Análisis
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Género
Ciencia Ficción, Drama, Futurista, Post-apocalipsis, Thriller
Lo mejor
La evolución de sus ideas temáticas y como desembocan en el corte final, True Love
Lo peor
Que con tanta nostalgia se hayan "olvidado" de editar el score en disco

The Creator

2023

Probablemente existe una cápsula de tiempo delimitada entre los años 70 y 90 en el que los cinéfilos que crecieron entonces, de una u otra manera, acabaron experimentando una cierta afinidad por la música de cine. En el menos grave de los contagios se trataba de una simple percepción de la música, con episodios de afinidad hacia los elementos diegéticos de la banda sonora, las canciones.

Algunos tuvieron o aún tienen en sus casas cintas o discos de Pulp Fiction, el Romeo y Julieta de Di Caprio y Danes, e incluso Blade Runner o El Padrino de Rota. En los más graves, se convirtieron en aficionados a la música de cine. La peor pregunta que te podía hacer una chica gritándote al oído en una discoteca en los noventa era que tipo de música te gustaba. Todas las pagas iban para Williams, Goldsmith, Horneres… Y cuando obtuviste tu primer empleo hipotecaste el espacio de tu casa para siempre.

Estos últimos conocieron un último creador de sueños tejidos con lenguaje musical llamado Hans Zimmer (Llamaradas, A propósito de Henry, Marea Roja). Para la pequeñísima parte de mundo que descarga bandas sonoras hoy en día The Creator (2023) puede ser una interesante escucha de una sola vez, y un par de pistas que repetirán alguna y otra vez de camino al trabajo, en coche o andando. Para aquellos otros afectados por el gran contagio que crecieron entre los 70 y los 90 podría ser algo muy especial: recordar los tiempos de la adolescencia, de la primera madurez, las razones por las que te gusta la música de cine, volver a cerrar los ojos y dejarte llevar, escuchar en lugar de respirar, porque el oxígeno entra por tus oídos. Entonces hablar de The Creator es algo irracional, no se puede analizar, es subjetivo. Sensorial.

Menudo bajón pasar ahora a hablar de una banda sonora que sin llegar si quiera a ser de las mejores del compositor, ofrece un tema principal que tardará en ser retenido en la memoria auditiva, en un disco de 44 minutos que no necesita nada más ni nada menos y que ni siquiera fue editado en disco, para una película sencilla pero olvidable, pero en la que Zimmer entendió que contaba musicalmente una historia desde la nostalgia, de un mundo cada vez más artificial y más productivo, y no es el de la película sino el de la realidad de hoy en día, en el que lo emocional se va desdibujando. Algo que ha sido capaz de conmover hasta al menos emocional de los compositores.

El primer corte de la banda sonora ya transmite esa sensación de nostalgia, pero será en el segundo, A place in the sky donde Zimmer sentará las bases temáticas y coloristas de su partitura. Una línea melódica ascendente bien con cuerda o viento madera es acompañada de un conjunto de percusión exótica, que dimensiona musicalmente el contexto geográfico de la película, que transcurre en buena parte del metraje en Asia. Esto recuerda a la aplicación de instrumentos orientales de una de las bandas sonoras más recordadas del compositor alemán de los noventa, como es Beyond Rangoon (Más Allá de Rangún, 1995) de John Boorman. Pero más que en la instrumentación elegida, esto no puede hacer pasar desapercibido el hecho de que el elemento que más une este score con aquel es el carácter evocativo de su tema principal, en su misión de recordar un sentimiento, el de la libertad.

El tema principal, como en las mejores bandas sonoras, no permanece estático, y Zimmer lo modulará de diversas formas, de las cuales destaca una continuación de la línea melódica en un bello contrapunto de cuerda que aparece por primera vez en She´s not real. A partir de este momento será frecuente también el añadido de viento metal y los conocidos ostinatos de cuerda de los que tanto han abusado los compositores desde que Zimmer los repitiese una y otra vez desde mediados de los noventa y en adelante. La progresión del tema con cuerda y viento de forma intimista en Standby evoluciona hacia una explosión de metales y ampulosidad épica con el acompañamiento de sintetizadores y percusión étnica en uno de los mejores cortes de la banda sonora.

Missile launch es una de las escasas apariciones de la música de acción en la película, y  quizá sea este el aspecto más deslucido de todo el score, no porque esté mal, sino porque resulta más convencional para los estándares del compositor alemán, sin aportar nada nuevo. Aún así destaca la inclusión del órgano en la ecuación, que tendrá mucho más protagonismo en el corte siguiente Prayer, donde el compositor parece transmitir, con la inclusión de coros, la sensación de una iglesia vacía de dioses y de humanos, una vez estos segundos van desapareciendo.

La música de acción, como es costumbre de Zimmer, busca un efecto de añadido dramático, casi trágico, en lugar de generar tensión. La otra pieza de acción del score es Lab raid, donde percusión y sintetizadores cobran protagonismo, sumándose de nuevo elementos del color orquestal oriental que desde el primer momento el compositor ha utilizado para cohesionar la partitura. Seguramente lo convencional de estos pocos momentos de acción sea lo que separa a The Creator de ser un score redondo.

Sin embargo, y de nuevo como en las mejores bandas sonoras, lo mejor se deja para el final, donde obviamente no puedes repetir lo mismo, sino dar algo nuevo. En True Love Zimmer llevará su tema principal a un clímax musical sin precedentes en su dilatado repertorio, incorporando la trompa y la percusión más tradicional a la ejecución de su tema principal, llevando a cabo variaciones con él, encontrando nuevas combinaciones melódicas que causen sorpresa, y desplegando toda su emotividad en un cierre fantástico para el score. La escena a la que sirve, un tanto forzada y cursi, se beneficia sin embargo de unos espectaculares efectos visuales generados por ordenador, y de una hermosa forma de lenguaje creada por un humano para poder transmitir sus sentimientos a otros humanos. El mundo que se va, y la banda sonora como su canto de sirena.

The Creator

  1. They’re Not People (2:19)
  2. A Place in the Sky (2:25)
  3. Where It All Began (4:11)
  4. Surrounded (2:34)
  5. She’s Not Real (2:13)
  6. Standby (6:12)
  7. Missile Launch (3:01)
  8. Prayer (2:47)
  9. The Wounded (3:08)
  10. Lab Raid (4:31)
  11. Heaven (6:57)
  12. True Love (3:30)
Duración total: 43:48 minutos
Compositor: Hans Zimmer
Sello: Hollywood Records
Formato: Descarga digital
Fecha de lanzamiento 29 de octubre de 2023
The Creator