Análisis
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Género
Drama, Thriller
Lo mejor
La maestría del sello Young, que sabe conjugar la dimensión emocional de dolor y belleza de la película
Lo peor
Para los puristas de la banda sonora, que se hay concebido como una experiencia de cara al oyente, aunque conserva perfectamente el sentir de la partitura

Killing Season

2013

Killing Season (Caza Humana, 2013) fue una pequeña sorpresa, y sin ser nada del otro jueves, se convirtió en un esfuerzo digno por parte de los actores Robert De Niro y John Travolta de apartarse y zafarse de sus respectivas malas rachas y decisiones (sangra más la de De Niro, pero al menos se ha sacado una pasta ingente con varios éxitos de taquilla). No lo consiguieron, pero permanece como un ejercicio interesante interpretativamente hablando.

Pero lo más sorprendente de todo es que, sino hubiera sido por el bueno de Christopher Young, quizás esta película hubiera tardado años en verla, o sabe Dios, ni la hubiera visto

Killing season – La Película

Inicialmente titulada como Shrapnel (metralla), y con una ambientación que se situaba en los años 70 (proyecto que iba a ser dirigido por John McTiernan y protagonizado por John Travolta y Nicolas Cage, reencuentro años despues trassu trabajo en Face/Off), finalmente Killing Season estableció su historia en un contexto más moderno, en la guerra de Bosnia, donde tropas americanas, ante las barbaries que observan cometer a los serbios, deciden tomarse la justicia por su mano con varios soldados de la milicia serbia.

El guión de Evan Daugherty, que formaba parte de esa famosa lista negra de guiones no ejecutados desde el 2008, parte de dos únicos personajes que se encontrarán en los Apalaches, en la cabaña del coronel Benjamin Ford (Robert De Niro), retirado tras la crueldad que vivió durante el conflicto bosnio, atormentado por ese pasado, y a donde llegará un turista europeo que busca ir de caza, de nombre Emil Kovač (John Travolta).

Todo va bien, los personajes parecen congeniar, hasta que Kovač revela quien es a Ford, un serbio militar que busca venganza por los crímenes que los americanos cometieron, estableciéndose una lucha a vida o muerte con los Apalaches por medio, una historia de supervivencia, rencor y, finalmente, quizás la redención y el mensaje de que la violencia no sirve para nada, y que ninguna causa justifica los crímenes sean del color que sean.

Con unos toques de aqui y de allá (por ejemplo, Deliverance, donde el director decidió rodar en esos mismos escenarios naturales), Killing Season funciona como un correcto thriller de acción que tiene muy buenos momentos (los momentos pastorales de De Niro en los Apalaches son maravillosos, o algunas escenas violentas y crudas de enfrentamiento) y otros que no acaban de cuajar, siendo el resultado final entretenido, que no es poco.

Quien si acertó con el tono y le dio el componente de profundidad emocional adecuado que necesitaba la película fue el genial Christopher Young, quien jamás te defrauda.

Killing Season – Edición Intrada

Siendo, por aquel entonces, la tercera colaboración entre el director Mark Steven Johnson y Chris Young (la primera fue ese bodrio llamado Ghost Rider, que nos deparó una gran banda sonora de Young, y la segunda, la comedia romántica When in Rome), la partitura del compositor volvió a poner de manifiesto el grandísimo nivel que atesora y lo cruel que ha sido la industria con él, quien tendría que estar trabajando, SI o SI, en trabajos de mayor enjundia.

La dimensión musical de Killing Season es extraordinaria, y me  atrevería a decir que es EL, principalmente, quien logra captar la esencia de la película a través de su creación musical, llegando a donde a veces no llegan ni la historia ni los personajes, y como no, algo que Young valora enormemente, tuvo una clara indicación del director de cara a la composición: deseaba que el sonido del cello fuera el instrumento que liderase la partitura, convirtiéndose de alguna forma en la voz del atormentado Benjamin Ford.

En cuanto a la partitura, tal como afirma el compositor en el folleto del CD de la edición de Intrada (un lujo que ahora está agotado para aquellos que no lo compraron en su momento), y tal como nos confirmó en una entrevista que nos concedió en Tenerife en el 2018 durante el Fimucité, este trabajo salda una pequeña obsesión personal suya, la de readaptar una partitura en forma de suites, desarrollando ideas y dándole una forma musical de concierto.

Así, la edición de la que vamos a hablar no es exactamente una banda sonora original al uso; a lo largo de sus tres suites nos encontramos con el material compuesto para la película, a veces idéntico, pero en otras ocasiones readaptado, e incluso quedándose alguna pieza fuera del trabajo musical que realizó Young a través de las suites.

Para los puristas, que quieren solo la banda sonora original, puede ser un poco chocante, y para alguno quizás incluso le eche atrás, pero la confección de las suite, y la reelaboración musical de la mismas guarda el tono musical de la película, respetando la experiencia emocional del viaje de tormento y acción al que son sometidos los personajes.

Según el propio compositor, la confección de esta edición ha supuesto quitar algunas piezas de la película y otras readaptarlas, añadiendo desarrollos musicales o instrumentaciones, para darle un sentido al material presentado.

Viendo la película, si se observan que algunas piezas, muy pocas en honor a la verdad (y en general, tampoco piezas vitales), se han caído de la edición final, pero en su lugar nos encontramos con un interludio maravilloso, y algunas partes de acción en la segunda suite que son maravillosas.

En conclusión, un excelente viaje musical a la profundidad emocional del alma humana, que explora tanto la belleza paisajística de los Apalaches como la soledad y los remordimientos de los personajes, y que puede ser el primero de muchos trabajos que reciban este tratamiento por parte del compositor, como así nos los hizo saber en Tenerife, especialmente de trabajos del pasado que ofrezcan estas posibilidades (esto promete).

Robert De Niro y John Travolta en una escena de la película

Killing Season – Breve Análisis de la partitura

Las ideas de Young para la partitura de la película quedan presentadas en tres suites que recogen perfectamente el sentir de la partitura, que pasamos a comentar a continuación.

SUITE 1

Aquí encontramos el leitmotiv principal de la película, un tema sustentado en el cello, acompañado y arropado por la sección de cuerda, el sonido de la guitarra o el piano. Es un tema precioso y bonito, que acompaña las bellas escenas de los Apalaches y al personaje de Benjamin Ford en su discurrir por los bosques y montañas.

Ese tema es utilizado de forma lírica y contemplativo, funcionando como un maravilloso tema de acompañamiento para subrayar la belleza de la naturaleza, pero también funciona como un elemento musical de soledad que refleja el infierno emocional del personaje, quien ha decidido refugiarse de la humanidad, y en especial de sus seres queridos, siendo insoportable para el poder mirarles a los ojos mientras es consciente tanto de la barbarie que ha visto en Bosnia como de los crímenes de guerra que ha cometido.

No había instrumento más maravilloso para reflejar ese dolor o esa soledad que las lineas melancólicas del cello, y en ese sentido esa suite consigue transmitir tanto eso como la belleza de los Apalaches. La primera parte de la suite sería el equivalente al Main Title de la película, donde vemos a Ford tomando fotos de los animales y el paisaje.

Durante la misma, el desarrollo musical va de lo más bello y lírico a lo más dramático y triste, nunca sin acentuar en demasía el drama, sino subrayando suavemente esa pena o ese doloroso sentir de que algo no va bien. De hecho, es en ese tramo intermedio previo al cierre de la suite, Young nos ofrece el clímax final de la película, la redención final, donde el compositor da magistralmente con el tono musical, con los violines y el cello construyendo la dura confesión de Ford, la cual ya conocíamos como espectadores de la película, pero que pone de manifiesto la barbarie de cualquier guerra a través de su discurso, también manido.

Young, como siempre, acierta con el tono musical, construyendo un pequeño viaje musical de creciente intensidad, subrayando ese dolor, y resolviendo, finalmente, el climax de enfrentamiento entre ambos personajes durante la película, propiciando, de alguna manera, el perdón y la salvación para Ford y Kovač.

SUITE 2

Acción, Maestro. Un curso MAGISTRAL de lo que tiene que ser la música de acción para el 90% de los compositores que trabajan en la industria cinematográfica, especialmente en Hollywood, donde nos encontramos con música vacía, llena de fuegos artificiales y carente de alma, todo industrializado.

La suite, como siempre, está compuesta por varios momentos de la película, colocados a conveniencia de sacar o lograr obtener una mejor experiencia auditiva para el oyente; así, de primeras, nos encontramos con un corte trepidante, donde los metales emergen poderosos sobre una maravillosa base de percusión y electrónica, mientras el personaje de Ford va río abajo tras salvarse de la tortura a la que le estaba sometiendo Kovač.

Posteriormente, como al minuto uno, Young mantiene un ritmo pulsante con la ectrónica y una sección de cuerda trazando una fase de intensidad maravillosa, donde los acordes de la guitarra y unos pizzicatos dan paso al tema principal, enunciado a través del cello, con la guitarra y la electrónica de fondo.

Mientras Ford se seca y se cura de sus heridas en una cueva, el tema central va desarrrolándose, refoirazándose finalmente por los violines y los metales en un momento épico y trepidante de intensidad, donde le vemos practicar con el arco y recuperándose para enfrentarse a Kovač.

Esta suite pasa por diferentes momentos, llenos de acción, o de pasajes musicales violentos, como el que nos encontramos en la suite a continuación, donde las cuerdas y una salvaje percusión dan cuenta de la persecución a la que es sometido Ford, herido por una flecha, por Kovač, donde los que amamos la música de Young vemos el sello de maestría del compositor, su huella musical.

También hay otros momentos de gran carga o intensidad dramática, en el minuto seis, donde destaca sobremanera la voz solista femenina que capta magistralmente el dolor de Kovač cuando narra a Ford como las mujeres y niños serbios eran asesinados. Aquí, Young nos ofrece un paisaje musical de corte étnico, muy de Europa del Este (y muy Young, recordando a trabajos suyos como Max and Helen, por ese toque étnico), a través de las sonoridades de los violines y el sonido de esa voz femenina, que refleja el tormento que vemos en pantalla.

Incluso hay alguna fase musical maravillosa de cierto regusto latino o tono español por el uso de la guitarra acústica y los palmeos, que se integra todo ello perfectamente en el sentir de la suite y que no desentona para nada con el conjunto final ofrecido en el desarrollo musical de este bloque.

En definitiva, casi 18 minutos magistrales que comprenden un compendio de lo que debe ser la música de cine; narrar con las imágenes (labora fundamental) y además, transmitir el recuerdo de aquellas cuando las evocas en escucha aislada (o incluso sin referenciar a la misma, siendo concebida como ha dicho Young, como una experiencia aparte).

SUITE 3

Aquí, Young nos ofrece, desarrollados, los end credits de la película, donde se saca de la manga un nuevo tema melódico, que funciona como un elemento musical que funciona para disipar la tensión a la que nos han sometido durante toda la película, y en palabras de Young, sirve para ver la Luz al final del túnel.

Musicalmente, es la redención que la partitura necesita, un tema donde la sección de cuerda, liderada por el cello y acompañada por el piano, nos ofrece un bello motivo que nos recuerda al mejor Young, ese que NUNCA se fue y que, por la razón que sea, no acaba de tener ni la suerte ni el reconocimiento que merece.

Un bonito broche final de calidad con la orquesta dando por concluido el combate y el rencor y dando paso a la redención a través de la sección de rueda principalmente.

CONCLUSION

Que Christopher Young es no solo uno de los mejores compositores de la última gran generación musical que dio el cine sino uno de los pocos valores seguros existentes sobre el planeta tierra es quedarme corto. Solo escuchar sus dos incursiones recientes en The Monkey King en el mercado oriental, donde ha dejado dos auténticas perlas, es la prueba absoluta de que este hombre es un GRANDE, y que su madurez musical no está acompañada de proyectos que le permitan hacer lucir su gran calidad.

Killing Season fue un fracaso, pero más allá de aquello, nos ha dejado patente que para Young no hay película pequeña, y que el oficio de un compositor ha de estar al servicio de hacer lo mejor posible en cada trabajo en el que sea contratado, algo que me recuerda enormemente a Jerry Goldsmith.

Me conformo con que éste hombre, se el medio que sea, continúe trabajando y regalándonos joyas como el trabajo que nos ocupa. Gracias Chris.

Killing Season

  1. Part One (18:25)
  2. Interlude (1:44)
  3. Part Two (17:45)
  4. Part Three (5:47)
Duración total: 43:40 minutos
Compositor: Christopher Young
Sello: Intrada Special Collection
Formato: CD, Descarga digital
Fecha de lanzamiento 2015
Killing Season