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Música en espera es una sorpresa muy agradable dentro del panorama actual. Desde una perspectiva puramente musical, se aleja completamente del trillado sendero al que estamos acostumbrados en los últimos tiempos. Por eso, es de agradecer que la discográfica estadounidense Howlin’ Wolf Records haya lanzado al mercado una edición limitada de 500 copias.
Música en Espera – La película
La verdad es que parte del truco de la película es su “MacGuffin” mismo, el artificio cinematográfico que hace que la trama avance. ¿Qué mejor que una película sobre un compositor de bandas sonoras en busca de una melodía elusiva?
Ezequiel Font (Diego Peretti) es un músico bloqueado, incapaz de encontrar un tema musical para la escena culminante de la película en la que está trabajando. O, al menos, un tema que sea del agrado del director. Le hace falta un tema memorable y no puede encontrar la inspiración dentro de sí mismo. Tampoco ayuda mucho la situación en la que se encuentra: recién separado, sin dinero y con una hipoteca a punto de vencer, por última vez. Todo lo que tiene depende de poder acabar el encargo para la película “La Espera” y liquidar la deuda con el banco.
Y es en una llamada telefónica a dicho banco, mientras le pasan de interno en interno, que escucha una música de espera, encontrando su inspiración momentáneamente, para volverla a perder en cuanto se acaba la llamada. Necesita escuchar esa melodía de nuevo. Sólo tiene el nombre de la última persona con la que ha hablado. Paula.
Paula Otero (Natalia Oreiro) es la subgerente del banco. Embarazada de Santiago, que no quiso hacerse cargo del niño, esta a punto de dar a luz, y su madre (Norma Aleandro) recién llegada de España esta convencida de que Paula y Santiago son una pareja feliz. Así que cuando Ezequiel recorre con desesperación todos los teléfonos del banco para encontrar la dichosa melodía…
Música en Espera – Score
La música de la película corre a cargo de Guillermo Guareschi, compositor graduado en el Berklee College of Music de Boston, donde también estudió orquestación con David Spear, colaborador del gran Elmer Bernstein, y formado asimismo en Los Ángeles junto a otros profesionales de renombre como Fred Karlin, Mike Post y Earle Hagen. Y todo este bagaje se nota en su manera de ajustar la música a las imágenes. La técnica es perfecta, pero la música posee un alma de la que la mayoría de las producciones norteamericanas carece. Quizá sea porque ni la película ni la música nos llegan de Hollywood, sino de Argentina.
No me cabe duda de que la calidad del resultado final proviene de la gran implicación del compositor en el proyecto. Como bien comenta el propio Guareschi en la carpetilla del disco, se encargó personalmente no sólo de la composición, sino también de la orquestación, la dirección musical, el diseño sonoro, la grabación de la música, tocó parte de los instrumentos y mezcló y secuenció el resultado final.
En realidad, es la música la que da el tono a la película. Son temas cortos, de estilo europeo. El uso de los mismos es espaciado, sin abusar de la música, que sólo aparece donde es necesaria. Esta utilización de los temas recuerda un poco al maestro Morricone. Se nota que a Guareschi le gusta ese estilo, lleno de sentido del humor. Y, sin duda, es lo mejor del CD también: la música es una mezcla de melancolía, aventura llena de vitalidad y alegría. También contribuye a ello la instrumentación, basada en un cuarteto de cuerda, un fagot y un piano, acompañados por clarinete, bajo eléctrico, sintetizador, percusión, guitarra y… ¡banjo!
En cierto momento de la película, mientras Ezequiel habla con el director, definen la música que se necesita como “líquida”, como si se sintiera desde dentro del vientre de una embarazada. La realidad no queda muy lejos de dicho comentario. La música de Guareschi es líquida por la manera en que se adapta a la película como un guante.
Donde reside el buen hacer del compositor es en el sentido dramático que ofrece con su música a la narración. Un claro ejemplo de ello es el tema Bathroom’s Vertigo, donde el protagonista está escondido en una bañera mientras intenta recuperar su Mp3. Y eso tan sólo es una muestra. El tema de la suegra (Mother-in-Law’s Theme) es capaz de transmitirnos cómo es el personaje con unas pocas pinceladas y en un minuto (la llegada inesperada, la intención fiscalizadora, el buen fondo).
La gran ironía es que los temas “de acción”, en los que Ezequiel emplea los teléfonos del banco en busca de la melodía perdida, están puntuados por arreglos de dicha melodía (To the Bank, Ezequiel on the Loose, Inside the Bank). Y con un desarrollo completo en los créditos finales (End Titles).
En realidad, los temas son brillantes y sirven su función a la trama. Pero donde Guareschi se permite el lujo de ser absolutamente memorable es en el tema final de la película. No podía ser de otra manera. Toda la trama nos conduce irremediablemente hacia ese punto. Es lo que cierra todo, da sentido a la historia y hace que ya no nos haga falta la música como “MacGuffin”. “La Espera” consigue su ansiado tema y Música en espera, también. Ezequiel encuentra la inspiración, el amor y una nueva vida. Un tema construido alrededor de un nombre como motivo musical: S-E-B-A. Una letra, una nota. Desarrollado en Seba y en Seba on Clarinets y con una rendición completa en The Waiting. El colofón final.
El disco contiene un par de temas de Beethoven y Bach (Elisa y Bach Unconclude), que tienen importancia diegética dentro del film. El primero es un tono de espera de Para Elisa, que sirve como muestra de todas las melodías de espera que suenan en la hora y media de metraje. El otro representa el instante en que vemos al protagonista sonreír de verdad por primera vez, mientras interpreta el arte de la fuga de Bach.
Para concluir, el disco también incluye variaciones al piano, inspiradas por el tema final. Son seis temas (del corte 17 al 22) que muestran la gran capacidad de Guareschi para hacer que la misma melodía siempre suene nueva. Y llena de vida.
Por otra parte, respecto al CD en sí mismo, es digno de mención el sobrio y acertado diseño de Luis Miguel Rojas, apropiado envoltorio para lo que nos vamos a encontrar en el interior. Y, aprovechando, me gustaría agradecer de una manera especial a Raúl Martí, coproductor del disco, su especial colaboración a la hora de escribir este breve artículo.
Resumiendo…
Un disco muy recomendable y que no debería faltar en la colección de todo buen aficionado. Máxime, si está dispuesto a escuchar algo diferente y que no suene igual a cientos de otros temas o se base únicamente en un mal entendido diseño sonoro. Guillermo Guareschi tiene algo que transmitir y pone alma en su música. Ni más ni menos.
Music on hold
- Elisa (0:20)
- To the Bank (1:12)
- Ezequiel on the Loose (1:16)
- Mother-in-Law Theme (0:59)
- Inside the Bank (1:04)
- On Fire (1:16)
- Bach Inconclude (1:41)
- Sushi (1:16)
- Mother-in-Law Nap (0:38)
- Seba (3:03)
- Seba on Clarinets (2:43)
- Ringtones (1:39)
- The Waiting (2:44)
- End Titles (0:37)
- Irish on Hold (2:50)
- Bathroom's Vertigo (2:25)
- Borlänge (1:54)
- A Minor (2:26)
- Beaufort (2:22)
- Mysteries of Gargantua (2:24)
- The Garden Inside (2:44)
- Vastagus (2:23)