Independientemente de las modas (estúpidas, al fin y al cabo) que rigen la Academia de los Oscars año tras año, si es cierto que la nueva película de Spike Lee, un thriller dramático y cómico (si, no es coña) llamado BlacKkKlansman (Infiltrados en el KKKlan, 2008), está francamente muy bien, película a veces en tono desenfadado y ligera, y en otros muchos momentos dura e intensa (el montaje final es un sopapo de realidad para todos aquellos que creen que el racismo y el odio son un tema que es agua pasada).
El colaborador habitual de Spike Lee, el músico de Jazz Terence Blanchard, nos ofrece un brillante trabajo que luce magistralmente en pantalla, con dos excelentes motivos centrales (uno para el protagonista, Ron, y otro para el tema protagonista de la película, la discriminación y racismo a la que asistimos en pantalla), una composición que le ha reportado su primera nominación a los Oscar.
BlacKkKlansman, la película
Basada en hechos reales (la acción se sitúa en 1973, aunque los verdaderos hechos sucedieron en 1979), la película nos cuenta la hilarante pero verídica historia del detective Ron Stallworth (interpretado por John David Washington, hijo de Denzel Washington) el primer agente negro de la polícia de Colorado Springs que contacta por teléfono con el Ku Klux Klan, haciéndose pasar pasar por un racista extremo.
La perplejidad en la comisaría crece cuando Ron pasa el filtro y es llamado para ser presentado a los miembros de la zona, momento en el que se requiere los servicios del agente judío Flip Zimmerman (brillante Adam Driver, nominado al Oscar), quien será su alter ego físico, debiendo copiar la forma de hablar y expresarse de Ron para poder contactar con la cúpula del poder del Klan.
En los tonos cómicos y la visión ácida de Spike Lee nos encontramos con una película transparente, sencilla y directa, perfectamente engrasada y estructurada, sin subterfugios, bien dirigida e interpretada, con todos los aspectos técnicos cuidados, y que funciona tanto como divertimento como de elemento crítico, dejando un poso final de reflexión sobre la violencia y el odio de nuestra sociedad, que en la actualidad sigo copando tristes páginas negras en el mundo.
Entre los elementos a destacar, uno de ellos es el acertado trabajo de Terence Blanchard, quien ofrece un trabajo lleno de ritmos propio de los 70, pero que también sabe recoger el fruto dramático e impactante de las partes más reflexivas, como la genial parte de la historia de los dos poderes, francamente brillante, o el montaje final.
BlacKkKlansman, la partitura
Tengo debilidad por Blanchard, no lo puedo negar, y es algo que me viene desde que vi la magnífica The 25th Hour (La Hora 25, 2002), también a cargo Spike Lee, una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo.
Desde 1991, Blanchard ha sido el colaborador habitual de Spike Lee, desde Jungle Fever, colaborando en películas de todo tipo (19 en total, casi nada), desde Malcom X (1992) hasta Inside Man (Plan Oculto, 2006) y donde Blanchard no solo ha dejado el reflejo musical de ese jazz-man que lleva dentro, sino que ha sabido demostrar lo excelente compositor de música de cine que es.
Y BlacKkKlansman es fiel reflejo de ello, donde Spike Lee le indicó claramente lo que quería a Terence Blanchard: Una banda de R&B, es decir, un género musical setentero, denominado «rhythm and blues», que incluía sonoridades como el soul y el funk.
Blanchard tomó nota, y cuando vio imágenes de la película de Ron Stallworth con las chupas de cuero y los pantalones de campana, pensó en Jimi Hendrix, recordando cuando de joven vio al famoso guitarrista interpretar con su guitarra eléctrica el himno nacional. Y de esta forma, nació el tema central, una auténtica maravilla; Ron’s Theme.
Tal como lo define el propio Blanchard, el personaje de Ron es un personaje bueno y transparente, sin malicia alguna (un cacho pan, vamos), y la música que Blanchard asocia a éste personaje un tema central limpio y radiante, rítmico y dinámico, que ya nos introduce con un ritmo funky en el corte Ron’ Theme, y donde los teclados, la batería, los metales y sobre todo, la guitarra eléctrica construyen uno de los mejores temas principales del 2018, y una de las razones que justifican su nominación al Oscar.
Este tema es usado en varios momentos de la partitura, de diferentes formas, destacando su uso rítmico y setentero en geniales piezas como Ron Meets FBI Agent, Ron’s Search o Here Comes Ron (que me recuerdan a trabajos de Jerry Goldsmith como Police Story, por poner un ejemplo), pero el corte que se lleva la palma, que además ganó el premio Grammy a mejor composición instrumental del año, es Blut Ut Boden (Blood and Soil).
Este corte, una pieza maravillosa donde la guitarra eléctrica lleva el peso acompañada de la orquesta y la batería, se corresponde con el momento de mayor intensidad dramática, cuando Ron trata de evitar que explote una bomba en la casa de su chica Patrice (por cierto, elemento que no sucedió realmente y utilizado como excelente contrapunto dramático del clímax final), siendo finalmente aporreado por dos policías blancos que creen que Ron es un criminal (policías blancos aporreando a un negro, una realidad vigente en los EE.UU.).
Los maravilloso punteos, que me recuerdan a Eric Clapton, van llevando la intensidad del momento hasta el fantástico clímax final, cuyo título en alemán no es gratuito; se trata de un eslogan racista alemán del siglo diecinueve que versa en torno a la ascendencia (blut) y la tierra (boden), tomando como verdaderos alemanes a aquellos que viven en el medio rural, el campesinado, frente a la población nómada (es un estamento que claramente convive dentro de la que sería futura propaganda del nacionalsocialismo alemán de Hitler, asociándose nómada a población judía).
Por contraposición, Blanchard también concede importancia al bando contrario, el Ku Klux Klan, a través del tema del poder blanco, donde establece un motivo musical que contiene notas que suenan poderosas y amenazadoras.
En el inicio de la película, tras el genial Gone with the Wind (un corte musical de aires sureños, muy en la tradición de la música folk de los confederados), asistimos a dos cortes musicales, Hatred as Its Best (donde aún arrastra parte del aire sureño del primer corte, para el prólogo con un genial Alec Baldwin como elemento racista), y especialmente el Main Theme, donde Blanchard introduce esta idea o tema musical, destacándose el uso de las baterías militares en el último corte citado, que acompaña a ese aire belicoso, sureño y malicioso del Klan, que Blanchard recupera en otros cortes como Guarding David Duke.
Blanchard ofrece variaciones interesantes como en el tenso corte Connie and the Bomb,o incluso una breve interpretación con magnífico clímax musical en el corte White Power Theme.
Por último, es de justicia destacar dos de los mejores momentos de la película, quizás los dos que dan ese sentido reflexivo y crítico que convive con los toques cómicos, y que le da la profundidad emocional que busca y que finalmente encuentra la película.
El primero de ellos lo representan tres cortes, recogidos en Tale of Two Powers (partes 1,2 y 3). El magnífico (y grotesco) montaje que ofrece Spike Lee, quizás una de sus principales armas para erigirse con la nominación al Oscar, nos muestra la cara y cruz del problema racial; mientras Flip es introducido al Klan, incluyendo un ridículo bautizo y posterior visionado del racista film The Birth of a Nation (El Nacimiento de una Nación, 1915), simultáneamente, de forma intercalada, vamos viendo a un activista negro llamado Jerome Turner (interpretado por el actor Harry Belafonte) hablando de los primeros episodios racistas en los EE.UU. en el siglo XX, donde el mismo fue protagonista y testigo.
Blanchard ofrece un desarrollo musical a lo largo de esas tres piezas donde jamás pierde el pulso musical, conjugando y confrontando el tema de Ron (Poder Negro) con el del Klan (Poder Blanco), siempre con intensidad dramático comedida, permitiendo la narración visual de la historia mientras la música acompaña magistralmente una de las mejores escenas del pasado año.
Por otro lado, la otra escena a destacar, demoledora, y que tristemente nos hace recordar que no estamos tan lejos hoy como de aquellos tiempos que narra la película, es un montaje visual de episodios racistas reales del 2016 y 2017, que culminan con la muerte de Heather Heyer, donde compositor y director decidieron usar unas de las piezas musicales compuestas por Blanchard para la película Inside Man (reconocida por Spike Lee como una de las piezas musicales de Blanchard que más le gustaba).
La pieza Photo Opps, es readaptada por Blanchard para el montaje final, y su efecto dramático y poderoso, utilizado de forma constante y demoledora durante todo la escena, es magistral, arrojándote un auténtico jarro de agua fría a la cara para descubrirnos que hoy todavía (sino más, según el día), el racismo es algo que sigue siendo actualidad tristemente (solo hay que ver al verdadero David Duke o Donald Trump hablando en pantalla).
BlacKkKlansman, las canciones
La discográfica Back Lot Music editó únicamente la partitura de Blanchard, sin ninguna de las estupendas canciones de la película, que incluyen a James Brown o una versión de la genial Oh Happy Day.
Destaca sobremanera el uso de la canción inédita de corte religioso Mary Don’t You Weep, cantada e interpretada por la voz de Prince y un piano.
Spike Lee y Prince eran muy buenos amigos, y al parecer, le pidió a un colaborador del cantante, Troy Carter, que buscara una canción de Prince para los créditos del final de la película. Por supuesto, Troy la encontró, Mary Don’t You Weep, en una vieja grabación de una cassette de los años 80.
Se trataba de una canción inédita, y por supuesto, fue del agrado del director, quien la utilizó en los créditos finales (este tema saldrá en un disco de canciones inéditas de Prince en septiembre).
Del resto de las canciones, destacan las setenteras Brandy (You’re a Fine Girl) de Looking Glass y, sobre todo, la magistral Too Late to Turn Back Now de Cornelius Bros and Sister Rose, que suena mientras Ron y la joven activista Patrice (interpreta por la actriz Laura Harrier) bailan en una discoteca setentera.
Mención aparte para el Lucky Man de Emerson, Lake & Palmer, que tiene lugar cuando Ron entra victorioso en la comisaría tras resolverse el clímax final de la película, o la bonita canción Lion Eyes de Beth & James.
Conclusiones
Terence Blanchard, nativo de New Orleans, podría convertirse mañana en el segundo compositor negro ganador de un Oscar por BlacKkKlansman (el primero fue Herbie Hancock por ‘Round Midnight en 1986).
Y no sería un Oscar inmerecido; su trayectoria, y sobre todo, su acierto en la confección del esquema narrativo musical de la película le avalan, destacando en algunas de las mejores secuencias cinematográficas del pasado 2018.
Es cierto que sigo pensando que el Oscar (y no cambio de parecer) debería caer del lado de Marc Shaiman, quien ha hecho un trabajo mastodóntico en Mary Poppins Returns, pero no de hacerlo y llevárselo Blanchard, no se puede negar que no sea por el buen trabajo y oficio que este músico ha ofrecido en esta estupenda película.
BlacKkKlansman
- Gone With the Wind (1:01)
- Hatred At Its Best (2:37)
- Main Theme (1:01)
- Ron’s Theme (1:26)
- Firing Range (1:33)
- No Cross Burning Tonight (3:11)
- Patrice Library (1:33)
- Ron Meets FBI Agent (1:55)
- Connie and the Bomb (1:17)
- Guarding David Duke (0:57)
- Tale of Two Powers 1 (2:40)
- Tale of Two Powers 2 (2:20)
- Tale of Two Powers 3 (1:44)
- Woodrow Wilson (0:21)
- Klan Cavalry (0:45)
- Ron’s Search (1:05)
- Patrice Followed (1:26)
- Here Comes Ron (0:45)
- White Power Theme (0:44)
- Partner Funk Theme (0:40)
- Main Theme – Ron (1:23)
- Blut Und Boden (Blood and Soil) (3:41)
- Blut Und Boden (Blood and Soil) (3:41)
- Photo Opps (3:39)