Otra película de superhéroes, otra más de Spiderman, otra vez que la balanza comercial se inclina sobre la artística. Productores que no entienden de cine y sí de empresa, y una generación que entiende de diversión, pero no de imaginación. Y así llegamos a 2012 con una nueva versión del hombre araña, reboot, que dicen por ahí, cuando no ha pasado un decenio desde que la saga comenzara a las órdenes de Sam Raimi.
A la cabeza de esta nueva versión, que para ser diferenciada lleva la coletilla retro de “Amazing”, estilo que también lucirá el personaje, está el joven director Marc Webb, autor de la bien considerada 500 días juntos. Su nuevo Spiderman es más juvenil, más inmaduro, más socarrón, está más sobreactuado, y solo sabe decir frases de cuatro palabras, entre titubeos. El traje le queda mejor que a Tobey Maguire, eso sí, y todo en la película, salvo el lagarto, gana a las de Raimi en cuanto a realismo, menos efectismo. Es como si Spiderman fuera en realidad la cara oculta de un personaje de Orange County, Everwood, o cualquier serie americana con institutos, hijos padres.
A mitad de película, o más tarde, el adolescente aprovecha sus poderes, y empieza la historia del superhéroe, y por cierto, con ella el tema principal de Horner. Atrás habrá quedado el drama juvenil, soso, aunque no del todo despreciable, para dar paso a la cinta de aventuras, divertida, aunque demasiado manida.
Por todo ello, lo mejor de la nueva versión de Spiderman es la banda sonora de James Horner. Un proyecto del que el norteamericano no estuvo seguro hasta un par de meses antes del estreno, como confesó en una entrevista radiofónica a la BBC tras el reestreno de Titanic en Londres. Y es que solo un par de años antes, tras su nominación al Oscar por Avatar, Horner confesaba su poco interés en poner música al blockbuster actual de Hollywood, en el que imperaban, según sus propias palabras, “avispones verdes, linternas verdes”, y otros superhéroes.
Así es que la asignación llegó por sorpresa. Quizá mucho tuvo que ver la insistencia del director, Marc Webb, que insistió a Horner en la necesidad de un equilibrio entre la música heroica, la que te pega en la cara, y el lado más íntimo de la historia que pretendía contar, con el drama familiar que vive Peter Parker. Eso, sumado a la admiración que Webb le profesó a Horner, acabaron por inclinar la balanza.
El score
Horner teje apropiadamente un score que se desenvuelve en los dos lados de la historia. Por un lado el drama familiar, y la aventura romántica con la protagonista femenina, Gwen Stacy, representados con dos temas en los que el piano es el vehículo narrativo, en muchas ocasiones interpretado por el propio Horner, como en los viejos tiempos.
En el lado de la aventura de superhéroes, por otra parte, están tanto el rutilante tema principal, una repetición de cuatro notas con diferentes modulaciones que resultan en un excitante tema heroico, y que gracias a su versatilidad admitirá todo tipo de rendiciones. Una elección que hace ganadora la propuesta ya de inicio por su accesibilidad y rotundidad. Máxime teniendo en cuenta la dificultad que encuentran los compositores de hoy en día para escribir temas de verdad. Ver a Spiderman con un tema de trompetas no deja de ser un goce, por mucho que la película se encuentre a medio camino entre nada del otro mundo y para olvidar.
El villano cuenta en esta ocasión con un motivo ambiguo, en el que la nota diferencial la pone el etnicismo que aporta la voz solista de Dhafer Youssef, quién ya colaboró con Horner en Black Gold (2011). El efecto pretendido no es ligar la voz arábiga con el origen del malvado lagarto, o Doctor Connors, sino que como es habitual en Horner, es el color que aporta, y su efecto en pantalla, lo que la hace elegible. Así, este motivo resulta un lamento extraño, o más bien una llamada animal a punto de invadir el cuerpo, y el universo, de los humanos.
Por último, Horner liga un quinto motivo a ambos lados de la historia, el del drama y el de la acción. Se trata de una bella melodía con la voz solista de Luca Lupino – Franglen, hijo del arreglista y colaborador de Horner desde los tiempos de Titanic, Simon Franglen. Este motivo está asociado al joven Peter Parker, pero resultará clave a mitad de la historia, y en medio de una escena de acción sobre un puente, para determinar a Parker a comprometerse a un bien superior. En definitiva, a comportarse como los héroes deben.
Entre la variedad temática del score, y el gran número de momentos en los que la imagen y la música forman un maridaje perfecto, la impresión que deja el trabajo de Horner es que a pesar de sus reticencias a la hora de aceptar el contrato, su paso por la franquicia Spiderman le ha reportado un buen número de horas de diversión. Como resultado, un score que supera en muchas facetas a los dos creados por Danny Elfman para la anterior saga de Sam Raimi (que a su vez ya fueron superados ampliamente por el tercero, a cargo de Christopher Young).
La Música en la Película
Los main titles ya nos presentan varias de las ideas que Horner irá desarrollando a lo largo de la partitura para The Amazing Spiderman. La primera de ellas con la voz solista arábiga de Dhafer Youssef, en representación del lagarto, y del mundo animal que invade al de los humanos. En un primer corte plagado de electrónica, una constante durante todo el score (puede que se trate de la banda sonora más electrónica de la carrera de Horner), tenemos también una primera, aunque modesta, rendición de las primeras notas del tema heroico, ejecutadas con la trompeta, en un contexto en el que prima el motivo misterioso a piano que Horner extiende durante todo el score, y que acabará desembocando, cuando aparezca en escena el joven Peter Parker, en el bello motivo interpretado por el solista Luca Lupino. Puro Horner al estilo Charlotte Church en A Beautiful Mind (2001).
Tras la overtura, la banda sonora se moverá en el camino del drama, con protagonismo para el tema en piano asociado a Peter Parker, y que por muchos es confundido con el tema de amor, si bien ambos comparten similitudes estilísticas. Así será en cortes como The Briefcase, donde también el motivo misterioso del inicio se repite. Pero además veremos a aparecer un motivo cómico asociado a las nuevas habilidades de Peter Parker, en cortes como Rumble in the Subway o Playing Basketball, donde el chasquido de dedos, el sintetizador, la tuba y la trompeta son los intérpretes, en un estilo similar a algunas escenas ligeras de la reciente The Karate Kid (2010).
No falta en esta primera parte de la película la escena de la picadura de araña, que Horner describe con una rápida rendición del tema heroico mediante tuba, dejando paso a la trompeta y la cuerda, el piano misterioso, que con el constante acompañamiento del tema heroico interpretado por la tuba conduce hacia la guarida de las arañas, donde un recurso más apropiado del Horner de principios de los ochenta, el rechinar de las cuerdas, describe el descenso por las telas de los arácnidos.
La película entra en su segundo acto cuando el Doctor Connors le muestra a Parker sus experimentos en ratas, que tiene como finalidad encontrar una cura de gran alcance para las enfermedades en el mundo. Tal misión celestial tiene su descripción musical en uno de los momentos más mágicos del score, con el corte The Ganali Device, en que, de nuevo con un estilo próximo a A Beautiful Mind, Horner introduce un motivo antes desconocido, y que tampoco volverá a aparecer, lleno de lirismo y hermosura. Un tema magnífico, de esos que los scores de Horner esconden en muchas ocasiones, y que pasan desapercibidos, como ocurriera no hace tanto tiempo con la entrada de los protagonistas al mundo de Spiderwick, en The Spiderwick Chronicles (2008).
Con la muerte del tío Ben, la música se torna más grave, y regresan los motivos del lagarto, y el estilo urbano de algunos de los primeros cortes, que recuerdan a las escenas callejeras de The Karate Kid, con un amplio empleo de los sintetizadores en un modo similar al empleado en Avatar.
Tras ello, llegará la culminación de la escena Becoming Spiderman, que en el disco aparece en segunda posición, pero que sucede bien mediada la película. Un corte magnifico, en el que se suceden los acontecimientos sin que por ello Horner despegue en ningún momento la música de las imágenes. Así, tentemos desde voces sintetizadas, al estilo emprendido por Titanic (1997), piano, arpa, crescendos de cuerda, percusión sintetizada, y la primera gran rendición del tema heroico, que resuena con la fuerza que le confieren los metales, y alguna reminiscencia de The Rocketeer (1991), para asociación de ideas de los personajes que Horner a interpretado musicalmente a lo largo de su carrera. El corte concluye de forma fantástico, con un motivo épico protagonizado por el coro sintetizado, mientras el héroe vigila la ciudad desde lo alto de un rascacielos.
Mucha y Buena Música de Acción
A partir de ese momento el score se adentra en un carrusel de música de acción, solo interrumpido por algún interludio con escarceo amoroso por parte de Parker y Stacy.
En el meollo del score se encuentran dos escenas de acción, la primera mientras Spiderman escapa de la policía, y que ofrece una versión similar a la conocida en Becoming Spiderman, y el más poderoso The Bridge, en el que como se ha dicho anteriormente se produce el cambio de conducta del joven, a héroe. Ese cambio lo produce el rescate de un niño, que Horner ancla al recuerdo de la infancia de Parker, tras el ataque del lagarto. Cuando el niño se pone la careta de Spiderman escuchamos de nuevo el motivo interpretado por Luca Lupino, concluyendo el cambio de actitud.
La escena, por otra parte, tiene típica música de acción de Horner de la última etapa, es decir, Avatar o The Karate Kid, enfocada a un público más amplio. Ritmos frenéticos, apoyo de sintetizadores, pero sin que cambie lo primordial, y es que sigue siendo la melodía la que hila la acción, con todo tipo de metales.
En The Bridge, además, tiene lugar la aparición de la voz solista de Lisbeth Scott, única en toda la partitura, justo en el momento previo del rescate del niño, apareciendo también los coros sintetizados. Hay sitio, como es lógico, para el motivo del lagarto, pero la pista acaba con una rendición más calmada del tema heroico, que derivará rápido en el tema de Parker, siendo esta una conclusión hermosa.
Antes de la escena del puente, tendrá lugar la escena de la azotea, la primera en la que aparece el tema de amor (al minuto del Rooftop Kiss). El piano es de nuevo el elemento principal, durante la conversación de Parker y Stacy, justo antes de que asistamos a uno de esos momentos de fusión entre la música y la imagen a la que nos tiene acostumbrado Horner. Parker atrapa a la chica con su tela de araña para besarla, al tiempo que unas campanillas introducen la delicada y bella rendición en oboe del tema romántico. Una delicia bien apreciada en pantalla.
Para reconocer una rendición tranquila del tema heroico está el comienzo de Peter´s Suspicions, y en el corte Making a Silk Trap encontramos una red de sintetizadores al estilo Avatar. En ambos casos hace presencia hasta el mítico shakuhachi, siendo ambos cortes de lo más ambiental del score. Justo antes de que se produzca la segunda escena con más presencia del tema romántico, cuando los protagonistas dialogan en las gradas de un campo de fútbol, aunque este momento no aparece recogido en el disco. Es el preludio, no obstante, del acto final, en el que Horner cerrará la composición con 23 minutos de música de acción casi ininterrumpida.
Este “tour de force” compositivo comienza con Lizard at School, donde la electrónica, el motivo del lagarto, y los metales en modo Avatar narran musicalmente la lucha entre Spiderman y el lagarto en las aulas del instituto.
Por desgracia, en esta escena sobresalen los efectos sonoros, lo que impide una correcta audición en pantalla de la secuencia musical. No obstante, en disco resulta emocionante, sobre todo en los momentos en los que sobresale el tema heroico, que resulta aquí en una de sus rendiciones más excitantes, con destacada presencia de las cuerdas para acelerar el ritmo narrativo.
La mayor ausencia del disco editado por Sony Classical es precisamente el siguiente corte de acción, cuando el lagarto se aproxima a la torre Oscorp, y lanza su veneno entre los policías de Nueva York. En la parte final de esta escena, a Horner le da por ponerse en plan Vangelis, y con fuerte presencia de la electrónica, en modo visible, es decir, no tratando de parecer orquesta, sino electrónica, consigue un emocionante tema de acción épico que se encuentra entre lo más destacado del score.
De nuevo Avatar es una clara referencia, recordando al estilo de Escape from Hellgate, curiosamente de nuevo un corte no editado de aquella banda sonora. Hay en esta ocasión hasta un toque Zimmer, por la aparición de guitarra eléctrica, pero la fuerte presencia de las trompetas dan por sentenciada la verdadera identidad de la música.
Épico y sintetizado
Saving New York tiene más de música épica, que de música de acción. El ascenso de Spiderman hacia la torre Oscorp, estando herido, y con la ayuda de los neoyorquinos, es musicada por Horner con un derroche épico en el que la fusión de metales y percusión sintetizada siguen siendo los principales ingredientes.
Destaca especialmente la alineación de las torres de obra para facilitar el acceso del héroe al rascacielos, con sintetizadores vocales y percusión de reminiscencias “titánicas”, y por supuesto muchos metales. Todo eso acaba en una gran, gran rendición del tema de Spiderman. Se trata del cenit épico de la cinta y del score.
Finalmente, en Oscorp Tower, asistiremos al corte de acción definitivo, con la lucha final entre el lagarto y Spiderman, en lo alto de la torre. Habrán transcurrido 23 minutos de música de acción ininterrumpida, lo que viniendo de quién es, seguramente con Jerry Goldsmith, el mejor compositor de música de acción de todos los tiempos, pues es una auténtica gozada.
Oscorp Tower figura ya entre lo más granado de este tipo de música en la carrera de Horner, y no menos que una lección para muchos compositores de hoy en día, que sentados delante de sus ordenadores, se olvidan de que la música se hace delante de los instrumentos, y que los instrumentos tocan melodías, sean románticas, épicas, o de acción, como es el caso.
Grandilocuente y épica a más no poder, esta escena conducirá al final dramático de la película, en la que el tema de Peter Parker volverá a coger el timón del score, en el extenso corte I can´t see you anymore. Horner utiliza este tema, y apuntes del romántico, no en modo tan extenso como en Rooftop Kiss, para mediante la cuerda sostener el final narrativo de la historia.
Se lo hemos visto y escuchado hacer a Horner miles de veces, y desde luego es uno de los recursos que más y mejor domina. Aquí, aparece por vez primera en el disco la rendición en piano del tema heroico de Spiderman, en otra más de sus múltiples versiones. A éste le seguirá una rendición completa en piano del tema de amor, para acabar de nuevo con el mismo instrumento interpretando el tema de Parker.
En Promises – End Titles, Horner ofrece una última revisión del tema de Parker con viento madera, más resolutiva que el piano, a la que sigue el tema heroico con cuerdas, primero, y con piano, después, para la última escena antes del montaje final. Éste, nos muestra a Spiderman “volando” por las calles de Nueva York, lo que lleva a Horner a escribir un rutilante y emocionante final para la partitura, que dará pie a los títulos de crédito.
En conjunto, es un cierre espectacular para la banda sonora, con la, si es posible más emocionante todavía, rendición del tema de Spiderman, con mucha percusión, y apoyo de cuerdas. En esta ocasión sonará mucho más épica, gracias a un último y espectacular crescendo que derivará en los créditos finales. Después hay un par de minutos de relleno, pero para entonces ya te habrás levantado de tu butaca.
Es personal
En definitiva, estamos ante una ocasión ya casi única de disfrutar de un score de superhéroes a la vieja usanza. Es cierto que hay sintetizadores por doquier, que la percusión repite patrones de una moda más actual, y que el enfoque es épico – contemplativo en ocasiones, pero todo ello está pasado, para The Amazing Spiderman, por el filtro de la orquesta sinfónica, y de la música temática. Hay temas destacados para el héroe, la persona que se esconde tras él, de amor…
¿Y el villano? Muchos insisten en sorprenderse con cierta mala leche en que no hay motivo de cuatro notas para el villano, como si cada malo de película para el que Horner puso música hubiera tenido el famoso “Parabará” como identidad musical. Siguen sin comprender que Horner trabaja con asociación de ideas. Y el lagarto es un doctor que trata de hacer desaparecer del mundo las enfermedades, y cuyo experimento se le va de las manos. No es el mal, luego no hay “Parabará”. Ya habrá tiempo de escucharlo este mismo año con For Greater Glory.
Al final, lo que queda es uno de los mejores scores de aventura y acción de los años recientes, y de lejos el mejor de superhéroes en décadas. Mucho más rico que las propuestas de Zimmer para Batman, y solo comparable al estilo ochentero que también ha prodigado en 2012 Alan Silvestri con su The Avengers, mucho más atinado que con Captain America (2011).
The Amazing Spiderman no es una gran película, puede que ni siquiera una decente, entre otras cosas porque la historia ya está más que contada. Pero su banda sonora es muy buena, y tiene bien ganadas cada una de sus cuatro estrellas, que con película hubieran sido cinco. Y es que al final el cine es como la ópera, no se entiende sin música. Y el score de Horner para Spiderman…., te pega en la cara. Hay música.
The Amazing Spider-Man
- Main Title / Young Peter (04:55)
- Becoming Spider-Man (04:16)
- Playing Basketball (01:22)
- Hunting For Information (02:07)
- The Briefcase (03:14)
- The Spider Room / Rumble In The Subway (03:20)
- Secrets (02:30)
- The Equation (04:22)
- The Ganali Device (02:28)
- Ben’s Death (05:41)
- Metamorphosis (03:04)
- Rooftop Kiss (02:34)
- The Bridge (05:15)
- Peter’s Suspicions (03:01)
- Making A Silk Trap (02:52)
- Lizard At School (02:57)
- Saving New York (07:52)
- Oscorp Tower (03:22)
- «I Can’t See You Anymore» (06:50)
- Promises / End Titles (04:53)