Supongo que cuando se estrenó en los cines Jeepers Creepers (2001), hace ya casi 23 años (tantos como los que hiberna la criatura), nadie pensaba que la película fuera un éxito, pero esta modesta película de terror que costó 15,8 millones de $ recaudaría nivel mundial la cifra de casi 60 millones de $, razón por la que su director acometió una secuela en el 2003 (que aún gozó de mayor recaudación, pero también de un presupuesto mayor).
Con Francis Ford Coppola ejerciendo de padrino en la producción (mentor del director y que también apadrinó su debut en Clownhouse), Victor Salva obtuvo uno de sus mayores éxitos (el mayor), convirtiendo a Jeepers Creepers en una película de terror clásica, fresca y divertida, donde todo luce bien, con criterio y estilo (también sin mayor trascendencia) y donde el bueno del compositor, Bennett Salvay, nos ofrece una partitura sólida y efectiva, muy en la línea de la música clásica del género de terror de toda la vida.
Jeepers Creepers – Cada 23 primaveras. Durante 23 Días. Le Toca Comer.
Cualquier aficionado al género de terror que se precie, solamente con esa tag line, reconocería perfectamente la película de terror de la que estamos hablando, que no es otra que Jeepers Creepers.
Es curioso que siempre haya querido ver esta película, pero que por una razón u otra, nunca he podido hacerlo hasta este año, a las puertas de cumplirse las famosas 23 primaveras de la llegada del monstruo de marras.
Titulada inicialmente como Here Comes the Boogey Man (una de las clásicas canciones que aparecen en la película, que funciona a modo de end credits), estamos ante una especie de road movie de terror con toques de humor negro donde una pareja de hermanos (Justin Long como Darry y Gina Philips como Trish) se las verán tiesas (y mucho) para tratar de salvar sus vidas ante el acecho de una criatura depredadora (el Creeper, interpretado por Jonathan Breck) de la que iremos descubriendo más inquietantes y siniestros detalles según avance la película.
Su duración, hora y media, y su guion directo a la yugular, sin perder tiempo en nada que no sea acción y la tensión, hace de Jeepers Creepers una película fresca y entretenida, que no inventa nada nuevo, pero que se ha convertido en una de esas películas que los aficionados al género agradecemos de vez en cuando. Una de esas que puedes repetir y seguir disfrutando.
La película contiene momentos de terror muy logrados, fruto de una perfecta combinación de como saber conjugar perfectamente todos los recursos (pocos pero francamente efectivos) de los que disponía el director Victor Salva (quien vio reducido tanto su presupuesto como los días de rodaje, con el apoyo de Coppola pero la desconfianza de la MGM, una de las productoras de la película).
Pese a todo, la película fue todo un éxito que dio para 3 películas (2 más dirigidas por Salva, la secuela casi a la altura de la primera, y la tercera más floja aunque entretenida; de la cuarta, un Reborn, ni hablemos, un horror…).
Y, por supuesto, ese éxito está cimentado en una ambientación brillante, una muy buena fotografía y unos muy buenos efectos especiales y maquillajes (donde brilla el terrorífico diseño de la criatura, puro oficio artesanal y un guiño a los viejos tiempos del cine de terror). Destaca el excelente final, uno de esos que te dejan mal cuerpo, como tiene que ser (ojo a la escena post créditos, corta pero toda una declaración de intenciones para la secuela).
Aunque, claro está, no deberíamos olvidarnos de la banda sonora de la película, con un Benneth Salvay entregado a la causa.
Jeepers Creepers – Benneth Salvay
Salvo en su primera (y polémica película) Clownhouse (La Casa del Payaso, 1989), el compositor Benneth Salvay ha sido su compositor recurrente para la mayor parte de su filmografía, empezando su relación en el thriller de terror Nature of the Beast (Sombra en la Carretera, 1995), aunque ese mismo año sería el compositor Jerry Goldsmith el asignado para su proyecto más ambicioso, el drama fantástico y sobrenatural de Powder (Pura Energía).
Powder le reportó prestigio y reconocimiento crítico, una película sencilla, sin mayor sobresalto, pero bien ejecutada, donde Goldsmith era el elemento cohesionador, destacando sobremanera (un proyecto por el que, dicen por ahí, también llegó a asomar John Williams, pero ya sabemos quien se llevó el gato al agua al final, que en palabras del propio director era su favorito).
Desde 1999, con el thriller dramático Rites of Passage, el compositor se convertiría en un habitual en muchos de los títulos de Victor Salva, pero fue uno el que parecía que iba a catapultar la fama del director: Jeepers Creepers (2001), uno de los éxitos de taquilla del año.
Victor Salva se encargaría de dirigir dos secuela más (la segunda contaría con el compositor original, en un trabajo aún más dinámico lleno de acción, pero en la tercera cambiaría a Andrew Morgan Smith, quien haría un buen trabajo, por debajo del compuesto por Salvay). La cuarta, una especie de lamentable reboot, ya no iría ni tan siquiera de la mano del director original (el compositor sería Ian Livingstone).
La relación del director y el compositor se saldaría con tres películas más, el drama romántico Peaceful Warrior (El Guerrero Pacífico, 2006), el drama de terror y misterio Rosewood Lane (La Casa de Rosewood Lane, 2011) y, finalmente, la película de terror Haunted (2014)
Jeepers Creepers – Breve Análisis de la Partitura
En el booklet del CD, comenta el director que buscaba una partitura de tono clásicos y orquestales, a la vieja usanza, y hay que reconocerle al bueno del compositor que lo ha logrado.
No existe un tema reconocible, memorable o pegadizo, pero la construcción musical y su narrativa en pantalla es eficaz y efectiva, de una solidez innegable y que se convierte en parte de la experiencia, nunca invasiva, pero si complementaria (es una partitura de terror, eso es algo que ya se descubre desde el primer minuto que uno pone el CD).
El tono musical es oscuro y siniestro, siempre acompañando al personaje del Creeper en su recorrido en pantalla, sembrando el terror y acumulando cadáveres. La diferencia musical con los tiempos que corren y la partitura de Benneth del 2001 es que este hombre no se limita a hacer una partitura que sea simplemente un acompañamiento cual efecto sonoro (un defecto en lo que caen muchas de las partituras del género hoy día, algunas con mayor o menor acierto, todo sea dicho de paso).
Las indicaciones de Salva, realmente clarificadoras para valorar el trabajo del compositor, era que deseaba una narrativa musical que nos llevase al horror clásico, aquel de los años 40 y 50, y de hecho lo consigue sobradamente, aunque la etiqueta al final nos lleve inevitablemente a los tiempos modernos. Pero no del diseño sonoro moderno de muchas partituras de ahora, no, sino a las partituras de terror de gente con oficio y de eficacia contrastada como el Maestro Christopher Young (o de gente tan solvente como Marco Beltrami, Daniel Licht o el propio Richard Band, gente que saben lo que se hacen).
Salvay utilizó técnicas de experimentación para buscar sensaciones nuevas y fresas, desde un piano preparado hasta el uso de alligator clips para la orquesta, y sobre la base de esas sonoridades que van desde lo etéreo hasta lo más perturbador inquietante, la partitura se construye sobre lo que podríamos denominar tres temas (uno para el creeper, uno para los hermanos y otro para la acción / persecución), pero salvo uno de ellos, los otros dos funcionan casi como parte del acompañamiento del Creeper y sus fechorías.
- Tema del Creeper
En el primer corte, el Main Title, el compositor construye un breve corte etéreo pero malrollero, donde la orquesta ofrece un tema tenso, asomando algo que no acaba de concretarse pero que se irá materializando perfectamente en otros cortes, como en Kenny and Darla, o especialmente en el clímax final, My Brother’s Keeper.
Otro momento donde Salvay desliza la sonoridad del monstruo es en el excelente corte Creeper’s Tale, de toanlidades musicales muy oscuras y cargadas de suspense, donde el uso de las cuerdas recuerda al bueno de Christopher Young (y yendo más allá, a lo que buscaba su director, a sonoridades aún más clásicas, como las de Bernard Herrmann, deslizando esas cuerdas). El uso de este excelente corte, mientras la vidente cuenta la historia de la criatura, es maravilloso.
Dentro de esas señas musicales que acompañan al Creeper y su aterrador universo (esa Casa del Dolor que encontramos en los subterráneos de la iglesia) tenemos el maravilloso uso de un instrumento que tristemente ha caído en el olvido de muchos de los compositores de hoy día, el Contrafagot. Su aparición en pantalla, en House of Pain o Back to the Church / The Pipe, es también un elemento musical que Salvay asocia al mundo pesadillesco del Creeper.
- Tema de los Hermanos
El tema de ambos, recogido en el corte Trish and Darry’s Theme, es la única linea melódica de cierta emotividad que encontramos en la partitura. Es un motivo de tonos melancólicos y tristes, casi anticipando la tristeza y el desazón que atrapará a ambos hermanos durante la película.
La cuerda es el principal instrumento, que suena casi rasgada, causando cierta incomodidad que no ayuda a relajar el ambiente pero al menos suaviza comparado con el resto de la partitura.
Creepy Crawler, próximo al final de la película, recupera ese corte de forma apesadumbrada y dramática, con un cierre potente y poderoso, donde la música explota en un pasaje violento para la aparición del Creeper, y a modo de coda final, en el brillante corte My Brother’s Keeper.
Como curiosidad y dato friki, el nombre de Darry es un tributo a Derry, un lugar ficticio donde transcurren los terroríficos hechos acaecidos en la mítica novela de terror de Stephen King llamada It, que tuvo una reciente adaptación (remake). En dicho lugar aparece cada 27 años un payaso asesino llamado Pennywise cual Creeper para conseguir sus víctimas y luego irse a hibernar (y no será el único tributo, hay varios más, como el restaurante de carretera donde los chicos paran a llamar a la policía, que se llama Opper, como el protagonista Barry Opper de Critters).
- Tema de Acción / Persecución
Este no es exactamente un tema, pero la acción musical, en clave de suspense y terror, está presente en la partitura, y Salvay ya nos lo presenta de frente en el primer «enfrentamiento» entre el Creeper y los hermanos, con The Trucker Attacks (o en el regreso del Creeper en The Truck Returns), donde el piano, la cuerda y los metales van combinándose como elemento de ataque. Es una especie de locomotora orquestal que se lanza al ataque, con frenesí, sin pausa, a por sus víctimas de forma visceral y agresiva, como la criatura.
Todas las escenas de persecución del camión nos recuerdan, inevitablemente, a ese clásico de Steven Spielberg llamado Duel (El Diablo sobre Ruedas, 1972). Incluso el ritmo de avance de las cuerdas y los metales es muy williamnesco, un poco estilo Jaws (Tiburón, 1975).
Destacan cortes como The Creeper Attack (su fase final es memorable, con unas magníficas y violentas percusiones musicales que acompañan a la aparición y ataque del Creeper) o, especialmente, el tema Monster Mashed / The Big Flap, donde el Creeper sufre la ira del atropello de Trish en su confrontación en plena carretera.
En esta corte tenemos un momento Jaws con el uso de las cuerdas atacando, o el uso de los metales, con una sonoridad muy a lo Goldsmith (recordándome por momentos a un breve pasaje del Twilight’s Last Gleaming de los 70). Incluso tenemos un uso del piano cerca del minuto 3 y medio muy a lo Silvestri.
Otros momentos donde la acción sigue esos derroteros intensos y siniestros serían en la parte final del corte 3 (The Pipe) o en Finding the Body (donde también encontramos texturas musicales que siguen el eco narrativo del tema del Creeper).
El tramo final de la película, toda el enfrentamiento de la comisaría, es un compendio musical del tema del Creeper, con esas texturas musicales entre etéreas y siniestras, cargadas de tensión y misterio, y los pasajes de acción que acompañan los ataques del monstruo, como en el corte My Heart Goes Out o de nuevo, el excelente corte My Brother’s Keeper, que nos depara una especie de suite de todo el material de la película; acción, el tema de los hermanos y el tema del Creeper, con un clímax visual aterrador para el cierre de la película, donde también cobra especial importancia la canción de Jeepers Creepers (donde cobra sentido, y mucho, la pregunta Where did your get them there eyes?).
Jeepers, creepers
Where’d you get them peepers?
Jeepers, creepers
Where’d you get those eyes?
Gosh oh, git up
How’d they get so lit up?
Gosh oh, gee oh
How’d they get that size?
Golly gee
When you turn them heaters on
Woe is me
Got to put my cheaters on
Jeepers, creepers
Where’d ya get them peepers
Oh, those weepers
How they hypnotize
Jeepers, creepers
Where’d your get them peepers
Oh, those weepers
How they hypnotize
Where did your get those
Golly where’d your get those
Where did your get them there eyes?
Conclusión
No estará en tus top ten ni de películas de terror ni de partituras, está claro, pero si fuéramos diseccionando el terror por décadas y por películas que causaron sensaciones y que llegaron para quedarse, Jeepers Creepers es claramente una ganadora.
Y además, lo hace de goleada con una máxima que casi siempre suele funcionar; saber hacer bien las cosas, y sobre todo, dotar de ritmo y personalidad a tu película. Esta tiene un monstruo memorable, tiene un ritmo que nunca decae, y una duración perfecta para pasarte una buena sesión de terror sin que la fiesta decaiga.
Y bien puedes combinarla con su secuela, cuya partitura es tan buena (o incluso superior a la primera) como su antecesora, con un Benneth Salvay que ofreció una composición principalmente orquestal que funciona como un reloj, bien engrasada, de tonos clásicos y efectiva con las imágenes (como ese sonido de la bocina del camión, incluido al final de la edición discográfica, y diseñado por el propio compositor).
And remember…Every 23th springs, for 23 days, it gets to… eat
Jeepers Creepers
- Main Title 01:!7
- The Truck Attacks 03:01
- Back to the Church / The Pipe 04:14
- Finding the Body 02:36
- The House of Pain 03:02
- Kenny and Darla 01:16
- Trish's Surprise 00:43
- Trish and Darry's Theme 01:28
- The Truck Returns 00:38
- The Creeper Attacks 02:13
- Monster Mashed - The Big Flap 04:09
- Creeper´s Tale 02:42
- Bone Apetit 01:06
- My Heart Goes Out 02:35
- Creeper Crawler 01:56
- My Brother´s Creeper 06:31
- Jeepers Creepers 02:18 - Performed by Paul Whiteman and his Swing Wing (Music and Lyrics by Johnny Mercer and Harry Warren)
- Here Comes the Boogey Man 02:53 - Performed by Henry Hall and the BBC Dance Orchestra (Vocals by Val Rosing / Written by Lawton, Brown, Smith, Lang and Benson)
- Truck Horn 00:05