Análisis
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Género
Aventuras, Ciencia Ficción, Disney, Fantástico, J. J. Abrams, Star Wars
Lo mejor
Tres momentos de increíble comunión entre música e imagen, con el parricidio de Ren, la posesión del sable láser de Rey, y el ascenso al acantilado de la protagonista al final de la película
Lo peor
El gasto en velas para la iglesia, y sueños matando a John Williams para alargarle la vida y que no acabe como Juan de Herrera, Gaudí, Mozart o Brandon Lee

Star Wars: The Force Awakens

2015

¿Alguien esperaba alguna estrellita menos? ¿A qué no? Dos razones hay para ello. Una es el hito, y otra el mito. La primera, el hito, que este despertar de la fuerza no necesita cinco minutos más. Es brillante, vibrante, y sale a en punto. Es una banda sonora colosal, fabricada para agradar a los más fieles de la saga, pero sin perder la frescura. Como si hubiera sido hecha a mediados de los ochenta, justo después de El Retorno del Jedi, vaya. En eso la opinión del público es más unánime que con la película de J.J Abrams.

La segunda, el mito, se define por sí sola. Es John Williams, un octogenario del que se cuentan los trabajos de la última década con los dedos de las manos, y al que en muchas ocasiones se le valora por lo que es y por lo que ha hecho. No es un comentario negativo. Todo lo contrario. De Williams escuchamos cada obra nueva como quién bebe a pequeños sorbos para prolongar el sabor. Con este nuevo Star Wars rebañamos el disco con la lengua fuera.

La séptima entrega musical de la saga galáctica ha contentado a todos los aficionados, crítica incluida, que ha alabado aquello que incluso criticó en la segunda trilogía. Los nuevos temas resultan para muchos estar más a la altura de lo que estaban aquellos. Y allá donde se señalaba hace quince años que los nuevos scores estaban “huérfanos” de la seña de identidad (los viejos temas) de la vieja saga, ahora no se ven razones más que para la alabanza, por mucho que nada haya cambiado en ese sentido.

Análisis de la Partitura

Analicemos y valoremos el balance entre lo nuevo y lo viejo, que es en definitiva el meollo de cualquier crítica o análisis sobre Star Wars: The Force Awakens (Star Wars: El despertar de la fuerza, 2015). El nuevo score se presenta con un puñado de nuevos buenos temas. El más reluciente de ellos, el de Rey (Daisy Ridley), sobre el que se centra buena parte del discurso musical. Porque esa es la intención, llevar a cabo un discurso musical en torno a la aventura personal de la nueva protagonista, en medio de una vieja historia que todos conocemos.

Rey, como los nuevos espectadores de la saga ya Disney, ha oído leyendas a cerca de los “jedi”, y está a punto de sumergirse en el siguiente capítulo de una de ellas. De modo que el espectador nuevo, al que en principio más se dirige musicalmente Williams, realiza un viaje desde la inocencia de los primeros momentos (The Scavenger), bien representada musicalmente en el tema de Rey (inocencia, también etérea ignorancia, y nobleza), y que evoluciona hacia lo épico (The ways of the force, el único momento en el que el tema adquiere verdadera función narrativa, y donde mejor se revela el genio de Williams, cuando se combina con el tema de Kylo Ren y el tema de la fuerza).

Su identidad musical es el pilar sobre el que Williams sostiene su aventura musical, del mismo modo que ya hizo en El ataque de los clones, quizá la referencia anterior más concreta en toda la saga, con el tema de amor entre Anakin y Padme. El resto de obras se sostienen sobre más pilares musicales y más pluralidad de identidades. Así que, claro, el tema fundamental debía ser brillante, como finalmente es.

Aunque por mucho que sea la identidad musical primordial del score, el tema de Rey no es la única novedad. En un segundo plano nos encontramos con identidades temáticas para Poe Dameron (Oscar Isaac), la Resistencia y sobre todo, para Kylo Ren (Adam Driver), el aspirante a malo que más allá de no dar miedo, como ha señalado mucha gente al salir del cine, de no dar la talla, incorpora a su currículum (¡¡¡OJO SPOILER!!!) el haber de haber matado a Han Solo. Casi nada. A la gente le gustaba Darth Vader. Kylo Ren sí es un malo. No le gusta a nadie. Los viejos aficionados incluso lo odian, y así ya saben lo que es ser malo de verdad. Ha matado a Han Solo, saben.

Salvo el de la Resistencia, una marcha Williams de gran nivel, pero no “premier”, para que nos vamos a engañar (lo mismo sucede con ese Scherzo for X-Wings), la gracia con los otros dos temas y con algunos motivos que aparecen aquí y allá, es que da la sensación de que no son más que apuntes de algo más determinante, más grande. Especialmente en el caso de Ren, cuyo motivo de cinco notas queda en mero apunte, interesante de todos modos. Al fin y al cabo que es el pobre parricida más que un mero apunte, incluso si me apuras ni apunte. Un mero. Más vibrante resulta la identidad musical de Dameron (I can fly anything, Farewell and The Trip), aparentemente sólo esbozado en esta primera entrega, tanto en lo fílmico como en lo musical.

En la faceta de la acción musical Williams, es honorable reseñar, no muestra cansancio alguno. Buenos ejemplos de ello son The Falcon (con apuntes de los viejos scores, y el mejor corte de acción de la banda sonora) o The Rathtars! (con una dinámica más ceñida a la vieja trilogía que en cualquier otro momento que hayamos escuchado de Williams en dos décadas para una escena de acción, al fin y al cabo, protagonizada por Han Solo al recuperar el Halcón Milenario de unos pulpos galácticos). Es más, escuchando los pasajes de acción de esta nueva obra, nos retrotraemos a la trilogía original mucho más de lo que pudimos hacer con la segunda serie de tres, donde al gusto músico-cinematográfico de la nueva época, se demandaba más presencia de connotaciones épicas corales en cada momento cumbre.

Así que presumimos que Williams ha sido más libre en esta ocasión de lo que lo fue en aquella segunda etapa. Y no diremos que esta es mejor banda sonora que aquellas, porque como le sucedió a aquellas al terminar la serie, es necesaria cierta distancia del tiempo para valorarlas en su justa medida. Entre otras cosas porque de esa segunda trilogía todavía se hace necesaria, y han pasado ya va para dos décadas, una edición en condiciones, a la altura de las primeras. De momento con esta tercera serie nos pasará lo mismo, a tenor de los rácanos casi ochenta minutos de música que reconocemos en el disco.

Temas y acción cubiertos, un breve comentario sobre algunas ideas secundarias que merecen mención. La primera de ellas el motivo para Snoke, el que suponemos será más malo que Kylo Ren (insisto, se puede ser más mezquino que matando a un padre, y que encima ese sea Han Solo, vamos), en la línea del motivo asociado al emperador Palpatine en las trilogías previas, y que también suponemos tendrá un carácter algo más que testimonial en el futuro. Resulta interesante señalar los breves apuntes de violín que distinguen a este de aquel). Y por último una línea dramática que Williams ha desarrollado en los últimos trabajos, tremendamente dramática, oscura, triste, tanto en obras serias (para que nos vamos a engañar) como Munich o War Horse, y que aquí surge rememorando quizá la crudeza del primer final de Anakin (ese magnífico The inmolation scene de la tercera cinta de la segunda trilogía) en The abduction y sobre todo Torn apart, el momento. Más malo…

Para el final dejo el comentario sobre el único aspecto musical que rivaliza en fuerza con el tema de Rey, y que no es otro que el tema de la fuerza, vaya. Y aquí confluyen todas las opiniones sobre El despertar de la fuerza, bien desees algo fiel al original, o busques algo nuevo, algo más adelante que aquello. El tema de la fuerza, nos atrevemos a decir, el tema fundamental de las tres trilogías, es buscado también musicalmente, apareciendo brevemente en varias ocasiones, como un anhelo (Maz´s Counsel, al recordar los viejos tiempos, Han and Leia, por motivos obvios, y The Ways of the force, el mejor corte de la banda sonora, donde se alternan, como se ha dicho, los temas de Ren, Rey y el de la fuerza), y hallando finalmente consuelo al encuentro con el protagonista del primer viaje (The Jedi steps and finale, con un crecimiento musical previo a los créditos que pone los pelos de punta).

Resumiendo

En conclusión, porque hay que acabar con un párrafo que empiece así según el editor jefe, que podría ponderar las virtudes de este Force Awakens porque realmente me parece magnífico. Pero si has leído hasta aquí, ya sabrás porque. Así que apelo a la mística, a alcanzar a comprender el verdadero valor de las cosas. 2016, y estamos como niños con un Star Wars nuevo. Tan nuevo y bueno como los seis que le precedieron. Una obra como ninguna otra ha sido escrita, que vivimos en tiempo presente, como si la leyéramos en los periódicos del día. Ese es el privilegio que nos ha tocado admirar. Hace 38 años nació una leyenda, y ni siquiera le ha llegado el momento de ser recordada. Todavía es vivida. La música, la menos material de las cosas de este mundo, cobra un nuevo valor cuando se habla de Star Wars.

Star Wars: The Force Awakens

01. Main Title and the Attack on the Jakku Village (6:25)
02. The Scavenger (3:39)
03. I Can Fly Anything (3:10)
04. Rey Meets BB-8 (1:31)
05. Follow Me (2:54)
06. Rey’s Theme (3:11)
07. The Falcon (3:32)
08. That Girl with the Staff (1:58)
09. The Rathtars! (4:05)
10. Finn’s Confession (2:08)
11. Maz’s Counsel (3:07)
12. The Starkiller (1:50)
13. Kylo Ren Arrives at the Battle (2:00)
14. The Abduction (2:23)
15. Han and Leia (4:41)
16. March of the Resistance (2:34)
17. Snoke (2:03)
18. On the Inside (2:06)
19. Torn Apart (4:19)
20. The Ways of the Force (3:14)
21. Scherzo for X-Wings (2:32)
22. Farewell and the Trip (4:55)
23. The Jedi Steps and Finale (8:51)

Duración total: 77:13
Compositor: John Williams
Sello: Walt Disney Records
Formato: CD, Descarga Digital
Fecha de publicación: 18 de Diciembre 2015