas y trompas, trompetas y timbales, campanas, redobles, y una paleta que no hace sino más grande el mundo salvaje y natural que Debney describe también en este nuevo score. El contrapunto lo pone el tema de Mowgli. El ser que, como cada niño, tras admitir la grandeza que le rodea, la transita, en lugar de verse frenado por ella. Y así, la bonita melodía elegida para convertirse en su ser musical, acompaña al espectador durante todo el metraje, sin más ambición que no hacer perder de vista el origen, su naturaleza. O la Naturaleza. Es aquello que buscaba Horner rodeando la belleza musical de Fievel, o de Piecito, de una opulencia musical sinfónica, que sin embargo nunca acababa por engullirlos.

No es ésta una banda sonora compleja, no hay que hilar temas musicales. Es un score temático, de factura perfecta. Maravillosamente ejecutado. Suena a las mil maravillas, y calará en unos cuantos espectadores; porque, además, ha tenido la agudeza de enlazar a varias generaciones al adaptar a los gustos musicales de hoy en día las viejas canciones clásicas del original de Disney.

En cuanto al tema, y a sus parecidos, y las sombras que acechan para atacar la buena música (quiero dar un saludo a Óscar Salazar), la música hecha para funcionar, mejorar y gustar, sí, es deudora de Jerry Goldsmith, que antes lo había sido de John Barry. Pero la elección es más deudora de Basil Poledouris que de ningún otro. Quizá de Basil sea aún la mejor música escrita jamás para El libro de la selva. Pero la de Debney tiene lo vital, no más: emoción.

Braulio Fernández


Clásicos ilustrados


John Debney vuelve a colaborar con Jon Favreau en un proyecto deseado y con profundas resonancias personales, ya que su padre trabajaba en Disney y el propio compositor conoció de niño a los autores de las canciones de El libro de la selva original. De ahí, se entiende su ilusión por el encargo y el que haya puesto toda la carne sobre la flor roja en el intento, pero podría haber sido más original. Quizá esto se deba a que el músico californiano me parece un buen artesano al que, por desgracia, no he prestado la debida atención en los últimos tiempos, porque sus creaciones han ido perdiendo fuelle con el paso de los años; siendo su obra maestra indiscutible, sin duda, La pasión de Cristo.

Mi problema es que a esta banda sonora le falta precisamente eso: PASIÓN. Y no es que le falte a Debney, es que me falta a mí. Veo la película y escucho la música y, aunque resulta correcta, no me apasiona. Para ser una obra redonda, como bien reconoce mi compañero más arriba, sería necesario algo más de cohesión, de hilar temas musicales. El compositor se aplica con denuedo, pero sólo en aquello que le ha dejado hacer su “comité supervisor”, formado por productores, consultores y opinadores varios: respeta las canciones originales, recuerda añadir elementos étnicos, no te olvides de los temas de acción… Un montón de servidumbres a tener en cuenta que, al final, hacen que la música se limite a ilustrar lo que ya nos cuentan las imágenes, sin ir más allá.

El comienzo de la película es un claro ejemplo: el tema del castillo de Disney (anticipo de futuros homenajes en las canciones; llamémoslo ejercicio de nostalgia), el tema de Mowgli (¿a qué me suena a mí esto?, creo que lo comentó el amigo Braulio…) y nuestro protagonista que corre como loco perseguido por un autobús que, si para, explota. Por supuesto, todo ello ejecutado con una destreza apabullante: arreglos geniales y con sentido dramático (no es nostalgia hueca), bellas pinceladas musicales y arrolladora música de acción, aunque un poco convencional.

En resumen, la música está perfectamente imbricada en la película, pero no hace más que dejarse llevar por ella. Se limita a ilustrar, sin aportar nada. Y, si bien durante la proyección este efecto “redundante” puede pasar desapercibido, en el disco canta. Más sí, Braulio, pero de lo mismo no.

Óscar Salazar

The Jungle Book

01. Bare Necessities – Performed By Dr. John And The Nite Trippers (3:36)
02. Trust In Me – Performed By Scarlett Johansson (2:55)
03. Main Titles – Jungle Run (2:27)
04. Wolves – Law Of The Jungle (2:16)
05. Water Truce (3:40)
06. Rains Return (1:46)
07. Mowgli’s Leaving – Elephant Theme (3:28)
08. Shere Khan Attacks – Stampede (2:06)
09. Kaa – Baloo To The Rescue (5:21)
10. Honeycomb Climb (3:31)
11. Man Village (2:59)
12. Mowgli And The Pit (3:26)
13. Monkeys Kidnap Mowgli (1:52)
14. Arriving At King Louie’s Temple (4:35)
15. Cold Lair Chase (4:03)
16. Red Flower (3:15)
17. To The River (3:05)
18. Shere Khan’s War Theme (2:37)
19. Shere Khan And The Fire (4:52)
20. Elephant Waterfall (3:27)
21. Mowgli Wins The Race (0:41)
22. Jungle Book Closes (2:16)
23. I Wanna Be Like You (2016) – Performed By Christopher Walken (3:02)
24. Bare Necessities – Performed By Bil Murray & Kermit Ruffins (3:01)

Duración total: 74:16 minutos
Compositor: John Debney
Sello: Walt Disney Records
Formato: CD
Fecha de publicación: 15 de abril de 2016