Análisis
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Género
Acción, Comedia, Comedia Negra, Thriller
Lo mejor
El hermoso y triste tema de amor y los temas del final
Lo peor
Interpretarla como una mera partitura romántica y de acción y no percibir su sarcasmo

Balada triste de trompeta

2010

Una de las colaboraciones más productivas del cine español más reciente sin duda es la de Alex De La Iglesia con el compositor murciano Roque Baños. Con suma habilidad, De La Iglesia ha retratado en sus películas los aspectos más caóticos y extravagantes del ser humano. Sirvan de ejemplo películas como La Comunidad, Crimen Ferpecto o la estupenda Muertos De Risa, primera colaboración entre ambos. La música de Baños siempre ha sabido plasmar con exactitud la ironía que encerraba las películas del director vasco.

Esa simbiosis tan perfecta entre imágenes y música vuelve a darse en la película que nos ocupa. Balada triste de trompeta es una película con unas dosis muy altas de mala leche y humor negro en la que dos payasos interpretados brillantemente por Carlos Areces y Antonio De La Torre luchan por el amor de una trapecista, interpretada por Natalia Bang. Sergio (De La Torre) es payaso porque sino hubiese sido un asesino, en palabras de él. Tiene un carácter bastante fuerte, se irrita con facilidad y tiende a conseguir todo lo que quiere, sin importarle a quién se lleve por delante. Tiene el perfil del típico maltratador.

Javier (Areces) es el protagonista central de la historia. Acabará convirtiéndose en payaso por influjo (y mandato casi divino) de su padre (Santiago Segura). La violenta muerte de éste le marcará de tal manera  que se convierta en una persona solitaria, algo fría, distante e introvertida. Natalia (Bang) es la chica de la función, la responsable de que se desate la ira y el enfrentamiento entre los dos payasos. Fría, calculadora, provocadora, borracha de aceptación y algo ninfómana (y bastante masoquista) se mueve continuamente entre dos aguas. Tenemos así trazada la historia de tres personajes sumidos en el caos y en la automutilación. Javier despertará de su letargo de niño tímido y retraído cuando conozca a Natalia y se enamore de ella. Sergio tratará de impedírselo por todos los medios, no en vano es su novia.

Música para la autodestrucción: la mala leche de Baños

El carácter patético y casi bufonesco de los tres personajes quedará retratado por una música falsamente humana y profunda. Quedará vertebrada fundamentalmente en los siguientes ejes:

Tema central o leitmotiv amoroso (lo inalcanzable)

Con ciertas y notables reminiscencias hermannianas Baños construye un poderoso y triste leitmotiv que actuará como nexo de unión de los tres personajes. Serán fundamentalmente los sentimientos de Javier los que sean reflejados en esta música, no obstante es el personaje central. Su carácter introvertido, melancólico y triste encuentra un perfecto aliado en esta apagada y a la vez bella melodía.

Motivo de Sergio (el demonio)

Las puntuales apariciones del personaje interpretado por De La Torre tendrán su reflejo en breves y graves notas de piano que dan a entender a la perfección el carácter agresivo y violento del susodicho.

Tema del circo (el recuerdo)

Tal vez este sea el motivo o tema más sincero y el que menos trasfondo malicioso tiene. Se trata de un dulce y jocoso tema bastante pueril e inocente que refleja con cierta tristeza y nostalgia el mundo donde se desarrolla la historia. No me sorprendería que este tema reflejase el propio sentimiento del director, ya que en alguna ocasión ha declarado que en esta película se ven resumidos de alguna manera los recuerdos de su infancia.

Temas de acción (la locura o el sinsentido)

Son una parte importante y me atrevería decir que hasta fundamental de la historia, pues son los que reflejan con diáfana claridad el entorno caótico y agresivo en el que viven los protagonistas. Es más, es una plasmación bastante ácida e irónica de la convulsa época en la que se desarrolla la trama. Es un tema retentivo, circular, como la misma locura que no conoce un fin ni propósito concreto.

Marcha militar (la sarcástica risa y el dolor)

La película arranca con una poderosa y espectacular marcha militar en la que se reflejan los acontecimientos que tuvieron lugar en España durante la época franquista. Aunque De La Iglesia refleja en esas absolutamente brillantes imágenes de presentación hechos agradables no deja de ser una mención bastante malintencionada por su parte de la crueldad habida en esa época. La música representa la fuerza bruta, la imposición. Que mejor que poner una música para una dictadura que con esas acusadas características. Como antes mencionaba, De La Iglesia pretendía hacer de esta película un homenaje a los recuerdos de su infancia. No dejo de pensar en el sentido de nuevo bastante sarcástico y ácido de esta música y en el más que posible  malestar y hasta odio que pudo suponer en la vida del director estos acontecimientos. Habrá una escena en la que este tema (aparece de forma muy puntual) alcance sus máximas cotas de paroxismo y es en la que Javier se viste de obispo y prepara su gran venganza hacia aquellos que han sido responsables de su desdicha (militares, políticos y los mismos Sergio y Natalia). No deja de ser curioso (e irónico) como la iglesia queda caracterizada (o caricaturizada) de forma tan contundente y dura.

Javier desatado (la histeria)

Será el personaje de Javier el que más presencia musical tenga. Su personalidad y su estado emocional no sólo quedará caracterizado por el citado tema de amor (del que a continuación comentaré sus variaciones) sino que sufrirá una evolución en el momento que se convierte él mismo en otro maltratador. A Sergio le acompañaban graves notas de piano. La histeria y la locura que alcanza Javier tendrá su reflejo en notas más agudas y estridentes (véase en cortes como Escapes o Hidding in the forest). No será un tema, ni siquiera un motivo en sí pero sí que nos dará cuenta de su demencial e histérico estado una vez que agrede por primera vez a alguien y siente que no puede alcanzar aquello que de verdad (y por primera vez) ama.

De esta manera De La Iglesia (con la colaboración de Baños) traza los recuerdos de su niñez: la histeria y la locura de una época convulsa y plena de atropellos y atrocidades hacia la humanidad; el mal encarnado en ciertos personajes que resultan autoritarios, agresivos e inhumanos; la tristeza plasmada en lo inalcanzable de conseguir algo mejor y que hiciese sentirse a uno más dichoso, y que mayor y mejor exponente que el mismo amor y el sentirse deseado y querido; la sarcástica o malévola risa (no exenta de malestar) ante algo de lo que era mejor reír que llorar y finalmente la esperanza, lo dulce, reflejado en acróbatas, hombres bala, trapecistas, payasos y todo un universo que suponía una válvula de escape ante semejante avalancha de destrucción, barbarie y dolor, despertando, al fin y al cabo, la parte más inocente y pura del niño que no pudo (o no le dejaron) crecer. Baños se confabula de una forma exquisita y muy eficiente con las imágenes convirtiéndose en el alter ego musical de los citados recuerdos de De La Iglesia.

La conjunción de los temas: el sinsentido de la locura

Como comentaba, la película girará en torno a ese obsesivo y triste tema de amor. Su presencia será casi constante y acompañará a Javier en sus sueños sobre Natalia, en sus paseos románticos con ésta o incluso en la furibunda lucha con Sergio al final de la película. Adquirirá tonos netamente románticos como en Love at Park, tristes y apesadumbrados (plagados de un inquietante vacío) en Encounters Javier o Boy´s doesn´t love me o cuasi operísticos y elegíacos en The Terrible Dream o Final Tragedy.

El uso que hace Baños del tema del circo no dejará de tener un uso ciertamente sarcástico en su primera aparición, pues se refiere al momento en que Javier se da cuenta por primera vez (siendo un adolescente) que su destino es ser payaso. Baños introducirá el tema en el momento que el protagonista huye del Valle de los Caídos después de que hayan asesinado a su padre y que éste ya le advirtiese que su destino era ser payaso. El corte se llama Revenge. De forma sumamente irónica también es su uso en Escapes en que (ya siendo adulto) huye por los bosques y se convierte en un ermitaño de estos terrenos, adoptando una forma de vida salvaje. No deja de ser algo esperpéntico que el jocoso tema de un circo sirva para caracterizar la desazón y el abandono de un hombre a sus instintos más básicos. Tendrá su uso más violento, agresivo y descarando al final de la película en los cortes Climbing up the cross y Fighting for her love. Unas trompas sonarán graves y contundentes para anunciarnos el peligro que corren los protagonistas en el lugar dónde se desarrolla y la acción. No deja de tener un uso sumamente irónico en esta parte. En la conclusión lo explicaré.

Habrá un tema fundamental en la película en el que confluyen los temas referentes al carácter y a las emociones de los protagonistas. En Circus freaks nos encontramos la presentación del sitio donde trabajará Javier. Será una larga escena en la que vaya conociendo a todos los demás personajes, incluido sus dos parteneires. Después de haber sido tumbado por un elefante una bella joven baja liada en una cinta roja. Javier, un poco aturdido, presencia desde el suelo una estampa de la que se queda prendado, obnubilado, parece un mismísimo ángel. Aparece por primera vez el tema de amor, muy suave. El maestro del circo seguirá acompañando al payaso triste por las distintas zonas del recinto hasta llegar a la caravana de Sergio. Intuimos la presencia del maltratador a través de violentas y percusivas notas, muy insinuantes (y sinuosas), al igual que lo hará en el corte Boys doesn´t love me.

A partir de aquí Sergio irá teniendo una presencia bastante destacada y la aparición de su motivo nos advertirá del peligro que trae este personaje. En Blue beard veremos como él es el protagonista del circo, el que hace que éste funcione, el que hace y deshace a su antojo. Tiene a todos atemorizados e intimidados, incluida a su novia, que le ama y también le teme. En Love at park volverá a tener una presencia destacada al final del corte, interrumpiendo de forma totalmente abrupta el idílico momento que viven Natalia y Javier. Y en Way to the Fallen Valley adquirirá ciertas notas humorísticas, en representación de la irrisoria situación en la que se dirige al Valle.

Los temas de acción irán cogiendo mayor protagonismo a medida que la película avance siendo particularmente destacables los del final. Son los temas de la locura, de la sinrazón plena. Ya advertimos su presencia en una de las primeras escenas de la película: North Station Battle nos adelanta esa esperpéntica e irrisoria experiencia que vamos a vivir junto a unos personajes que son caricaturas de sí mismos. En la citada escena vemos combatir al ejército republicano contra el franquista. La música es enfática, desproporcionadamente violenta, sacude nuestros oídos como las balas atraviesan los cuerpos de los locos que se matan entre sí. Las huidas o las persecuciones tendrán también como centro musical este tema. Así lo encontramos en Escapes mientras Javier huye después de haberle pegado una paliza a Sergio o en el mismo Hidding in the forest en el coge unas curiosas texturas primitivas, en honor a la primigenia y salvaje forma de vida que adopta Javi después de huir de la policía y esconderse en el bosque. Alcanzará unas extenuantes cotas de locura en Encounters Javier, en el momento en que éste se deshace salvajemente de sus captores y va en busca de Natalia. Está ya inmerso en la locura total. Todo está preparado para asistir a uno de los finales más violentos y salvajes del reciente cine español. Será en esta parte final donde estos temas suenen más agresivos, más contundentes, más llenos de ira que nunca.

¡ATENCIÓN! SPOILERS

El climax final: el éxtasis de la locura

El final de la película nos ofrece un verdadero tour de force de la música. La mayoría de temas confluirán en un todo apocalíptico y de exacerbada violencia. La orquesta explotará, se expandirá, distribuirá sus notas por lo alto del Valle de los Caídos y sentenciará a dos personajes hundidos en su propio patetismo.

Cuatro cortes centran este momento: Way to the Fallen Valley, Climbing uo the cross, Fighting for her love y Final Tragedy. El primero, de escasa repercusión y mero acompañamiento en la película nos muestra a un Javier encolerizado ante la muchacha que le ha rechazado. Las breves notas de la histeria sonarán mientras la tiene retenida en contra de su voluntad y Sergio se dirige en su busca. La música de acción o tema de la locura comenzará a tomar protagonismo. Estamos a punto de asistir a uno de los momentos de mayor paroxismo del reciente cine español. Todos los instintos de destrucción  del ser humano saldrán a la luz en un final tan brillante como salvaje y astuto. De La Iglesia, en un más que evidente guiño a la mítica película Con la muerte en los talones,  escupe la bilis y saca a relucir todo el dolor, resentimiento y furia guardados de esa época…… Y una gran cruz vuelve a ser testigo de todo ¿irónico otra vez, no? Los temas adquirirán una fuerza y una violencia demoledora. Asistiremos a una furibunda lucha en lo alto de la cruz mientras suena desatado el tema de la locura en Fighting for her love. El inocente tema del circo adquirirá unas texturas más contundentes y agresivas, apoyado en unas trompas que suenan graves y provocadoras. Resultará sumamente irónico y  caricaturesco ver a dos payasos escalar una montaña (corte Climbing up the cross) o luchar entre ellos en su cima mientras la música parece que realmente se está mofando de ellos. De nuevo el hábil y sutil sarcasmo. Sólo las puntuales apariciones del tema de amor parecerá que aplaque los ánimos de ambos contendientes, sobre todo el de Javier. Pero sólo será un espejismo. Asistimos al último acto de esta parodia.

El final será sencillamente sublime. Natalia (la Eva del Génesis que despertó el deseo de Adán), consciente de que es la causante de todo e incapaz de decantarse por uno, decidirá tirarse al vacío envuelta en una bella tela roja en un bello acto de redención (y tragedia) humana ¡¡Nunca la muerte adquirió tonos tan hermosos!! Escuchamos una desaforada voz de soprano darle el último adiós a la muchacha mientras la tela va dejando su tono rojizo sangriento en la piedra de la gran cruz. Su cuerpo, finalmente, quedará suspendido, partido en dos, como dos fueron los hombres que la amaron y que ella no supo (o no quiso o pudo) corresponder. Hasta ahí llega el amor enfermizo. El tema de amor ha tomado sus connotaciones más trágicas pero también más bellas. ¿Qué les queda a los dos payasos después de muerta la tentación?

En Final Tragedy asistimos al requiem por la chica fallecida, mientras vemos como se llevan su cuerpo destrozado y dos payasos desconsolados no saben si reír o llorar en un furgón policial. Resultan patéticos. La música, ese tema de amor que ahora se ha vuelto funesto, trágico apesadumbrado intenta que tengamos compasión de ellos mientras observamos sus demacrados rostros pintados. Y lo que consigue precisamente es todo lo contrario: resaltar su patetismo y su mísera existencia. Baños está más ácido y más cruel que nunca.

La música ha vuelto a tener el sentido que ha tenido durante toda la película: ha cubierto de sutil y maliciosa ironía unas escenas que esconden un gran dolor y un gran pesar. Balada triste de trompeta es Alex De La Iglesia y sus recuerdos, es un escondite para su rabia, su frustración y su amargura, tal y como lo canta la canción de Raphael que adjunto más abajo. Sabemos a quiénes van dirigidos sus dardos: llevan gorro papal y se comportan como tiranos. Sólo en los títulos de crédito finales la música sonará sincera y pura y nos dará cuenta de todo el pesar que hay en el alma del creador de este universo circense: el tema del circo (o el tema de los recuerdos) suena exclusivamente a piano de una forma apagada, lánguida, triste, lamentativa. Ese es el recuerdo de Alex. Esta vez no hay máscaras de payaso, sólo lágrimas y dolor.

Resumen final

Ni los temas a priori más humanos como los del circo se libran de esa afilada daga que Baños hunde en las tripas de unos personajes ahogados en su propio patetismo y vergüenza y que no saben como salir. Baños construye una partitura sabiamente sincronizada  con el ácido espíritu de la película. Resulta caótica, violenta, recargada pero sobre todo muy esperpéntica. No deja de causar risa floja el que todo se situé en una época tan dada a la anulación de las libertades civiles y a la lucha sinsentido entre bandos como el franquismo y que los personajes que la representan sean unos payasos, supuestamente entrañables personajes cuya función es hacer reir y que aquí lo que hacen es asustar, matar y ser un icono de la violencia más desenfrenada.

De La Iglesia (=Baños) lanza su dardo envenenado, hace dulce crítica social, atiza a sus fantasmas y demonios del pasado y utiliza el instrumento más poderoso contra la depresión: el reírse de uno mismo y de la época que le ha tocado vivir. Más vale eso que pegarse un tiro ¿no? (como representa el personaje interpretado por Carlos Areces en el poster de la película). Todo se resume en una frase de la película si no fuese un payaso sería un asesino.

Balada Triste de Trompeta

  1. Titles (02:14)
  2. North Station Battle (03:02)
  3. Dad Priest (02:09)
  4. Revenge (03:04)
  5. Circus Freaks (05:02)
  6. Blue Beard (03:18)
  7. Pass Me the Boy (01:23)
  8. Love at Park (03:01)
  9. The Terrible Dream (04:15)
  10. Escapes (03:34)
  11. Hidding in the Forest (04:29)
  12. Encounters Javier (03:19)
  13. Boys Doesn't Love Me (02:44)
  14. Way to the Fallen Valley (02:03)
  15. Climbing up the Cross (05:45)
  16. Fighting for Her Love (04:34)
  17. Final Tragedy (04:21)
  18. Balada de la Trompeta (03:40)
Duración total: 61:57
Compositor: Roque Baños
Sello: Milan Music
Formato: CD
Fecha de lanzamiento 2010
Balada Triste de Trompeta